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La gestación en la perra

La perra tiene, normalmente, dos celos anuales, que se presentan aproximadamente cada seis meses y que suelen ser fáciles de apreciar por los propietarios. Aunque puede haber variabilidad en la periodicidad de los celos, sí es importante que haya regularidad pues, su ausencia, nos debe orientar a la presencia de alguna patología (quistes ováricos, por ejemplo).

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info

El celo en las perras suele aparecer por primera vez entre los ocho y doce meses de edad. Va a haber una gran variabilidad, mucho más notoria que en el caso de la gata, debido a que hay muy diferentes tamaños dependiendo de la raza. Suele presentarse antes en las razas pequeñas y miniatura ya que estas alcanzan antes u pleno desarrollo. Recordemos que hay razas, gigantes, que no lo alcanzan hasta los dieciocho a veinte meses.

Cuando una perra entra en celo, lo primero que puede apreciar el dueño es que aumenta el tamaño de la vulva, los perros la persiguen cuando la sacamos de paseo, pero la hembra no se mostrará receptiva. A los pocos días se aprecia un sangrado cuyo volumen será muy variable y que puede manifestarse durante 10-14 días pero, repito, que va a ser muy variable dependiendo de cada perra en concreto.

Sobre los nueve días desde que se inicia el sangrado, la perra empieza a ser receptiva a la monta del macho y es a partir de ese momento cuando se debe intentar la monta o, realizar las perceptivas mediciones hormonales y citologías tanto para intentar la inseminación artificial como la monta con mayores garantías de éxito en la gestación.

La duración de la gestación en la perra también es muy variable, ya que oscila entre los 57 a 72 días, aunque si realizamos medidas hormonales y valoramos el pico de una de las hormonas, la LH, podemos acotar mucho mejor este tiempo. Debemos tener presente que la viabilidad espermática en el interior del aparato reproductor de la perra es grande y puede llegar a la semana, lo que da lugar errores en el diagnóstico gestacional si no se realizan otros estudios.

Al igual que en el caso de la gata, se puede hacer el diagnóstico de gestación temprano mediante la realización de ecografías sobre los 25-28 días. Aquí se puede apreciar si hay gestación, aproximar un número de fetos ( nunca definitivo) y explorar la viabilidad de esos fetos. También podremos seguir la evolución del desarrollo de los fetos y estructuras anejas hasta el final del parto y predecir el momento para realizar una cesárea ( en animales que suelen requerirla, tales como el Bulldog inglés, donde haya alteraciones en el canal del parto, existencia de sufrimiento fetal o distocias por otros motivos).

En el último tercio de la gestación se puede recurrir a realizar radiografías para poder apreciar con mayor exactitud el tamaño de la camada y, ya al final, valorar el canal del parto, posición fetal y predecir la posible presentación de distocias.

Durante la gestación la hembra irá aumentando de peso, requerirá más aporte calórico y nutrientes para el desarrollo de los fetos y por ello se debe aportar una alimentación preparada para tales situaciones. Ya hay muchas marcas comerciales con piensos preparados para perras gestantes y debemos recurrir a ellos. Además estos piensos orientarán sobre la cantidad que debe aportarse a la madre en cada momento de la gestación y, más tarde, durante la fase de lactación.

Las perras preñadas deben seguir realizando ejercicio pero no exponerlas a esfuerzos excesivos.

Es también muy importante, y esto también lo es para el caso de las gatas, tener MUCHO CUIDADO con el uso de los medicamentos durante la gestación, ya que algunos pueden originar problemas en los fetos y originar abortos o tener efectos teratogénicos y originar malformaciones, algunas de ellas incompatibles con la vida de los fetos y que, por ende, también puedan poner en peligro la vida de la madre.

Una vez que la gestación llega a término, notaremos que aparece una descarga de moco transparente por la vulva de la perra ( apertura del cuello de la matriz), la perra está intranquila, jadea, intenta fabricar el nido. Normalmente le tendremos preparada una paridera. Esta debe ser lo suficientemente amplia como para que la perra se encuentre a gusto y no haya peligro de aplastamiento de los cachorros. También podemos tomar la temperatura rectal a la perra, que sufre un descenso horas antes del parto, tal y como ocurría en la gata.

Como comentábamos en el caso de la gata, es muy aconsejable estar en contacto con nuestro veterinario de confianza. Si se ha hecho un control de la perra durante la gestación, ya se tendrá claro el intervalo de tiempo en el que se presentará el parto. Además, nuestro veterinario nos informará de cómo debe desarrollarse el parto, sabremos cuántos cachorros deben salir y estará preparado por si se presentase cualquier eventualidad.

Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición el Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), operativo también las 24 horas y desde donde podremos resolver todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info


Mi perro tiene una dermatitis atópica

Es esta enfermedad, junto a la dermatitis alérgica por picadura de pulgas, una de las causas más frecuentes de picor en nuestros perros.

Lo primero que podemos hacer es definir esta entidad y lo podríamos hacer diciendo que es una enfermedad alérgica de la piel, que cursa con picor e inflamación, que tiene una predisposición genética y cuya sintomatología se debe a la elevación de la IgE frente a determinados alergenos del ambiente y puede presentarse de forma estacional o no.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info

Tal y como se describe en su definición, esta enfermedad se caracteriza por la presencia de inflamación y picor en la piel del perro afectado. Como tiene predisposición genética, hay razas en las que se presenta con más asiduidad. Así podemos citar entre las razas más afectadas al Golden retriever, el West Highland White Terrier, Bulldog francés, etc.

La edad de presentación o de inicio de la sintomatología se sitúa entre los seis meses y los tres años, lo que no quiere decir que no pueda manifestarse antes ni después de tales edades, aunque es menos frecuente.

En cuanto a la estacionalidad de la sintomatología, esta va a depender de los alergenos ambientales que se encuentren implicados en la enfermedad. Muchos de los perros afectados empiezan con una sintomatología estacional pero esta va evolucionando y acaba siendo anual.

¿Cómo podemos sospechar que nuestro perro padece esta enfermedad? Lo primero que vamos a notar en un perro que tiene una atopia es el picor. Junto al picor aparece enrojecimiento de la piel y la presencia de pápulas (ronchas). Este picor va a originar el rascado de las zonas afectadas y con ello van a aparecer lesiones en la piel, pero siempre van a ser secundarias al picor. Así podemos encontrar en zonas lesionadas por el rascado la presencia de excoriaciones, dermatitis húmeda aguda, costras, etc.

Las zonas afectadas pueden localizarse en la cara (blefaritis y queilitis), orejas (otitis), manos y pies, axilas e ingles. El proceso puede ser más o menos localizado pero también puede ser generalizado. El perro se rasca las zonas afectadas y también se lame. Este lamido excesivo es el que origina que esas zonas adquieran un tono marrón ( más notorio en razas con la piel y pelaje claros).

Conforme el proceso se hace más crónico la piel se va engrosando y aumentando su pigmentación ( hiperpigmentación, hiperqueratosis y liquenificación). Junto a esas lesiones puede aparecer un sobrecrecimiento bacteriano o por levaduras en las zonas afectadas y eso da lugar a la aparición de un olor rancio. Cuando aparecen estas complicaciones, no se debe descuidar su tratamiento.

Cuando acudimos al veterinario debido al problema de picor en nuestro perro, se realiza un examen general y se hace una completa anamnesis ( se toman todos los datos posibles acerca del animal, hábitat, dieta, etc. que nos ayude a orientar el diagnóstico del proceso). Se realizan las pruebas complementarias precisas que ayuden a descartar otras posibles causas de picor en el perro ( parásitos como sarna sarcóptica, dermatofitosis, alergia alimentaria, alergia a la picadura de pulgas, etc.) y, una vez que llegamos al diagnóstico de la atopia, algo que muchas veces es complicado y requiere su tiempo, se procederá a instaurar el tratamiento pertinente.

Es importante saber que hay medicamentos que controlan el picor de forma rápida y eficaz, los corticoides, pero que no curan la enfermedad, solo tratan su síntoma principal, el picor.  Lo ideal sería conocer qué alergenos son los causantes del problema. Para ello se puede recurrir a realizar unas pruebas que pueden ser sobre el mismo animal ( pruebas de intradermoreación, en la que se inyectan en la piel del perro una serie de sustancias, las que habitualmente causan esta enfermedad y se ve cómo responde nuestro perro a ellas) o in vitro, mediante la medición de inmunoglobulinas en la sangre del perro.

Con ello veremos a qué es alérgico nuestro perro y si podemos eliminarlo de su hábitat. Lo normal es que sea imposible el hacer esto pues los alergenos implicados pueden ser ácaros del polvo o de almacenamiento y ciertos pólenes de plantas del entorno del animal. Como no podemos eliminar esos alergenos entonces se puede proceder a preparar unas vacunas especiales que van a desensibilizar a nuestro perro para que no responda frente a esos alergenos sin tener que recurrir a medicaciones del tipo de los corticoides.

Estas vacunas no son todo lo eficaces que nos gustaría y hay un porcentaje alto de perros que no responden bien y tiene que medicarse de forma crónica. Para ello hay distintos medicamentos y SIEMPRE va a ser nuestro veterinario quien, estudiando cada caso concreto, opte por uno o la combinación de varios de ellos intentando reducir las dosis al mínimo para evitar efectos secundarios indeseables en nuestros perros.

Es importante recordar que el diagnóstico de esta enfermedad es sintomático y no mediante las pruebas de intradermoreacción ni de sangre que comentábamos más arriba. Estas pruebas solo se realizan para encontrar los alergenos causantes y fabricar la correspondiente vacuna.

También decíamos antes que pueden aparecer complicaciones debido a la inflamación de la piel y al traumatismo que se causa el perro al rascarse y lamerse. La piel del perro con atopia está afectada y es más fácil que aparezcan infecciones secundarias a este proceso ( infecciones bacterianas y por levaduras) y no debemos descuidar en absoluto el tratamiento de tales complicaciones mediante el uso de los tratamientos antibióticos o antimicóticos pertinentes, tanto en la piel como en las otitis (que tan frecuentemente acompañan a la atopia).

Junto a los tratamientos mencionados para tratar el picor de nuestros perros ( coricoides, ciclosporina, etc.) debemos ayudar también a controlar el buen estado de la piel. Así es importante el uso de champús adecuados que alivien el picor y ayuden a reestablecer la óptima función de barrera de la piel. El uso de ácidos grasos y complejos vitamínicos también ayudan a restablecer la salud dérmica y no debemos obviarlos en los tratamientos de esta enfermedad.

