La Displasia de cadera en el perro es una enfermedad que va a afectar fundamentalmente a las razas grandes y gigantes. Esta enfermedad es de origen hereditario, habiendo varios genes implicados en ella. Además del origen hereditario también se deben dar unas circunstancias particulares para que un perro pueda desarrollar esta enfermedad y son causas ambientales tales como dietas inadecuadas durante el desarrollo, que aportan muchas más calorías de las necesarias y con graves desequilibrios minerales; también podemos citar el someter a un perro en crecimiento a un ejercicio intenso y excesivo; perros que tengan sobrepeso durante su desarrollo, etc.
Cuando se juntan tanto los factores genéticos como los ambientales, es cuando se puede desarrollar esta enfermedad, que consiste en una malformación de la articulación coxofemoral ( una o varias de sus componentes) y que, a medio y largo plazo acaba originando un proceso osteoartrósico (degenerativo). Esta malformación de la articulación va a originar un movimiento anómalo que acabará lesionando las estructuras articulares provocando dolor y claudicación en nuestro perro.
La displasia de cadera puede aparecer en perros de ambos sexos, pero, sobre todo, de razas grandes y gigantes. Suele afectar a ambas extremidades aunque el grado de sintomatología varía tanto entre ambos miembros como entre unos perros y otros.
Cuando en un perro aparece una cojera de los miembros posteriores, que puede ser de aparición repentina o que va presentándose poco a poco; si esa cojera o renuencia a andar se muestra sobre todo al levantarse tras estar un tiempo tumbados, tras un ejercicio intenso, podemos sospechar que tenemos este problema entre manos y debemos ponernos en contacto con nuestro veterinario de confianza.
Para diagnosticar este problema hay que explorar al animal, ver qué pata es la afectada, localizar el punto de dolor y, tras palpar la región afectada, realizar un estudio radiológico para ver el alcance de la lesión. Este estudio hay que realizarlo con el perro anestesiado ya que requiere el adoptar posturas que son molestas o dolorosas para el paciente y que además requieren una buena calidad radiográfica pues es preciso hacer determinadas mediciones goniométricas (medir ciertas angulaciones).
Estudiando estas radiografías podemos clasificar la displasia de cadera en el perro en varios grados, desde libre de displasia hasta un grado grave. Según el grado de afectación que haya y la sintomatología más o menos marcada que muestre nuestro perro se procederá a aconsejar el tratamiento más adecuado.
Hoy en día hay en el mercado pruebas de tipo genético para determinadas razas de perro con las que se nos orientará a su predisposición a padecer esta enfermedad.
Cuando se presenta una displasia de cadera en el perro se recomienda en todos los casos la pérdida de peso, pues ya hemos visto que este factor predispone y agrava el proceso. Debe controlarse perfectamente la alimentación de nuestro perro para que no haya desequilibrios ni calóricos ni menerales. El ejercicio debe moderase para evitar que se realicen sobreesfuerzos en la zona dañada.
Junto a esto, incluso en animales que van a recibir un tratamiento quirúrgico, se deben añadir antiinflamatorios y condroprotectores para rebajar la inflamación, aportar analgesia y proteger la integridad de la articulación dañada.
En cuanto a los tratamientos quirúrgicos aconsejados, estos dependerán de la edad, características y progresión de la enfermedad. Así citaremos por encima la sinfisiodesis púbica ( que se realiza en animales muy jóvenes), la pectinectomía ( sección de los músculos pectíneos para controlar el dolor); osteotomía triple de pelvis; escisión de la cabeza del fémur y la implantación de prótesis de cadera.
Será el veterinario traumatólogo el que nos aconseje la técnica más adecuada en el caso de nuestro perro basándose, como mencionábamos más arriba, en las características del paciente, grado de lesión y, también hay que decirlo, las posibilidades económicas del propietario ( algunas de estas técnicas son bastante onerosas pero no significa que las más económicas tengan que dar peor resultado).
Para más información sobre cojeras de patas traseras en perro PINCHA AQUÍ
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) tenemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página www.tuveterinario.info, el cual también está operativo las 24 horas para solucionar cualquier duda que tengáis sobre este u otros temas relacionados con la saluda de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info
La Displasia de cadera en el perro es una enfermedad que va a afectar fundamentalmente a las razas grandes y gigantes. Esta enfermedad es de origen hereditario, habiendo varios genes implicados en ella. Además del origen hereditario también se deben dar unas circunstancias particulares para que un perro pueda desarrollar esta enfermedad y son causas ambientales tales como dietas inadecuadas durante el desarrollo, que aportan muchas más calorías de las necesarias y con graves desequilibrios minerales; también podemos citar el someter a un perro en crecimiento a un ejercicio intenso y excesivo; perros que tengan sobrepeso durante su desarrollo, etc.
Cuando se juntan tanto los factores genéticos como los ambientales, es cuando se puede desarrollar esta enfermedad, que consiste en una malformación de la articulación coxofemoral ( una o varias de sus componentes) y que, a medio y largo plazo acaba originando un proceso osteoartrósico (degenerativo). Esta malformación de la articulación va a originar un movimiento anómalo que acabará lesionando las estructuras articulares provocando dolor y claudicación en nuestro perro.
La displasia de cadera puede aparecer en perros de ambos sexos, pero, sobre todo, de razas grandes y gigantes. Suele afectar a ambas extremidades aunque el grado de sintomatología varía tanto entre ambos miembros como entre unos perros y otros.
Cuando en un perro aparece una cojera de los miembros posteriores, que puede ser de aparición repentina o que va presentándose poco a poco; si esa cojera o renuencia a andar se muestra sobre todo al levantarse tras estar un tiempo tumbados, tras un ejercicio intenso, podemos sospechar que tenemos este problema entre manos y debemos ponernos en contacto con nuestro veterinario de confianza.
Para diagnosticar este problema hay que explorar al animal, ver qué pata es la afectada, localizar el punto de dolor y, tras palpar la región afectada, realizar un estudio radiológico para ver el alcance de la lesión. Este estudio hay que realizarlo con el perro anestesiado ya que requiere el adoptar posturas que son molestas o dolorosas para el paciente y que además requieren una buena calidad radiográfica pues es preciso hacer determinadas mediciones goniométricas (medir ciertas angulaciones).
Estudiando estas radiografías podemos clasificar la displasia de cadera en el perro en varios grados, desde libre de displasia hasta un grado grave. Según el grado de afectación que haya y la sintomatología más o menos marcada que muestre nuestro perro se procederá a aconsejar el tratamiento más adecuado.
Hoy en día hay en el mercado pruebas de tipo genético para determinadas razas de perro con las que se nos orientará a su predisposición a padecer esta enfermedad.
Cuando se presenta una displasia de cadera en el perro se recomienda en todos los casos la pérdida de peso, pues ya hemos visto que este factor predispone y agrava el proceso. Debe controlarse perfectamente la alimentación de nuestro perro para que no haya desequilibrios ni calóricos ni menerales. El ejercicio debe moderase para evitar que se realicen sobreesfuerzos en la zona dañada.
Junto a esto, incluso en animales que van a recibir un tratamiento quirúrgico, se deben añadir antiinflamatorios y condroprotectores para rebajar la inflamación, aportar analgesia y proteger la integridad de la articulación dañada.
En cuanto a los tratamientos quirúrgicos aconsejados, estos dependerán de la edad, características y progresión de la enfermedad. Así citaremos por encima la sinfisiodesis púbica ( que se realiza en animales muy jóvenes), la pectinectomía ( sección de los músculos pectíneos para controlar el dolor); osteotomía triple de pelvis; escisión de la cabeza del fémur y la implantación de prótesis de cadera.
Será el veterinario traumatólogo el que nos aconseje la técnica más adecuada en el caso de nuestro perro basándose, como mencionábamos más arriba, en las características del paciente, grado de lesión y, también hay que decirlo, las posibilidades económicas del propietario ( algunas de estas técnicas son bastante onerosas pero no significa que las más económicas tengan que dar peor resultado).
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Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info
Tal y como decíamos, vamos a dedicar una serie de artículos a las enfermedades que cursan con convulsiones y hoy vamos a hablar de una de ellas, la más frecuente en la clínica, que es la epilepsia idiopática en el perro.
Las convulsiones son movimientos involuntarios que se producen por una gran descarga neuronal, sincronizada, en alguna parte del tejido cerebral del perro. Es la epilepsia idiopática un trastorno crónico, que se prolonga en el tiempo y que hace que, de forma recurrente, se presente los ataques convulsivos. Las convulsiones pueden ser parciales o generalizadas. Las parciales afectan a alguna parte corporal, por ejemplo los músculos masticadores, y así se mueven de forma involuntaria pero sin que el perro afectado pierda la conciencia. En el caso de las generalizadas, el perro puede mostrar alteración de la conciencia y movimientos en las extremidades, babeo, micción involuntaria, etc. Hay casos en los que podemos notar que nuestro perro está como “ido”, lo que se conoce como ausencias, aunque se presenta de forma mucho menos frecuente.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.infoYa habíamos comentado que había muchas causas de convulsiones y que había que llegar a un diagnóstico certero del problema. La epilepsia idiopática se diagnostica excluyendo las otras posibles causas de ataques convulsivos y tiene una serie de características que, a continuación, enumeramos:
– La edad de presentación del primer ataque suele ser entre los seis meses y los cinco años aproximadamente. Si aparecen antes o después de esas edades, la causa de las convulsiones suele ser otra.
