Category Archives: Cría y cruce
El nivel deprogesterona en la sangre es particularmente útil para, precisamente, determinar el día de ovulación de las hembras de cría.
Sin embargo esta medida no es de utilidad para realizar un diagnóstico de la gestación. A veces, los veterinarios recomiendan medir regularmente estos niveles para diagnosticar una enfermedad llamada hipoluteinismo.
¿Cuál es la frecuencia del celo?
Tomando todas las razas en su conjunto, el celo ocurre, de promedio, cada seis meses.
Este intervalo puede variar debido a varios factores (raza, medioambiente, contacto social, tratamiento médico).
Lo que importa es la regularidad del celo. Si los celos de una hembra se producen cada vez con mayor o menor frecuencia, se deberá consultar inmediatamente a un veterinario.
Nadie sabe realmente por qué los perros tienen este extraño sistema de apareamiento, por el cual el macho y la hembra permanecen “enganchados” de 15 a 30 minutos.
Este comportamiento está asociado con la eyaculación del macho en tres fracciones distintas:
- Una primera secreción del fluidoprostático,
- Seguida de una fracción blanquecina, rica en esperma,
- Y por último, una gran cantidad de fluidoprostático, que ayuda a llevar el esperma del útero de la perra a los oviductos, donde se produce la fecundación.
Cuando los dos perros están “unidos”, y una vez el perro se gira, la fracción espermática de la eyaculación ya habrá sido enviada.
Si el apareamiento es interrumpido demasiado pronto, se reducen considerablemente las posibilidades de gestación, pero ello no implica necesariamente que la fecundación no se haya producido.
Si los perros intentan separarse el uno del otro, el criador puede, primero, intentar sujetar al macho en su sitio.
Si ya se han separado, deberá mantener a la perra con sus cuartos traseros elevados, y estimular el suelo vaginal con un dedo enguantado con el fin de provocar contracciones y estimular la migración del esperma.
El momento más fértil de la perra es al tercer o cuarto día de la ovulación, por lo que es ahí cuando el apareamiento será más fructífero.
Tanto las perras que son apareadas antes como aquéllas que son apareadas después de ese momento tienen una mayor probabilidad de, o no quedarse preñadas o tener una camada más pequeña.
Sin embargo no existe relación alguna entre el momento de apareamiento y el sexo de los cachorros.
Aparearse una o dos veces a la semana, con un intervalo mínimo de 3 o 4 días, ayuda a conservar la calidad del esperma.
Un apareamiento demasiado frecuente por un período de más de tres semanas causa una disminución del número de espermatozoides por eyaculación y un aumento de las formas anormales.
Debido a que los espermatozoides pasan menos tiempo en el epidídimo, se produce un aumento en el número de formas inmaduras, que se caracterizan por la presencia de una gota citoplasmática en el cuello o en la cola del espermatozoide.
Las sesiones de apareamiento demasiado frecuentes pueden, por tanto, causar un descenso temporal de la fertilidad por fatiga.
¿Cuándo tendrá mi perra su primer celo?
Por lo general, el primer celo llega cuando la hembra alcanza alrededor de dos tercios de su peso final adulto.
En las razas pequeñas (Yorkshire Terrier, Shih Tzu) el ciclo estral a menudo llega alrededor de los meses 6-8.
En algunas razas gigantes (Gran Danés) puede que no se observe hasta los mees comprendidos entre el mes doce al mes veinte (12-20).
En las razas medianas (Bretones, Beagles) ocurre algo intermedio (mes 8-12). No obstante, estos intervalos son promedios.
En las hembras es importante diferenciar entre pubertad (la capacidad de ovular) y nubilidad (la capacidad de llevar a término la gestación y parir) debido a que podría resultar peligroso para la hembra quedarse preñada durante su primer celo, ya que el canal del nacimiento no se ha desarrollado completamente.
La edad mínima será inferior en las razas pequeñas, ya que se desarrollan antes que las razas grandes.
Numerosos investigadores han demostrado que la fertilidad máxima no se alcanza hasta el segundo o, incluso, hasta el tercer o cuarto celo, esto es, hasta los tres años aproximadamente, independientemente de la raza.
En algunos países existen límites de edad mínima para la reproducción de la hembra, ya que estas han de estar previamente acreditadas.
Yorkshire: Apareamiento e Inseminación
La inseminación artificial (I.A.) con semen fresco implica la recogida de semen del macho en presencia de la hembra, la comprobación de su calidad y su inmediata inseminación.
Indicaciones para el uso de la I.A.
¿Para qué casos está indicada esta técnica?
La primera indicación, hoy en día, es proteger contra las enfermedades de transmisión sexual, las cuales son comunes en los criaderos.
El uso de I.A. se puede considerar en muchos otros casos como, por ejemplo, cuando el apareamiento no va según lo planeado, cuando el macho es novato, cuando hay una desproporción de tamaño entre los dos perros (el macho es demasiado grande o demasiado pequeño), cuando los dos perros no pueden aparearse de forma directa debido a un accidente, fractura, etc.
Resultados de la I.A.
Realizada en unas buenas condiciones sanitarias y técnicas, la inseminación artificial con semen fresco puede dar unosresultados excelentes, como mínimo, equiparables al apareamiento natural, o incluso mejores ya que uno puede estar seguro de que el semen es de buena calidad y de que este se depositó en la vagina correctamente. Los veterinarios, acostumbrados a realizarlas habitualmente, normalmente consiguen una tasa de éxito superior al 75 u 80%.