Por último, también debemos recordar que un perro atópico también puede padecer conjuntamente otros trastornos tales como alergia alimentaria o alergia a la picadura de pulgas y que debemos tener bien controlados estos problemas si queremos tener controlada la atopia. Un perro atópico SIEMPRE será atópico, pues es sumamente raro que deje de serlo. Podemos controlar los síntomas (PICOR) y eso es lo importante pues es lo que le da calidad de vida a nuestro perro. Si no se sobrepasa lo que se conoce como umbral del picor (nivel a partir del cual se manifiesta la sintomatología de estas enfermedades alérgicas), aunque nuestro perro padezca alguna de estas enfermedades, no va a mostrar sintomatología y llevará una vida tranquila y sin picor.

Más información sobre picor en los perros

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Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info


La dermatofitosis, hongos.Mi perro tiene hongos. Esta es una de las frases que se escuchan con frecuencia en la Clínica. También habréis podido escuchar esta otra: “mi perro tiene tiña”. en ambos casos estamos hablando del mismo proceso, de la enfermedad conocida por dermatofitosis.

La dermatofitosis consiste en una infección de la piel debida a unos hongos conocidos por dermatofitos. Se afectan las capas más superficiales , pelos y, a veces, las uñas de los perros.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES

Hay varios agentes causantes, que sólo nombraré pues hablar de ellos no viene al caso para lo que de verdad nos interesa. Como decía, los agentes que con más frecuencia producen esta enfermedad son Microsporum canis, Microsporum gypseum y Trichophyton mentagrophytes. El más frecuente en el caso de los perros es el M. canis, que puede llegar a presentarse en un 70% de los casos de dermatofitosis.

Esta enfermedad  puede afectar a perros de todas las edades aunque suele ser más frecuente su presentación en animales jóvenes, los cuales aún no tienen bien desarrollado su sistema inmune, y tamién aparece con más frecuencia en animales que sufren procesos de inmunodepresión.

Como decía al principio es esta una enfermedad contagiosa tanto para los animales como para las personas que conviven con ellos. Ese contagio se puede producir tanto por un contacto directo como a través de objetos que contengan restos de descamación y pelos infectados.

La forma de presentación de esta enfermedad es muy variada. Lo normal es que aparezca en nuestro perro una pequeña calvita redondeada, levemente inflamada y que no suele cursar con picor. Se suele presentar en la cabeza y también en los miembros. Normalmente aparece una o dos calvitas y suele ser un proceso autolimitante, lo que quiere decir que el proceso va a ir remitiendo, incluso sin tratamiento, conforme el sistema defensivo de nuestro perro se ponga en marcha.

A veces el proceso no se queda en esa calvita inicial sino que se puede generalizar extendiéndose por todo el cuerpo del perro afectado, llegando algunos casos a ser bastante graves. Hay más formas de presentación de esta enfermedad pues también puede aparecer lo que se denomina un kerion, lesión de forma circular, muy enrojecida e inflamada y que se debe a que hay una afectación más profunda de la piel con foliculitis y foruculosis.

También puede la enfermedad afectar a las uñas de nuestros perros, afección conocida por onicomicosis y que va a originar que las uñas afectadas se vuelvan frágiles y quebradizas, que se deformen, etc. y es un proceso bastante complicado de tratar y que tiende a la cronicidad.

¿Cómo sé si mi perro tiene hongos? Cuando vemos en nuestro perro, sobre todo si es un cachorrito, lesiones de tipo alopécico (calvitas), un poco enrojecidas, con cierta descamación, podemos sospechar de esto. Hay que tener en cuenta que hay multitud de formas de presentación de la enfermedad y también debemos saber que los síntomas son muy similares o idénticos a otros procesos como puede ser la sarna demodécica, foliculitis bacteriana, afecciones queratoseborreicas, etc.

No debemos olvidar que esta enfermedad puede ser contagiosa para las personas. En los seres humanos se puede manifestar con la aparición de lesiones circulares, inflamadas, enrojecidas y que pican mucho.

Cuando acudimos a nuestro veterinario de confianza, realizará un examen general de nuestro perro. Recordemos que esta enfermedad suele aparecer cuando el sistema inmune está comprometido y debemos descartar otras enfermedades que pueden ser más serias para nuestro perro que la infección por dermatofitos.

Tras el examen general se procede a realizar el estudio dermatológico y en él se suelen realizar diversas pruebas como son el uso de la lámpara de Wood, que es una lámpara de luz ulravioleta y que da lugar a la aparición de fluorescencia en el pelo de las zonas afectadas ( en algunos casos); también se hace un tricograma, estudiando el pelo para ver si se localizan alteraciones compatibles con la enfermedad o se visualizan los dermatofitos. Otra prueba es el raspado de piel, pues ya sabemos que hay otras enfermedades que originan las mismas lesiones como es el caso de la sarna demodécica. También se realizan cultivos en medios especiales para diagnóstico e identificación del dermatofito causante del proceso y, en casos más complicados, también se puede recurrir a la biopsia de la lesión.

Una vez que se confirma el diagnóstico de la dermatofitosis debemos recurrir a instaurar el tratamiento pertinente, el cual incluirá un tratamiento tópico, que a veces requiere el rasurado del animal afectado, y un tratamiento sistémico con los medicamentos que nuestro veterinario considere que se adapten mejor a nuestro caso en concreto. Recordad que debemos tratar no solo al animal afectado sino también el ambiente, es decir, no descuidemos la posible contaminación ambiental por el hongo. Así se aconseja el lavar la cama de nuestro perro, fundas de los sofás, si se sube en ellos, alfombras si las hay, etc. pues ahí pueden quedar restos contaminados que puedan dar lugar al contagio de otros animales o de alguna persona.

Nuestro veterinario seguirá la evolución del caso hasta su curación y deberemos mantener el tratamiento de nuestro perro hasta que le den el alta.

Más información sobre enfermedades de la piel en los perros

Como siempre, queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), también operativo las 24 horas y donde podéis consultar todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info


PREVENCIÓN FRENTE A LOS PARÁSITOS EXTERNOS

¿Cómo prevenir los parásitos externos en los perros..?

Los perros están permanentemente expuestos a infestarse con parásitos externos (pulgas y garrapatas) e internos (gusanos intestinales) al pasear, en el parque o incluso en casa, pero con la llegada de la primavera se acentúa la forestación y es en esta época cuando mas debemos proteger y prevenir a nuestras mascotas.

Prevenir parásitos externos en perros

GARRAPATAS, como evitar que tu perro se infecte de estos parásitos

Prevenir parásitos externos en perros

Cuidado con las GARRAPATAS, son bichos realmente asquerosos, son pequeños arácnidos que parasitan distintas especies animales, entre ellas los perros. Se alimentan de sangre de sus hospedadores, para lo que cuentan con un aparato bucal especial, con ganchos, que les permite perforar la piel del hospedador, adherirse fuertemente a ella y succionar la sangre.

Pueden medir desde unos pocos milímetros hasta más de 1 centímetro de largo, según la especie y su estado de desarrollo. El ciclo de vida de las garrapatas se completa entre el ambiente y uno o varios hospedadores, entre ellos, el perro. Durante los 4 estadios de maduración de su ciclo biológico (huevo, larva, ninfa y adulto), las larvas alternan su hábitat entre el animal que parasitan (adheridas a su piel para alimentarse de sangre) y su entorno. Las formas que están en el ambiente se esconden en hierbas, troncos y ramas, rocas, etc. y esperan el momento adecuado para subirse a un hospedador del cual volver a alimentarse. El contagio de un perro con garrapatas se produce cuando entra en contacto con un ambiente infestado por estos parásitos. Las garrapatas, que estaban escondidas entre las hierbas, rocas o arbustos, detectan la presencia de un hospedador y se suben a él cuando se les acerca.

LEISHMANIOSIS, evitar que el mosquito pique a tu perro

Prevenir parásitos externos en perros

Cómo evitar que el mosquito de la LEISHMANIOSIS, pique a tu perro. La LEISHMANIOSIS es una enfermedad mortal para tu perro. El tratamiento contra la leishmaniosis es complejo, crónico y costoso. Por el momento no disponemos de tratamientos definitivos para eliminar la infección y conseguir una curación definitiva. Los medicamentos que se emplean se dirigen a disminuir la presencia de parásitos en el perro y a controlar la sintomatología.

Aunque la base del tratamiento puede ser la misma, cada perro debe ser tratado de forma específica y debe someterse a un seguimiento estricto durante toda su vida.

Como no podemos predecir cómo reaccionará nuestro perro a la infección por leishmania, debemos recurrir siempre a la protección: evitar la picadura del mosquito mediante insecticidas repelentes como Advantix®, de Bayer que, aplicados de forma adecuada, son esenciales para evitar que nuestro perro se contagie. En el caso de que ya esté infectado, también hay que seguir protegiendo al animal para evitar que la enfermedad se propague.

Nuestros Yorkshires utilizan los productos Bayer.

En Kirdalia Yorkshire Terrier, seguimos los consejos de la multinacional Bayer que con sus productos nos garantizan máxima protección para una optima desparasitación de nuestros Yorkshires.

Su objetivo es la investigación, desarrollo, producción y comercialización de productos innovadores que mejoren la salud de las personas y de los animales en todo el mundo.

Si los parásitos afectan a la salud de la mascota, también pueden provocar infecciones a las personas que conviven con ella.

Por ello es fundamental la prevención desparasitando a tu perro periódicamente. Consulta al veterinario sobre la frecuencia de desparasitación  y productos más adecuados.

Consejos de Bayer:

Pulgas y garrapatas

Aunque las condiciones higiénicas en las que vive nuestra  mascota sean óptimas, a veces es inevitable que se infesten con pulgas y garrapatas al entrar en contacto con su entorno u otros animales.

En el caso de las pulgas hay que tener en cuenta que el perro actúa como hospeador y al moverse, sacudirse o tumbarse los huevos de la pulga caen en grandes cantidades allí donde esté (una alfombra, su cama, el sofá o en su parque favorito) . Los huevos eclosionan y sale la larva que vive en el entorno. Esta forma un envoltorio(capullo) donde se transforma en pupa, y cuando emerge de dicho envoltorio ya es adulta que salta buscando un perro para subir. La forma adulta siempre vive en el perro donde se reproduce y pone los huevos que nuevamente se eliminan al entorno.

Las garrapatas habitan en el césped, los matorrales y otras plantas .

Es muy fácil que el perro se infeste en cualquiera de sus paseos pues las garrapatas cuando detectan su presencia, saltan sobre él. Al alimentarse de la sangre de la mascota, pueden llegar a crecer hasta un tamaño similar al de un guisante.

