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Adiestramiento canino. Kirdalia Yorkshire terrier

Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina

A medida que el adiestramiento de tu perro avance, te darás cuenta que la mayoría de los ejercicios comparten un conjunto general de criterios a superar.

Estos criterios son:

Conseguir la conducta. Consiste simplemente en conseguir que tu perro haga la conducta que buscas entrenar en respuesta a una señal. Por ejemplo, conseguir que tu perro se siente cuando dices «Sentado» o cuando haces una señal con la mano.

  • Perfeccionar la conducta. Una vez que has conseguido la conducta, tienes que perfeccionarla para que sea tal como quieres. Con perros que solamente son compañeros en el hogar y con cachorros, no hay mucho que perfeccionar en la mayoría de los ejercicios. Si el perro se sienta cuando se lo pides y si acude cuando lo llamas está bien. Sin embargo, los perros deportivos (schutzhund, agility, etc.) y los perros de trabajo (de servicio, policía, etc.) tienen que realizar las conductas con ciertas características. Por ejemplo, sentarse correctamente balanceados sin ladearse a un costado o sentarse frente al guía después de acudir.
  • Latencia. En la mayoría de los ejercicios es importante reducir la latencia para que la respuesta sea lo más pronta posible. Especialmente el llamado, la latencia tiene que ser mínima, ya que el perro debe responder inmediatamente.
  • Discriminación. Tu perro debe discriminar correctamente las diferentes señales y ejecutar los ejercicios correspondientes. Por ejemplo, cuando le dices «Sentado» solamente debe sentarse, no echarse ni acudir a tu lado.
  • Duración. En muchos de los ejercicios también necesitas conseguir una duración determinada. Por ejemplo, que tu perro permanezca sentado por un tiempo.
  • Distancia. La distancia tiene dos componentes. Por un lado, tu perro debe responder a distancia. Por otro lado, debe mantener el ejercicio (por ejemplo, quedarse quieto) mientras tú te alejas.
  • Distracciones. Tu perro debe responder aunque existan distracciones en el lugar.
  • Diversidad. Tu perro debe responder correctamente en diferentes lugares. Esto es la generalización de respuesta del condicionamiento operante. Para conseguirla hay que reentrenar cada ejercicio en diferentes lugares, porque los perros no generalizan con facilidad. Esto es muy importante y por eso tienes nueve casillas numeradas para cada criterio de adiestramiento en las hojas de seguimiento. Debes marcar cada casilla cuando hayas generalizado (vuelto a entrenar) cada criterio en situaciones o lugares diferentes.

En cada ejercicio encontrarás estos criterios, aunque en la mayoría estarán desglosados en criterios más pequeños aún.

Curso de Adiestramiento Canino


Introducción al curso de adiestramiento canino

  1. Cómo seguir el curso
  2. Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
  3. Fundamentos de la modificación de conductas
  4. Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
  5. Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
  6. Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
  7. Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
  8. Cuando surgen problemas en el adiestramiento
 
El curso está dividido en tres niveles, Básico, Medio y Avanzado. Cada nivel aborda diferentes habilidades que tienes que aprender como entrenador y diferentes habilidades que tienes que enseñarle a tu perro.
 

A lo largo del curso tu perro aprenderá a:

  • Acudir al llamado.
  • Caminar sin tirar de la correa.
  • Echarse y quedarse echado cuando se lo pides.
  • Entusiasmarse ante el sonido del clicker y la señal de liberación.
  • Ignorar cosas cuando se lo pides.
  • Jugar al tira y afloja cuando se lo pides y soltar el juguete también cuando se lo pides.
  • Mirarte a los ojos cuando se lo pides.
  • Mirarte con frecuencia cuando están fuera de casa.
  • Reconocer su nombre.
  • Saludar correctamente a las personas, sin saltar sobre ellas.
  • Sentarse y quedarse sentado cuando se lo pides.
  • Tocar cosas a pedido con su nariz y sus patas.

Consideraciones a tomar en cuenta

Si bien el curso de adiestramiento te permitirá entrenar perros de diferentes edades, tienes que tomar en cuenta que no es adecuado para todos los perros ni en todas las situaciones.

Si tu perro presenta problemas serios, como agresión o ansiedad por separación, tienes que buscar ayuda de un adiestrador o de otro profesional calificado que pueda trabajar personalmente contigo y tu perro. Es peligroso y suele ser contraproducente buscar la solución a esos problemas en Internet, así que si ese es tu caso, por favor busca apoyo profesional calificado.

Introducción al curso de adiestramiento canino

  1. Cómo seguir el curso
  2. Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
  3. Fundamentos de la modificación de conductas
  4. Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
  5. Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
  6. Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
  7. Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
  8. Cuando surgen problemas en el adiestramiento

Curso de adiestramiento Nivel Básico

  1. Primera etapa
  2. Segunda etapa
  3. Tercera etapa
  4. Cuarta etapa
  5. Quinta etapa

Curso de adiestramiento Nivel Medio

Curso de adiestramiento Nivel Avanzado 

(Fuente de información  www.deperros.org)

kirdalia yorkshire terrierEtología canina:

La etología es la rama de la biología conductual que estudia el comportamiento natural de los animales, concentrándose principalmente en las conductas instintivas. 

A partir de la década de los 40, algunos científicos emplearon a los lobos como modelos para estudiar, desde la perspectiva etológica, las relaciones en grupos de animales sociales. Estos estudios dieron origen a las ideas de la dominancia y el estatus «alfa» de los lobos dominantes.

 

 

Etología canina: Expresiones Posturales Caninas

Posturas de sumisión


 

La mejor forma de conocer a una mascota es ver como se mueve, como actúa. La observación siempre nos dará las claves del lenguaje canino.

Las posturas de nuestra mascota dicen mucho y suelen ir acompañadas de movimientos de cola, uso de las orejas y del hocico. Cuando la alegría del animal es enorme, por ejemplo cuando llegamos a casa y nos recibe, no solo moverá la cola sino que toda su parte trasera acompañará a esta felicidad. Cada mascota tiene una forma distinta de expresarse pero todas coinciden con determinadas posturas que comparten significado.

Entre los distintos tipos encontramos las posturas calificadas de sumisión: son con las que el animal reconoce nuestra autoridad dentro del grupo y nos demuestra su subordinación. Son posturas amistosas que el perro utilizará para relajar la tensión en los momentos que aparezca un enfrentamiento o conflicto.

Por ejemplo, ante algún castigo o un “NO” en tono elevado, el perro bajará la cabeza para demostrarnos que acepta la corrección e indicarnos que ya no hay motivo para seguir castigándole.En la relación con otros perros, las expresiones posturales pueden ser mucho más marcadas, ya que las reproducen entre ellos, sobre todo los perros más inseguros. Cuando un perro permite que otro apoye su cabeza sobre su hombro también demuestra sumisión.

Los perros inseguros o que demuestran miedo o preocupación agacharán el lomo y mantendrán una postura más baja que su contrario, acompañada de unas orejas hacia abajo. Si ladea la cabeza hacia otro lado o gira los ojos en otra dirección mostrando la parte blanca interna (ojo de ballena) manifiestan preocupación o miedo ante algo.La cola entre las patas, el giro de cabeza hacia otro lado o lamer las comisuras de los labios de otro perro son claros exponentes de la sumisión de nuestra mascota.Es importante que el propietario conozca los gestos de comunicación de su perro y los respete. Esto no solo le permitirá una mejor relación con su mascota, además evitará crear situaciones conflictivas con ella, que en ocasiones pueden resultar peligrosas.
Posturas de dominancia


 

Los perros que están muy seguros de sí mismos y que tienen un temperamento muy marcado suelen destacarse por sus posturas de dominancia. De cara al trato con los de su misma especie, es un comportamiento instintivo y aceptable dentro de unos límites, pero si demuestra esa misma actitud hacia nosotros debe ser modificada.

En las reglas básicas de educación vimos como es imprescindible que el perro entienda que somos nosotros los jefes de “la manada”, tanto en casa como en el exterior. Si no conseguimos educarle en esta línea podemos tener varios problemas con su conducta y es posible que el perro tome una actitud pasiva ante todas nuestras órdenes. Cuando el perro intenta subir con las dos patas sobre nuestros hombros nos está indicando dominancia sobre nosotros, esta es una de las conductas que intentaremos rectificar.

Un perro seguro de sí mismo tendrá una postura relajada, con el cuerpo recto y alto, la mirada directa y las pupilas contraídas.

El juego es otra de las formas en la que se despliegan toda clase de posturas; cuando un perro quiere invitar a otro perro a jugar amistosamente se inclina delante de él , haciéndole una reverencia o le levanta un poco la pata delantera.A veces los perros se montan jugando. A menudo están excitados, pero no en una forma sexual, y parece ser una forma de vincularse. Ocasionalmente es para mostrar dominancia, pero no siempre.

Paseos y juegos


 Salir a la calle: Rutina imprescindible

El ejercicio físico es necesario en todas las etapas de la vida del perro y sobre todo durante el crecimiento, a partir de los tres meses. El paseo cumple además de la función fisiológica de desahogo del animal, una función social y defortalecimiento físico y psicológico, y contribuye a hacer de nuestra mascota un ejemplar fuerte, armonioso y resistente. Los perros se emocionan a la vista de su correa, que relacionan rápidamente con la salida al exterior un mundo lleno de estímulos, encuentros, rastros, olores…

No se puede tener un perro aislado, encerrado, ni en un balcón: si no sale a la calle de manera sistemática nos encontraremos pronto con un animal que puede presentar problemas de comportamiento y un estado físico malo.

Dependiendo de la raza, el tamaño, la edad y lanecesidad de actividad que tenga el perro, el paseo será más o menos prolongado y con mayor o menor carga de ejercicio. Los cachorros no deben ser forzados y es preferible sacarlos menos tiempo más veces, para ir aumentando así su nivel de resistencia; lo mismo se puede decir de los perros muy mayores o con problemas de artrosis, respiratorios y otros asociados a la edad.

Durante los paseos el perro debe ser obediente y respetuoso, hay que dejarle libertad de olfateary husmear y no ir siempre a los mismos sitios. También hay que permitirle que contacte con otros perros y mantener el control en todas las situaciones.

El paseo ideal debe durar una media hora, cuatro veces al día. Los breves paseos diarios que damos a nuestra mascota para que hagan sus necesidades en la calle no son suficientes para mantenerla en forma, tanto física como psicológicamente, por lo que es conveniente dedicar un par de días a la semana para dar un paseo más largo.

Mejor aún si podemos soltarlo para que corra y se divierta a sus anchas en un parque o jardín, puesto que cuando va con correa sus alternativas de movimiento son escasas.A partir de los 4 meses ya es aconsejable que lo saquemos a correr por el campo, en lugares donde se vea obligado a trepar por montículos y caminar sobre rocas para endurecer las almohadillas plantares y desgastar las uñas.

Educación y civismo


 Tanto para el perro como para el dueño, la vida en comunidad obliga al cumplimiento de unas normas mínimas de higiene y de respeto al espacio público. Respetar esas normas es la única forma de que los propietarios y no propietarios de perros puedan llevar una convivencia pacífica. Por ello, la correa, y en algunos casos el bozal, son imprescindibles para pasear por zonas concurridas.

Obligatoria también es la recogida de los excrementos en la vía pública y deseable que los dueños educaran a sus perros para evitar en lo posible que marquen u orinen en las ruedas de los coches, las farolas, las esquinas, etc, llevándolos alugares adecuados, como las zonas de recreopara perros.El perro debe salir a pasear como mínimo cuatro veces al día y durante un tiempo no inferior a 15 minutos cada vez, para compensar la inactividad de las largas horas de sueño metido en casa.