–La raza también puede ser interesante pues se ve que hay razas en las que se da con mayor frecuencia la epilepsia idiopática (Huskie, Golden, Labrador, etc.). Así mismo se ve que existe cierta predisposición genética a padecer la enfermedad.
–La forma en la que se manifiesta la epilepsia idiopática también nos va a ayudar en el diagnóstico de la enfermedad pues es característica la presentación de cuatro fases:
1.- Periodo prodrómico en el que el perro puede manifestar cambios en su comportamiento como si el perro presintiese la llegada del ataque. Su duración es variable y no tiene que ser igual en cada ataque.
2.- Aura, que es ya sí es justo cuando va a comenzar el ataque y pueden apreciarse algunas manifestaciones como algunos movimientos musculares. La duración es variable pero es menos a la anterior.
3.- El periodo de ictus, que es ya la crisis convulsiva en sí y que suele tener corta duración ( sobre un minuto), aunque ya comentamos que por el dramatismo del momento, suele hacerse muy larga para los propietarios. Si se prolonga más de unos minutos es urgente contactar con el veterinario pues puede tratarse de un status epiléptico que puede poner en peligro la vida o la recuperación completa del perro afectado.
4.- Periodo post-ictal, en el que el perro va recuperándose del ataque. Se encuentra desorientado y, a veces, puede presentarse incoordinación, ceguera, etc. desde unos minutos a varias horas.
Una vez diagnosticado el proceso, para lo que ya comentamos que hay que hacer una buena anamnesis ( recoger toda la información posible del paciente), exploración general y neurológica básica, analítica y otras pruebas más específicas ( electroencefalografía, TAC, estudio del líquido cefalorraquídeo, etc.), pasamos a instaurar el tratamiento adecuado, si ello es pertinente.
Si los ataque son muy aislados en el tiempo y de baja intensidad, se debe vigilar la frecuencia e intensidad. Si se producen con una frecuencia alta, que varía según los autores, se instaura tratamiento para controlar tanto la frecuencia como la intensidad de las mismas. Hay una serie de productos que se pueden utilizar y será el veterinario que ve al perro el que considerará el más adecuado para el caso en concreto.
Decíamos más arriba que si las convulsiones se prolongan más de varios minutos ( 4-5 minutos), podemos tener lo que se conoce como un status epiléctico, que es una condición muy grave y que requiere atención urgente por parte del veterinario ya que hay que controlar las convulsiones rápidamente para evitar poner en peligro la vida o la recuperación completa de nuestro perro.
Hay una advertencia que hacemos a los propietarios de perros cuando vienen a la clínica con esta patología. En las películas, cuando se ve que a una persona le da un ataque, inmediatamente se intenta evitar que se trague la lengua para evitar que se asfixie. En el caso de los perros, por su conformación anatómica esto no ocurre y si manipulamos la boca de un perro en medio de un ataque, podemos recibir una mordedura, por supuesto, completamente involuntaria.
Más información sobre problemas convulsivos en el perro.
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Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info
Las convulsiones en el perro es un problema que vemos con bastante frecuencia en la clínica diaria. Esto, que se conoce como síndrome convulsivo, es un proceso muy dramático y los propietarios de los animales afectados llegan a la cínica muy preocupados y, también, bastante asustados.
El origen de un síndrome convulsivo es diverso y también es muy importante llegar al diagnóstico correcto para poder instaurar, si es el caso, la terapia adecuada.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.infoEn primer lugar hay que diferenciar un síndrome convulsivo de un cuadro sincopal. Cuando un perro sufre un síndrome convulsivo, este puede variar en intensidad y duración. Quiero decir con esto que no se presenta igual en todos los perros afectados ni todos los síndromes convulsivos son iguales en el mismo animal. Así, puede presentarse como tics en alguna zona corporal (casos más leves) o con convulsiones generalizadas ( más severos). En el caso de los síndromes más severos, el perro afectado cae al suelo, con los miembros extendidos y con movimientos incontrolados. El perro puede babear mucho (psialorrea), puede defecar y/u orinarse encima.
En el caso de los síncopes ( de origen cardiaco, neurológico, etc.), el perro cae al suelo pero no hay extensión de los miembros sino flacidez. Es como el típico desmayo que solemos ver en las películas o cuando alguien se marea al ver sangre y se desploma.
El origen de los síndromes convulsivos es muy variado y pueden deberse a problemas metabólicos ( encefalopatía hepática, hipocalcemias postparto, etc.), problemas toxicológicos ( ingestión por ejemplo de algunos antiparasitarios, envenenamiento por estricnina, etc.), problemas infecciosos (moquillo canino, crisis tetánicas), problemas de origen neurológico ( epilepsia; aumentos de presión intracraneal debidos a edema, hemorragia, neoplasia, etc.; problemas circulatorios cerebrales; trastornos neurodegenerativos; etc.) y, por último, también podríamos citar los debidos a procesos febriles intensos , golpes de calor, etc.
Como vemos, hay muchas causas de este proceso y es por ello que, tanto diferenciarlo de los cuadros sincopales como el hacer un buen diagnóstico diferencial es vital para poder poner tratamiento al problema, sobre todo en los cuadros más graves.
En artículos posteriores vamos a ir tratando las enfermedades que cursan con convulsiones de una manera más extensa pues es importante que el dueño, si se presenta el problema, sepa qué hacer en todo momento ya que, a veces, es de vital importancia un tratamiento urgente para controlar el síndrome convulsivo ya que, si se prolongan las convulsiones, puede ponerse en peligro la vida de nuestro perro o producir lesiones neurológicas irreversibles.
SIEMPRE que nuestro perro tenga un desvanecimiento (síncope) o aparezca un cuadro convulsivo, DEBEMOScontactar con nuestro veterinario o con un servicio de urgencias para que nos den información sobre lo que hacer mientras llegamos a la clínica para que lo atiendan. Hay casos en los que el tiempo es vital para la supervivencia de nuestro perro y no debemos perder tiempo esperando para “ver si se le pasa”.
En el próximo artículo empezaremos a tratar las enfermedades que cursan con cuadros convulsivos y, concretamente, hablaremos sobre la epilepsia en el perro.
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La gestación en la perra
La perra tiene, normalmente, dos celos anuales, que se presentan aproximadamente cada seis meses y que suelen ser fáciles de apreciar por los propietarios. Aunque puede haber variabilidad en la periodicidad de los celos, sí es importante que haya regularidad pues, su ausencia, nos debe orientar a la presencia de alguna patología (quistes ováricos, por ejemplo).
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.infoEl celo en las perras suele aparecer por primera vez entre los ocho y doce meses de edad. Va a haber una gran variabilidad, mucho más notoria que en el caso de la gata, debido a que hay muy diferentes tamaños dependiendo de la raza. Suele presentarse antes en las razas pequeñas y miniatura ya que estas alcanzan antes u pleno desarrollo. Recordemos que hay razas, gigantes, que no lo alcanzan hasta los dieciocho a veinte meses.
Cuando una perra entra en celo, lo primero que puede apreciar el dueño es que aumenta el tamaño de la vulva, los perros la persiguen cuando la sacamos de paseo, pero la hembra no se mostrará receptiva. A los pocos días se aprecia un sangrado cuyo volumen será muy variable y que puede manifestarse durante 10-14 días pero, repito, que va a ser muy variable dependiendo de cada perra en concreto.
Sobre los nueve días desde que se inicia el sangrado, la perra empieza a ser receptiva a la monta del macho y es a partir de ese momento cuando se debe intentar la monta o, realizar las perceptivas mediciones hormonales y citologías tanto para intentar la inseminación artificial como la monta con mayores garantías de éxito en la gestación.
La duración de la gestación en la perra también es muy variable, ya que oscila entre los 57 a 72 días, aunque si realizamos medidas hormonales y valoramos el pico de una de las hormonas, la LH, podemos acotar mucho mejor este tiempo. Debemos tener presente que la viabilidad espermática en el interior del aparato reproductor de la perra es grande y puede llegar a la semana, lo que da lugar errores en el diagnóstico gestacional si no se realizan otros estudios.
Al igual que en el caso de la gata, se puede hacer el diagnóstico de gestación temprano mediante la realización de ecografías sobre los 25-28 días. Aquí se puede apreciar si hay gestación, aproximar un número de fetos ( nunca definitivo) y explorar la viabilidad de esos fetos. También podremos seguir la evolución del desarrollo de los fetos y estructuras anejas hasta el final del parto y predecir el momento para realizar una cesárea ( en animales que suelen requerirla, tales como el Bulldog inglés, donde haya alteraciones en el canal del parto, existencia de sufrimiento fetal o distocias por otros motivos).
En el último tercio de la gestación se puede recurrir a realizar radiografías para poder apreciar con mayor exactitud el tamaño de la camada y, ya al final, valorar el canal del parto, posición fetal y predecir la posible presentación de distocias.