Los ácaros

La palabra ácaro proviene del griego y significa “diminuto, que no se corta”. Los ácaros son un grupo de la familia de los artrópodos, genéticamente emparentados con las arañas, quienes serían sus parientes lejanos. Generalmente miden menos de un milímetro, y solo visibles al microscopio, pero también existen ácaros de gran tamaño, como las garrapatas. Hasta ahora la ciencia conoce 40.000 especies de ácaros, pero se estima que existen muchas más, aún por descubrir. Los ácaros viven en todas partes, sobre la tierra y en los océanos, y habitan todos los continentes, incluyendo la antártida.

Lo que los diferencia de las arañas, es que muchos ácaros son parásitos que viven sobre su presa y las arañas son cazadoras que no necesitan que esta se mantenga con vida para poder sobrevivir.

Un detalle importante que hay que saber es que muchos ácaros parásitos ocasionan enfermedades en la piel o en la sangre (algunos ácaros de perros son hematófagos, es decir, que se alimentan de sangre), y hay ácaros que pueden afectar tanto al perro como a los humanos que conviven con él en la casa (por ejemplo las garrapatas). Si el perro tiene a estos animalitos en su cuerpo es posible que sus dueños también los tengan. Por ello, por la salud y el bienestar de humanos y animales, es vital saber identificarlos y poder eliminar a estos parásitos.

Los ácaros en las orejas del perro

Los ácaros en perros son una causa común de infestaciones que pueden afectar a diversas áreas corporales y estar causadas por parásitos distintos. Cuando hablamos de los ácaros que afectan al conducto auditivo nos referimos a pequeños parásitos prácticamente microscópicos, que se observan como manchas blancas del tamaño aproximado de la cabeza de un alfiler.

Observarlos a simple vista resulta muy complejo, pero podemos sospechar de su existencia a través de todos los síntomas que provocan.

Todos los perros son susceptibles a sufrir este tipo de infestación, no obstante, es especialmente habitual que los ácaros habiten en las orejas de los perros cachorros, ya que su contagio es muy fácil si se produce por parte de la madre.

Al producirse el contagio por ácaros, los huevos que se introducen en el interior del oído eclosionan tan sólo en 4 días, posteriormente las larvas se alimentan de la cera contenida en el conducto auditivo y en la fase posterior de ninfas el apareamiento empieza de nuevo.

Este ciclo reproductivo se realiza de una forma muy rápida, siendo este el principal problema de esta patología, ya que en un breve periodo de tiempo se puede causar una gran infestación y una sintomatología grave.

Los ácaros que suelen afectar las orejas de los perros son los llamados Otodectes cynotis, que provocan la sarna otodéctica o los Demodex canis que provocan la sarna demodécica localizada.

Síntomas de ácaros en el conducto auditivo del perro

Como veremos posteriormente, es muy importante que el tratamiento de los ácaros se inicie lo antes posible para poder controlar la enfermedad y erradicarla completamente. Por lo tanto, si observas en tu perro alguno de los siguientes síntomas resultará imprescindible que acudas lo antes posible al veterinario:

  • Intensa picazón
  • Rascado continuo
  • Sacudidas y movimientos bruscos de la cabeza
  • Secreción auditiva de color marrón oscuro
  • Mal olor por infección secundaria
  • Sangrado auditivo por rotura de pequeños vasos sanguíneos
  • Orejas rojas y con crostras
  • Malestar general, inquietud

Diagnóstico de los ácaros del oído

El diagnóstico de los ácaros en las orejas del perro es muy sencillo, aunque igualmente debe ser realizado por un profesional veterinario.

Se trata de extraer una muestra de cerumen con la ayuda de un algodón y observarla posteriormente en un fondo negro, como mencionábamos anteriormente, en el caso de ácaros se observarán pequeñas manchas blancas en movimiento.

Tratamiento de los ácaros en las orejas del perro

Actualmente en las tiendas para mascotas podemos encontrar numerosos productos para tratar esta afección, no obstante, no todos ellos son tan inocuos como se anuncia. No practiques la automedicación con tu perro, además debes tener presente que muchos productos aptos para perros adultos pueden resultar muy nocivos para un perro cachorro.

Es imprescindible que el veterinario te recomiende el producto más adecuado, aún así, debemos destacar la piretrina como el principio activo más ampliamente utilizado. El mecanismo de acción de la piretrina es atacar el sistema nervioso central de los parásitos.

No obstante, la piretrina debe emplearse con mucha cautela en perros cachorros, por lo tanto, la atención y prescripción veterinaria son imprescindibles.

Debido a la facilidad de contagio de los ácaros, cualquier otra mascota que conviva en el hogar debe ser tratada para evitar una infestación. No sucede lo mismo con los humanos, ya que estos ácaros no pueden infestar a las personas.

Prevenir los ácaros en las orejas del perro

La infestación por ácaros no siempre se puede prevenir, pero adoptando algunos consejos y medidas higiénico-dietéticas sí podremos reducir el riesgo de que estos parásitos infesten el conducto auditivo de nuestra mascota:

  • Es importante limpiar las orejas del perro de forma periódica
  • Lava periódicamente la cobija del perro y sus accesorios
  • Mantén las defensas de tu perro en óptimo estado, a través de una alimentación saludable y de calidad
  • No olvides de llevarlo al veterinario con la frecuencia necesaria en cada caso

La sarna en perros

La sarna en perros es una enfermedad de la pielcausada por varios tipos de ácaros, que puede tener graves consecuencias si no se trata adecuadamente. Generalmente, se da por contagio directo con algún otro animal afectado o con objetos que hayan estado en contacto con este. Aunque son varios los tipos de sarna que pueden padecer los perros, los más comunes en ellos son la sarna democécica y la sarna sarcóptica. Estos ácaros se encuentran en todo el planeta y pueden afectar a numerosas especies animales. Por ello, no es de extrañar que los tutores de canes, o futuros tutores, se interesen por esta afección cutánea tan común.

Picor excesivo, zonas sin pelo, erupción, inflamación de la piel y escamas cutáneas son algunos de los principales signos de la sarna en perros. En seguida que los detectemos en nuestro can, tendremos que ir al veterinario para que diagnostique qué tipo de sarna es y tratarla cuanto antes. Para más información,

Cómo prevenir la infestación

Actualmente existen tratamientos eficaces y de fácil aplicación

Advantix

Pipeta que elimina pulgas y garrapatas y previene la leishmaniosis.  Es un antiparasitario externo muy eficaz por su doble efecto insecticida y repelente. Además es de fácil aplicación.

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Advantix®

Con efecto repelente
La pipeta con efecto repelente con una eficacia de hasta un 100%*

  • Repele y mata garrapatas. Reduce el riesgo de transmisión de enfermedades (ej. Ehrlichiosis, Babesiosis).
  • Pulguicida y larvicida: Elimina rápidamente las pulgas y las larvas del entorno del perro, por lo que puede utilizarse como parte del tratamiento de la DAPP (Dermatitis Alérgica por Picadura de Pulga). Previene reinfestaciones durante 4 semanas.
  • Repele flebotomos, mosquitos y moscas de los establos. Previene la transmisión de enfermedades (ej. Leishmaniosis).

Los productos repelentes son la forma más segura de proteger a tu perro contra la picadura del flebotomo. Consulte con su veterinario.

*Domenico Otranto et al. Prevention of endemic canine vector-borne diseases using imidacloprid 10% and permethin 50% in young dogs: a longitudinal field study.

La Leishmaniosis

Es una enfermedad muy grave que puede afectar tanto a perros como a personas. Es tan peligrosa que incluso puede ocasionarle la muerte a tu mascota. Lo peor de la Leishmaniosis es que una vez que el flebotomo la ha transmitido, ya no tiene cura.

La leishmaniosis provoca:

  • Lesiones oculares y alrededor de los ojos
  • Lesiones en la piel
  • Problemas renales

Advantix protege a tu perro contra la picadura del flebotomo.

La pipeta con efecto repelente para prevenir la Leishmaniosis

Composición por ml:
Imidacloprid: 10%, Permetrina: 50%

Especies de destino:
Para perros.

Indicaciones:
Repele y elimina garrapatas.
Elimina las pulgas del perro y las larvas de su entorno.
Repele flebotomos, mosquitos y la mosca de los establos.

Modo de administración:
Aplicar una pipeta repartida en varios puntos de la línea dorsal.
Una vez al mes para prevenir pulgas, garrapatas y las enfermedades que transmiten. Aplicar 1 vez cada 3 semanas para prevenir la picadura del flebotomo, transmisor de la Leishmaniosis.

No utilizar en gatos

Presentación:
Estuches con 4 pipetas (blister en bolsa de aluminio) para:
Advantix® Perros hasta 4 kg de peso

Advantix® Perros entre 4 kg y 10 kg de peso

Advantix® Perros entre 10 kg y 25 kg de peso

Advantix® Perros de más de 25 kg de peso

 

Seresto

Collar antiparasitario de una duración de hasta 8 meses. Muy fácil de colocar y seguro tanto para la mascota y como para ti. Es resistente al agua por lo que puedes bañar a tu perro sin sacárselo. Olvídate de pulgas y garrapatas durante 8 meses!

seresto

 Seresto®

Hasta 8 meses de protección y tranquilidad

Seresto® es una nueva forma de protección contra parásitos externos que combina:

  • Un collar fabricado con la tecnología patentada de Bayer que permite una liberación constante y adecuada de dos principios activos: Imidacloprid y Flumetrina.
  • Una eficacia contra pulgas y garrapatas que se mantiene durante 8 meses.

Pulgas: Seresto® se caracteriza por tener una acción adulticida y larvicida, siendo un producto adecuado para el control de pulgas y el tratamiento de la Dermatitis Alérgica Por Pulgas (DAPP).

Garrapatas: Seresto® presenta un efecto tanto acaricida como REPELENTE.

Seresto® permite una protección duradera contra parásitos externos además de disminuir el riesgo de contraer enfermedades de transmisión vectorial (VBD). Es resistente al agua y diseñadocon cierre de seguridad para gatos.

Prevención frente a los parásitos externos. Ya ha llegado la primavera y con ella, además del sol y la buena temperatura, llegan también los parásitos externos.

Es en esta época cuando se dan las mejores condiciones climáticas para el desarrollo de las diversas especies de parásitos que pueden afectar a nuestros perros y gatos y, por ello, es ahora cuando debemos tomar las precauciones adecuadas para intentar evitar que los parásitos entren en contacto con nuestros animales.