Donde, cómo y cuándo pasear


 Paseos por el campo y por la ciudad

Nuestro perro tendrá suerte si vive en el campo y se lo saca a pasear a un bosque cercano o a una zona verde; sin embargo hay que conocer las circunstancias locales: si existen cazadores o si el mismo perro también es cazador, en ese caso no lo debemos soltar. En la ciudad las cosas se complican, porque aunque hay muchos olores que husmear por la alta población de perros, también está expuesto a los ruidos, la emisión de gasesy la obligación de ir permanentemente con correa.

En las ciudades existen parques, jardines y plazas en las que se dan cita varios dueños con sus perros, lo que resulta positivo para que tu mascota aprenda a comportarse en sociedad. En cuanto al uso de nuestro propio jardín, en ningún caso sustituye al paseo, ya que no existen las impresiones y olores de otros perros; además algunos perros se resisten a hacer sus necesidades en su propio territorio, no obstante, el jardín puede ser de utilidad para la primera y la última salida del día.
Paseos en invierno


 Hay que fomentar en el perro la resistencia a los agentes climatológicos, aunque con precaución y evitando los cambios de temperatura muy bruscos. Si la casa está muy caliente no es aconsejable sacarlo al exterior sin abrigo cuando hace mucho frío afuera, no se les debe permitir que duerman pegados a la calefacción y si lo hacen, antes de sacarlo conviene apartarlo una hora a una habitación más templada.El frío siempre es más perjudicial cuando es húmedo, sobre todo para perros mayores. Por ello al regresar a casa tras un paseo por la nieve, tendremos siempre la precaución de secarlo bien con una toalla o usando el secador si el perro está acostumbrado a él. Después de un paseo bajo la lluvia, si no usa chubasquero, es imprescindible secar completamente el pelo del perro, así como limpiar bien sus patas para evitar que se reseque la suciedad entre los dedos.

Paseos en tiempo de calor


 Para algunos perros el verano es un auténtico suplicio, pues sus organismos no están preparados para la eliminación rápida de calor.

En esta época es conveniente cambiar los horarios de los paseos y evitar las horas de máximo calor, trasladándolos a las primeras horas de la mañana y a las últimas de la tarde o noche. Hay que prestar atención también a las hierbas secas y los cardos diminutos que quedan enganchados entre el pelaje y entre los dedos y especialmente peligrosas son las espigas, que pueden entrar muy profundo en las orejas o la nariz, haciendo necesaria la intervención del veterinario. Por supuesto, si tenemos jardín o terraza donde el perro sestea, no debe faltarle agua y una sombra fresca.

Jugando con el perro


 

Carreras y saltos

Uno de los juegos preferidos por casi todos los perros es correr tras una pelota o juguete que su dueño le ha lanzado bien lejos. Una pelota o cualquier otro juguete que se lanzan son para él la representación de una presa y cobrarla es un ritual ancestral de cacería. Con el juego de la caza el dueño debe mantener su posición de líder y hacer también que el perro corra tras él, haciendo círculos, regates, saltando montículos… en lugar de huir con su presa. Hay muchas prácticas para que el perro consiga desarrollarse y endurecer sus músculos, ensanchar el pecho, fortalecer su aparato locomotor y adquirir elasticidad y resistencia.

A los 9 meses un perro puede correr bastante y si es un perro apto y su estado físico se lo permite, podemos sacarlo a correr detrás de labicicleta, aunque sin forzarlo en exceso. Otro juego de fortalecimiento físico muy adecuado para completar su formación y que además les suele gustar mucho es la natación, y más aún cuando el ejercicio se realiza en grupo, con el dueño u otros perros.

Otros juegos y juguetes pueden entrar en nuestras rutinas lúdicas con el perro y ayudarnos en su educación. Los cachorros muerden todo lo que encuentran, muchas veces durante el crecimiento de los dientes, sin embargo no todo es apto para ser mordido. En el mercado existen juguetes de distintas formas, tamaños, texturas y olores especialmente indicados para ese fin. Lo importante es elegir el material y el tamaño adecuados para la edad del animal, para que no pueda tragarlos ni romperlos, por lo que están desaconsejados los juguetes de plástico blando, los lacados y los rompibles.

Los juguetes son especialmente útiles para que el cachorro refuerce sus maxilares y limpie al tiempo su dentadura. Si proveemos a nuestra mascota de algunos de estos juguetes, que pueda considerar como suyos, evitaremos que cause destrozos en los muebles y en nuestras prendas u objetos personales, como los zapatos.

El juego constituye un excelente recurso educativo y no es suficiente con tener un sólo juguete y jugar un sólo juego.

Juegos dentro de casa

Tirar de la presa, trepar, encontrar la golosina…

En nuestra propia casa existen objetos, como sillas, mantas, banquetas o escaleras que pueden servir para improvisar una pista de juegos.

Así, por ejemplo, subir y bajar por una escalerade tijera en pos de un juguete que tenemos en la mano, reforzará las patas delanteras y traseras, ensanchará el tórax y fortalecerá el lomo y la grupa. También les divierte rastrear una golosinaque previamente hemos escondido en algún rincón difícil que le obligue a arrastrarse, por ejemplo por debajo de dos sillas volcadas; o también podemos enseñarle a sortear diferentes obstáculos como vallas o balancines, sin olvidar recompensarle después por su habilidad.El límite lo pondrá nuestra imaginación y las ganas de jugar que tenga el perro, al que no hay que obligar, sino motivar.


 

Kirdalia Yorkshire TerrierAdiestramiento, criterios en los ejercicios de obediencia canina

Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina

A medida que el adiestramiento de tu perro avance, te darás cuenta que la mayoría de los ejercicios comparten un conjunto general de criterios a superar.

 

Estos criterios son:


 

Conseguir la conducta. Consiste simplemente en conseguir que tu perro haga la conducta que buscas entrenar en respuesta a una señal. Por ejemplo, conseguir que tu perro se siente cuando dices «Sentado» o cuando haces una señal con la mano.

  • Perfeccionar la conducta. Una vez que has conseguido la conducta, tienes que perfeccionarla para que sea tal como quieres. Con perros que solamente son compañeros en el hogar y con cachorros, no hay mucho que perfeccionar en la mayoría de los ejercicios. Si el perro se sienta cuando se lo pides y si acude cuando lo llamas está bien. Sin embargo, los perros deportivos (schutzhund, agility, etc.) y los perros de trabajo (de servicio, policía, etc.) tienen que realizar las conductas con ciertas características. Por ejemplo, sentarse correctamente balanceados sin ladearse a un costado o sentarse frente al guía después de acudir.
  • Latencia. En la mayoría de los ejercicios es importante reducir la latencia para que la respuesta sea lo más pronta posible. Especialmente el llamado, la latencia tiene que ser mínima, ya que el perro debe responder inmediatamente.
  • Discriminación. Tu perro debe discriminar correctamente las diferentes señales y ejecutar los ejercicios correspondientes. Por ejemplo, cuando le dices «Sentado» solamente debe sentarse, no echarse ni acudir a tu lado.
  • Duración. En muchos de los ejercicios también necesitas conseguir una duración determinada. Por ejemplo, que tu perro permanezca sentado por un tiempo.
  • Distancia. La distancia tiene dos componentes. Por un lado, tu perro debe responder a distancia. Por otro lado, debe mantener el ejercicio (por ejemplo, quedarse quieto) mientras tú te alejas.
  • Distracciones. Tu perro debe responder aunque existan distracciones en el lugar.
  • Diversidad. Tu perro debe responder correctamente en diferentes lugares. Esto es la generalización de respuesta del condicionamiento operante. Para conseguirla hay que reentrenar cada ejercicio en diferentes lugares, porque los perros no generalizan con facilidad. Esto es muy importante y por eso tienes nueve casillas numeradas para cada criterio de adiestramiento en las hojas de seguimiento. Debes marcar cada casilla cuando hayas generalizado (vuelto a entrenar) cada criterio en situaciones o lugares diferentes.

En cada ejercicio encontrarás estos criterios, aunque en la mayoría estarán desglosados en criterios más pequeños aún.

Curso de Adiestramiento Canino


Introducción al curso de adiestramiento canino

  1. Cómo seguir el curso
  2. Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
  3. Fundamentos de la modificación de conductas
  4. Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
  5. Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
  6. Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
  7. Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
  8. Cuando surgen problemas en el adiestramiento
 
El curso está dividido en tres niveles, Básico, Medio y Avanzado. Cada nivel aborda diferentes habilidades que tienes que aprender como entrenador y diferentes habilidades que tienes que enseñarle a tu perro.
 

A lo largo del curso tu perro aprenderá a:

  • Acudir al llamado.
  • Caminar sin tirar de la correa.
  • Echarse y quedarse echado cuando se lo pides.
  • Entusiasmarse ante el sonido del clicker y la señal de liberación.
  • Ignorar cosas cuando se lo pides.
  • Jugar al tira y afloja cuando se lo pides y soltar el juguete también cuando se lo pides.
  • Mirarte a los ojos cuando se lo pides.
  • Mirarte con frecuencia cuando están fuera de casa.
  • Reconocer su nombre.
  • Saludar correctamente a las personas, sin saltar sobre ellas.
  • Sentarse y quedarse sentado cuando se lo pides.
  • Tocar cosas a pedido con su nariz y sus patas.

Consideraciones a tomar en cuenta

Si bien el curso de adiestramiento te permitirá entrenar perros de diferentes edades, tienes que tomar en cuenta que no es adecuado para todos los perros ni en todas las situaciones.

Si tu perro presenta problemas serios, como agresión o ansiedad por separación, tienes que buscar ayuda de un adiestrador o de otro profesional calificado que pueda trabajar personalmente contigo y tu perro. Es peligroso y suele ser contraproducente buscar la solución a esos problemas en Internet, así que si ese es tu caso, por favor busca apoyo profesional calificado.

Introducción al curso de adiestramiento canino

  1. Cómo seguir el curso
  2. Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
  3. Fundamentos de la modificación de conductas
  4. Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
  5. Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
  6. Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
  7. Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
  8. Cuando surgen problemas en el adiestramiento

Curso de adiestramiento Nivel Básico

  1. Primera etapa
  2. Segunda etapa
  3. Tercera etapa
  4. Cuarta etapa
  5. Quinta etapa

Curso de adiestramiento Nivel Medio

Curso de adiestramiento Nivel Avanzado 

(Fuente de información  www.deperros.org)

 Etología, Adiestramiento canino, Signos de estrés

Kirdalia Yorkshire Terrier

Etología canina:

La dominancia en el adiestramiento canino

La etología es la rama de la biología conductual que estudia el comportamiento natural de los animales, concentrándose principalmente en las conductas instintivas. 

A partir de la década de los 40, algunos científicos emplearon a los lobos como modelos para estudiar, desde la perspectiva etológica, las relaciones en grupos de animales sociales. Estos estudios dieron origen a las ideas de la dominancia y el estatus «alfa» de los lobos dominantes.

 

En el adiestramiento canino se habla con frecuencia de jerarquías, dominancia, «perro alfa» (perro dominante), castigo jerárquico y otras cosas similares. Es común que los problemas de conducta del perro se asocien, equivocadamente, con la dominancia: si el perro jala la correa es dominante, si sube a la cama es dominante, si come antes es dominante, si gruñe o ladra es dominante, etc.

La verdad es que las jerarquías entre perros no son estables, sino dinámicas, y normalmente no se determinan por la fuerza. Más aún, en muchas interacciones entre perros no existen actitudes de dominancia de ningún tipo, ya que no es necesario establecer jerarquías en todo contacto social. Las únicas interacciones que suelen derivar en lucha son las que tienen que ver con el acceso a recursos limitados, como hembras en celo o comida (en ciertas circunstancias).

Por tanto, olvídate de las ideas de la dominancia y el «perro alfa». No necesitas apelar a estos conceptos erróneos para entrenar a tu perro. De hecho, estas ideas han causado más daños que beneficios en el adiestramiento canino.