Durante la gestación la hembra irá aumentando de peso, requerirá más aporte calórico y nutrientes para el desarrollo de los fetos y por ello se debe aportar una alimentación preparada para tales situaciones. Ya hay muchas marcas comerciales con piensos preparados para perras gestantes y debemos recurrir a ellos. Además estos piensos orientarán sobre la cantidad que debe aportarse a la madre en cada momento de la gestación y, más tarde, durante la fase de lactación.
Las perras preñadas deben seguir realizando ejercicio pero no exponerlas a esfuerzos excesivos.
Es también muy importante, y esto también lo es para el caso de las gatas, tener MUCHO CUIDADO con el uso de los medicamentos durante la gestación, ya que algunos pueden originar problemas en los fetos y originar abortos o tener efectos teratogénicos y originar malformaciones, algunas de ellas incompatibles con la vida de los fetos y que, por ende, también puedan poner en peligro la vida de la madre.
Una vez que la gestación llega a término, notaremos que aparece una descarga de moco transparente por la vulva de la perra ( apertura del cuello de la matriz), la perra está intranquila, jadea, intenta fabricar el nido. Normalmente le tendremos preparada una paridera. Esta debe ser lo suficientemente amplia como para que la perra se encuentre a gusto y no haya peligro de aplastamiento de los cachorros. También podemos tomar la temperatura rectal a la perra, que sufre un descenso horas antes del parto, tal y como ocurría en la gata.
Como comentábamos en el caso de la gata, es muy aconsejable estar en contacto con nuestro veterinario de confianza. Si se ha hecho un control de la perra durante la gestación, ya se tendrá claro el intervalo de tiempo en el que se presentará el parto. Además, nuestro veterinario nos informará de cómo debe desarrollarse el parto, sabremos cuántos cachorros deben salir y estará preparado por si se presentase cualquier eventualidad.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición el Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), operativo también las 24 horas y desde donde podremos resolver todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info
El parto en la perra.
Una vez que, transcurridos entre 57 a 72 días, la gestación llega a término, empieza la siguiente fase: el parto.
Parto completo hembra Yorkshire
Parto natural de hembra Yorkshire Terrier, parto completo desde que comienzan los primeros síntomas de parto hasta la lactancia de los cachorros recién nacidos.
Preparación de la perra para el nacimiento
Fuente: https://www.purina.es
La perra buscará un rincón de la casa privado donde poder relajarse y dar a luz a sus cachorros sin ser molestada, por lo que debes acondicionarle su cuna o nido especialmente en las dos últimas semanas de su embarazo.
El nido ideal o cuna para el nacimiento de los cachorros basta con una caja de cartón grande para cachorros (en caso de accidente), y acolchada con mantas, sábanas o toallas limpias. La caja ha de ser lo suficientemente grande para que quepan cómodamente la mamá y su camada, y para que la madre pueda tener su propio espacio si lo desea.
¡Asegúrate también de que la caja sea lo suficientemente alta para evitar que los cachorros aventureros se escapen! .
– Con frecuencia, las perras eligen la cocina para dar a luz, ya que la consideran un lugar seguro y una fuente de alimento.
Coloca el nido en un lugar tranquilo a temperatura ambiente, donde pueda estar cómoda y nadie la moleste. Colocar su cama o juguetes en el nido (siempre y cuando estén limpios) puede animarla a usarla y a sentirse cómoda antes del parto.
El parto de tu perra debería transcurrir sin complicaciones, pero no está de más tener ayuda a mano para mantener la calma, o en caso de que surjan complicaciones.
Consigue el número de teléfono de urgencias de tu veterinario antes del nacimiento de los cachorros, ya que el parto se produce con frecuencia durante la noche. Comunica a tu veterinario la fecha prevista para el parto (en caso de no que la sepa ya), para que esté pendiente. Si la mamá tiene problemas para dar a luz a sus cachorros, podrías tener que llevarla al veterinario; así pues, asegúrate de tener un medio de transporte disponible.
Durante el parto, ten a mano unas tijeras de manicura y varias toallas limpias y secas, por si la madre necesita que le eches una mano. Si su camada es grande, tal vez necesites una cesta adicional para tener espacio suficiente para los cachorros recién nacidos.
Si tienes que separar a los perritos de la mamá en algún momento, tendrás que mantenerlos calentitos. Te recomendamos que uses una bolsita térmica apta para microondas en lugar de una bolsa de agua caliente, ya que podrían pincharla con los dientes o con las uñitas.
Uno de los primeros signos de la inminencia del parto es un descenso de la temperatura corporal de la madre de 38,5 °C a 37°C, aproximadamente de 12 a 24 horas antes del parto.
Para saber cuándo ocurre esto, toma la temperatura a tu perra dos veces al día con un termómetro rectal durante la última semana de su gestación. Si no sabes cómo hacerlo, consulta a tu veterinario. Si observas que tomarle la temperatura incomoda a tu perra, deja de hacerlo. Tendrás que ayudarla a permanecer lo más tranquila posible en este momento.
Durante la última semana de la gestación canina, las futuras mamás pueden mostrarse algo inquietas y retirarse a un lugar tranquilo. Durante las 12-24 horas anteriores al parto suelen perder el apetito y «escarbar» su cama con frecuencia.
En raros casos, la perra podría mover el nido que le has hecho a otro lugar de la casa. Si esto ocurriese, intenta respetar su lugar preferido si es posible.
Las fases del parto canino
En general, el nacimiento de los cachorros es sencillo y no suele haber complicaciones. Aunque debes interferir lo menos posible, es importante que estés presente durante el nacimiento de los cachorros para poder intervenir y ayudar a la madre si surge algún problema. El parto suele durar entre 3 y 12 horas, y se produce en tres fases.
Primera fase
- El cuello uterino y el útero se preparan para el parto con pequeñas contracciones que pueden pasar inadvertidas para ti.
- La vulva de tu perra empezará a hincharse preparándose para el parto.
- Durante esta fase del parto, las perras pueden estar muy inquietas y agitadas, jadear y temblar, pero no te preocupes: es completamente normal.
Segunda fase
La segunda fase es el nacimiento de los cachorros que suele durar entre 3 y 12 horas, aunque puede alargarse hasta las 24 horas.
- La temperatura rectal de la mamá volverá a la normalidad cuando esté lista para dar a luz a sus cachorros.
- Notarás contracciones fuertes seguidas de un flujo claro en la vulva de tu perra, lo que indica que el cachorro nacerá en los siguientes 20-30 minutos.
- Los cachorros suelen nacer con intervalos de 20 minutos entre sí, aunque es habitual que la mamá se tome un descanso durante el parto, e incluso podría no esforzarse en absoluto durante un máximo de 2 horas entre cachorros. Permanece atento al parto de la perra y ponte en contacto con tu veterinario si ves que descansa durante más de dos horas.
- Es normal que alguno de los cachorros nazca de nalgas, pero no te asustes si eso ocurre. Puedes estimular suavemente a la mamá en el parto de los cachorros que vienen de nalgas, pero ten mucho cuidado de no tirar.
- La mamá morderá las placentas y los cordones umbilicales de los cachorros y luego empezará a limpiarlos. Si ves que la madre intenta morder el cordón demasiado cerca del perrito, detenla y hazlo tú mismo. Te ofrecemos más información en nuestra sección «Ayuda al parto».
- Si el parto dura mucho tiempo, la mamá puede tener que hacer sus necesidades entre el nacimiento de un cachorro y el de otro. Vigílala por si empieza a dar a luz al siguiente cachorro a la vez.
- Una secreción verdosa/marrón puede indicar que una placenta se ha separado. Si ves esto, el cachorro debería nacer en las próximas 2-4 horas. Si no ocurriese así, llama a tu veterinario porque puede existir alguna complicación en el parto de los cachorros.
Tercera fase
- Las placentas deben salir tras el nacimiento de cada cachorro.
- Comprueba cuántas placentas han salido (vigila si come alguna), para saber si alguna queda dentro de la mamá. Si crees que puede ser así, contacta con tu veterinario porque puede ser necesaria su intervención.
- Algunas veces, durante el parto, las perras se comen las placentas para obtener energía y las vomitan después. Esto entra dentro de lo normal, pero ponte en contacto con tu veterinario si los vómitos continúan.
Por suerte, seguramente no tendrás que intervenir durante el parto de tu perra, aunque algunas veces la nueva mamá necesitará un poco de ayuda. Hay algunos casos en los que puede ser necesaria tu intervención.
- Un cachorro podría necesitar ayuda mientras su madre está dando a luz a otro. En ese caso, retira la membrana que envuelve al cachorrito y sécalo rápidamente a contrapelo con un paño limpio. Este movimiento de fricción también ayudará al cachorro a empezar a respirar.
- Si la madre no ha limpiado a un cachorro, éste puede tener fluidos en sus vías respiratorias. Pasa tu meñique limpio por el interior de su boca para retirar las posibles obstrucciones y límpiale la nariz. Frótalo con una toalla para ayudarle a llorar, ya que eso limpiará los fluidos que pueda haber tragado.