Hay una cosa muy importante que no debemos olvidar y es que en cada zona van a proliferar distintas especies de parásitos, por lo que es de suma importancia que sea vuestro veterinario el que os indique cuáles son los riesgos para vuestros perros y/o gatos y qué medios son los mejores para prevenir su infestación.

Entre los parásitos externos más habituales nos encontramos con las pulgas, garrapatas, mosquitos, piojos, ácaros, etc. En cada región puede haber unos u otros y no siempre van a ser los mismos. Es por ello que en unas zonas se dan unas determinadas enfermedades transmitidas por vectores y en otras zonas se dan otras, por lo que debemos estar al tanto de cuáles son los parásitos y enfermedades que se presentan en nuestra zona de residencia tal y como ya habíamos visto en los artículos dedicados a las enfermedades transmitidas por garrapatas, por poner un ejemplo.

Hoy en día es muy habitual el informarse a través de internet sobre todo este tipo de cosas, incluso comprar los antiparasitarios por estos medios sin tener en cuenta la zona en la que vivimos y los parásitos a los que nos enfrentamos. Por poner uno ejemplo, a nivel de nuestro país, España, hay zonas donde existe un riesgo muy alto de contraer dirofilariosis canina (enfermedad del gusano del corazón) mientras que en otras zonas el riesgo es inexistente. Sería una pérdida de tiempo el preocuparnos en prevenir esta enfermedad en nuestro perro si no estamos en zona de riesgo y, mientras tanto, podemos estar descuidando otras enfermedades que sí se dan en esa zona.

Es por esto por lo que comentamos que es MUY IMPORTANTE que sea vuestro veterinario quien os oriente sobre los parásitos que proliferan en vuestra zona y así poder utilizar el o los productos más adecuados.

Por otro lado en esta época también se empiezan a hacer desplazamientos a otras zonas, algo más habitual en verano, por lo que también debemos informarnos sobre si hay que tomar alguna medida más en el control de los parásitos en nuestros animales. Si por ejemplo vamos a una zona endémica de dirofilariosis y en nuestra zona de residencia habitual no existe esta enfermedad, nuestro animal corre un riesgo muy grande de contraerla si no hemos tomado las medidas adecuadas para prevenirla.

No debemos esperar, como muchas personas suelen hacer, a que llegue el buen tiempo para empezar con la prevención frente a los parásitos externos. El tan conocido “cambio climático” también está afectando a los hábitats de los parásitos y están ampliando las zonas donde pueden vivir, con lo que zonas que estaban antes libres de estas enfermedades ahora son zonas de riesgo.  Junto a esto, al viajar cada vez más con nuestras mascotas, estas pueden contraer alguna de estas enfermedades y llevarlas a zonas donde antes no existían.

Ya hemos hablado en otros artículos de que hay diversos tipos de tratamientos preventivos para nuestros perros y gatos. Podemos utilizar collares, pipetas, pulverizadores, baños, inyectables, comprimidos. De todos estos sistemas, SIEMPRE debemos utilizar el que mejor se adapta a nuestro animal en concreto y que le otorgue la protección más amplia posible. A veces es necesaria la combinación de dos productos para conseguir una protección integral frente a los parásitos externos.

Vuelvo a insistir: PREGUNTAD, PREGUNTAD Y PREGUNTAD a vuestro veterinario de confianza sobre estos productos y dejaros aconsejar por él ya que es él quien conoce los riesgos a los que están expuestos vuestros animales y las ventajas de utilizar uno u otro producto.

Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para resolver todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info


La dermatofitosis, hongos. Mi perro tiene hongos.

Esta es una de las frases que se escuchan con frecuencia en la Clínica. También habréis podido escuchar esta otra: “mi perro tiene tiña”. en ambos casos estamos hablando del mismo proceso, de la enfermedad conocida por dermatofitosis.

La dermatofitosis consiste en una infección de la piel debida a unos hongos conocidos por dermatofitos. Se afectan las capas más superficiales , pelos y, a veces, las uñas de los perros.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES

Hay varios agentes causantes, que sólo nombraré pues hablar de ellos no viene al caso para lo que de verdad nos interesa. Como decía, los agentes que con más frecuencia producen esta enfermedad son Microsporum canis, Microsporum gypseum y Trichophyton mentagrophytes. El más frecuente en el caso de los perros es el M. canis, que puede llegar a presentarse en un 70% de los casos de dermatofitosis.

Esta enfermedad  puede afectar a perros de todas las edades aunque suele ser más frecuente su presentación en animales jóvenes, los cuales aún no tienen bien desarrollado su sistema inmune, y tamién aparece con más frecuencia en animales que sufren procesos de inmunodepresión.

Como decía al principio es esta una enfermedad contagiosa tanto para los animales como para las personas que conviven con ellos. Ese contagio se puede producir tanto por un contacto directo como a través de objetos que contengan restos de descamación y pelos infectados.

La forma de presentación de esta enfermedad es muy variada. Lo normal es que aparezca en nuestro perro una pequeña calvita redondeada, levemente inflamada y que no suele cursar con picor. Se suele presentar en la cabeza y también en los miembros. Normalmente aparece una o dos calvitas y suele ser un proceso autolimitante, lo que quiere decir que el proceso va a ir remitiendo, incluso sin tratamiento, conforme el sistema defensivo de nuestro perro se ponga en marcha.

A veces el proceso no se queda en esa calvita inicial sino que se puede generalizar extendiéndose por todo el cuerpo del perro afectado, llegando algunos casos a ser bastante graves. Hay más formas de presentación de esta enfermedad pues también puede aparecer lo que se denomina un kerion, lesión de forma circular, muy enrojecida e inflamada y que se debe a que hay una afectación más profunda de la piel con foliculitis y foruculosis.

También puede la enfermedad afectar a las uñas de nuestros perros, afección conocida por onicomicosis y que va a originar que las uñas afectadas se vuelvan frágiles y quebradizas, que se deformen, etc. y es un proceso bastante complicado de tratar y que tiende a la cronicidad.

¿Cómo sé si mi perro tiene hongos? Cuando vemos en nuestro perro, sobre todo si es un cachorrito, lesiones de tipo alopécico (calvitas), un poco enrojecidas, con cierta descamación, podemos sospechar de esto. Hay que tener en cuenta que hay multitud de formas de presentación de la enfermedad y también debemos saber que los síntomas son muy similares o idénticos a otros procesos como puede ser la sarna demodécica, foliculitis bacteriana, afecciones queratoseborreicas, etc.

No debemos olvidar que esta enfermedad puede ser contagiosa para las personas. En los seres humanos se puede manifestar con la aparición de lesiones circulares, inflamadas, enrojecidas y que pican mucho.

Cuando acudimos a nuestro veterinario de confianza, realizará un examen general de nuestro perro. Recordemos que esta enfermedad suele aparecer cuando el sistema inmune está comprometido y debemos descartar otras enfermedades que pueden ser más serias para nuestro perro que la infección por dermatofitos.

Tras el examen general se procede a realizar el estudio dermatológico y en él se suelen realizar diversas pruebas como son el uso de la lámpara de Wood, que es una lámpara de luz ulravioleta y que da lugar a la aparición de fluorescencia en el pelo de las zonas afectadas ( en algunos casos); también se hace un tricograma, estudiando el pelo para ver si se localizan alteraciones compatibles con la enfermedad o se visualizan los dermatofitos. Otra prueba es el raspado de piel, pues ya sabemos que hay otras enfermedades que originan las mismas lesiones como es el caso de la sarna demodécica. También se realizan cultivos en medios especiales para diagnóstico e identificación del dermatofito causante del proceso y, en casos más complicados, también se puede recurrir a la biopsia de la lesión.

Una vez que se confirma el diagnóstico de la dermatofitosis debemos recurrir a instaurar el tratamiento pertinente, el cual incluirá un tratamiento tópico, que a veces requiere el rasurado del animal afectado, y un tratamiento sistémico con los medicamentos que nuestro veterinario considere que se adapten mejor a nuestro caso en concreto. Recordad que debemos tratar no solo al animal afectado sino también el ambiente, es decir, no descuidemos la posible contaminación ambiental por el hongo. Así se aconseja el lavar la cama de nuestro perro, fundas de los sofás, si se sube en ellos, alfombras si las hay, etc. pues ahí pueden quedar restos contaminados que puedan dar lugar al contagio de otros animales o de alguna persona.

Nuestro veterinario seguirá la evolución del caso hasta su curación y deberemos mantener el tratamiento de nuestro perro hasta que le den el alta.

Más información sobre enfermedades de la piel en los perros

Como siempre, queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), también operativo las 24 horas y donde podéis consultar todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info


La dermatofitosis, hongos. Mi perro tiene hongos.

Esta es una de las frases que se escuchan con frecuencia en la Clínica. También habréis podido escuchar esta otra: “mi perro tiene tiña”. en ambos casos estamos hablando del mismo proceso, de la enfermedad conocida por dermatofitosis.

La dermatofitosis consiste en una infección de la piel debida a unos hongos conocidos por dermatofitos. Se afectan las capas más superficiales , pelos y, a veces, las uñas de los perros.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES

Hay varios agentes causantes, que sólo nombraré pues hablar de ellos no viene al caso para lo que de verdad nos interesa. Como decía, los agentes que con más frecuencia producen esta enfermedad son Microsporum canis, Microsporum gypseum y Trichophyton mentagrophytes. El más frecuente en el caso de los perros es el M. canis, que puede llegar a presentarse en un 70% de los casos de dermatofitosis.

Esta enfermedad  puede afectar a perros de todas las edades aunque suele ser más frecuente su presentación en animales jóvenes, los cuales aún no tienen bien desarrollado su sistema inmune, y tamién aparece con más frecuencia en animales que sufren procesos de inmunodepresión.

Como decía al principio es esta una enfermedad contagiosa tanto para los animales como para las personas que conviven con ellos. Ese contagio se puede producir tanto por un contacto directo como a través de objetos que contengan restos de descamación y pelos infectados.

La forma de presentación de esta enfermedad es muy variada. Lo normal es que aparezca en nuestro perro una pequeña calvita redondeada, levemente inflamada y que no suele cursar con picor. Se suele presentar en la cabeza y también en los miembros. Normalmente aparece una o dos calvitas y suele ser un proceso autolimitante, lo que quiere decir que el proceso va a ir remitiendo, incluso sin tratamiento, conforme el sistema defensivo de nuestro perro se ponga en marcha.