Podrás controlar la conducta de tu perro controlando los recursos que son importantes para él, como la comida, los juguetes, los paseos, etc.

Existen cuatro técnicas para someter al perro, que son particularmente peligrosas porque pueden provocar una reacción defensiva por parte del animal. NUNCA las debes realizar porque, además de ser riesgosas, arruinarán la relación que tienes con tu perro. Estas técnicas son:

  • Mantener al perro de espaldas, sujetándolo por las mejillas o el cuello hasta que deje de ofrecer resistencia. Esta técnica se conoce como «alpha roll-over» o «dominance down» y es muy dañina.
  • Levantar al perro sujetándolo del pellejo de la grupa y el cuello.
  • Sujetar al perro por el pellejo del cuello y arrastrarlo o zarandearlo.
  • Arrastrar al perro sujetándolo por el hocico.

Te menciono estas técnicas para que las reconozcas por si algún adiestrador de la vieja escuela te las sugiere, pero por favor no las realices. Tu perro no se merece ese maltrato.

Signos de estrés

Aunque muchos manuales de adiestramiento hablan acerca de la etología canina (real o ficticia), pocos son los que explican el lenguaje corporal de los perros. Este lenguaje es importante porque te permite interpretar el estado emocional de tu perro, aunque sólo sea de manera general.

Aunque no puedo explicar en detalle el lenguaje corporal del perro en un artículo, a continuación te indico algunas conductas básicas que presentan los perros cuando se sienten estresados, confundidos o amenazados. Si tu perro se siente estresado, confundido o amenazado durante las sesiones de adiestramiento, puede presentar alguna o varias de las siguientes conductas:

  • Gira la cabeza hacia un costado, evitando el contacto visual.
  • No acepta comida.
  • Se rasca.
  • Se mordisquea a sí mismo.
  • Mordisquea objetos constantemente.
  • Se lame el cuerpo.
  • Lame repetidamente sus labios o nariz.
  • Olfatea el suelo.
  • Se queda inmóvil o realiza movimientos muy lentos.
  • Se echa de espaldas (panza arriba).
  • Bosteza.
  • Hace pis.
  • En machos, erección del pene sin motivación sexual.

Estos no son los únicos signos de estrés y ansiedad en perros, pero son los más comunes. Por supuesto, estos signos dependen del contexto. Si tu perro acaba de comer, quizás no acepte comida porque está lleno. O puede rascarse porque le pica algo, olfatear el suelo porque encontró un olor interesante, mordisquear sus juguetes porque está jugando, hacer pis porque tiene ganas, etc. Sin embargo, estas conductas serán muy raras durante las sesiones de adiestramiento.


 

Los mejores Yorkshire Terrier del mundo

Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres

El problema inicial en cada ejercicio es cómo conseguir que tu perro ejecute la conducta que quieres entrenar. Para esto vas a usar cuatro estrategias:

Atracción. Consiste en guiar a tu perro con algo que le interesa para conseguir la conducta que a ti te interesa. Generalmente guiarás con comida. Por ejemplo, llevando la comida por encima de su cabeza puedes conseguir que se siente.

  1. Captura. Consiste en esperar a que el perro realice una acción naturalmente y reforzar esa acción. Por ejemplo, esperas a que tu perro se eche voluntariamente y entonces refuerzas esa conducta.
  2. Moldeado. Consiste en moldear la conducta reforzando pequeñas aproximaciones a la conducta que deseas entrenar. Por ejemplo, para conseguir que tu perro se eche puedes empezar reforzando que se siente, luego que baje su cabeza, luego que adelante una pata delantera, luego que adelante la otra y así sucesivamente hasta que se echa completamente.
  3. Encadenamiento de conductas. Consiste en unir varias conductas simples en secuencia, para dar lugar a una conducta compleja. Por ejemplo, para enseñarle a tu perro a acudir desde la posición de echado, primero debes enseñarle a echarse, a quedarse quieto y a acudir a tu llamado, cada cosa por separado. Luego debes unir esas conductas en la secuencia echado-quieto-acudir al llamado. Eso es una cadena de conductas.

En pocos ejercicios usarás estas estrategias en estado puro. En la mayoría de los ejercicios las usarás combinadas, por ejemplo atrayendo con comida a tu perro pero al mismo tiempo reforzando pequeñas aproximaciones al resultado final.

Curso de Adiestramiento Canino

Introducción al curso de adiestramiento canino

  1. Cómo seguir el curso
  2. Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
  3. Fundamentos de la modificación de conductas
  4. Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
  5. Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
  6. Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
  7. Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
  8. Cuando surgen problemas en el adiestramiento
 
El curso está dividido en tres niveles, Básico, Medio y Avanzado. Cada nivel aborda diferentes habilidades que tienes que aprender como entrenador y diferentes habilidades que tienes que enseñarle a tu perro.
 

A lo largo del curso tu perro aprenderá a:

  • Acudir al llamado.
  • Caminar sin tirar de la correa.
  • Echarse y quedarse echado cuando se lo pides.
  • Entusiasmarse ante el sonido del clicker y la señal de liberación.
  • Ignorar cosas cuando se lo pides.
  • Jugar al tira y afloja cuando se lo pides y soltar el juguete también cuando se lo pides.
  • Mirarte a los ojos cuando se lo pides.
  • Mirarte con frecuencia cuando están fuera de casa.
  • Reconocer su nombre.
  • Saludar correctamente a las personas, sin saltar sobre ellas.
  • Sentarse y quedarse sentado cuando se lo pides.
  • Tocar cosas a pedido con su nariz y sus patas.

Consideraciones a tomar en cuenta

Si bien el curso de adiestramiento te permitirá entrenar perros de diferentes edades, tienes que tomar en cuenta que no es adecuado para todos los perros ni en todas las situaciones.

Si tu perro presenta problemas serios, como agresión o ansiedad por separación, tienes que buscar ayuda de un adiestrador o de otro profesional calificado que pueda trabajar personalmente contigo y tu perro. Es peligroso y suele ser contraproducente buscar la solución a esos problemas en Internet, así que si ese es tu caso, por favor busca apoyo profesional calificado.

Introducción al curso de adiestramiento canino

  1. Cómo seguir el curso
  2. Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
  3. Fundamentos de la modificación de conductas
  4. Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
  5. Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
  6. Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
  7. Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
  8. Cuando surgen problemas en el adiestramiento

Curso de adiestramiento Nivel Básico

  1. Primera etapa
  2. Segunda etapa
  3. Tercera etapa
  4. Cuarta etapa
  5. Quinta etapa

Curso de adiestramiento Nivel Medio

Curso de adiestramiento Nivel Avanzado 

(Fuente de información  www.deperros.org)

Etología, La dominancia en el adiestramiento canino

Kirdalia Yorkshire Terrier

Etología canina:

La dominancia en el adiestramiento canino

La etología es la rama de la biología conductual que estudia el comportamiento natural de los animales, concentrándose principalmente en las conductas instintivas. 

A partir de la década de los 40, algunos científicos emplearon a los lobos como modelos para estudiar, desde la perspectiva etológica, las relaciones en grupos de animales sociales. Estos estudios dieron origen a las ideas de la dominancia y el estatus «alfa» de los lobos dominantes.

 

En el adiestramiento canino se habla con frecuencia de jerarquías, dominancia, «perro alfa» (perro dominante), castigo jerárquico y otras cosas similares. Es común que los problemas de conducta del perro se asocien, equivocadamente, con la dominancia: si el perro jala la correa es dominante, si sube a la cama es dominante, si come antes es dominante, si gruñe o ladra es dominante, etc.

La verdad es que las jerarquías entre perros no son estables, sino dinámicas, y normalmente no se determinan por la fuerza. Más aún, en muchas interacciones entre perros no existen actitudes de dominancia de ningún tipo, ya que no es necesario establecer jerarquías en todo contacto social. Las únicas interacciones que suelen derivar en lucha son las que tienen que ver con el acceso a recursos limitados, como hembras en celo o comida (en ciertas circunstancias).

Por tanto, olvídate de las ideas de la dominancia y el «perro alfa». No necesitas apelar a estos conceptos erróneos para entrenar a tu perro. De hecho, estas ideas han causado más daños que beneficios en el adiestramiento canino.

Podrás controlar la conducta de tu perro controlando los recursos que son importantes para él, como la comida, los juguetes, los paseos, etc.

Existen cuatro técnicas para someter al perro, que son particularmente peligrosas porque pueden provocar una reacción defensiva por parte del animal. NUNCA las debes realizar porque, además de ser riesgosas, arruinarán la relación que tienes con tu perro. Estas técnicas son:

  • Mantener al perro de espaldas, sujetándolo por las mejillas o el cuello hasta que deje de ofrecer resistencia. Esta técnica se conoce como «alpha roll-over» o «dominance down» y es muy dañina.
  • Levantar al perro sujetándolo del pellejo de la grupa y el cuello.
  • Sujetar al perro por el pellejo del cuello y arrastrarlo o zarandearlo.
  • Arrastrar al perro sujetándolo por el hocico.

Te menciono estas técnicas para que las reconozcas por si algún adiestrador de la vieja escuela te las sugiere, pero por favor no las realices. Tu perro no se merece ese maltrato.

Signos de estrés

Aunque muchos manuales de adiestramiento hablan acerca de la etología canina (real o ficticia), pocos son los que explican el lenguaje corporal de los perros. Este lenguaje es importante porque te permite interpretar el estado emocional de tu perro, aunque sólo sea de manera general.

Aunque no puedo explicar en detalle el lenguaje corporal del perro en un artículo, a continuación te indico algunas conductas básicas que presentan los perros cuando se sienten estresados, confundidos o amenazados. Si tu perro se siente estresado, confundido o amenazado durante las sesiones de adiestramiento, puede presentar alguna o varias de las siguientes conductas:

  • Gira la cabeza hacia un costado, evitando el contacto visual.
  • No acepta comida.
  • Se rasca.
  • Se mordisquea a sí mismo.
  • Mordisquea objetos constantemente.
  • Se lame el cuerpo.
  • Lame repetidamente sus labios o nariz.
  • Olfatea el suelo.
  • Se queda inmóvil o realiza movimientos muy lentos.
  • Se echa de espaldas (panza arriba).
  • Bosteza.
  • Hace pis.
  • En machos, erección del pene sin motivación sexual.

Estos no son los únicos signos de estrés y ansiedad en perros, pero son los más comunes. Por supuesto, estos signos dependen del contexto. Si tu perro acaba de comer, quizás no acepte comida porque está lleno. O puede rascarse porque le pica algo, olfatear el suelo porque encontró un olor interesante, mordisquear sus juguetes porque está jugando, hacer pis porque tiene ganas, etc. Sin embargo, estas conductas serán muy raras durante las sesiones de adiestramiento.


Adiestramiento canino. Kirdalia Yorkshire terrier

Cuando surgen problemas en el adiestramiento

Durante las sesiones de adiestramiento tu perro tiene que estar alegre de entrenar. De la misma manera, cuando tu perro realiza un ejercicio en la vida real, tiene que hacerlo motivado y no por obligación.

Sin embargo, es frecuente que aparezcan problemas durante el adiestramiento. Ten por seguro que te encontrarás con algunos de ellos. Eso no es algo malo siempre y cuando sepas cómo evaluarlos y resolverlos. Incluso los entrenadores experimentados tienen problemas con el adiestramiento en ciertas ocasiones.