- Si la mamá está ocupada alumbrando a otro cachorro, puedes ayudarla cortando el cordón umbilical del cachorro que acaba de nacer. Para ello, haz un nudo con un hilo fuerte a aproximadamente una pulgada (2,54 cm) del punto en que el cordón se une al cuerpo del perrito. Haz otro nudo un poco más lejos del primero y usa unas tijeras limpias para cortar el cordón entre los dos nudos. Si cortas el cordón demasiado cerca del cachorro puedes poner en riesgo su salud, y si lo dejas demasiado largo podría ser masticado o tragado por su madre.
En nuestra página cuestiones que requieren especial atención durante el embarazo de tu perra encontrarás más información sobre las fases del parto y sus posibles complicaciones.
Después del nacimiento
Cuando estés seguro de que el parto ha terminado y de que todos están sanos y felices, da a la madre algo de comer y de beber. Dale la comida normal de cachorros que ha estado comiendo durante todo el embarazo, ya que necesitará algo a lo que esté acostumbrada para cuidar su estómago.
Intenta ayudarla a salir para que tome aire fresco y haga sus necesidades: puede ser difícil conseguirlo inmediatamente. Retira y cambia todo lo que se haya manchado durante el parto y permítele a la nueva familia un valioso tiempo de calma juntos.
Si los perritos no han mamado durante su primera hora de vida, debes guiarlos hacia una de las mamas, ya que probablemente estarán hambrientos. Si hay más perritos que mamas, tendrás que intercambiarlos hasta que aprendan a compartir.
Si la perra sigue haciendo esfuerzos sin tener dar a luz más cachorros una vez finalizado el parto, o si no parece muy interesada en cuidar de su camada, ponte en contacto con tu veterinario.
Algunas veces puede ser necesario alimentar a los perritos con biberón tras el nacimiento de los cachorros, pero no es habitual. Si tienes dudas o preguntas sobre la crianza de la camada, pide consejo a tu veterinario. Ahora, todo lo que queda por hacer es celebrar este momento especial y la llegada de los perritos. ¡Felicidades!
Fuente de información: https://www.purina.es
¿Cómo podemos saber que nuestra perra se ha puesto de parto?
Hay una serie de signos que nos orientan hacia la inminencia del parto. Así podemos ver que se produce un aumento del tamaño de la vulva y la aparición de un moco claro debido a que se desprende el tapón mucoso del cuello de la matriz. También, si podemos llevar un control de la temperatura de nuestra perra, veremos que se produce una bajada apreciable unas doce horas antes del parto. La perra se muestra más inquieta y construye su nido, algo que suele hacer cerca de los dueños, al contrario que los gatos que buscan sitios apartados. Se producirá también la “bajada de la leche”, que es la aparición de secreción láctea, aunque esto se puede presentar hasta dos semanas antes del parto y por ello no es tan orientativo.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.infoSi habíamos realizado un seguimiento de la gestación de nuestra perra y sabemos cuándo se va a producir el parto (aproximadamente), ya debemos tenerle preparado un nido, lo suficientemente amplio como para que la perra pueda moverse fácilmente y sin riesgo para que aplaste a algún cachorro. También podremos saber el número de cachorros que deben salir y así estaremos al tanto por si se produce algún problema en el parto.
Una vez que nuestra perra se pone de parto ya se muestra con mayor claridad la intranquilidad de la perra, aparecen jadeos y las primeras contracciones. Una vez que ya está de parto aumentan las contracciones en intensidad y frecuencia y podremos ver que aparece la salida de líquidos. El primer cachorro suele salir entre 10 minutos y media hora desde que notamos las contracciones y NUNCA debemos dejar que ese periodo se alargue por más de 120 minutos, ya que podría indicarnos que están presentándose complicaciones en el parto.
Normalmente pasa poco tiempo entre la salida de un cachorro y otro. Si el tiempo se prolonga más de 120 minutos también podría ser indicativo de problemas, aunque hay veces que el tiempo es aún más largo y no hay ningún problema.
La placenta de cada cachorro puede salir junto al mismo o transcurridos unos minutos. Será la madre la que se encargue, normalmente, de limpiar a los cachorros, retirar los restos placentarios y cortar el cordón umbilical. Si la madre no se ocupa de ello, algo que puede ocurrir por muy diversos motivos, tendremos que recurrir a actuar como unas buenas matronas perrunas y hacerlo nosotros. Secaremos a los perritos con cuidado, le limpiaremos las vías respiratorias de secreciones (podemos utilizar una pera de goma para tal labor) y le cortaremos el cordón umbilical ( a unos 2cm de distancia, previo anudamiento con hilo limpio y posterior limpieza de la zona).
Una vez que el parto finaliza debemos comprobar que le ha bajado la leche a la madre y que los cachorritos están mamando sin problemas. Es importante que hayamos contactado con nuestro veterinario para que nos haga las indicaciones pertinentes, sobre todo si hay algún problema con los tiempos, tanto al inicio del parto como entre cachorro y cachorro. Si la perra ha parido en un sitio que no nos interesa, ahora es el momento de cambiar la disposición del nido para ubicarlo en otro sitio que consideremos más adecuado.
Es importante saber que la perra seguirá expulsando por la vulva secreciones sanguinolentas aún durante un tiempo, algo completamente normal, pero que si son muy voluminosas o se alargan en el tiempo, debemos consultarlo con nuestro veterinario.
En estos primeros momento desde el parto es normal que la perra no quiera abandonar el nido ni para ir a comer. No debemos preocuparnos pues acabará acudiendo a su comedero sin mayor problema. Con respecto a la ingestión de las placentas y demás restos, no es necesario que lo haga pues es algo meramente instintivo y sin repercusión para la madre ni los cachorros.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), operativo también las 24 horas y donde podemos contestar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de nuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info
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La leishmaniasis (o leishmaniosis) es un conjunto de enfermedades zoonóticas y antroponóticas causadas porprotozoos del género Leishmania.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad van desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta formas fatales en las cuales se presenta inflamación grave del hígado y delbazo. La enfermedad es una zoonosis que afecta tanto a perros como a humanos. Sin embargo, animales silvestres como liebres, zarigüeyas, coatíes y jurumíes, entre otros, son portadores asintomáticos del parásito, por lo que se los considera animales reservorios.
El agente se transmite al humano y a otros animales a través de la picadura de hembras de los flebotomos, un grupo de insectos chupadores de sangre pertenecientes a los géneros Phlebotomus del Viejo Mundo, (Europa,África y Asia) y Lutzomyia en América, de la familia Psychodidae. En Colombia, en ciertas regiones, este tipo de insectos es más conocido como palomilla. En las zonas tropicales de Ecuador se lo conoce como «arenillas».
Leishmaniasis animal
La Leishmania invade diferentes órganos del perro y otros mamíferos como las liebres, provocando lesiones de diversa consideración, hasta producirse la muerte del animal. La sintomatología clínica es muy variada, pero cabe destacar lesiones en la piel, en las articulaciones y, cuando la enfermedad está ya bastante avanzada, problemas a nivel renal. El parásito se transmite a través de los jejenes. Cuando el jején pica al animal, le transmite la enfermedad con la Leishmania que inocula por medio de la picadura.
A diferencia de los mosquitos a los que estamos acostumbrados a ver, el jején es mucho más pequeño. No es nada fácil verlo, y tampoco oírlo, dado que no hace el típico zumbido al volar. Solamente pican las hembras, que necesitan sangre para desarrollar los huevos. Los machos se alimentan de azúcares y plantas.
La picadura del jején transmite la enfermedad sólo si previamente había picado a otro animal ya infectado. Los perros y otros mamíferos infectados no transmiten directamente la leishmaniosis a las personas, sino tras el vector alado, el jején. El reservorio habitual es el perro, pero para que la enfermedad se trasmita es imprescindible la participación del vector (mosquito flebotomo). Los perros no contagian la enfermedad directamente a otros animales ni a las personas, por ninguna vía.
La leishmaniasis no se puede curar, de momento, sólo tratar los síntomas y mantenerla a raya, si bien es importante diagnosticar la enfermedad lo antes posible. Actualmente ya existe una vacuna contra la leishmaniasis. El riesgo de contraer esta enfermedad se da principalmente en los países de la cuenca mediterránea y en América Latina, siendo las épocas de más riesgo las de mayor calor.
Es importante hacer un diagnóstico diferencial, que nunca sale certero debido a que hay enfermedades como schistosomiasis, brucelosis, malaria, hepatitis viral,histoplasmosis sistémica, tuberculosis, paracoccidioidomicosis diseminada, leucemia, linfoma, entre otras, pueden cursar con una clínica similar a la leishmaniasis visceral.
Signos clínicos de la leishmaniosis
Lluís Ferrer, med vet, PhD, Dipl ECVD (1). Xavier Roura, med vet, PhD, Dipl ECVIM-CA.
(1) Miembro del grupo LeishVet. Facultad de Veterinaria, Universitat Autònoma de Barcelona.(2) Miembro del Grupo de Estudio de la Leishmaniosis Canina (GSLC). Hospital Clínic Veterinari, Universitat Autònoma de Barcelona.
La leishmaniosis canina muestra un extraordinario polimorfismo clínico.
La característica más importante de la leishmaniosis canina es su extraordinario polimorfismo clínico. La leishmaniosis canina es una enfermedad sistémica o visceral y esto significa que puede afectar a numerosos sistemas u órganos y que, en la práctica, hay que incluirla en la mayoría de los diagnósticos diferenciales [1-3].
