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El aborto espontáneo en la perra
Un sangrado anormal, la depresión o la fiebre son señales que avisan de que la perra gestante sufre un aborto no deseado y, con ello, la muerte de sus cachorros.
Una perra embarazada puede perder a los cachorros que espera: es lo que se conoce como aborto espontáneo. Si la pérdida se produce durante las primeras semanas de gestación el cuerpo de nuestra mascota puede reabsorber los fetos. Conocer cómo se producen los abortos no deseados en la perra ayuda a detectarlos a tiempo, y también a descubrir si la pérdida oculta problemas de fertilidad.
No todos los embarazos en una perra acaban con el parto de los cachorros: el animal puede perder a los fetos que engendra antes del parto si existen problemas. Cuando la pérdida de los cachorros no se planea, se habla de aborto espontáneo.
El embarazo de la perra dura entre 63 y 67 días de media. El número de embriones que aloja el vientre de una hembra gestante varía con su tamaño. Mientras que una perra de Golden Retriever puede albergar hasta ocho cachorros, este número sería una hazaña casi imposible para hembras de menor envergadura. En el extremo están las perras diminutas, como la Chihuahua, que pare dos cachorros de media.
El delicado equilibrio de un embarazo
El vientre materno de la perra funciona como un delicado, pero completo, universo para los embriones que se desarrollan en su interior. Los fetos no son autosuficientes y se alimentan de los nutrientes presentes en el cuerpo de la perra.
El aborto espontáneo es más visible y doloroso para una perra que lo sufre a partir de su quinta semana de embarazo
Ese complejo universo que es el vientre de una perra gestante se mantiene gracias a un sin fin de equilibrios y reacciones químicas que permiten a los fetos contar con el alimento y la condiciones idóneas que precisan para su desarrollo.
Durante las dos primeras semanas de gestación, los embriones aún no han alcanzado las paredes del útero de la perra, a las que se anclarán para terminar su crecimiento. Los embriones flotantes dependen por completo del fluido materno y de su complejo equilibrio de reacciones químicas y biológicas. Cualquier alteración que haga de este universo un lugar poco confortable puede hacer que los embriones no sobrevivan.
El momento más delicado
Durante la segunda mitad de la gestación, el crecimiento de los embriones en el interior del vientre materno se acelera. Para el día 30, los órganos fundamentales empiezan a crecer. Incluso sus corazones empiezan a latir. También es el momento más delicado de la gestación , cuando más riesgo existe de que la perra sufra un aborto espontáneo.
Si la pérdida sucede antes de la quinta semana de gestación, es posible que el cuerpo de la perra reabsorba a los embriones, de forma que lo único que quede de ellos sean unos bultos visibles en el vientre de la perra.
La muerte de los embriones en estas etapas tempranas de la gestación de la perra suele pasar desapercibida, y el animal no tiene por qué sufrir daño. Es posible incluso que el aborto tenga lugar antes de que el veterinario haya confirmado el embarazo. Lo que explica que estas pérdidas precoces suelan relacionarse como una causa de infertilidad de la perra, más que como un aborto al uso
Aún con pérdidas, el embarazo de la perra puede seguir. La muerte de uno o varios fetos no siempre supone que la gestación haya finalizado. El desarrollo embrionario puede continuar y acabar con el nacimiento de algunos de los cachorros sanos al final de las nueve semanas de gestación.
Abortos después de las cinco semanas
El aborto espontáneo es más visible y doloroso para una perra que lo sufre a partir de su quinta semana de embarazo. El indicio más evidente de que algo no va bien es la aparición de un inesperado sangrado en una cantidad abundante. El fluido expulsado puede tener matices de color marrón verdoso característico del pigmento de la placenta materna. Este sangrado puede incluir los fetos expulsados por el cuerpo de la perra.
Además de la sangre, la repentina contracción del estómago de la perra revela que existe un problema. Este estrechamiento causa malestar y dolores. Junto con las señales externas, la perra que pierde a sus cachorros en esta última etapa de la gestación enferma. El animal puede mostrarse cansado y deprimido, sufrir pérdidas de apetito, deshidratación e incluso algo de fiebre. Los vómitos y diarreas son otros de los síntomas de una perra que ha abortado.
Razones del aborto
La causa más común para un aborto espontáneo en la última etapa del embarazo es un desequilibrio hormonal en el interior del vientre de la perra. Los embriones dependen por completo de este medio y los desajusten acaban con la muerte de los fetos.
La presencia de la bacteria conocida como Brucilla canis es otro motivo que explica abortos inesperados en perras, en especial en los centros de acogida de animales ya que es muy contagiosa. El parásito Neospora caninum, presente en el agua y alimentos contaminados y algunos hongos, también pueden provocar abortos espontáneos en nuestra mascota.
Consejos
- Vigile la presencia de parásitos y de bacterias en su perra gestante. Los análisis de sangre ayudan a realizar una pronta detección.
- Un sangrado anormal y abundante puede avisar de que la perra sufre un aborto.
- Una perra que sufre un aborto espontáneo a causa de una infección de parásitos o bacterias debe ser tratada.
- Recuerde que el aborto puede provocar malestar y dolores en la perra, que se mostrará enferma y deprimida.
Fuente: http://www.consumer.es/