Si tu perro no muestra ningún progreso al cabo de tres o cuatro días, si los ejercicios que antes hacía bien se van deteriorando o si no se nota entusiasta, considera los siguientes factores:

  • Nivel de privación. Si tu perro no responde adecuadamente, asegúrate que está con hambre antes de entrenar. Esto no significa que le hagas pasar hambre, sino que tienes que entrenar antes de sus comidas. Si acaba de comer, no podrás motivarlo con comida. De igual manera, cuando uses juegos como reforzadores tu perro tiene que estar con ganas de jugar. Si acaba de jugar intensamente y está cansado, no le interesará perseguir la pelota o mordisquear la cuerda.
  • Cantidad y calidad del reforzador. Si tu perro no se motiva con la comida que usas para entrenar, prueba otras cosas. Generalmente la comida regular sirve si es que entrenas antes de sus horarios de comer, pero en algunos casos vale la pena usar otro tipo de comida. También es bueno darle un puñado de comida en algunas respuestas excepcionales, como un «premio mayor». Esto sólo en contadas ocasiones y como consecuencia de respuestas extraordinarias.
  • Lugar de adiestramiento. Si empiezas a entrenar en un lugar con distracciones será muy difícil que tu perro te preste atención. Asegúrate que el lugar en que enseñas los ejercicios sea libre de distracciones.
  • Duración/cantidad de sesiones. Un error muy frecuente es hacer sesiones muy largas o hacer muchas sesiones seguidas, cansando al perro. Si notas que tu perro pierde interés, piensa si estás haciendo sesiones muy largas o muchas sesiones seguidas. Cambia eso y haz pocas sesiones y de corta duración.
  • Novedad de la señal. Si una señal se ha vuelto irrelevante para tu perro, será difícil que la asocie con una conducta en particular, así que es mejor que uses otra señal nueva. Por ejemplo, si dices con frecuencia el nombre de tu perro sin que eso esté asociado a nada, tu perro habrá aprendido a ignorar su nombre. En ese caso es mejor que uses otra señal (otra palabra) para llamar su atención.
  • Timing. Verifica si tu timing es adecuado. Recuerda que si el reforzador aparece antes de la conducta que quieres entrenar no tendrá ningún efecto. De igual manera, si el reforzador aparece mucho después, tampoco tendrá efecto.
  • Tasa de reforzamiento. Si estás reforzando cada cuatro o cinco segundos, o incluso con más tiempo entre refuerzos durante las primeras etapas, es seguro que tu tasa de reforzamiento es muy baja. Las sesiones durarán mucho y tu perro se frustrará y aburrirá. Asegúrate que tu tasa de reforzamiento es elevada.
  • Criterio de adiestramiento. Otro error frecuente es levantar mucho el criterio de adiestramiento. Mucha gente piensa que apenas sus perros responden a una señal ya pueden usar esa señal en la vida cotidiana, y se sorprenden cuando el perro no les responde en situaciones diferentes a aquellas en las que entrenaron. Avanza poco a poco sin querer saltar criterios.
  • Generalización. Es muy importante generalizar los ejercicios del curso en diferentes lugares. Esto significa volver a entrenarlos en diferentes lugares, sólo que cada vez será más fácil y rápido hacerlo. Si no generalizas los ejercicios, tu perro solamente responderá en un lugar. Las hojas de seguimiento tienen nueve casillas numeradas para que registres la generalización de cada criterio. Usa esas casillas para registrar que volviste a entrenar un criterio en diferentes lugares, bajo diferentes circunstancias o en diferentes ubicaciones. Haz la evaluación de cada criterio después de haberlo generalizado.
  • Mantenimiento. También es importante mantener el adiestramiento. Mucha gente entrena a sus perros y luego nunca más vuelve a hacer una sesión. Entonces, los perros se van olvidando las cosas hasta que ya no responden a ninguno de los ejercicios. El mantenimiento de los ejercicios aprendidos será cada vez menos demandante, pero si notas que algún ejercicio se va deteriorando, vuelve a hacer sesiones sistemáticas de ese ejercicio para fortalecerlo. Después de unos años, estas conductas se habrán convertido en hábitos y serán resistentes, pero aún así tendrás que hacer mantenimiento cada cierto tiempo.
Curso de Adiestramiento Canino

Introducción al curso de adiestramiento canino

  1. Cómo seguir el curso
  2. Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
  3. Fundamentos de la modificación de conductas
  4. Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
  5. Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
  6. Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
  7. Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
  8. Cuando surgen problemas en el adiestramiento
 
El curso está dividido en tres niveles, Básico, Medio y Avanzado. Cada nivel aborda diferentes habilidades que tienes que aprender como entrenador y diferentes habilidades que tienes que enseñarle a tu perro.
 

A lo largo del curso tu perro aprenderá a:

  • Acudir al llamado.
  • Caminar sin tirar de la correa.
  • Echarse y quedarse echado cuando se lo pides.
  • Entusiasmarse ante el sonido del clicker y la señal de liberación.
  • Ignorar cosas cuando se lo pides.
  • Jugar al tira y afloja cuando se lo pides y soltar el juguete también cuando se lo pides.
  • Mirarte a los ojos cuando se lo pides.
  • Mirarte con frecuencia cuando están fuera de casa.
  • Reconocer su nombre.
  • Saludar correctamente a las personas, sin saltar sobre ellas.
  • Sentarse y quedarse sentado cuando se lo pides.
  • Tocar cosas a pedido con su nariz y sus patas.

Consideraciones a tomar en cuenta

Si bien el curso de adiestramiento te permitirá entrenar perros de diferentes edades, tienes que tomar en cuenta que no es adecuado para todos los perros ni en todas las situaciones.

Si tu perro presenta problemas serios, como agresión o ansiedad por separación, tienes que buscar ayuda de un adiestrador o de otro profesional calificado que pueda trabajar personalmente contigo y tu perro. Es peligroso y suele ser contraproducente buscar la solución a esos problemas en Internet, así que si ese es tu caso, por favor busca apoyo profesional calificado.

Introducción al curso de adiestramiento canino

  1. Cómo seguir el curso
  2. Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
  3. Fundamentos de la modificación de conductas
  4. Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
  5. Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
  6. Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
  7. Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
  8. Cuando surgen problemas en el adiestramiento

Curso de adiestramiento Nivel Básico

  1. Primera etapa
  2. Segunda etapa
  3. Tercera etapa
  4. Cuarta etapa
  5. Quinta etapa

Curso de adiestramiento Nivel Medio

Curso de adiestramiento Nivel Avanzado 

(Fuente de información  www.deperros.org)

Los mejores Yorkshire Terrier del mundo

Etología

Comunicación canina

La cola, la cabeza, las orejas hablan

Los perros tienen una excepcional capacidad de comunicación, tanto entre sus congéneres como con los humanos; la base de su expresividad se encuentra en el lenguaje de los lobos y, a pesar de tantos siglos de cría selectiva, aún siguen utilizando formas muy similares de comunicación.

Principalmente utilizan señales visuales, auditivas y olfativas directas, que en muchos casos son similares a las que nosotros mismos utilizamos. Son una excelente mascota ya que nos ven como si formásemos parte de su familia y son también grandes captadores de nuestros estados de ánimo, actitudes e intenciones.

Es por ello necesario conocer sus movimientos y gestos para llegar a comprender lo que siente y quiere nuestra mascota y para saber cómo decirle lo que nosotros esperamos de su comportamiento.

Señales Visuales

Las señales visuales son una de las principales formas de comunicación, el perro usa todo su cuerpo para comunicarse; manifestar su rango social, su personalidad y su estado emocional.
Lo hace básicamente a través de la cabeza, cuerpo, patas y cola, por eso cuando estos animales tienen recortadas las orejas y el rabo pueden sufrir dificultades de comunicación.
Nuestra mascota, y lo comprobamos día a día, tiene también expresiones faciales de tristeza o alegría, de entusiasmo o de miedo.

Pero utiliza además el movimiento y posición de sus orejas como fuente valiosa de información:

  • si las levanta hacia adelante muestra gran atención e interés
  • cuando las mantiene erguidas y ladea la cabeza manifiesta curiosidad.
  • Fuera de estos contextos mantener las orejas levantadas es una señal de dominio
  • y si además arruga el morro y enseña los dientes denota agresividad.

Cuando las echa hacia atrás significa que el perro siente temor o muestra sumisión. Como en el caso anterior, si además arruga el morro y muestra los dientes, se convierte en una muestra de agresividad.

Sus ojos nos dicen también muchas cosas, como los humanos:

  • una mirada directa y fija refleja seguridad y autoridad, en muchos casos dominio entre la jauría.
  • Una mirada baja o desviada manifiesta una actitud sumisa
  • y si además tiene las orejas y las comisuras de la boca hacia atrás es una clara muestra de sumisión.
  • Si abre mucho los ojos y tiene las pupilas dilatadas puede expresar temor o expectación.

La lengua y el hocico de nuestra mascota son muy importantes:

  • cuando nos lamen (y a todos nos sucede a menudo) nos demuestran subordinación
  • si lo hacen rápidamente nos saludan con alegría.
  • Cuando se acercan y nos tocan con su hocico pretenden lograr nuestra atención.
  • Cuando el perro se encuentra en un estado extremo, en el que tiene miedo y también demuestra agresividad, se crean expresiones intermedias de conflicto.

Suele darse una confusión comunicativa cuando el perro tiene mucho pelo o las orejas ciadas, ya que es difícil apreciar todas sus expresiones.

Con las patas, el torso y la cola demuestran su clara personalidad, se imponen o se subordinan, y se comunican con nosotros.

Los indicadores de sumisión generalmente son:

  • Levantar una pata delantera
  • Agacharse
  • Mantener la cola baja e incluso entre las patas
  • Acostarse sobre el lomo.

Para demostrar seguridad y dominio el perro puede:

  • levantar la cabeza,
  • Mantener el cuerpo erguido y tenso
  • Elevar la cola y mantenerla en la vertical.

La excitación de nuestra mascota la reconocemos rápidamente por los movimientos en vaivén de su cola, que pueden variar en rapidez y amplitud según la causa que los provoque.

La agresividad, teniendo muy en cuenta el contexto en el que nuestro perro se comunique, la expresa de forma clara con el gruñido y los gestos faciales que hemos visto anteriormente. El pelo erizado, es también un signo de agresividad.
Cuando nos encontramos con un perro que tiene recortada la cola, moverá la totalidad de su parte posterior para comunicarse. Nuestros amigos utilizan la pata para marcar el territorio después de defecar, rascando el suelo. Al orinar cuanto más alzan la pata, más demuestran su seguridad y dominio.
Y nosotros… ¿Cómo hablamos con nuestra mascota?

  • Para comunicarnos con nuestra mascota tenemos que estar atentos a lo que nos quiere decir y hacerle entender cómo queremos que se comporte. Por ejemplo, cuando un perro nos ve y nos saluda levantándose y apoyando sus patas delanteras en nuestros hombros quiere manifestar su yo, saludarnos dominando la situación.

 

  • Cuando pone la cabeza bajo la mano de su propietario es para pedir caricias con sumisión. Es a través de este entendimiento inicial cuando podemos empezar a comunicarnos con nuestra mascota y tranquilizarle cuando esté nervioso o regañarle ante una actitud de desobediencia con tranquilidad, sin mimos, y con un “no” enérgico.
  • No es conveniente comunicarse con él solo regañándolo o dándole caricias porque puedes crear una inestabilidad emocional en tu mascota o una conducta agresiva. También tienes que tener en cuenta que es un animal social, y que fuera de la jauría, necesita sentirse dentro de una familia o con un compañero.
  • Jugar con él es una forma magnífica de comunicación que nos permitirá ir enseñándole las conductas más deseables, ayudándonos a prevenir así los problemas de conducta. Si tu perro mordisquea los objetos debes acostumbrarlo a que no lo haga y felicitarlo cuando solo muerda sus juguetes.

Si conseguimos entender a nuestra mascota nos será muy fácil hacernos entender y ofrecerle el cuidado, atención y cariño que sabemos que se merece.

 Señales acústicas

Los perros se comunican con los de su especie de forma algo diferente a como lo hacen con los humanos.