Debido a que los signos clínicos de la leishmaniosis canina no son patognomónicos, una buena evaluación de la reseña, de la anamnesis y de la exploración física es muy importante para confirmar la relación directa entre la infección por Leishmania y la clínica que muestra el perro.
Por ejemplo, no hay que olvidar que la leishmaniosis puede afectar a perros de cualquier raza, si bien algunas como el pastor alemán o el bóxer parecen ser más susceptibles [4-6]. También parece que hay una mayor predisposición de los machos a desarrollar la enfermedad [6-8], como ya está descrito en la especie humana [9] o en el hámster [10].
Además, la leishmaniosis canina tiene una distribución bimodal, con un pico de perros afectados con edad inferior a los 3 años y un segundo pico entre los 8 y 10 años de edad [6]. Es también muy importante saber si el perro vive o ha estado en áreas endémicas de leishmaniosis canina, si ha podido estar expuesto a los vectores transmisores de la misma (flebótomos) o si ha recibido tratamientos que puedan alterar el funcionamiento de su sistema inmunitario. La anamnesis se completa con la descripción de los signos clínicos que ha detectado el propietario en su perro y que pueden ser compatibles con la leishmaniosis canina [11].
¿Qué signos clínicos podemos encontrarnos?
Los signos clínicos (tabla 1) que se presentan en la leishmaniosis son producidos por dos principales mecanismos patogénicos, que vimos en el capítulo anterior:
Por un lado, una inflamación granulomatosa no supurativa en los lugares donde se multiplica el parásito |
Y, por otro, el depósito de inmunocomplejos en distintas localizaciones anatómicas [12]. |
Debido al primer mecanismo se han descrito manifestaciones clínicas en piel, hígado, intestino, ojos, riñón, hueso y mucosas [13-18]. Debido al segundo mecanismo aparecen lesiones mayoritariamente renales, oculares y vasculares [1,17-24].
No se conocen aún con certeza los mecanismos patogénicos de la presentación de la anemia [25] y de los trastornos de la hemostasis [20,21,27,28] en la leishmaniosis. La mayoría de autores piensan que las principales causas de estas alteraciones son la presencia de los procesos inmunomediados junto con el hecho de que la leishmaniosis sea una enfermedad crónica. Se han descrito en algunos casos depósitos de amiloide en diferentes órganos, aunque su importancia clínica parece poco relevante [29-31].
Tabla 1. Signos clínicos de la leishmaniosis canina. | |
Generales | Estado nutritivo deficiente hasta la caquexia, atrofia muscular, letargia, mucosas pálidas, epistaxis, linfoadenomegalia, hepato-esplenomegalia, cojera o inflamación articular, fiebre. |
Cutáneos o mucocutáneos | Dermatosis exfoliativa (localizada o general), dermatitis ulcerativa (uniones mucocutáneas, cojinetes o callos de apoyo), dermatitis paular, dermatitis nodular, lesión en la trufa (similar a pénfigo-lupus), onicopatías, híperqueratosis naso-digital. |
Oculares | Lesiones palpebrales, lesiones conjuntivales difusas o nodulares, lesiones corneales (queratitis nodular, queratoconjuntivitis o queratitis seca), lesiones de la esclera (epiescleritis o escleritis difusa o nodular), uveítis anterior difusa o granulomatosa, uveítis posterior (corioretinitis, hemorragia o desprendimiento de retina), glaucoma, panoftalmia, lesiones de la órbita (granulomas o miositis). |
Otros | Gastrointestinales o neurológicos. |
Los signos clínicos más frecuentes son los cutáneos, que se presentan, aproximadamente en el 80% de los perros enfermos. La linfoadenopatía, presente en un 70-80% de los pacientes, y los síntomas generales (fiebre, apatía, adelgazamiento y atrofia muscular) presentes en un 40-60%, son también muy frecuentes.
Luego se abre un amplio abanico que incluye signos clínicos renales y/u oculares, esplenomegalia, hepatomegalia, dolor, cojeras, diarrea, epistaxis, onicogrifosis, onicorrexis, fiebre, ictericia, síncopes o tos; que aparecen de forma variable con tantos por cientos de aparición que oscilan entre el 1% y el 20 % según los diferentes autores [1-3,12].
Los signos clínicos cutáneos más comunes son la presencia de una capa de pelo fino, sin brillo; la alopecia con exfoliación (descamación); la dermatitis ulcerativa; la dermatitis nodular; la dermatitis pústular; o los nódulos y ulceraciones en membranas mucosas [1,12,15,34,35].
También es amplio el número de signos oculares, destacando la blefaritis, conjuntivitis, queratitis seca, uveitis y celulitis orbitaria; lesiones que pueden conducir a un glaucoma o a la panoftalmia y por tanto incluso a la ceguera [17,18]. La glomerulonefritis es la alteración renal más frecuente.
En los perros se manifiesta con proteinuria que puede evolucionar a un síndrome nefrótico y en algunas ocasiones finalizar en una insuficiencia renal [ 20,30,31,37,38,39,42,44]. Los signos clínicos digestivos clásicos son la diarrea con o sin melena y los vómitos; ambos relacionados con colitis, duodenitis o secundaria a los problemas renales [13].
La hepatitis crónica se observa de forma ocasional [20]. La epistaxis, presente aproximadamente en un 10% de los casos, es uno de los signos clínicos más difíciles de explicar, ya que en su patogenia se barajan la vasculitis, la trombocitopenia, las coagulopatías, la hiperviscosidad y la inflamación ulcerativa de la mucosa nasal [21,22,26,27].
Apoyo en los resultados obtenidos en el laboratorio
Las pruebas de laboratorio de base son el hemograma completo, la bioquímica sérica, el proteinograma y el examen de la orina. En la leishmaniosis canina, estas pruebas pueden permitir detectar una o más alteraciones asociadas a la enfermedad, las cuales se describen en la tabla 2 [1-3]. Si se encuentran hallazgos relevantes en estas pruebas de base, puede ser interesante realizar otras pruebas más específicas [41-46].
Tabla 2. Alteraciones de laboratorio asociadas a la leishmaniosis canina. | |
Hemograma | Anemia poco o no regenerativa, anemia regenerativa (posiblemente inmunomediada), leucocitosis neutrofilica y monocítica con linfopenia y eosinopenia (leucograma de estrés), leucopenia, trombocitopenia. |
Coagulación | Hiperfibrinogenemia, alargamiento del PT y aPTT. |
Bioquímica | Híperproteinemia, hipoalbuminemia, híperglobulinemia, alteración ratio albúmina/globulina, azotemia, aumento de los enzimas hepáticos. |
Proteinograma | Hipoalbuminemia, aumento de las globulinas alfa 2 y gammapatia poli/monoclonal. |
Orina | Orina isostenúrica (1008-1012) o poco concentrada (<1030), proteinuria (en tira de orina o en ratio proteína/creatinina de orina). |
Sin embargo, en la mayoría de los casos aunque son de ayuda, los análisis clínicos muestran alteraciones que no son patognomónicas de la leishmaniosis canina. La hipergammaglobulinemia, presente en un 80% de los casos, la anemia en un 60% y la hipoalbuminemia en un 40% son las alteraciones analíticas más frecuentes.
La anemia es de tipo no regenerativo y es debida a que la leishmaniosis es una enfermedad crónica; aunque los hallazgos de títulos positivos de ANA y Coombs sugieren también la búsqueda de otras posibles explicaciones. En el hemograma también destaca la trombocitopenia (60%) y, dependiendo de los casos, leucocitosis o leucopenia. La hipergammglobulinemia es normalmente policlonal [43], aunque se han detectado casos en los cuales puede ser monoclonal [36].
La hipoalbuminemia es compensatoria a la hipergammaglobulinemia y también consecuencia de la glomerulonefritis [44]. Otras alteraciones son incrementos de la ALT, gamma GT, urea o creatinina y la presencia de proteinuria o de hematuria [20,37,41,42,44].
Decisión del diagnóstico
Con toda la información el clínico veterinario debe decidir si incluir la leishmaniosis en la lista de diagnósticos diferenciales o no.
En cualquier caso, si los signos clínicos permiten incluir la leishmaniosis canina en el diagnóstico diferencial, es recomendable proseguir la investigación de laboratorio para confirmar o excluir su presencia.
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Entre los problemas que pueden presentarse en la matriz de la perra podemos citar los siguientes:
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES- Problemas de retención fetal o retención placentaria:
Aquí se trata de que algún feto quede retenido en la matriz y que con su descomposición pueda originar una infección de la matriz. También pueden quedar restos placentarios retenidos. La placenta de los cachorritos suele expulsarse normalmente sobre un cuarto de hora tras la salida del feto. Si no se produce su salida puede originar problemas tales como una endometritis.
Normalmente el diagnóstico de estos procesos requiere el estudio por imagen ( radiografía y/o ecografía) por parte de vuestro veterinario de confianza.
Los problemas de retención placentaria pueden intentar resolverse con tratamiento médico, siempre bajo supervisión veterinaria y, si no se soluciona, se procede a un tratamiento quirúrgico (histerectomía). A veces la retención no origina problemas, al menos a corto y medio plazo, y el propietario no se apercibe de que existe esa retención, pero si lo sabemos a ciencia cierta, mejor instaurar tratamiento que esperar a tener un problema ya establecido.