A veces el proceso no se queda en esa calvita inicial sino que se puede generalizar extendiéndose por todo el cuerpo del perro afectado, llegando algunos casos a ser bastante graves. Hay más formas de presentación de esta enfermedad pues también puede aparecer lo que se denomina un kerion, lesión de forma circular, muy enrojecida e inflamada y que se debe a que hay una afectación más profunda de la piel con foliculitis y foruculosis.

También puede la enfermedad afectar a las uñas de nuestros perros, afección conocida por onicomicosis y que va a originar que las uñas afectadas se vuelvan frágiles y quebradizas, que se deformen, etc. y es un proceso bastante complicado de tratar y que tiende a la cronicidad.

¿Cómo sé si mi perro tiene hongos? Cuando vemos en nuestro perro, sobre todo si es un cachorrito, lesiones de tipo alopécico (calvitas), un poco enrojecidas, con cierta descamación, podemos sospechar de esto. Hay que tener en cuenta que hay multitud de formas de presentación de la enfermedad y también debemos saber que los síntomas son muy similares o idénticos a otros procesos como puede ser la sarna demodécica, foliculitis bacteriana, afecciones queratoseborreicas, etc.

No debemos olvidar que esta enfermedad puede ser contagiosa para las personas. En los seres humanos se puede manifestar con la aparición de lesiones circulares, inflamadas, enrojecidas y que pican mucho.

Cuando acudimos a nuestro veterinario de confianza, realizará un examen general de nuestro perro. Recordemos que esta enfermedad suele aparecer cuando el sistema inmune está comprometido y debemos descartar otras enfermedades que pueden ser más serias para nuestro perro que la infección por dermatofitos.

Tras el examen general se procede a realizar el estudio dermatológico y en él se suelen realizar diversas pruebas como son el uso de la lámpara de Wood, que es una lámpara de luz ulravioleta y que da lugar a la aparición de fluorescencia en el pelo de las zonas afectadas ( en algunos casos); también se hace un tricograma, estudiando el pelo para ver si se localizan alteraciones compatibles con la enfermedad o se visualizan los dermatofitos. Otra prueba es el raspado de piel, pues ya sabemos que hay otras enfermedades que originan las mismas lesiones como es el caso de la sarna demodécica. También se realizan cultivos en medios especiales para diagnóstico e identificación del dermatofito causante del proceso y, en casos más complicados, también se puede recurrir a la biopsia de la lesión.

Una vez que se confirma el diagnóstico de la dermatofitosis debemos recurrir a instaurar el tratamiento pertinente, el cual incluirá un tratamiento tópico, que a veces requiere el rasurado del animal afectado, y un tratamiento sistémico con los medicamentos que nuestro veterinario considere que se adapten mejor a nuestro caso en concreto. Recordad que debemos tratar no solo al animal afectado sino también el ambiente, es decir, no descuidemos la posible contaminación ambiental por el hongo. Así se aconseja el lavar la cama de nuestro perro, fundas de los sofás, si se sube en ellos, alfombras si las hay, etc. pues ahí pueden quedar restos contaminados que puedan dar lugar al contagio de otros animales o de alguna persona.

Nuestro veterinario seguirá la evolución del caso hasta su curación y deberemos mantener el tratamiento de nuestro perro hasta que le den el alta.

Más información sobre enfermedades de la piel en los perros

Como siempre, queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), también operativo las 24 horas y donde podéis consultar todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info


Veterinaria: La gastritis en perros.

Las gastritis son causas importantes de vómito en el perro y el gato. Un diagnóstico de gastritis se hace sobre la base del examen histológico de biopsias gástricas. La causa de estos hallazgos histológicos rara vez se determina, y en ausencia de objetos extraños y de infección fúngica, usualmente se ha atribuido a intolerancia o alergia alimentaria, parásitos o a reacción a antígenos bacterianos. El reciente redescubrimiento de las bacterias gástricas espiraladas en perros y gatos puede ayudar a clarificar esta situación. Al momento, la relación de las especies de Helicobacter con la inflamación gástrica en perros y gatos no está resuelta.

El descubrimiento de la asociación de Helicobacter pylori con gastritis, úlceras pépticas y neoplasias gástricas ha llevado a cambios fundamentales en la comprensión de la enfermedad gástrica en humanos. Las investigaciones de las relaciones de la enfermedad gástrica con Helicobacter spp. en otros animales ha resultado en el descubrimiento de H. mustelae en hurones con gastritis y úlceras pépticas, H. acinonyx en chitas con gastritis severa y H. heilmannii en cerdos con úlcera gástrica. La presencia de organismos gástricos semejantes a Helicobacter (HLO) en el estómago de perros y gatos ha sido conocida por muchos años, pero la relación de esos organismos con las enfermedades gástricas está sin resolver, con inflamación acompañando a la infección en algunos pero no en todos los animales infectados.

Helicobacter son bacterias con forma espiral o curva, a veces cocoide, gram negativas, que ocupan las glándulas, células parietales y mucus del estómago. Los numerosos HLO gástricos en perros y gatos son morfológicamente indistinguibles al microscopio de luz, donde se ven como amplios espirales 5-12 µm de longitud, pero han sido clasificados dentro de diversas especies de Helicobacter sobre la base de secuenciación de 16s rRNA, hibridación de DNA y la apariencia en el microscopio electrónico. H. felis, H bizzozeronii, H. salomonis, H. heilmannii (también llamado Gastrospirilium hominis), H. bilis y Flexispira rappinii han sido hallados en la mucosa gástrica de los perros, y H. felis, H. heilmannii y H. pylori en el estómago de los gatos. A pesar de su importancia en las personas, hay poca información sobre la relación deHelicobacter con enfermedades gástricas en perros y gatos. Si bien está asociado generalmente con el estómago, varias especies de Helicobacter, como H. canis, H. bilis y H. hepaticus, pueden colonizar selectivamente el duodeno, el tracto gastrointestinal inferior y el hígado.

Prevalencia

Estudios recientes sugieren una alta prevalencia de infección gástrica por Helicobacter en perros y gatos. GATOS: 86% de gatos tomados al azar, 41-60% de gatos clínicamente sanos y 57-76% de gatos infectados con vómitos. PERROS: 67-86% de perros clínicamente sanos, 74-80% de perros presentados para la investigación de vómitos recurrentes y 100% de beagles clínicamente sanos infectados experimentalmente.

Patogenicidad

La gastritis aguda y crónica son consideradas causas importantes de vómito en el perro y el gato. Un diagnóstico de gastritis se hace sobre la base del examen histológico de biopsias gástricas, con varias subclasificaciones de gastritis basadas en el tipo de inflamación y la presencia de atrofia o hipertrofia de la mucosa o muscular. La causa de estos hallazgos histológicos rara vez se determina, y en ausencia de objetos extraños y de infección fúngica, usualmente se ha atribuido a intolerancia o alergia alimentaria, parásitos o a reacción a antígenos bacterianos. El reciente redescubrimiento de las bacterias gástricas espiraladas en perros y gatos puede ayudar a clarificar esta situación. Al momento, la relación de las especies de Helicobacter con la inflamación gástrica en perros y gatos no está resuelta, con inflamación acompañando a la infección en algunos pero no en todos los sujetos. Experimentos para determinar la patogenicidad deHelicobacter spp. en perros, han demostrado gastritis, proliferación de folículos linfoideos y respuesta inmune humoral después de la infección de perros gnotobióticos con H. felis y H. pylori. De todos modos, los signos clínicos de gastritis estuvieron ausentes en esos perros infectados experimentalmente. Está claro que el estado actual de conocimiento con respecto a Helicobacter asociado a gastritis en perros y gatos es pobre y se necesitan muchas más evaluaciones experimentales y clínicas para determinar su rol en la gastritis en pequeños animales.

Potencial zoonótico

La prevalencia aparentemente alta de Helicobacter spp. en perros y gatos, y particularmente el reciente aislamiento de H. pylori de un grupo de gatos de laboratorio, aumenta la posibilidad de que mascotas familiares puedan servir como reservorio para la transmisión de Helicobacter spp. a las personas. Por cierto, un caso reportado recientemente ha sugerido la transmisión de Helicobacter spp. de las mascotas al hombre. No obstante, no pueden hacerse en este momento planteos claros sobre el potencial zoonótico de perros y gatos a sus dueños, ya que la transmisión directa no ha sido demostrada y la prevalencia de la infección con Helicobacter spp. de significancia zoonótica en la población canina no es conocida.

Diagnóstico clínico

El vómito y la gastritis (la cual puede ser subclínica) son consideradas como las principales manifestaciones de infección con Helicobacter spp. gástricos en perros y gatos. Cuando el problema es el vómito, la aproximación diagnóstica se centra en descartar causas infecciosas, parasitarias, dietéticas, tóxicas, metabólicas y causas no gastrointestinales de vómito, sobre la base de la anamnesis, el examen clínico, análisis de laboratorio y radiografías o ecografías. La endoscopía se usa para investigar causas gástricas y de intestino proximal de vómitos. La apariencia endoscópica del estómago de animales con gran número de Helicobacter spp. está caracterizada en forma variable, por la presencia de grandes cantidades de mucus y erosiones en la superficie mucosa, que aparecen en relación a los folículos linfoideos. El diagnóstico de Helicobacter spp. se obtiene generalmente por su demostración en biopsias gástricas.

Evaluación de biopsias gástricas

A fin de detectar Helicobacter spp. las biopsias gástricas generalmente se someten a pruebas de ureasa, examen de improntas, cultivo microbiológico y evaluación histológica con H&E o tinción plata. En mi experiencia, la evaluación de improntas es el más sensible de estos métodos para detectar Helicobacter spp. gástricos. La evaluación de la producción de ureasa por biopsias endoscópicas es empleada comunmente como prueba tamiz rápida. Esta prueba se basa en la producción bacteriana de ureasa en biopsias gástricas ( más apta para Helicobacter spp.) por generar amonio de urea y causar un cambio de pH en una solución indicadora (rojo a rosa). El tiempo tomado para el cambio de color está relacionado con el número de bacterias presentes en la biopsia. La prueba de ureasa debe ser evaluada dentro de las tres horas, y algunos sugieren luego de 24 horas de incubación de la biopsia. La histopatología, utilizando H&E, se puede usar para demostrar organismos espiralados grandes en el mucus gástrico. Las tinciones con plata permiten la detección de menores números de bacterias que la H&E y permite distinguirlas más fácilmente de la mucosa, especialmente en las glándulas y células parietales (las bacterias aparecen como espirales negros sobre un fondo marrón claro). Para especificar el tipo de Helicobacter también pueden hacerse tinciones con plata; H. felis, H. bizzozeronii, H. salomonis y H. heilmannii son espirales gástricos grandes que van desde 5 a 10 µm mientras que H. pylori es menor (2-4 µm) y puede estar presente en formas cocoideas. El microscopio electrónico puede usarse para una especificación más definitiva de Helicobacter en biopsias de perros y gatos (basado en la presencia o ausencia de espirales o flagelos polares). La PCR y la hibridación in situ son herramientas que se descubrieron para permitir la identificación específica de los organismos en las biopsias gástricas.