Por ejemplo, depende del contexto en el que nuestro perro ladre de forma continuada, el significado de lo que nos quiere decir variará en matices. Somos nosotros quienes tenemos que tener el conocimiento suficiente de las bases de su comunicación y carácter, para así determinar sus necesidades.

Nuestra mascota usa de forma común varias señales acústicas para comunicarse con nosotros; el ladrido, el gruñido, el graznido y el aullido. Estos sonidos pueden alertarnos en muchas ocasiones y somos nosotros los que hemos de interpretarlos de la forma adecuada. Pueden avisarnos de peligro, del estado del animal, de una posible enfermedad e incluso de un comportamiento no adecuado que intentaremos modificar.

Es muy importante conocer a fondo estas señales desde que el perro es un cachorro, ya que así conseguiremos una buena comunicación y la posibilidad de un adiestramiento más efectivo.
La falta de comunicación con nuestra mascota podría acarrearle trastornos de conducta, ansiedad y convertir la convivencia en un problema.

Ladridos

Ha sido siempre, desde los orígenes lobeznos de esta especie, la forma de comunicación más usada de los perros. Su función era de la de poder alertar de algún peligro, ya que su sonoridad es muy alta y su uso como señal de alarma es muy efectivo. Pero en la comunicación animal con el hombre sirve para muchas más funciones; la de llamar la atención sobre algo, un síntoma de alegría o irritación, etc…

Muchos expertos aseguran que la variedad de ladridos constituye un pequeño lenguaje codificado entre los perros. Porsupuesto no todos los perros ladran de la misma forma; su sonido e intensidad depende de la raza, el tamaño, la edad y de las características físicas propias del individuo. Aún así los humanos podemos hacer una distinción significativa entre varios tipos.
·

  • Ladridos muy largos sin interrupción y con grandes espacios de tiempo; es un reclamo del animal para buscar la compañía de su dueño, o la atención sobre algún aspecto en particular; una pelota de juego o algún elemento de distracción. Muchas veces el significado también apunta a que el perro busca compañía o caricias.
  • ·Ladridos continuos y rápidos: cuando la señal sea continua y rápida, con un tono medio, no excesivamente alto, significa que ha entrado algún desconocido en el territorio del perro y demuestra su nerviosismo.
  • ·Ladridos continuos en tono bajo; significa que el perro está en guardia para defenderse de algún extraño.
  • ·Series de ladridos constantes y en tono alto sin mostrar agresividad demuestran un estado de infelicidad en nuestro perro y es su forma de pedirnos más atención. Pero cuidado, si prestamos atención mientras está ladrando, puede entender el ladrido como reclamo para nuestras caricias. Siempre es mucho mejor esperar a que se calme y después dedicarle todo tipo de mimos.

La forma de saludo acústica más común es la de emitir dos o tres ladridos agudos y cortos. Es su forma de bienvenida, que normalmente viene acompañada de un movimiento de cola muy rápido. Así el animal se muestra excitado y alegre.

Pero cuando emite un ladrido agudo, en tono bajo y corto normalmente significa una queja, es decir, que el perro se siente molesto ante alguna situación, cuando se siente alegre ante una circunstancia en concreto el ladrido será también corto, pero en tono muy alto.

Gruñidos, gemidos y aullidos

Son otros de los sonidos que pueden emitir; el aullido es la forma vocal de unión con sus raíces lobeznas; es un sonido continuo y de fuerte sonoridad, cuya duración es de uno a once segundos. Su significado original es el de una llamada a gran distancia. En el caso de nuestras mascotas, suelen aullar para llamarnos cuando se sienten solas.

En ocasiones, el aullido también puede aparecer como respuesta a ciertos ruidos del entorno, como pueden ser las sirenas de los vehículos de emergencia.

Los gemidos son muy comunes entre los cachorros, es su forma de pedir las cosas, mientras que si gimen en edad adulta suelen manifestar dolor, miedo o malestar. Siempre dependerá del resto de indicios corporales que se pongan en juego; ojos, orejas y cola tienen mucho que decir en la comunicación animal.

Los gruñidos son una de las señales de agresividad, excepto cuando se producen durante el juego, normalmente indican que el animal está muy nervioso y puede llegar a atacar. Con el gruñido nuestro perro nos comunica normalmente advertencia o amenaza, siempre que el resto del cuerpo esté tenso (ya que a veces no tiene porque resultar indicador claro de agresividad).

Es común también que gruña cuando alguna parte del cuerpo le duele y se la tocan, en esta circunstancia se utiliza también el gañido: una vocalización aguda que muestra igualmente un cambio emocional brusco (un susto de un cachorro o un fuerte disturbio emocional).

La mejor forma de poder conocer a nuestra mascota es observar sus reacciones ante los impulsos que recibe. Si le prestamos atención con cariño y le ofrecemos un cuidado continuo aprenderemos cuáles son sus particulares formas comunicativas de pedir, destacar, agradecer o recibir.

Señales olfativas y táctiles

  • Señales olfativas

Uno de los sentidos más desarrollados en la especie canina es el del olfato. A través de él pueden reconocer el entorno y a los individuos que les rodean y claro está, reconocer a su dueño a través de su olor.

Su sentido del olfato, es mucho más desarrollado. Mientras que en los humanos el área de células olfativas es de 4 cm2, en un perro es de 150 cm2. También su densidad es mucho mayor, aproximadamente unas 40 veces.

Un perro puede captar el olor de una perra en celo a varios kilómetros, distinguir por el olor a hermanos gemelos y seguir el rastro de una persona.

Las señales olfativas se deben a secreciones odoríferas, en especial las llamadas feromonas, presentes en la orina, las glándulas anales, las glándulas sebáceas y las glándulas sudoríparas de las almohadillas plantales y los oídos.

Con ellas los perros pueden:

  • Comunicar sus emociones:

Situaciones de estrés y miedo se transmiten por los olores. Por ejemplo, un perro atemorizado puede comprimir sus sacos anales enérgicamente produciendo un olor penetrante muy característico que alerta a sus congéneres.
Por otro lado, la orina de las perras en celo contiene sustancias químicas que anuncian su estado y alertan de su potencial receptividad a un macho.
·Identificarse entre sí:
Cuando dos perros se encuentran se olfatean mutuamente la zona anal, la genital y los oídos. De este modo se identifican y consiguen información sobre la situación de cada uno de ellos.
El olfato se relaciona directamente con el sentido del gusto, por lo que interviene directamente en la elección de la comida y las preferencias que un perro tiene a la hora de escoger entre un alimento u otro.
El hocico canino no solo se utiliza para oler, también forma parte importante en la comunicación táctil; una de las más importantes en los perros. El tacto, a diferencia de los otros tipos de comunicación, requiere el contacto físico entre dos individuos; por este motivo, por lo general es posterior a las señales visuales y olfativas.
Señales táctiles
Básicamente podemos distinguir dos tipos de señales táctiles. Aquellas destinadas a demostrar una jerarquía social elevada, utilizadas por los individuos dominantes y aquellas destinadas a demostrar un rango social bajo, utilizadas por los individuos jerárquicamente inferiores.
Entre las primeras, llamadas señales de dominancia, las más comunes entre los perros son:
·El apoyo del hocico de un perro sobre los hombros del otro como forma de demostrar su superioridad. Si ésta es aceptada, el individuo receptor del mensaje realizará gestos de sumisión para manifestar su respeto por el perro dominante. Si la señal de dominancia no es aceptada el riesgo de una pelea es inminente.
·La presión de un perro sobre el cuello de otro al rodearlo con la boca abierta. Esta señal está basada en el comportamiento que utilizan las madres para trasladar y dominar a sus cachorros.
·El apoyo de los miembros anteriores sobre otro individuo, ya sea otro perro o una persona. Es una de las señales táctiles más observadas en la interacción de un perro con su propietario.
·El rodeo del hocico de un subordinado con su boca abierta. Esta señal es utilizada en la jauría por el perro líder y tiene como función controlar el comportamiento de sus seguidores.
·La demostración de la posición jerárquica a partir de montarse a otro perro, más allá de la actitud típica de apareamiento.
Entre las señales táctiles destinadas a demostrar nivel social bajo, llamadas señales de sumisión, las más comunes son:
El hociqueo, que consiste en dar pequeños golpecitos con el hocico y lamer ya sea el hocico de un congénere o la cara y las manos de una persona. Esta conducta es reflejo de aquella utilizada por los cachorros para solicitar comida a los congéneres adultos y se observa con mucha frecuencia en los lobos. Es importante tener en cuenta que en muchos casos este comportamiento se modela con el aprendizaje y es utilizado por muchos perros para captar la atención de sus dueños.
El cabeceo que realiza el animal cuando busca poner su cabeza bajo la mano de su propietario. Esta señal suele ser utilizada por los perros para pedir caricias desde una posición de sumisión.
Para las personas que interactúan con perros propios o ajenos es de vital importancia el conocimiento de estas señales, ya que sólo así es posible entender las actitudes de los perros y evitar situaciones de agresión como consecuencia de conductas humanas que no son comprendidas por los animales, o viceversa.


 

Kirdalia Yorkshire TerrierComo elegir tu mascota

Yorkshire, Adiestramiento básico canino

Tenencia responsable
Antes de adquirir un perro conviene plantearse lo que ello significa, tanto desde el punto de vista económico, como de la responsabilidad y las obligaciones que hay que asumir para proporcionarle una vida digna y adecuada. La convivencia con un perro exige tiempo, dinero y dedicación diaria durante al menos 12 años, que es la vida media de un perro. Un perro no es un objeto de consumo, es un ser vivo al que hay que educar, alimentar, cuidar, sacar de paseo y, también establecer un vínculo afectivo con él y acompañarlo. Además, condicionará nuestros movimientos en vacaciones y viajes, cambiará la relación con los vecinos, los amigos y la familia y nos obligará a conocer y acatar las normativas vigentes relativas a la tenencia de animales domésticos y de protección animal. Si después de hacer estas reflexiones estás dispuesto a asumir el compromiso… ¡Bienvenido al club!

Existe otro grado más de responsabilidad: el de la “paternidad responsable”. Los refugios acogen a muchos perros «huérfanos» por la desidia de algunos dueños a la hora de controlar la reproducción de sus mascotas que ante partos no deseados se deshacen de esta manera de los cachorros.

Si no nos vamos a dedicar a la cría deberemos tomar una decisión al respecto y, si no podemos controlar sus épocas de celo para evitar los apareamientos fortuitos y sus frutos, es preferible la castración o esterilización, sean machos o hembras.
Comprar o adoptar
La adopción es una alternativa que se extiende y un acto solidario, tanto si se hace directamente en un refugio como si es de la camada de algún amigo o conocido o de la propia calle. En este último caso lo primero es visitar al veterinario para que lo examine, desparasite y vacune; mientras que en los refugios suelen entregar a los animales ya tratados e incluso esterilizados.Si efectuamos su compra en un criadero o tienda especializada podremos elegir una mascota más acorde a nuestras posibilidades o deseos, en cuanto a sexo, edad y raza, así como exigir garantías, registros y certificados, conocer cómo se ha criado el cachorro, cuál ha sido su hábitat, quiénes son sus padres e incluso escogerlo de entre varios de una camada, según la afinidad, comportamiento, vivacidad o sociabilidad que observemos en él.

El Perro Adecuado

Signos de salud
A la hora de elegir nuestro perro, debemos asegurarnos que se encuentra en perfecto estado de salud. Para ello, observaremos que tiene:
– Ojos limpios, claros y brillantes.
– Encías rosadas, sin mal aliento y trufa húmeda y limpia.
– Buen aspecto, limpio y bien alimentado
– Actitud alegre y curiosa, no miedosa ni agresiva y buena reacción frente al ruido.

¿Macho o hembra?