- Prolapso de la matriz:
Que, al igual que en el caso de la gata, no es frecuente. Puede ocurrir durante el parto o justo tras él. Si la parte prolapsada no es muy grande, no está muy dañada y no se presentan hemorragias, se puede intentar su recolocación, que puede ser externa o, si no se puede, mediante cirugía. Si los daños son severos o no se consigue su recolocación, se procede a la extirpación quirúrgica de la matriz prolapsada (histerectomía).
- Procesos hemorrágicos:
Pueden deberse desgarros en la matriz producidos durante el parto, hemorragias en la zona de implantación placentaria o problemas de la coagulación en la perra. Se puede intentar tratamiento médico ( bajo supervisión veterinaria) y, si no se puede controlar o el daño es severo, se aconseja la cirugía para extirpar matriz y ovarios ( ovariohisterectomía).
Hay que recordar que tras el parto la perra presentará una descarga vulvar de aspecto verdoso sanguinolento y que es completamente normal. Esta descarga puede mostrarse hasta por un periodo de mes y medio a dos meses tras el parto. Si se prolonga en el tiempo o si adquiere tonalidad marrón o purulenta debemos contactar con nuestro veterinario pues puede estar originándose algún proceso patológico.
- Procesos infecciosos:
Tras el parto puede producirse una infección, sobre todo si ha habido abortos, problemas en el parto que hayan dado lugar a la manipulación del canal del parto, etc. La perra presentará una descarga vulvar de aspecto sucio y con mal olor, tendrá un cuadro febril con falta de apetito, temperatura elevada, apatía. También puede rechazar a los cachorros y deja de haber producción láctea.
Dependiendo del origen del proceso, además de instaurar un tratamiento sintomático y antibiótico, a veces hay que recurrir a la cirugía para extraer la matriz.
En los procesos infecciosos de este tipo es imprescindible retirar a los cachorritos y proceder a su alimentación mediante leches maternizadas, de las que hay varios tipos en el mercado.
Otro tipo de problemas que pueden presentarse tras el parto van a tener relación con el tejido mamario. Entre estos problemas podemos citar:
- Falta de producción láctea (agalaxia):
No es muy frecuente. Normalmente la “bajada de la leche” se produce un poco antes o en el momento del parto, aunque a veces se produce hasta con dos semanas de antelación. Cuando no hay producción láctea, esto puede deberse a que hay un parto prematuro , que se haya tenido que realizar una cesárea a la perra, enfermedades concurrentes debilitantes, procesos infecciosos, etc. Es importante en estos casos tener leche maternizada preparada para alimentar a los cachorros desde los primeros momentos. A veces no hay producción láctea pero enseguida se estimula cuando los cachorros empiezan a mamar, por lo que hay que estar al tanto de este problema pero no ir muy rápido a la hora de empezar con leche artificial, que sólo usaremos si se ve que los cachorros intentan sacar leche y no lo consiguen.
- Procesos inflamatorios en las mamas:
Estos procesos se producen cuando hay una intensa producción láctea días antes de que se presente el parto. También puede deberse a que la camada sea muy corta y no se usen todas las mamas para la alimentación de los cachorros. Otra causa puede ser la presencia de anomalías en los pezones que impidan la lactación. Se pueden poner paños calientes y masajear las mamas para ver si se consigue que salga leche. Si la retención es intensa puede producirse gran dolor y esto, a su vez, hará que la perra no quiera que los cachorros mamen. Normalmente se debe recurrir a la alimentación artificial de los cachorritos y al uso de medicamentos para retirar la producción láctea.
- Procesos infecciosos en las mamas:
Las infecciones mamarias pueden tener su origen por vía sanguínea o por una entrada a través de los pezones. Estos procesos originan una inflamación dolorosa y hay que instaurar tratamiento antibiótico pertinente.
Dependiendo del número de mamas afectadas puede ser necesario el retirar la lactación a los cachorros y alimentarlos de forma artificial, usar antibióticos y medicamentos para retirar la producción láctea.
Si hay sólo una mama afectada se puede poner una gasa y esparadrapo que impida la lactación de esa mama y que los antibióticos que se usen no sean perjudiciales para los cachorritos, que pueden seguir alimentándose de las otras mamas.
Por último citaremos el caso de la tetania postparto o eclampsia puerperal, problema bastante frecuente, sobre todo en razas pequeñas y miniatura, en las que, sobre las dos semanas postparto y debido al aumento de la lactación, origina una bajada de las tasas de calcio en sangre y esto va a originar este cuadro nervioso del que ya hemos hablado con anterioridad.
- Puede presentarse inquietud, aumento del jadeo, salivación, debilidad,
Va evolucionando a cuadros de contracciones musculares y convulsiones, taquicardia, elevación térmica y, por último, estado de shock y muerte si no se pone tratamiento con urgencia ( el cual SIEMPRE debe instaurarse por un veterinario y controlando la evolución del cuadro en la clínica).
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GARRAPATAS, como evitar que tu perro se infecte de estos parásitos
Prevenir parásitos externos en perros
Cuidado con las GARRAPATAS, son bichos realmente asquerosos, son pequeños arácnidos que parasitan distintas especies animales, entre ellas los perros. Se alimentan de sangre de sus hospedadores, para lo que cuentan con un aparato bucal especial, con ganchos, que les permite perforar la piel del hospedador, adherirse fuertemente a ella y succionar la sangre.
Pueden medir desde unos pocos milímetros hasta más de 1 centímetro de largo, según la especie y su estado de desarrollo. El ciclo de vida de las garrapatas se completa entre el ambiente y uno o varios hospedadores, entre ellos, el perro. Durante los 4 estadios de maduración de su ciclo biológico (huevo, larva, ninfa y adulto), las larvas alternan su hábitat entre el animal que parasitan (adheridas a su piel para alimentarse de sangre) y su entorno. Las formas que están en el ambiente se esconden en hierbas, troncos y ramas, rocas, etc. y esperan el momento adecuado para subirse a un hospedador del cual volver a alimentarse. El contagio de un perro con garrapatas se produce cuando entra en contacto con un ambiente infestado por estos parásitos. Las garrapatas, que estaban escondidas entre las hierbas, rocas o arbustos, detectan la presencia de un hospedador y se suben a él cuando se les acerca.
LEISHMANIOSIS, evitar que el mosquito pique a tu perro
Prevenir parásitos externos en perros
Cómo evitar que el mosquito de la LEISHMANIOSIS, pique a tu perro. La LEISHMANIOSIS es una enfermedad mortal para tu perro. El tratamiento contra la leishmaniosis es complejo, crónico y costoso. Por el momento no disponemos de tratamientos definitivos para eliminar la infección y conseguir una curación definitiva. Los medicamentos que se emplean se dirigen a disminuir la presencia de parásitos en el perro y a controlar la sintomatología.
Aunque la base del tratamiento puede ser la misma, cada perro debe ser tratado de forma específica y debe someterse a un seguimiento estricto durante toda su vida.
Como no podemos predecir cómo reaccionará nuestro perro a la infección por leishmania, debemos recurrir siempre a la protección: evitar la picadura del mosquito mediante insecticidas repelentes como Advantix®, de Bayer que, aplicados de forma adecuada, son esenciales para evitar que nuestro perro se contagie. En el caso de que ya esté infectado, también hay que seguir protegiendo al animal para evitar que la enfermedad se propague.
Nuestros Yorkshires utilizan los productos Bayer.
En Kirdalia Yorkshire Terrier, seguimos los consejos de la multinacional Bayer que con sus productos nos garantizan máxima protección para una optima desparasitación de nuestros Yorkshires.
Su objetivo es la investigación, desarrollo, producción y comercialización de productos innovadores que mejoren la salud de las personas y de los animales en todo el mundo.
Si los parásitos afectan a la salud de la mascota, también pueden provocar infecciones a las personas que conviven con ella.
Por ello es fundamental la prevención desparasitando a tu perro periódicamente. Consulta al veterinario sobre la frecuencia de desparasitación y productos más adecuados.
Consejos de Bayer:
Pulgas y garrapatas
Aunque las condiciones higiénicas en las que vive nuestra mascota sean óptimas, a veces es inevitable que se infesten con pulgas y garrapatas al entrar en contacto con su entorno u otros animales.
En el caso de las pulgas hay que tener en cuenta que el perro actúa como hospeador y al moverse, sacudirse o tumbarse los huevos de la pulga caen en grandes cantidades allí donde esté (una alfombra, su cama, el sofá o en su parque favorito) . Los huevos eclosionan y sale la larva que vive en el entorno. Esta forma un envoltorio(capullo) donde se transforma en pupa, y cuando emerge de dicho envoltorio ya es adulta que salta buscando un perro para subir. La forma adulta siempre vive en el perro donde se reproduce y pone los huevos que nuevamente se eliminan al entorno.
Las garrapatas habitan en el césped, los matorrales y otras plantas .
Es muy fácil que el perro se infeste en cualquiera de sus paseos pues las garrapatas cuando detectan su presencia, saltan sobre él. Al alimentarse de la sangre de la mascota, pueden llegar a crecer hasta un tamaño similar al de un guisante.