Diagnóstico no invasivo

La medición de anticuerpos circulantes (IgG) contra H. pylori es un medio de diagnóstico no invasivo sensible y específico de infección con Helicobacter en humanos y ha facilitado la investigación de la prevalencia y la identificación de factores de riesgo de infección. También se ha demostrado una respuesta humoral a Helicobacter spp. gástricos en perros y gatos después de la infección natural y experimental, pero esto todavía no ha sido llevado a una aplicación clínica. La producción de ureasa por Helicobacter spp. también ha sido usada como base de una prueba instantánea con un isótopo de carbono marcado para el diagnóstico no invasivo, o para determinar los efectos del tratamiento en humanos, perros y gatos con Helicobacter. Los reportes iniciales sugieren que esta prueba permitirá la discriminación de perros y gatos infectados y no infectados.

Tratamiento

La ausencia general de conocimiento de la patogenicidad de Helicobacter spp. gástricos, ha significado que los veterinarios hagan frente al dilema de tratar o ignorar las bacterias espiraladas observadas en las biopsias de pacientes con vómito crónico y gastritis. Visto desde su patogenicidad en humanos, hurones, chitas y ratones, parecería prudente que se intente la erradicación de Helicobacter spp. gástricos previo a la iniciación del tratamiento con agentes inmunosupresores para controlar la gastritis. Los protocolos de tratamiento actuales están basados en aquellos hallados efectivos en humanos infectados con H. pylori. Un tratamiento experimental no controlado de perros y gatos con gastritis y Helicobacter mostró que los signos clínicos fueron altamente sensibles al tratamiento con una combinación de antibióticos y antagonistas H2. La amoxicilina (20 mg/kg PO, dos veces por día, 14 días), metronidazol (20 mg/kg PO, dos veces por día, 14 días) y famotidina (0,5 mg/kg PO, dos veces por día, 14 días) en perros, y claritromicina (30 mg PO, dos veces por día, 4 días), metronidazol (30 mg PO, dos veces por día, 4 días), ranitidina (20 mg PO, dos veces por día, 4 días) y bismuto (40 mg PO, dos veces por día, 4 días) en gatos, son combinaciones que han sido rigurosamente evaluadas. La evaluación de biopsias gástricas a los tres días (perros) o diez días (gatos) revelaron que 6/8 perros y 11/11 gatos estaban libres de Helicobacter, no obstante 8/8 perros y 4/11 gatos fueron hallados infectados a los 28 días (perros) o 42 días (gatos) después de terminada la terapia antimicrobiana.

Fuente de información:

http://argos.portalveterinaria.com/


El virus causante del moquillo canino neurológico afecta a diversas especies animales y causa una importante serie de signos clínicos, cuya aparición dependerá, fundamentalmente, de la respuesta inmune del hospedador. En este artículo se realiza una exhaustiva revisión de la epidemiología, patogenia, diagnóstico, prevención y tratamiento de esta enfermedad infecciosa del sistema nervioso.

Xavier Raurell, Carme Centellas
Hospital Veterinari Molins
Imágenes cedidas por los autores
http://argos.portalveterinaria.com/

El virus del moquillo canino pertenece al género Morbillivirus y familia Paramyxoviridae. Es un virus ARN capaz de codificar proteínas para su estructura, tanto de envoltorio como de núcleo. En su envoltorio tiene hemaglutininas (H), cuya función es unirse a las células huésped, proteínas de matriz (M), de fusión 1 (F1) y de fusión 2 (F2). Estas tres últimas están implicadas en la penetración en la célula huésped.

Entre las proteínas que protegen al genoma están la grande (L) y la polimerasa (P), que son funcionales y forman parte del complejo polimerasa. La proteína de la nucleocápside (N) es estructural y protege al ARN.

Otras especies susceptibles al moquillo canino son el coyote, dingo, lobo, zorro, mustélidos (hurón, marta, visón), prociónidos como el mapache, osos, herpéstidos (mangosta, suricata), y grandes felinos como el león, jaguar, ocelote y guepardo. También puede haber infecciones por morbilivirus en humanos (sarampión, rubeola), equinos, bovinos, porcinos, delfines y focas.

El virus del moquillo canino es muy lábil fuera del animal. Es susceptible a la luz ultravioleta, al calor y a la sequedad. Se elimina bien con soluciones con éter, cloroformo, fenol o amonio cuaternario. En climas fríos puede resistir semanas a temperaturas de entre 0 ºC y 4 ºC.

Epidemiología

La enfermedad se contagia a través de aerosoles; los perros afectados lo eliminan a partir de secreciones del aparato respiratorio, digestivo y también en la orina. Esto ocurre a partir de los 7 días posinfección. Entre el 25 y el 75% de los perros susceptibles presentan enfermedad subclínica, y eliminan el virus sin mostrar signos de enfermedad.

La inmunidad que desarrollan muchos perros puede prolongarse 2-3 años, pero los perros no revacunados pueden perder dicha inmunidad y ser infectados en periodos de estrés o inmunosupresión. Los cachorros de entre 3 y 6 meses de edad son los que están más predispuestos a la infección, ya que esta edad coincide con el descenso de la inmunidad maternal. Tanto a nivel sistémico como neurológico, los perros pueden ser susceptibles a cualquier edad.

Se describe menor prevalencia en perros braquicefálicos que en dolicocefálicos. La infección por el virus del moquillocanino se da con mayor facilidad en perreras y en perros que mantienen contacto con animales salvajes.

Es un virus extendido globalmente, y se producen casos en toda América, Europa, norte y sureste de Asia, África y Australia.  Algunas de las cepas más neurotróficas son la Snyder Hill (polioencefalomielitis), la A75/17 y la R252 (desmielinización).

Patogénesis

El virus del moquillo canino infecta los epitelios de múltiples tejidos del organismo. Después de entrar en el huésped por vía de aerosol, se replica en los macrófagos y monocitos de las tonsilas, el epitelio del aparato respiratorio y los ganglios regionales, alcanzando el pico de replicación de partículas víricas en 2-4 días. A partir de entonces empieza la viremia, y el virus alcanza el sistema digestivo (estómago, intestino delgado), hígado, médula ósea, bazo y otros tejidos linfoides. En este momento habrá fiebre y linfopenia. Varios días después ocurrirá una segunda viremia, con la llegada de virus a las células epiteliales de los ojos, la piel y el sistema nervioso central. A partir de entonces empieza a eliminarse a través de los epitelios respiratorio, gastrointestinal y urinario.

La presentación de signos de enfermedad depende, principalmente, de la respuesta humoral del animal infectado. Si falla en su respuesta inmunitaria va a desarrollar enfermedad multisistémica con persistencia del virus en los tejidos y probable muerte del animal. Si el huésped monta una respuesta humoral inadecuada, pero al menos existente en bajos niveles, mostrará enfermedad leve o inaparente. Estos animales pueden eliminar virus hasta los 60-90 días posinfección. Si monta una respuesta de anticuerpos adecuada no manifestará signos de enfermedad.

La presencia de virus en el sistema nervioso central ocurrirá en fases tardías de la enfermedad (14-20 días posinfección) en aquellos animales sin respuesta inmunitaria o respuesta muy baja. La prevalencia del virus en el sistema nervioso de animales con buena respuesta humoral es baja.

Inmunidad del sistema nervioso y moquillo canino

El virus del moquillo canino causa inmunosupresión marcada debido a la infección en linfocitos T y B, siendo los T los más afectados. La linfopenia se debe principalmente al descenso de los linfocitos CD4+. La entrada del virus al sistema nervioso central (SNC) puede ocurrir a través de plaquetas o células mononucleares, o bien las partículas víricas pueden acceder libres a los espacios perivasculares de meninges y a los plexos coroideos del IV ventrículo y del epitelio ependimario. Hasta hace pocos años se postulaba la teoría del privilegio inmunitario cerebral, que consiste en una menor reactividad inmunitaria del cerebro que permitía evitar mayor lesión.

Ahora se sabe que el SNC tiene capacidad de activar su sistema de defensa aunque expresa menor cantidad de moléculas del CMH (complejo mayor de histocompatibilidad) de clase II. Durante la infección por moquillo la microglía activada expresa más genes del CMH, sobre todo en la forma desmielinizante. Este tipo tiene lugar de forma aguda/subaguda y ocurre durante el periodo de mayor inmunosupresión. Se ha detectado material genético vírico en los oligodendrocitos, células productoras de mielina en el SNC. El virus del moquillo provoca disfunción metabólica y morfológica en dichas células dando así lugar a una menor producción de mielina y, finalmente, desmielinización sin inflamación.

La enfermedad crónica se caracteriza por una respuesta inmunitaria celular y humoral causando manguitos perivasculares de varias capas de grosor con linfocitos, células plasmáticas y macrófagos. En esta reacción inmunomediada los oligodendrocitos sufren el daño de forma indirecta.

La persistencia de virus en el SNC puede ser debida a diversas razones. El virus se replica de forma incompleta para no ser detectado por el sistema inmunitario. Los linfocitos, responsables de la inmunovigilancia, no pasan de los espacios perivasculares.

Figura 1. Resonancia magnética. Corte transvesal ponderado en T2 en el tálamo. Se aprecia una señal hiperintensa en hemisferio cerebral izquierdo que afecta tanto a la sustancia blanca como a la gris.  Si bien es una imagen compatible con encefalitis, no es específica de moquillo, ya que tiene un diagnóstico diferencial muy amplio.

Diagnóstico del moquillo neurológico

El diagnóstico de la infección por el virus del moquillo canino neurológico puede llegar a ser complejo, como el de la mayoría de las enfermedades infecciosas del sistema nervioso. Existen, principalmente, dos inconvenientes: los signos neurológicos nunca son específicos de enfermedad sino de una localización neuroanatómica. En segundo lugar, debe demostrarse que estos signos son debidos al moquillo. Por tanto, las pruebas diagnósticas deben evidenciar la presencia del virus en el SNC.