Esta es una cuestión de preferencias personales, aunque en general existe la tendencia a elegir machos. Sin embargo, las hembras suelen ser más cariñosas, obedientes y fieles. Presentan la incomodidad de sus épocas de celo, que se producen dos veces al año, duran unos 20 días y requieren un poco más de atención. Los machos, por su parte, son más independientes y se excitan sexualmente siempre que en los alrededores hay una hembra en celo y, por lo mismo, pueden resultar más agresivos y propensos a las peleas y a las fugas; a su favor tienen el ser mejores guardianes que las hembras.Si queremos dedicarnos a la cría, lo que es preferible dejar en manos de los profesionales, es aconsejable elegir un buen ejemplar de raza, sea macho o hembra, y escoger cuidadosamente la pareja cuando llegue el momento del apareamiento.
¿Cachorro o adulto?

Hacerse con un cachorro de entre 8 y 10 semanas tiene sus ventajas, en cuanto a la fortaleza del vínculo que se establece con él y por la posibilidad de educarlo a nuestra medida; como contrapartida, los cachorros exigen mucha más atención, tiempo, paciencia y cuidados, sobre todo durante el primer año de vida, además de los pequeños destrozos que seguramente causarán en el hogar.Un perro adulto o a partir de siete meses puede parecer a simple vista una opción más cómoda, puesto que ya estará educado en las cuestiones básicas, como hacer sus necesidades durante el paseo y obedecer algunas órdenes, también habrá superado las épocas de riesgo de enfermedades y generalmente contará con las debidas vacunas; aunque siempre existe el riesgo de que el animal tenga vicios de comportamiento difíciles de erradicar y nos cause algún quebradero de cabeza, sobre todo si ha crecido en un ambiente desfavorable.
Elegir la Raza

Aspecto y carácter

Las modas marcan muchas veces las preferencias por una u otra raza de perro; sin embargo el carácter y la salud de un perro son más importantes que su aspecto.
A partir de las ocho semanas de vida es posible vislumbrar su modo de ser e incluso existen test que facilitan la tarea. Hay que tener en cuenta que cada raza tiene unas características propias e incluso propensión a determinados problemas de salud, como pueden ser los relativos a la estructura ósea o a problemas con los ojos. Cada perro, a su vez, tiene unas peculiaridades individuales de las que debemos informarnos, preguntando al propio criador que sabrá orientarnos sobre los cuidados especiales que requiere el nuestro.
No conviene, en cualquier caso, hacer experimentos y anteponer nuestras preferencias a la realidad de la vida cotidiana y si nuestro sueño es tener un podenco o un perro nórdico, por ejemplo, antes habrá que pensar en el espacio para correr que necesita el primero o el clima que requiere el segundo.

Existen más de 400 razas catalogadas de perros: pequeños, como el Yorkshire, uno de los más extendidos en su tamaño, vivaz, muy adaptable a la convivencia y paciente con los niños; grandes, como el clásico Pastor Alemán, buen guardián, valiente y sensible o medianos, como el Cócker, siempre de moda, cariñoso y alegre.Salvo excepciones, los perros de tamaño pequeño son más fáciles y baratos de mantener, viven más años que los grandes y no necesitan demasiado ejercicio diario. Por el contrario los perros grandes son más costosos,necesitan bastante ejercicio y pueden ser buenos guardianes y muy protectores con los niños.Como norma general se elegirá perro pequeño o mediano para vivir en la ciudad o en un piso y siempre perros cuyos cuidados estén en proporción al tiempo libre del que se dispone y de la experiencia en la tenencia de perros. Si se es principiante es mejor no elegir una raza cuya educación, por ejemplo, deba ser muy estricta, como en el caso de los considerados peligrosos o cuyo pelaje requiera constantes cuidados.

Sólo informándonos concienzudamente de las características y necesidades de cada raza podremos acertar con el perro adecuado a nuestro estilo de vida.

La llegada a casa

El equipo necesario

Si se trata de un cachorro, lo ideal es que entre en casa con 8 o 10 semanas de vida y no antes. Para ese momento hay que tener preparado un equipo básico que consistirá en: cama, manta, comedero y bebedero (para comida y agua), collar y correa, cepillo o peine y juguetes adecuados.
Hay muchos tipos de collares y arneses, pero en cualquiera de los dos casos, deberá llevar una placa de identificación o cualquier otro accesorio con la dirección y el teléfono del dueño.
En cuanto a correas también las hay de distintos tipos, extensibles, regulables con mosquetón o sencillas correas fijas, la elección depende del tamaño del perro y de nuestro gusto, pero son de uso obligado en prácticamente todas las localidades.Para la elección de la cama, lo importante es que lo proteja del frío del suelo y tenga las dimensiones suficientes como para que el perro se sienta cómodo en ella. Para los comederos y bebederos (comida y agua), es importante que sean de material pesado, acero ó acrílico por ejemplo, tengan una base antideslizante y tengan el suficiente tamaño para que el perro no derrame fuera el alimento. Por último, cepillos o peines vendrán definidos por el tipo de pelaje, largo o corto, liso o duro, del perro.
Además de los accesorios básicos, hay otros que son de máxima utilidad, como los que se utilizan en el coche, para que el perro viaje más cómodo y seguro, como redes protectoras, rejillas de aireación que se acoplan en las ventanillas o mantas especiales que transforman el asiento posterior en una especie de bañera que impide que ruede o caiga en caso de frenazo.

Principios de convivencia

Su nombre es el primer regalo que le hacemos a nuestro perro y a través del cual él va a reconocer su vínculo con nosotros. El nombre ideal es corto, y debe sonar claro, preferiblemente de dos sílabas y conteniendo las vocales más fuertes : a, o y u. La educación y el adiestramiento en los hábitos de aseo es lo primero que debemos enseñarle a un cachorro, lo que nos llevará alrededor de 6 semanas. Al principio se le sacará después de las comidas y en lo sucesivo, y como norma, deberá salir a la calle a pasear cuatro veces al día,independientemente de las salidas que pueda hacer al jardín, si lo hubiera y por muy espacioso que sea. También, y desde el primer momento de su llegada, el perro contará con un espacio propio para descansar y otro para comer y tendrá vetada la entrada a determinadas habitaciones para evitar destrozos durante el tiempo que permanezca solo en casa, que no debería ser superior a 8 horas. Con cariño, firmeza y constancia debemos aprovechar, desde los primeros meses de vida, su predisposición natural al aprendizaje y a la pertenencia a un grupo. De otro modo será un animal desorientado y problemático.

Instruir jugando

El juego no es algo que hayamos inventado ahora como un tipo de terapia para que el perro no rompa nuestras cosas. El juego responde a su naturaleza social y al instinto de caza. Así, el atrapar una pelota o juguete podría ser el igual a cazar una presa en estado salvaje.
Un perro necesita jugar, ya sea con otros perros, con las personas o con objetos, gracias a los juegos se hacen más hábiles y se vuelven menos destructivos en casa porque gastan energías y se entretienen. Si el perro no juega, lo más probable es que termine con nuestro jardín. El juego es una forma eficaz de establecer los rangos en la casa y de ejercitar su organismo.Una vez que el perro ha aprendido ciertas normas básicas como el «quieto», el «sentado”, el «abajo», el «ven» o el «suelta», nuestro perro estará en condiciones de ser liberado de vez en cuando en un espacio abierto que sea lo suficientemente seguro. El perro agradecerá el poder gastar energías a su gusto con una carrera libre. Nuestra mascota se divertirá mucho con los paseos frecuentes en entornos naturales, lejos de automóviles o zonas que entrañen cierto peligro. Esta es una de las formas de entretenimiento más sanas.

Si jugamos con el perro, por ejemplo tirando una pelota, estaremos reafirmando nuestra autoridad, ya que él sabe que depende de nosotros para que el juego sea entretenido. Si hacemos esta actividad algunos minutos durante el día el perro no necesitará de un paseo tan largo y por lo tanto estaremos ahorrando minutos de nuestro tiempo. Es necesario entregar un juguete en forma permanente al perro, de este modo, cuando nosotros no estemos con él, lo morderá para relajarse, evitando así daños lamentables en nuestros objetos, además de posibles daños a sus encías o muelas por comer cosas indebidas.

El jugar con otros perros también es muy importante. Un perro necesita de la interacción con sus iguales, por eso el acostumbrarlo desde pequeño a ir a un parque a jugar es muy bueno. El perro se socializa, gasta energías y se siente más confiado. Si se tiene más de un perro en casa, puede ser buena idea entregarles juguetes comunes. Deberemos tener presente que en ocasiones puede surgir un conflicto serio por la posesión del juguete, en tal caso lo retiraremos para evitar peleas.

Los juguetes menos apropiados….
• Juguetes que puedan ser cortantes
• Jamás entregar zapatos viejos como un juguete, ya que el perro no entiende si es viejo o no, sólo entiende que es algo de su amo, y a futuro podría hacer lo mismo con un zapato nuevo.
• Objetos que puedan ser tragados, deben ser siempre más grandes que su hocico.

Los juguetes son siempre aconsejables y es que las virtudes son varias: Evitan el uso de piedras que destrozan la dentadura o palos que se astillan con facilidad. Un perro acostumbrado a juguetes no buscará obsesivamente otros utensilios sucios o perjudiciales. El juego de tirar y traer es divertido para ambos y fomenta la obediencia y el vínculo afectivo. Pero atención, el amo siempre debe ser quien guíe el juego, y debe saber ponerle punto final, haciendo que el perro obedezca.
Aprende a decir que «No»
Cuando empezamos a educar a un cachorro una de las palabras más empleadas es “no” y muchas veces la utilizamos de manera incorrecta. Entre las normas básicas destaca la de separar el “no” del nombre del cachorro, ya que este debe quedar asociado siempre a cosas buenas, de tal manera que al oírlo ponga rápidamente su atención en nosotros.
Es importante emplearla en el momento adecuado, dándole la entonación adecuada y para reprenderle. En caso contrario perderá toda su eficacia para educar a nuestro cachorro.
Ha de decirse siempre en tono firme y serio. Muchas veces la forma de decirlo es más importante que la palabra empleada. Si lo reprendes con un tono dulce, con el mismo que empleas para darle mimos no entenderá nada. Tu perro quedará confundido.
No hace falta que repitas varias veces la palabra «no», bastará con una sola vez pero de manera firme y enérgica, no dejes lugar a dudas.
Úsalo en el momento adecuado: di «no» en el momento preciso en que está realizando la conducta que quieres reprimir, sino corres el riesgo de conseguir el efecto contrario.
Tu perro no te querrá menos por regañarlo cuando sea necesario. Todo lo contrario, es frecuente que adoren a aquel que sabe quererlos y reprenderlos cuando hace falta. Nunca se sentirá confuso con esa persona y sabrá distinguir las muestras de cariño y las reprimendas necesarias.
Reeducar a nuestra mascota: cómo corregirlo
Son muchas las personas que se encuentran con el mismo caso; no haber sabido orientar la educación de su mascota en los primeros meses o acoger al perro una vez que ya es mayor y ha pasado el periodo de socialización.Todas las malas costumbres son diferentes según la experiencia concreta del perro, pero en mayor o menor grado son siempre corregibles siguiendo un programa de reeducación. En estos casos es recomendable contar con la ayuda de un especialista que nos oriente sobre las pautas a seguir. Algunas recomendaciones generales serían:

Procura que, aunque aprenda poco a poco, haga algo ordenado por ti. Puedes comenzar a enseñarle a sentarse o echarse, antes de recibir una recompensa verbal o de comida.
Asegúrate que el perro está siempre bajo tu dominio, que te trata como el jefe en casa y en el exterior. Llévalo siempre con correa o una correa larga extensible hasta que exista la certeza de que obedece tus órdenes.
Persevera en estos dos o tres comportamientos básicos, ya que las malas costumbres no se solucionan en dos días. El tiempo medio para aprenderlas es de varias semanas.
En algunos casos el comportamiento del perro puede salir de lo aceptable y constituir un peligro para desconocidos, niños o para nosotros mismos. Si los daños son excesivos o la actitud del perro se vuelve agresiva es imprescindible consultar con un especialista en comportamiento. Él nos dará las soluciones más efectivas.