Los ácaros
La palabra ácaro proviene del griego y significa “diminuto, que no se corta”. Los ácaros son un grupo de la familia de los artrópodos, genéticamente emparentados con las arañas, quienes serían sus parientes lejanos. Generalmente miden menos de un milímetro, y solo visibles al microscopio, pero también existen ácaros de gran tamaño, como las garrapatas. Hasta ahora la ciencia conoce 40.000 especies de ácaros, pero se estima que existen muchas más, aún por descubrir. Los ácaros viven en todas partes, sobre la tierra y en los océanos, y habitan todos los continentes, incluyendo la antártida.
Lo que los diferencia de las arañas, es que muchos ácaros son parásitos que viven sobre su presa y las arañas son cazadoras que no necesitan que esta se mantenga con vida para poder sobrevivir.
Un detalle importante que hay que saber es que muchos ácaros parásitos ocasionan enfermedades en la piel o en la sangre (algunos ácaros de perros son hematófagos, es decir, que se alimentan de sangre), y hay ácaros que pueden afectar tanto al perro como a los humanos que conviven con él en la casa (por ejemplo las garrapatas). Si el perro tiene a estos animalitos en su cuerpo es posible que sus dueños también los tengan. Por ello, por la salud y el bienestar de humanos y animales, es vital saber identificarlos y poder eliminar a estos parásitos.
Los ácaros en las orejas del perro
Los ácaros en perros son una causa común de infestaciones que pueden afectar a diversas áreas corporales y estar causadas por parásitos distintos. Cuando hablamos de los ácaros que afectan al conducto auditivo nos referimos a pequeños parásitos prácticamente microscópicos, que se observan como manchas blancas del tamaño aproximado de la cabeza de un alfiler.
Observarlos a simple vista resulta muy complejo, pero podemos sospechar de su existencia a través de todos los síntomas que provocan.
Todos los perros son susceptibles a sufrir este tipo de infestación, no obstante, es especialmente habitual que los ácaros habiten en las orejas de los perros cachorros, ya que su contagio es muy fácil si se produce por parte de la madre.
Al producirse el contagio por ácaros, los huevos que se introducen en el interior del oído eclosionan tan sólo en 4 días, posteriormente las larvas se alimentan de la cera contenida en el conducto auditivo y en la fase posterior de ninfas el apareamiento empieza de nuevo.
Este ciclo reproductivo se realiza de una forma muy rápida, siendo este el principal problema de esta patología, ya que en un breve periodo de tiempo se puede causar una gran infestación y una sintomatología grave.
Los ácaros que suelen afectar las orejas de los perros son los llamados Otodectes cynotis, que provocan la sarna otodéctica o los Demodex canis que provocan la sarna demodécica localizada.
Síntomas de ácaros en el conducto auditivo del perro
Como veremos posteriormente, es muy importante que el tratamiento de los ácaros se inicie lo antes posible para poder controlar la enfermedad y erradicarla completamente. Por lo tanto, si observas en tu perro alguno de los siguientes síntomas resultará imprescindible que acudas lo antes posible al veterinario:
- Intensa picazón
- Rascado continuo
- Sacudidas y movimientos bruscos de la cabeza
- Secreción auditiva de color marrón oscuro
- Mal olor por infección secundaria
- Sangrado auditivo por rotura de pequeños vasos sanguíneos
- Orejas rojas y con crostras
- Malestar general, inquietud
Diagnóstico de los ácaros del oído
El diagnóstico de los ácaros en las orejas del perro es muy sencillo, aunque igualmente debe ser realizado por un profesional veterinario.
Se trata de extraer una muestra de cerumen con la ayuda de un algodón y observarla posteriormente en un fondo negro, como mencionábamos anteriormente, en el caso de ácaros se observarán pequeñas manchas blancas en movimiento.
Tratamiento de los ácaros en las orejas del perro
Actualmente en las tiendas para mascotas podemos encontrar numerosos productos para tratar esta afección, no obstante, no todos ellos son tan inocuos como se anuncia. No practiques la automedicación con tu perro, además debes tener presente que muchos productos aptos para perros adultos pueden resultar muy nocivos para un perro cachorro.
Es imprescindible que el veterinario te recomiende el producto más adecuado, aún así, debemos destacar la piretrina como el principio activo más ampliamente utilizado. El mecanismo de acción de la piretrina es atacar el sistema nervioso central de los parásitos.
No obstante, la piretrina debe emplearse con mucha cautela en perros cachorros, por lo tanto, la atención y prescripción veterinaria son imprescindibles.
Debido a la facilidad de contagio de los ácaros, cualquier otra mascota que conviva en el hogar debe ser tratada para evitar una infestación. No sucede lo mismo con los humanos, ya que estos ácaros no pueden infestar a las personas.
Prevenir los ácaros en las orejas del perro
La infestación por ácaros no siempre se puede prevenir, pero adoptando algunos consejos y medidas higiénico-dietéticas sí podremos reducir el riesgo de que estos parásitos infesten el conducto auditivo de nuestra mascota:
- Es importante limpiar las orejas del perro de forma periódica
- Lava periódicamente la cobija del perro y sus accesorios
- Mantén las defensas de tu perro en óptimo estado, a través de una alimentación saludable y de calidad
- No olvides de llevarlo al veterinario con la frecuencia necesaria en cada caso
La sarna en perros
La sarna en perros es una enfermedad de la pielcausada por varios tipos de ácaros, que puede tener graves consecuencias si no se trata adecuadamente. Generalmente, se da por contagio directo con algún otro animal afectado o con objetos que hayan estado en contacto con este. Aunque son varios los tipos de sarna que pueden padecer los perros, los más comunes en ellos son la sarna democécica y la sarna sarcóptica. Estos ácaros se encuentran en todo el planeta y pueden afectar a numerosas especies animales. Por ello, no es de extrañar que los tutores de canes, o futuros tutores, se interesen por esta afección cutánea tan común.
Picor excesivo, zonas sin pelo, erupción, inflamación de la piel y escamas cutáneas son algunos de los principales signos de la sarna en perros. En seguida que los detectemos en nuestro can, tendremos que ir al veterinario para que diagnostique qué tipo de sarna es y tratarla cuanto antes. Para más información,
Cómo prevenir la infestación
Actualmente existen tratamientos eficaces y de fácil aplicación
Advantix
Pipeta que elimina pulgas y garrapatas y previene la leishmaniosis. Es un antiparasitario externo muy eficaz por su doble efecto insecticida y repelente. Además es de fácil aplicación.
Advantix®
Con efecto repelente
La pipeta con efecto repelente con una eficacia de hasta un 100%*
- Repele y mata garrapatas. Reduce el riesgo de transmisión de enfermedades (ej. Ehrlichiosis, Babesiosis).
- Pulguicida y larvicida: Elimina rápidamente las pulgas y las larvas del entorno del perro, por lo que puede utilizarse como parte del tratamiento de la DAPP (Dermatitis Alérgica por Picadura de Pulga). Previene reinfestaciones durante 4 semanas.
- Repele flebotomos, mosquitos y moscas de los establos. Previene la transmisión de enfermedades (ej. Leishmaniosis).
Los productos repelentes son la forma más segura de proteger a tu perro contra la picadura del flebotomo. Consulte con su veterinario.
*Domenico Otranto et al. Prevention of endemic canine vector-borne diseases using imidacloprid 10% and permethin 50% in young dogs: a longitudinal field study.
La Leishmaniosis
Es una enfermedad muy grave que puede afectar tanto a perros como a personas. Es tan peligrosa que incluso puede ocasionarle la muerte a tu mascota. Lo peor de la Leishmaniosis es que una vez que el flebotomo la ha transmitido, ya no tiene cura.
La leishmaniosis provoca:
- Lesiones oculares y alrededor de los ojos
- Lesiones en la piel
- Problemas renales
Advantix protege a tu perro contra la picadura del flebotomo.
La pipeta con efecto repelente para prevenir la Leishmaniosis
Composición por ml:
Imidacloprid: 10%, Permetrina: 50%
Especies de destino:
Para perros.
Indicaciones:
Repele y elimina garrapatas.
Elimina las pulgas del perro y las larvas de su entorno.
Repele flebotomos, mosquitos y la mosca de los establos.
Modo de administración:
Aplicar una pipeta repartida en varios puntos de la línea dorsal.
Una vez al mes para prevenir pulgas, garrapatas y las enfermedades que transmiten. Aplicar 1 vez cada 3 semanas para prevenir la picadura del flebotomo, transmisor de la Leishmaniosis.
No utilizar en gatos
Presentación:
Estuches con 4 pipetas (blister en bolsa de aluminio) para:
Advantix® Perros hasta 4 kg de peso
Advantix® Perros entre 4 kg y 10 kg de peso
Advantix® Perros entre 10 kg y 25 kg de peso
Advantix® Perros de más de 25 kg de peso
Seresto
Collar antiparasitario de una duración de hasta 8 meses. Muy fácil de colocar y seguro tanto para la mascota y como para ti. Es resistente al agua por lo que puedes bañar a tu perro sin sacárselo. Olvídate de pulgas y garrapatas durante 8 meses!