En la hematología puede verse linfopenia durante las primeras fases de la infección (viremia) y se ha visto en el 57% de los casos descritos. También se ha descrito trombocitopenia en algunos casos. La bioquímica de los animales con moquillosuele ser normal.

La inmunofluorescencia directa para antígeno de moquillo en raspados conjuntivales es una técnica muy usada y suele ser positiva en la mayoría de casos. También se ha descrito para sedimento de orina y de lavado traqueal.

La resonancia magnética (RM) y analítica del líquido cefalorraquídeo (LCR) reflejan el estado del SNC pero dan resultados muy variables y poco específicos (figura 1). La técnica con mayor especificidad es la RT-PCR y puede aplicarse en LCR, orina, tonsilas, sangre entera o muestras conjuntivales. Actualmente existen diversas técnicas de PCR; una de ellas es la CODEHOP (consensus and degenerate hybrid oligonucleotide primer) la cual no se limita al estudio de un solo patógeno sino que lo hace de forma más genérica y detecta la presencia de bacterias o virus de forma muy sensible. Es una técnica poco específica, pero ya se ha usado para detectar paramixovirus en casos de moquillo (PCR pan-virales).

Otro método de diagnóstico para el moquillo es la inmunohistoquímica (IHQ) para detectar antígeno vírico que también tiene gran especificidad. Se ha descrito en piel, mucosa nasal y cojinetes plantares. También se puede usar con tejido nervioso en muestras de necropsia. La IHQ ha demostrado una especificidad para moquillo entre el 88 y el 96%.

Signos neurológicos en perros con moquillo
  • ¿Cuándo aparecen? Pueden empezar entre 1 y 3 semanas después de los signos sistémicos (respiratorios, gastrointestinales y cutáneos). A veces pueden observarse solapados o, por el contrario, después de varios meses.
  • ¿A qué edades afectan? Cerca del 50% de los perros con moquillo neurológico son menores de 1 año. En general, pueden verse signos por moquillo neurológico en perros de todas las edades con o sin enfermedad sistémica, vacunados o no. Entre el 30- 40% han sido vacunados durante el año anterior.
  • ¿Cómo suelen aparecer? Los signos suelen ser multifocales, sobre todo vestibulares y cerebelares. Las convulsiones y alteraciones en el estado mental también son signo común. Las convulsio- nes con movimientos masticatorios repetitivos y sialorrea se han asociado a polioencefalomalacia del córtex temporal y lóbulo piriforme, pero esto también se observa en estatus epiléptico por otras causas. Algunos perros pueden mostrar hiperestesia cervical con o sin ataxia sensorial.
  • ¿Son los mioclonos signos patognomónicos de moquillo? Otro signo neurológico muy común son los mioclonos, movimientos repetitivos de ciertos grupos musculares (cabeza y/o extremidades) incluso durante el sueño. Pueden verse en ausencia de otros signos. Se dan por irritación de las neuronas motoras inferiores (NMI) de la médula espinal o de los núcleos del tronco. Es importante destacar que no es un signo patognomónico de moquillo, ya que existen otras infecciones víricas que pueden darlos.
  • ¿Qué es la encefalitis del perro viejo? Los perros que han presentado infección neurológica agu- da en la que el virus persiste durante un periodo de tiempo largo pueden presentar una encefalomielitis crónica y progresiva con afectación de ambos hemisferios cerebrales. Esta presentación se conoce con el nombre de encefalitis del perro viejo (ODE).
  • ¿Existe alguna otra presentación? Otro tipo de presentación es el moquillo neurológico posvacunal con virus vivo atenuado en perros sin historial de vacunación.

Neuropatología del moquillo canino

Pueden aparecer cambios tanto en la sustancia blanca (leucoencefalomielitis o LEM) como en la sustancia gris (polioencefalomielitis o PEM). Las dos formas de inflamación pueden verse juntas en el mismo perro pero, normalmente, tiene lugar la afectación de la sustancia gris primero, que ocurre 1 semana posinfección con inflamación no supurativa. Estos animales suelen morir en 2-3 semanas presentando síndromes convulsivos. Si el animal tiene una buena respuesta inmune o la enfermedad neurológica progresa, entonces se observa la afectación de la sustancia blanca, que ocurre aproximadamente 3 semanas posinfección. La LEM es la forma más frecuente de moquillo neurológico y es siempre posterior a la PEM subclínica. La PEM consiste en inflamación en forma de manguitos perivasculares formados por células mononucleares, degeneración neuronal y gliosis. En ocasiones, pueden observarse inclusiones intracitoplasmáticas en astrocitos. También puede verse hipertrofia de los vasos sanguíneos. Es muy característica de esta forma la necrosis laminar cortical. La PEM se da en corteza cerebral, núcleos basales, tronco encefálico y médula espinal. La LEM tiene predilección por los pedúnculos cerebelosos, tractos ópticos, fórnix hipocampal y sustancia blanca medular. En esta forma se observa desmielinización sin inflamación (figura 2). A las 4-5 semanas posinfección puede observarse encefalomielitis necrotizante no supurativa que sigue a la desminelinización de la fase anterior.

Figura 2. Desmielinización y espongiosis en la sustancia blanca cerebelar en un perro con moquillo (H/E x15). Cortesía Martí Pumarola (Servei Diagnòstic de Patología Veteriànria, UAB).

 

Tratamiento y prevenciónNo existe tratamiento específico para el moquillo canino neurológico. Consiste principalmente en dar soporte mediante un buen manejo hospitalario. Los antibióticos están indicados para tratar infecciones bacterianas secundarias (B. bronchiseptica) asociadas a animales inmunodeprimidos y, sobre todo, si presentan signos sistémicos.

Si el animal presenta convulsiones debe utilizarse fenobarbital entre 2-5 mg/kg/12 h. por vía intravenosa, intramuscular u oral. Si se presenta en status epilepticus se utiliza el protocolo establecido para este tipo de urgencia. La dexametasona a dosis única (2,2 mg/kg i.v) ha mostrado cierto éxito, aunque transitorio, en el tratamiento del edema cerebral. También se han descrito corticoesteroides en el tratamiento de la neuritis óptica con resultados muy variables. Se ha visto que la ribavirina puede inhibir la replicación in vitro del virus.

La inmunidad después de la infección natural o de la vacunación puede persistir, al menos, durante 3 años. El 97% de la inmunidad de la madre frente al virus del moquillo canino se traspasa mediante calostro y puede durar hasta 8 semanas. Los cachorros que no han recibido calostro tienen inmunidad hasta la primera-cuarta semana de vida.

Actualmente se utilizan vacunas vivas modificadas para la inmunización, ya que proporcionan una protección mucho más duradera que las vacunas de antígeno inactivado. Estas últimas se usan en animales salvajes o exóticos. La desventaja de las vacunas vivas inactivadas es la posibilidad de inducir encefalitis posvacunal en cachorros entre los 3-20 días de la vacunación. Suelen ser animales inmunosuprimidos y presentan convulsiones generalizadas, movimientos repetitivos de la mandíbula con sialorrea, para/tetraparesia, signos vestibulares o medulares.

Se ha descrito la utilización de la vacuna del sarampión para conseguir protección contra el moquillo, ya que son dos virus muy parecidos antigénicamente. En comparación con las vacunas específicas de moquillo, la del sarampión parece que no produce una tasa de anticuerpos tan elevada. Otro inconveniente es que con ésta estamos introduciendo en la sociedad un posible patógeno humano.

Existen diversos motivos por los que un animal vacunado de moquillo puede manifestar igualmente signos de infección: mal manejo en el transporte y refrigeración de las vacunas, cirugías, tratamiento con glucocorticoides e infección con parvovirus concomitante.

http://argos.portalveterinaria.com/

Bibliografía

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Summers B.A, Cummings J.F, de Lahunta A. Inflamatory diseases of the central nervous system, pg 102. Veterinary neuropathology. Mosby 1995.
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Marussya Cachorros Kirdalia Yorkshire2El
cachorro Yorkshire Terrier
A pesar del pequeño tamaño del Yorkshire, los cuidados que requiere han de ser esmerados, empezando por su alimentación pero sin olvidar las rutinas de higiene.
El Yorkshire Terrier es una raza que procede de Gran Bretaña. Tiene un peso que puede oscilar entre 1,5 y 3,1 kilogramos, como máximo oficial.
Se trata de un animal bien proporcionado, compacto, de pelo largo y liso que le cuelga por los lados dejando una línea divisoria a lo largo del dorso; de la nariz a la cola. Es de color gris oscuro azulado desde la nuca a la cola y el resto es de color fuego. Las uñas y la trufa son de color negro.

Un pequeño gran carácter

Cuando traemos a casa a un perro miniatura como el Yorkshire Terrier, lo hacemos con la idea de tener un nuevo amigo a quien mimar y acariciar. Sabemos que será un animal muy cercano a nosotros, con el que conviviremos estrechamente y que, con toda seguridad, nos acompañará a casi todas partes. Pero no perdamos la perspectiva, bajo esa apariencia de cachorrillo y tras esos cálidos ojos castaños, hay un perro de verdad, uno como todos los demás, con las mismas necesidades, instintos y reacciones. Debemos ser muy conscientes de ello durante la educación de nuestro nuevo perro. Dado su reducido tamaño, a menudo se pasan por alto comportamientos que de ningún modo permitiríamos a un perro de mayor medida. El hecho de que sus deposiciones sean minúsculas, no implica que dejemos de sacarlo a la calle. Para él salir es importante, le permite reconocer su territorio y sentirse seguro en él. Durante el paseo diario se relaciona con otras personas y animales. Hay que recordar que un perro es un animal social y debe estar conectado con más individuos para estar tranquilo y no desarrollar conductas de miedo o agresividad. ¡Cuantas veces presenciamos una escena donde un Yorkshire diminuto se enfrenta con un perro mucho más grande que él! Todos piensan ¡mira qué insensato! Lo que ocurre realmente es que el Yorkshire, al igual que cualquier perro miniatura no tiene ni la menor idea de que es pequeño. Él solo sabe que es un perro, igual que su contrincante. Por eso debemos tener cuidado cuando se relaciona con otros perros, porque no es consciente de lo frágil que es y podemos tener un disgusto.