Conocer su Temperamento

Si escogemos a nuestro perro en una protectora, puede que tenga problemas de conducta debidos a la experiencia del abandono. Con un poco de dedicación la mayoría de estos problemas se pueden solucionar, lo que genera una profunda satisfacción al propietario así como un fuerte vínculo con su nuevo perro. Las devoluciones, provocadas por personas que eligen al perro por su aspecto y no por su temperamento, o que lo valoran como un juguete, afectan al animal en su comportamiento normal. Para estar seguros de cual es el perro ideal según nuestra forma de vida y nuestro propio temperamento es recomendable preguntar al especialista de la tienda o protectora donde lo vamos ha adquirir.


kirdalia yorkshire terrier10Etología canina

Problemas de conducta canina

Problemas más comunes

 

 

  • Agresividad

Hay conductas que aún siendo normales en la especie no son aceptables en la convivencia con humanos, como por ejemplo algunos tipos de agresividad, los ladridos de alerta o la defensa de la comida, las crías o el territorio. Estos comportamientos son instintivos y lo adecuado esidentificarlos y educar al perro con paciencia y método en la adaptación a nuestras normas, nunca con gritos y violencia.

Si esto no se lleva a cabo pueden aparecer problemas como la agresividad por dominancia, que puede manifestarse hacia las diferentes personas de la familia o sobre los demás perros que convivan con él. Se trata de un problema grave y de difícil solución, siendo recomendable siempre consultar con el veterinario. Los tratamientos consisten en una serie de medidas encaminadas a invertir esa dominancia. La base del tratamiento son las pautas de modificación de conducta, que deberán aplicar todos los integrantes de la familia, pero en ocasiones, puede ser necesario complementarla con el uso de fármacos o la castración del animal.

Aunque sin lugar a dudas, el método más eficaz para tratar los problemas de dominancia es la prevención. Debemos prestar atención a nuestro perro desde el primer día, marcándole una pautas claras que le permitan identificar con claridad su posición en el grupo. Hay que decir que, en ocasiones, son los propietarios los que deben ser reeducados ya que con sus conductas potencian la agresividad de los perros.

Por último, existen otras posibles causas para los comportamientos agresivos, como ciertasdisfunciones orgánicas: enfermedades contagiosas, problemas dentales o de oídos, problemas neuro-degenerativos o músculo esqueléticos, entre otros.
En estos casos existen tratamientos farmacológicos y quirúrgicos que pueden ser aplicados, previo diagnostico del veterinario.

  • Ansiedad por separación

Uno de los problemas de conducta más frecuente es la ansiedad por la separación.

Se trata de una reacción de estrés que sufre el perro cuando se queda solo o se ve separado de sus dueños y que se manifiesta de tres formas distintas: vocalizaciones excesivas, destrozos y eliminaciones inadecuadas. Como el problema nunca se manifiesta delante de los propietarios en ocasiones cuesta identificarlo atribuyéndose sus acciones, de forma errónea, a una sentimiento de venganza, que a menudo hace que el perro sea castigado lo que empeora aún más el problema.

El tratamiento de la ansiedad por separación consiste en ayudar al perro a tener un carácter más independiente y habituarlo a quedarse sólo poco a poco. Se trata de un problema que afecta gravemente el bienestar del animal por lo que nunca se debe dejar sin solución. En los primeros pasos del tratamiento suele ser muy útil la ayuda de los fármacos desarrollados para tal fin, por lo debemos consultar con el veterinario que además nos podrá asesorar sobre las pautas que debemos seguir.

  • Miedos y fobias

El miedo es una respuesta natural, que permite a los animales alejarse de aquellas situaciones o individuos que suponen un peligro para su integridad. Por ello, muchos de los problemas de miedo que afectan a nuestros perros, son fruto de las malas experiencias vividas en el pasado. Cuando el perro recibe una sensación desagradable o dolorosa,  intentará identificar la causa y creará una asociación.

De tal manera que cuando en el futuro se encuentre nuevamente en la misma situación, reaccionará con temor. Lo que en ocasiones puede ocurrir, es que el perro no identifique correctamente el causante de su contratiempo, pudiendo reaccionar con temor ante estímulos completamente inofensivos, lo que además suele confundir al propietario que no llega a comprender la reacción de su perro, tendiendo a mostrar una actitud sobreprotectora que puede incrementar el problema.

Existen también animales hipersensibles a los estímulos exteriores y que presentan reacciones exageradas, de miedo o fobia, ante situaciones concretas, como ruidos agudos o muy potentes.

En todos los casos, estas reacciones van desde el aumento del ritmo cardíaco, la aceleración de la respiración, temblores y nerviosismo exagerado, hasta una manifestación de agresividad defensiva. Así, y dependiendo de la causa del miedo se les trata con tranquilizantes y/o con entrenamiento adecuado, siempre bajo la supervisión del profesional veterinario.
Un método para intentar desensibilizarlo es exponer al estímulo que le atemoriza de una forma controlada, con muy poca presencia de este, y hacerlo en medio de una actividad que sea agradable para él, luego poco a poco iremos incrementando la intensidad del estímulo, hasta que se habitúe al mismo.

  • Celos con los niños

Si hasta ahora la responsabilidad del cuidado del perro ha sido de uno de los miembros de la pareja, es bueno empezar a compartir esta responsabilidad. Sobre todo porque el perro notará la disminución del tiempo que se le dedica y esa puede ser una de las razones de sus celos.
Al hacerlo permitirás que el perro se vuelva más independiente y en cuanto llegue el niño no se sienta tan excluido.

Para posibilitar una adaptación gradual, se puede acercar la ropita del bebé haciendo que el animal la huela para que no le resulten tan extraños estos olores. Cuando lleves al bebé a tu casa, ten en cuenta que la primera impresión mascota-bebé es muy importante.

La forma en que la mascota y el bebé se descubran desencadenará el tipo de relación que se genere entre ellos. Por lo tanto, cuando llegues a tu casa, acerca al bebe lentamente al perro y permite que lo olfatee mientras lo sostienes. Esto te permitirá estudiar y anticipar las reacciones del animal.

Acaricia y calma a tu mascota y cuando quiera lamerlo, evita gritar un: No! con desesperación, es mejor un tono firme, pero delicado. No asustes al animal, ni hagas que éste se sienta un intruso en tu casa.

Compartir actividades con el niño

Es una buena práctica compartir algunas rutinas con el perro, por ejemplo que pueda estar presente cuando paseas, bañas o cambias al bebé.

Al principio, no dejes a tu mascota sola con el niño. Por más educado y cariñoso que sea tu perro, en su afán de curiosear, puede voltear, sin querer, el moisés por tratar de acariciarlo con su pata, o arañarlo involuntariamente.

Ten especial cuidado cuando el niño empieza a gatear o moverse. En esta etapa la criatura se mueve de modo imprevisible y puede perder el equilibrio cayendo sobre el animal, quien podrá asustarse y reaccionar instintivamente.

A medida que el niño crezca y comience a hablar, hay que enseñarle que el perro es un ser vivo que debe ser respetado. Por lo tanto, si lo alzan mal, le tiran de las orejas o la cola, intentará defenderse alejándose o gruñendo.

Enseñarles a convivir y respetarse en los momentos de sueño, comida, o si el animal está cansado de jugar, es fundamental para lograr una buena relación entre tu hijo/a y tu mascota.
En opinión de numerosos especialistas, un perro supone importantes beneficios sobre el desarrollo del niño. Sin embargo, un manejo incorrecto de la situación puede desencadenar la aparición de los temidos «celos» del perro ante la llegada del niño. Unos simples consejos prácticos nos ayudarán a evitar los celos del perro y a garantizar una buena convivencia.

El perro debe aprender a identificar al niño como un indicativo de bienestar y no como una pérdida del mismo.

Sin embargo, algunos perros, en especial aquellos que no tuvieron contacto con niños cuando eran cachorros, pueden reaccionar de forma inesperada ante la llegada de un nuevo miembro a la familia al que perciben como un competidor.

¿Porqué un perro siente celos de un niño?

La llegada de un niño a casa supone de forma irremediable que el perro reciba menos atención por parte de sus propietarios. En su afán por evitar que el animal se sienta abandonado, los dueños aprovechan aquellos ratos en los que el niño está dormido o en otra estancia para colmar de atenciones al perro.

Aunque hecho con buena intención, este comportamiento puede ser el desencadenante de los celos del perro, que analiza la situación de una forma muy diferente a la nuestra.
En tan sólo unos días el perro advierte que sus dueños le dedican menos tiempo cuando el niño se encuentra presente, mientras que cuando no lo está vuelve a recuperar el grado de atención que recibía antes.

El perro por lo tanto aprende a ver al niño como un competidor por el afecto de sus dueños. En esta situación los celos no van a tardar mucho en aparecer.

Para no agravar las situaciones es muy importante no castigar al perro cuando se acerque al niño. Los perros deben poder satisfacer su curiosidad natural por lo nuevo, debe poder aproximarse, olerlo y habituarse a su presencia. Sin embargo, debemos controlar al perro y enseñarle poco a poco a relacionarse con el niño de forma tranquila.

Normas Básicas

Si la actitud del perro es algo brusca podemos frenar su ímpetu utilizando alguna golosina para distraer su atención. Si se acerca al niño y se comporta de forma tranquila deberemos premiarlo y acariciarlo. Siempre que el niño esté presente debemos intentar dispensarle al perro la mayor atención posible. De ese modo, el animal aprenderá a relacionar al niño como un indicativo atención, y no como un competidor.

Cuando el niño no está “en escena” deberíamos intentar reducir el grado de atención que le damos al perro. De ese modo, reforzamos aún más en la mente del perro la idea de que la llegada del bebé no es un elemento de competencia por la atención de los propietarios.

Ante todo hay que evitar dejar al perro y al niño juntos sin supervisión directa, principalmente en los primeros meses; aunque no se trata de la situación más frecuente, en algunos casos la convivencia del perro con el bebé puede ser problemática e incluso peligrosa.

Erradicar los malos hábitos

En toda educación canina lo más práctico es, una vez vacunado el cachorro, comenzar con mucha paciencia a enseñarle las normas básicas. Pero si hemos adoptado un perro con más de un año no sabemos exactamente en que condiciones puede haber sido educado. Si nos enfrentamos al duro proceso de reeducación de un animal hemos de tener como primer objetivo comprender como ha adquirido esas malas costumbres.

Existe un gran numero de hábitos adquiridos que pueden causarnos problemas en la convivencia diaria: destrucción de objetos o muebles cuando se quedan solos, agresividad con otros perros, nula respuesta a determinadas órdenes, conflictos de posesión, etc… La comprensión hacia tu mascota es la vía más lógica de actuar ante estos casos; piensa siempre porque actúa así y si este comportamiento puedes evitarlo. A la hora de afrontar estos problemas, es siempre recomendable contar con la ayuda de un profesional que guíe nuestros pasos.

  • Comportamiento destructivo

Uno de los hábitos generalizados de los perros es el de mascar, y aquí podemos incluir todo tipo de objetos; botellas de plástico, zapatos, sillones, trapos, cuerdas… Es un comportamiento natural en el animal aunque nos parezca abusivo. Sabemos que el masticar no solo es beneficioso para su dentadura, sino también constituye una forma natural de relacionarse con todo lo que le rodea, es decir una forma de conocimiento.

Es una costumbre fácil de suplir si desde el principio acostumbramos al perro a masticar o morder juguetes apropiados o huesos preparados para ello. Así el perro olvidará el resto de objetos y prestará atención solo a su juguete.