Seresto®
Hasta 8 meses de protección y tranquilidad
Seresto® es una nueva forma de protección contra parásitos externos que combina:
- Un collar fabricado con la tecnología patentada de Bayer que permite una liberación constante y adecuada de dos principios activos: Imidacloprid y Flumetrina.
- Una eficacia contra pulgas y garrapatas que se mantiene durante 8 meses.
Pulgas: Seresto® se caracteriza por tener una acción adulticida y larvicida, siendo un producto adecuado para el control de pulgas y el tratamiento de la Dermatitis Alérgica Por Pulgas (DAPP).
Garrapatas: Seresto® presenta un efecto tanto acaricida como REPELENTE.
Seresto® permite una protección duradera contra parásitos externos además de disminuir el riesgo de contraer enfermedades de transmisión vectorial (VBD). Es resistente al agua y diseñadocon cierre de seguridad para gatos.
Prevención frente a los parásitos externos. Ya ha llegado la primavera y con ella, además del sol y la buena temperatura, llegan también los parásitos externos.
Es en esta época cuando se dan las mejores condiciones climáticas para el desarrollo de las diversas especies de parásitos que pueden afectar a nuestros perros y gatos y, por ello, es ahora cuando debemos tomar las precauciones adecuadas para intentar evitar que los parásitos entren en contacto con nuestros animales.
Hay una cosa muy importante que no debemos olvidar y es que en cada zona van a proliferar distintas especies de parásitos, por lo que es de suma importancia que sea vuestro veterinario el que os indique cuáles son los riesgos para vuestros perros y/o gatos y qué medios son los mejores para prevenir su infestación.
Entre los parásitos externos más habituales nos encontramos con las pulgas, garrapatas, mosquitos, piojos, ácaros, etc. En cada región puede haber unos u otros y no siempre van a ser los mismos. Es por ello que en unas zonas se dan unas determinadas enfermedades transmitidas por vectores y en otras zonas se dan otras, por lo que debemos estar al tanto de cuáles son los parásitos y enfermedades que se presentan en nuestra zona de residencia tal y como ya habíamos visto en los artículos dedicados a las enfermedades transmitidas por garrapatas, por poner un ejemplo.
Hoy en día es muy habitual el informarse a través de internet sobre todo este tipo de cosas, incluso comprar los antiparasitarios por estos medios sin tener en cuenta la zona en la que vivimos y los parásitos a los que nos enfrentamos. Por poner uno ejemplo, a nivel de nuestro país, España, hay zonas donde existe un riesgo muy alto de contraer dirofilariosis canina (enfermedad del gusano del corazón) mientras que en otras zonas el riesgo es inexistente. Sería una pérdida de tiempo el preocuparnos en prevenir esta enfermedad en nuestro perro si no estamos en zona de riesgo y, mientras tanto, podemos estar descuidando otras enfermedades que sí se dan en esa zona.
Es por esto por lo que comentamos que es MUY IMPORTANTE que sea vuestro veterinario quien os oriente sobre los parásitos que proliferan en vuestra zona y así poder utilizar el o los productos más adecuados.
Por otro lado en esta época también se empiezan a hacer desplazamientos a otras zonas, algo más habitual en verano, por lo que también debemos informarnos sobre si hay que tomar alguna medida más en el control de los parásitos en nuestros animales. Si por ejemplo vamos a una zona endémica de dirofilariosis y en nuestra zona de residencia habitual no existe esta enfermedad, nuestro animal corre un riesgo muy grande de contraerla si no hemos tomado las medidas adecuadas para prevenirla.
No debemos esperar, como muchas personas suelen hacer, a que llegue el buen tiempo para empezar con la prevención frente a los parásitos externos. El tan conocido “cambio climático” también está afectando a los hábitats de los parásitos y están ampliando las zonas donde pueden vivir, con lo que zonas que estaban antes libres de estas enfermedades ahora son zonas de riesgo. Junto a esto, al viajar cada vez más con nuestras mascotas, estas pueden contraer alguna de estas enfermedades y llevarlas a zonas donde antes no existían.
Ya hemos hablado en otros artículos de que hay diversos tipos de tratamientos preventivos para nuestros perros y gatos. Podemos utilizar collares, pipetas, pulverizadores, baños, inyectables, comprimidos. De todos estos sistemas, SIEMPRE debemos utilizar el que mejor se adapta a nuestro animal en concreto y que le otorgue la protección más amplia posible. A veces es necesaria la combinación de dos productos para conseguir una protección integral frente a los parásitos externos.
Vuelvo a insistir: PREGUNTAD, PREGUNTAD Y PREGUNTAD a vuestro veterinario de confianza sobre estos productos y dejaros aconsejar por él ya que es él quien conoce los riesgos a los que están expuestos vuestros animales y las ventajas de utilizar uno u otro producto.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para resolver todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info
Mi perro tiene cataratas. La presencia de opacidad en el cristalino es una de las causas más frecuentes de visita a la clínica de oftalmología veterinaria. Ante todo es imprescindible distinguir entre lo que se conoce por esclerosis nuclear senil y una verdadera catarata.
La esclerosis nuclear senil es un proceso muy frecuente que se produce en el cristalino de los perros de edades superiores a los siete u ocho años. Se produce un endurecimiento del núcleo del cristalino, proceso conocido por esclerosis, y se presenta esa leve opacidad. Este proceso no origina la pérdida de la visión, tal y como sí se produce en las cataratas.
Las cataratas consisten en la opacidad de la lente del ojo (cristalino) que llega a impedir la visualización del fondo ocular, o lo que es lo mismo, el paso de la luz a su través, originando pérdida progresiva de la visión del ojo afectado.
Las cataratas se pueden clasificar de diversas maneras. Así tenemos las hereditarias y las adquiridas. Las cataratas hereditarias se presentan debido a defectos genéticos y son bilaterales, esto es, afectan a los dos ojos. Suelen aparecer a tempranas edades.
Las cataratas adquiridas son aquellas cuyo origen tiene una causa nutricional, metabólica, inflamatoria, tóxica, etc. Suelen presentarse a edades comprendidas entre los uno y seis años. En relación con esto hay una pregunta que está entre las más formuladas en la visita a la clínica: ¿Se quedan los perros ciegos si toman azúcar? El motivo de esta pregunta es que uno de los síntomas más característicos de la diabetes es la aparición de cataratas, las cuales al evolucionar llevan a la ceguera del perro. Los perros, si toman azúcar, no se quedan ciegos pero, si el perro es diabético, es un riesgo que está presente.
Hay más clasificaciones de las cataratas pero, estas clasificaciones solo interesan a título clínico y no a otros niveles.
Las cataratas que se presentan en los animales viejos, cataratas seniles, suelen presentarse a partir de edades geriátricas, por encima de los ocho años y suelen presentarse tras el diagnóstico de cristalino senil.
Las cataratas tienen una evolución y así podemos hablar de cataratas incipientes, que empiezan a producirse; estas evolucionan a cataratas inmaduras, maduras e hipermaduras, aumentando paulativamente el grado de opacidad y, por tanto, imposibiltando el paso de la luz y, con ello, disminuyendo progresivamente la capacidad visual del perro hasta alcanzar la ceguera del o los ojos afectados.
¿Cómo sabemos si nuestro perro tiene cataratas? Si notamos que nuestro perro adquiere un color blanquecino, no en la capa superficial ( tal y como comentábamos en el artículo anterior) sino en su interior, podemos estar frente a un cristalino senil o frente a una catarata. Será nuestro veterinario quie, tras examinar el estado general de nuestro perro y realizando un exhaustivo examen del ojo quien llegue al diagnóstico del proceso que afecta a nuestro perro.
En esa exploración del perro se verá su estado general, se realizará un análisis sanguíneo (hay enfermedades sistémicas que tienen manifestaciones oculares, caso de la diabetes) y luego se estudian los ojos.Es muy importante no ceñirse al estudio del ojo que se encuentra afectado aparentemente pues el otro también puede estarlo aunque en menos grado ( no se aprecia a simple vista pero sí en un examen ocular).
Una vez diagnosticado el proceso causante de la catarata se procederá a instaurar el tratamiento pertinente. Normalmente el tratamiento de las cataratas es quirúrgico, extirpando el cristalino afectado e implantando una lente intraocular. Es muy importante tener controlada la causa que ha producido la catarata ( por ejemplo una diabetes) y, por supuesto, realizar un completo estudio que certifique la capacidad visual del ojo parta asegurarnos de que el perro volverá a ver una vez que se extirpa la catarata ( no hay nada más deprimente que operar a un perro de cataratas y que siga sin ver debido a que hay otras lesiones en los componentes del ojo que producen ceguera).
Hay diversas técnicas para el tratamiento quirúrgico de las cataratas pero será el cirujano oftalmólogo el que decida cual aplicar dependiendo de una serie de criterios que incluyen: posibilidad técnica, tipo de catarata, criterios económicos, etc.
Recordad que las cataratas son un proceso muy frecuente en nuestros perros, que debemos diferenciarlas del cristalino senil y que, normalmente, su tratamiento es quirúrgico.
Más información sobre las cataratas
Como siempre, recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) tenéis a disposición el Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (www.tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para poder solucionar todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info