Firmeza y constancia

Con el pequeño Yorkshire, como con todos los perros, hay que ser firme y constante. En primer lugar, hay que enseñarle a comer bien. ¿Cómo es posible que este pequeño animal siempre parezca tener hambre? La respuesta es sencilla: son muy glotones, mientras vayan recibiendo un alimento que les guste, seguirán comiendo, a pesar de su diminuto estómago. Ello conduce a la aparición de problemas digestivos, como la acidez o incluso el reflujo gástrico. Por otro lado, hay que tener cuidado con lo que se deja a su alcance, ya que son propensos a tragarse cualquier cosa, comestible o no, al menos hasta los 6 meses de vida. Hay que corregir esta inclinación hasta que dejen de hacerlo porque pueden ingerir grandes cantidades de alimento, juguetes, calcetines y demás objetos que a veces hay que extraer con cirugía. Encontrarás más consejos sobre cómo se educa y adiestra al Yorkshire en este artículo (http://www.affinity-petcare.es/advance/es/Yorkshire-Como-se-le-educa).

Precaución con la comida

El Yorkshire tiene un intestino corto más hecho a la digestión de proteínas y grasas animales que a la de vegetales. Ahora bien, una cierta cantidad de fibra es conveniente para contribuir a su salud gastrointestinal. En cuanto al número de tomas, puedes guiarte por un método general para proporcionarle comida a lo largo del día, aunque la regla básica es que a menor edad, mayor frecuencia. De uno a tres meses, debes alimentarlo cuatro veces al día; de cuatro a siete meses, 3 veces al día; y a partir de los ocho meses, una o dos veces. En el caso de los Yorkshire tipotoy, los de tamaño más reducido, es recomendable dividir la cantidad total de alimento en 2 raciones diarias. Esto se debe a que el estómago de estos animales es demasiado pequeño para admitir de una sola vez todo el alimento que necesitan a lo largo de 24 horas. Eso sí, hay que evitar darle comida entre horas. Y un último consejo: alimentaremos al yorki después de su paseo ya que no es recomendable salir a hacer ejercicio con el estómago lleno.

Ojos y orejas

Una de las particularidades de la pequeña anatomía de estos perros es que al nacer sus orejas están gachas para erguirse posteriormente a los dos o tres meses de vida. Sin embargo, un exceso de pelo -por dentro o por fuera de estos apéndices-, al igual que la presencia de suciedad, pueden retrasar el proceso. Si ha pasado el tiempo normal sin que sus inconfundibles orejitas en forma de ‘V’ se hayan levantado, es recomendable llevarlo a una peluquería especializada para que eliminen cuidadosamente el exceso de pelo en esta zona tan sensible. Si a pesar de ello tu Yorkshire no levanta sus orejas, no hay ningún otro método que te pueda ayudar a conseguirlo: ni los vendajes de orejas ni los suplementos nutricionales a base de minerales son de verdadera ayuda.
Otra parte que requiere atención, en este caso de forma permanente, son los ojos ya que tienden a producir legañas. La manera casera de eliminarlas es aplicar agua del grifo con una gasa, si se realiza eventualmente. Si se realiza una limpieza diaria lo ideal es utilizar un producto especializado, que permite deshacer mejor la legaña y no resultará irritante para la conjuntiva del animal. A menudo se recomienda el uso de suero fisiológico para la higiene ocular, pero se ha comprobado que su uso a largo plazo deja restos minerales sobre la córnea que podrían irritar el ojo. Nunca utilizaremos algodón para limpiar los ojos a nuestro Yorkshire porque puede dejar residuos.

Tratamientos capilares

Pero si por algo llaman la atención estos pequeños canes es por su abundante, largo y sedoso pelaje que tiene la ventaja de no caerse en exceso ya que carecen de una segunda capa interna. Con todo, debido a su considerable longitud -en proporción al tamaño de su cuerpo-, será necesario un cepillado diario y también antes de bañarlos para que no se formen demasiados nudos que resultan incómodos para el animal. Además, de esta manera conseguiremos activar la segregación natural de grasa y que tenga siempre un aspecto aseado. La acumulación de suciedad podría acarrear problemas dermatológicos.
Con el fin de potenciar el brillo del pelo, se pueden aplicar acondicionadores y aceites específicos, a base de aceite de visón, por ejemplo. En cuanto al cuidado capilar, en los primeros meses de vida el uso de un cepillo cardador ayudará a la muda de pelo del Yorkshire. Posteriormente, solo se deben emplear cepillos metálicos sin punta redondeada para el peinado diario y de cerdas naturales para el acabado final y aceitado, en su caso. Debemos tener en cuenta que un animal que recibe un cepillado con regularidad necesita bañarse menos, ya que vamos eliminando polvo y suciedad. En cualquier caso, salvo prescripción veterinaria que diga lo contrario, no bañaremos al Yorkshiremás de una vez al mes. Y una última recomendación relacionada con la higiene y en concreto sobre el baño: hay que mantener siempre controlada la temperatura del agua y de la habitación para que no sea demasiado fría. Así evitaremos los resfriados.

Uñas

Aquí tenemos una recomendación muy importante, para un perro miniatura como este: debemos estar pendientes del crecimiento de sus uñas. Su estilo de vida en el interior de un piso y los paseos cortos por la ciudad, hacen que sus uñas tengan un insuficiente desgaste natural. Por eso, regularmente revisaremos las uñas de nuestro amigo, por sin necesitan un corte. En caso contrario, las uñas demasiado largas pueden alterar la posición normal de los dedos o harán que el animal resbale por el suelo liso de nuestra casa. Esta situación, en un animal tan pequeño, puede conducir a artrosis prematura o lesiones en las rodillas o caderas. El veterinario o el peluquero pueden encargarse de esta sencilla maniobra.

 

Preocupaciones de salud específicas de la raza del Yorkshire Terrier, 

Kirdalia Yorkshire Terrier

Kirdalia Yorkshire Terrier

Los ojos de su Yorkshire Terrier no sólo son una buena indicación de su afecto y su devoción por usted, su propietario, sino que suponen una excelente manera de evaluar la salud del perro. Como para todos los perros, los ojos deberían ser claros y brillantes, lo que es un signo de buena salud y nutrición. Examine si existe cualquier enturbiamiento u opacidad en los ojos de su perro, ya que esto podría indicar que existe un problema que requeriría la atención de su veterinario.

En el caso del Yorkshire Terrier, esta raza tiene tendencia a padecer algunos problemas oculares hereditarios.

Entre los más comunes son las cataratas, la atrofia progresiva de retina, la queratoconjuntivitis seca o la queratitis ulcerativa.

Los Yorkshire Terrier pueden desarrollar cataratas después de los tres años de edad, y más frecuentemente entre los tres y los seis años. Afortunadamente, los avances veterinarios hacen posible operarlas con éxito. Al igual que en las personas, las cataratas pueden ser eliminadas por un cirujano. Como el problema se considera hereditario, los perros con cataratas deberían ser excluidos de los programas de cría.

La atrofia progresiva de retina (APR), provoca la ceguera en los perros que están afectados. Lo común es que la APR afecte a los perros en sus últimos años de vida, por lo general alrededor de los ocho años, aunque puede aparecer a edad tan temprana como entre los cinco y los ocho años de vida o a edad tan tardía como después de los doce años. Tal y como el nombre la describe, el deterioro de la retina es progresivo. Los perros afectados experimentan limitaciones en su agudeza visual, pero como losYorkshire Terrier se adaptan con facilidad, quizá el propietario no se dé cuenta de que la vista de su perro falla. Generalmente, la APR es ya bastante severa cuando el propietario se da cuenta de que el perro está afectado.

La queratoconjuntivitis seca (abreviada, QCS), se llama más comúnmente «ojo seco». El problema del «ojo seco» se produce como resultado de la incapacidad de las glándulas lacrimales de generar lágrimas para humedecer el ojo. La córnea se ve afectada por esa falta de humedad, y estas zonas secas causan daños en el ojo. La acumulación de sustancias mucosas alrededor del ojo le dan al propietario una indicación de que hay un problema en el mismo. Se dispone de tratamientos, que incluyen antibióticos y otros fármacos. En los casos más graves, la cirugía puede corregir el problema. Al igual que en el caso de la APR, la QCS es hereditaria.

El cuarto problema ocular que afecta al Yorkshire Terrier, la queratitis ulcerativa, afecta también a la córnea. La infección y la ulceración sobre la córnea son causadas por los pelos del perro, que irritan sus ojos. Los propietarios quizá noten que sus perros parpadean en exceso, que se rascan los ojos con sus pies y que los ojos tienen un aspecto acuoso. No es un problema hereditario, sino el sencillo resultado de que el Yorkshire Terrier tenga los ojos saltones. El problema puede ser tratado con antibióticos y con pomadas especiales.

Dos problemas ortopédicos que afectan frecuentemente a los perros miniatura y a otras razas pequeñas son la enfermedad de Legg-Calve-Perthes y la luxación patelar. La enfermedad de L-CP, que se observa frecuentemente en los Yorkshire Terrier jóvenes, tiene una alta incidencia en la raza. La enfermedad provoca una cojera en la articulación de la cadera como resultado del colapso de la cabeza del fémur. Muy frecuentemente, en nueve e cada diez casos, sólo una extremidad está afectada. Parece ser que es hereditaria, aunque la investigación veterinaria todavía no ha llegado a una conclusión. La luxación patelar, en términos más comunes significa que la rótula está dislocada. Aunque es hereditaria, no suele representar un problema grave. Los casos varían mucho dependiendo de la laxitud de la rótula. En el caso de los perros jóvenes se suele recomendar la cirugía antes de que el problema se agrave y provoque una artritis.

La enfermedad de Von Willebrand (EvW) es una enfermedad congénita que se observa en muchas razas de perros. La EvW consiste en un problema de la coagulación sanguínea. Desgraciadamente, la enfermedad es cada vez más común en el Yorkshire Terrier. Los veterinarios y los criadores han notado que se han dado muchos casos en los últimos tiempos, particularmente en perros de más de cinco años de edad. No a todos los perros con la EvW se les diagnostica como padecedores de tal problema, y esto depende del nivel de coagulación. A algunos perros no se les diagnostica hasta que se presenta un problema durante una operación quirúrgica (lo más frecuente es que sea durante una operación de castración o de esterilización). Dependiendo del nivel del factor de la coagulación, el perro puede estar o no afectado. Ningún Yorkshire Terrier con la EvW debería ser incluido en los programas de un criador.

A pesar de todo ello, el Yorkshire Terrier es un perro saludable y adaptable. Se aconseja a los propietarios que investiguen acerca de los desórdenes anteriormente mencionados y que los comenten con el veterinario. Cuanto mejor informado esté un propietario, más larga será la vida de su Yorkshire Terrier.

Si deseas saber más sobre el Yorkshire Terrier te recomendamos la publicación de la editorial Hispano Europea Yorkshire Terrier Serie Exellence:


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