Otra de las razones por las que el animal puede tener un comportamiento destructivo con los objetos es por aburrimiento, depresión o ansiedad por la separación. Nunca suele ser aconsejable que pase más de ocho horas solo en casa.

Podemos prevenir este comportamiento si desde pequeño le habituamos a estar en un espacio en concreto donde tenga sus propios juguetes. De este modo se acostumbrará a usarlos, creándole un hábito que hará que los prefiera al resto de objetos.

Cuando observamos que el perro mordisquea un objeto inadecuado, interrumpiremos su acción con un «NO» enérgico. Una vez el perro haya dejado el objeto y vuelva a centrarse en su juguete le acariciaremos y jugaremos con él, lo que le ayudará a comprender más rápidamente lo que esperamos que haga.

Podemos utilizar los juguetes, para hacer más entretenidos los periodos de soledad de nuestro perro. Con un poco de imaginación podemos esconderlos y colocarlos en lugares que obliguen al animal a buscarlo y a esforzarse por conseguirlo. De este modo, no solo le mantendremos más entretenido, también contribuiremos a que desarrolle sus habilidades.

  • Otros problemas comunes

Miedo a las manos o a la correa: algunos perros pueden tener experiencias anteriores desagradables que hayan sido violentas o represivas. Si notas que tu perro siente miedo cuando mueves tus manos intenta no dar órdenes con ellas ni moverlas exageradamente. Los gestos realizados de arriba abajo, resultan siempre más amenazadores, por ello la mejor manera de iniciar el contacto será agacharnos junto a él y acercar nuestra mano desde debajo de forma tranquila ofreciéndole una golosina y una caricia suave. Con el tiempo comprenderá que nuestras manos no representan ninguna amenaza para él. También hay que evitar en todo momento castigar al perro con la correa, no es en ningún caso el elemento adecuado y solo conseguiremos despertar miedo y ansiedad en el animal.

  • Perseguir coches

Para algunos perros, que ven en ello la posibilidad de reproducir sus pautas de caza, puede ser muy divertido realizarlo pero es extremadamente peligroso hacerlo. No permitas que lo realice nunca ya que su erradicación sería mucho más difícil, los perros se ven atraídos enormemente por el movimiento de un vehículo que no se detiene, la correa y el entrenamiento en órdenes de obediencia básica como el “quieto” y el “ven” resultan fundamentales para controlar esta situación..

  • Hacer sus necesidades en casa

cuando el cachorro no ha recibido la educación adecuada toma como algo natural orinar o defecar en la casa. Nunca hay que regañarle cuando lo descubrimos un tiempo después ya que el animal no puede relacionar el motivo del castigo. Solo si le pillamos “in fraganti” entenderá que esa ha sido su mala acción. Una vez que lo saquemos a la calle y pueda hacerlo en el exterior hemos de felicitarle para que vea que es el comportamiento correcto.

En ningún caso hay que restregar el hocico del animal en el orín, ya que lo único que conseguiremos es atemorizarle. También es necesario que eliminemos con productos de limpieza , preferiblemente enzimáticos, cualquier olor que pueda haber dejado en casa, así el olor de su propio pis no lo tentará para hacerlo nuevamente.

  • De Vacaciones: Viajar con tu mascota

Preparativos

Antes de emprender un viaje con nuestro perro conviene planificarlo bien: confirmar que en elalojamiento del punto de destino aceptan perros, realizar una visita al veterinario para que le realice un chequeo general y otra a lapeluquería, o en su defecto asearlo nosotros mismos, disponer de toda su documentación en regla y preferiblemente con copia. Por último, hay que preparar el equipaje de nuestra mascota con todo detalle, que consistirá en: recipientes para agua y pienso, collar y correa, su cepillo y su manta, bolsitas para excrementos y un pequeño botiquín, que incluya pastillas para el mareo y sedantes que nos proporcionará el veterinario. Si el perro va a viajar en transporte público será necesario también disponer de un bolsotransportín y sacar su billete con la suficiente antelación, pidiendo instrucciones precisas a la compañía correspondiente sobre transporte de animales.

Una gran parte de los inconvenientes que pueda presentar el viajar con nuestra mascota dependen de su nivel de educación o, lo que es lo mismo,de sus dueños. Tanto si va a quedarse al cuidado de un conocido, como en una residencia, o si va a viajar y alojarse con nosotros en hoteles o apartamentos, es fundamental que seaobediente y responda al menos a las órdenes más básicas.

Hay que pensar también en el bienestar de nuestra mascota en el transcurso de las vacaciones y tener en cuenta el tipo de vida que llevaremos esos días. Demasiadas salidas nocturnas, excursiones o asistencia a muchos lugares o eventos donde el perro no está admitido, tendrán como resultado que el animal pasará la mayor parte del tiempo solo, encerrado, y fuera de su ambiente habitual. También hay que tener en cuenta la edad: si es demasiado jovenserá más difícil de dominar y si es un perro muy mayor el estrés del viaje puede afectar a su salud.

  • Papeles en regla

A partir del 1 de octubre de 2005, se ha dispuesto que para viajar por Europa será necesario, además de la cartilla habitual con los sellos correspondientes a sus vacunas actualizadas y su chip de identificación, disponer del llamadopasaporte comunitario, que reúne toda esa información en un único formato para todos los países miembros de la Unión Europea. Para la entrada de las mascotas en Suecia, Reino Unido, e Irlanda, se establecen exigencias adicionales, como una información más detallada acerca de su salud y una prueba de inmunidad, que sustituye a las antiguas cuarentenas. En cuanto a viajes aotros destinos más lejanos, conviene contactar con la embajada del país de destino e informarnos de los requisitos exigidos por el mismo, pues algunos exigen la traducción a la lengua local, por ejemplo.

En España el porcentaje de hoteles y otros alojamientos que aceptan mascotas es aún muy bajo, tan sólo el 22%, por lo que la alternativa de buscar una buena residencia sigue siendo la mejor opción en el caso de no poder viajar con nuestro perro.

  • Viajes en coche

Familiarizarlo con el vehículo

Los perros deben habituarse desde cachorros a ocupar un lugar fijo en el coche y a viajar tranquilamente en él. Esto se consigue con un sencillo adiestramiento previo al viaje, que consiste en iniciarle con viajes cortos, tras los cuales se le recompensará y se regresará a casa. Poco a poco, cada día, se irá aumentando la distancia recorrida. También conviene que el perrono asocie el coche con el paseo, ya que puede manifestar un alto grado de excitación cada vez que entre en el mismo, para evitarlo se hará el ejercicio de subirlo, tenerlo un rato dentro y bajarlo cuando comience a mostrarse excitado sin haber arrancado el coche. Esto se debe repetir varias veces al día hasta que aprenda a entrar en él y quedarse quieto.

  • Durante el trayecto

Hay que realizar varias paradas, independientemente de los kilómetros que se hagan, pues el perro necesita caminar, hacer susnecesidades y adaptarse progresivamente al nuevo entorno. Habrá que ofrecerle agua en cada descanso y hacer alguna parada más larga para dar su paseo correspondiente, buscando un lugar apartado de las zonas de uso de las áreas de servicio o los restaurantes.
En los paseos breves el perro siempre debe ircon su correa, para evitar que se despiste en un lugar desconocido o incluso pueda provocar un accidente. Algunas características propias de la conducción o del tráfico pueden asustar al animal, como la frecuencia del sonido que produce el roce de los neumáticos en el pavimento circulando aalta velocidad; una simple reducción de la misma servirá para tranquilizarlo. Los frenazos y laconducción brusca en las curvas también deben ser evitados, ya que alteran el comportamiento del animal durante el viaje. Por último, en caso deavería, es preferible que el perro permanezcadentro del coche o a lo sumo se le dará un paseo controlando sus movimientos.

Está totalmente contraindicado que el perro viaje en el maletero del coche, en las rodillas del conductor o en la bandeja existente delante del cristal trasero. En caso de accidente el animal no tendría ninguna posibilidad de sobrevivir, mientras que si va correctamente sujeto el susto puede quedarse en una simple fractura.

  • Cuestión de seguridad

Las ordenanzas de tráfico prohíben que el perro viaje suelto y pueda acceder a la parte delantera del vehículo.

Para garantizar tanto la seguridad del animal como la nuestra, puedes encontrar en KUKA´S WORLDcorreas especialmente preparadas para ser enganchadas al cinturón de seguridad del asiento.

También tienes como opción los bolsos transportines de paseo.
Transportes públicos
Trenes, barcos y aviones
En los trenes de cercanías los perros son admitidos en bolsos transportines, de manera gratuita.
En los trenes regionales: son admitidos sólo si viajan en transportines y pagando el 50 % del billete, lo mismo que en el AVE, donde el perro viaja en el mismo vagón que el dueño, pero en el departamento de equipajes.
En los viajes en barco o en transbordador el perro deberá permanecer en un departamento especial para animales, en una jaula, o en el interior del coche en el caso de que también se lleve a bordo. En travesías largas, podemos visitar a nuestro perro y pasearlo por cubierta siempre atado o permanecer en el camarote.
Para viajar en autocar la mayoría de las compañías no admiten perros y las que lo hacen permiten que el animal viaje, siempre en transportines y, si es de pequeño tamaño podrá viajar en cabina, de lo contrario irá en el compartimento de carga.
También algunas empresas de transportes y mensajería realizan el servicio de transporte de animales, lo que resulta una muy buena opción ya que viajan cómodos y en perfectas condiciones.
Para los viajes en avión, normalmente se pueden llevar en la cabina como equipaje de mano animales que no pesen más de 6 Kg., incluyendo el transportín que no debe superar unas medidas definidas; de lo contrario deberá viajar en bodegay presentarse al menos 3 horas antes del embarque. Si el perro y su jaula pesan menos de45 Kg. se considera como equipaje y viajará en el mismo vuelo que el dueño. De no ser así puede ser considerado exceso de carga y no se asegura que pueda ir en el mismo vuelo. Cada compañía aérea tiene sus propias normas, por lo que hay que informarse muy bien a la hora de sacar los billetes, que varían de precio también de unas a otras. La excepción a esto son los perros lazarillos que pueden viajar gratuitamente en cabina, con bozal y sin ocupar ningún espacio de asiento.

Aunque el avión no es el mejor transporte para el perro, para los viajes aéreos es preferible que sean en vuelos directos, a primera o última hora del día, y evitando las aglomeraciones de los fines de semana.
Posibles problemas
Miedo y mareos
El miedo al coche se justifica casi siempre porque el perro lo asocia con una mala experiencia, como el mareo. Para invertir este reflejo debemos convertir el coche en un lugar agradable para el animal, dejándole sestear en él e inclusodándole su comida dentro pero, sobre todo, hay que hacerlo con la constancia y la frecuencia necesarias para que se habitúe a él, lo mismo que a la casa, al jardín o al barrio.

Las náuseas y mareos son frecuentes en cachorros y perros no acostumbrados al coche.

Si nuestra mascota suele marearse tendremos la prevención de no darle de comer justo antes de emprender el viaje o suministrarle unoscomprimidos específicamente indicados para este problema, que además son también ligeramente sedantes y mantendrán al perro más tranquilo.

  • ¡Cuidado con el golpe de calor!

El golpe de calor se produce en circunstancias en que la temperatura ambiente es muy elevada,como sucede a veces en el interior de un coche aparcado al sol, por ejemplo; puede causarcolapso respiratorio y derivar en coma y muerte fulminante. Esto sucede porque el organismo del perro transpira únicamente por la respiración y el jadeo y no es capaz de autorregularse en condiciones de calor extremo.

Siempre hay que disponer de agua durante el viaje y evitar que el perro pase largo rato encerrado en el coche bajo condiciones de excesivo calor.


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