Aspectos prácticos
El macho y la hembra son colocados en la misma habitación. Con la mayoría de los perros, para la recogida del semen se requiere la presencia de una hembra en celo y normalmente es realizada de manera manual por el veterinario.
El semen ha de ser recogido separando las tres fracciones de la eyaculación, lo cual permite ajustar la cantidad de fluido prostático (tercera fase) y utilizar un volumen adecuado para el tamaño de la perra. Un volumen demasiado pequeño puede llevar al fracaso, mientras que un volumen demasiado grande diluye el esperma y existe el riesgo de que el semen vuelva a salir del tracto genital.
Tras comprobar la calidad del esperma, el veterinario normalmente insemina a la perra de manera intravaginal, utilizando un catéter flexible esterilizado, que no le causa traumatismo alguno a la perra. Algunos catéteres para inseminación llevan un globo hinchable que induce las contracciones vaginales asociadas con el pene del macho durante el apareamiento.
Muchos veterinarios utilizan catéteres sin globo, en cuyo caso, se han de provocar las contracciones de la hembra mediante un masaje vaginal con un dedo, protegido por un guante de látex.
Se han de mantener elevados los cuartos traseros de la perra durante cerca de diez minutos. Como con el apareamiento, es mejor evitar que la perra orine o se siente en los minutos posteriores.
El procedimiento habitual es inseminar dos veces en un período de 48 horas, excepto si el semen es de poca calidad, en cuyo caso se recomienda repetirlo cada día
El apareamiento es una importante fase para la cría, por lo que para garantizar que se produzca y evitar cualquier riesgo de lesión para la hembra y el macho, es necesario prestarle especial atención.
Preliminares
El apareamiento viene precedido de una fase de cortejo y juego, cuya duración depende de la raza o experiencia de ambos.
El semental normalmente juega un papel más activo que la hembra, si bien algunas perras estimulan o incluso provocan a su compañero si este no muestra suficiente interés.
Si la perra muestra una gran disposición y el macho tiene experiencia y es el más dominante de los dos, la penetración puede ocurrir de forma muy rápida (en menos de un minuto).
No obstante, si los dos son inexpertos, podrán producirse numerosos intentos infructuosos.
Es por ello por lo que es preferible evitar aparear a dos perros novatos.
No se trata de aparear a cualquier macho con cualquier hembra.
Sin llegar al extremo de hablar de preferencias, hay muchos factores en juego como, por ejemplo, la jerarquía – algunos machos, aún cuando sean campeones en exposiciones de belleza o en el campo de trabajo, no se aparearán con una hembra dominante si estos tienden a ser un poco sumisos.
La hembra, a veces, puede aceptar sus acercamientos pero puede alejarse en el último momento.
Por razones que superan al entendimiento humano, puede que los dos perros simplemente no se gusten el uno al otro…
Apareamiento
El semental monta a su compañera y la penetra mediante una serie de embestidas rápidas. Esto provoca a continuación un espasmo reflejo del esfínter vaginal de la perra que tiene el efecto de retener al macho hasta la consumación del acto – comúnmente se dice que los dos están “enganchados”.
El macho a menudo realiza un giro de 180 grados, quedando los dos perros con sus respectivos cuartos traseros unidos, cada uno mirando en la dirección opuesta. Esta extraña posición puede durar de 5 minutos a más de una hora, pero suele durar unos 15 minutos.
Es esencial no intentar separarlos, ya que se podría correr el riesgo de causarles serias heridas o hemorragias.
Especialmente si es su primera vez, es normal que la hembra gima lastimosamente o incluso aúlle en el momento en el que se siente aprisionada por la fuerza de sujeción que ejerce el macho incrementada por la dilatación que experimenta su tejido vaginal.
No hay razón por la que alarmarse ya que esto, normalmente, no tiene consecuencias en el resultado del apareamiento, ni en términos de impregnación, ni en el bienestar de los genitales de la hembra.
Esta “sujeción” es muy importante porque causa contracciones genitales en la perra que ayudan a que el esperma migre hacia el útero. Si el macho no permanece “enganchado” e inmediatamente la desmonta, existe el riesgo, o bien de que no todo el esperma se haya depositado en la vagina, o bien de que no consiga llegar suficiente semen al útero.
Después del apareamiento
Al finalizar el apareamiento, los espasmos vaginales disminuyen y los dos perros se sueltan.
Normalmente se recomienda evitar que la hembra orine en los 15 minutos posteriores, más o menos, para evitar que el semen salga del tracto genital.
El prepucio del macho debería volver rápidamente a su posición normal pero se recomienda comprobar que el pene se haya recogido correctamente dentro del prepucio a los 5 o 10 minutos – de hecho, si el glande permanece fuera por mucho tiempo, existe riesgo de lesión o ulceración.
Los criadores cuestionan, a veces, la utilidad de controlar de cerca el estro y determinar el momento óptimo para el apareamiento.
En la práctica, este control puede ayudar considerablemente a los criadores en su trabajo diario.
«Controlar el estro» presenta numerosas ventajas
Si el apareamiento tiene lugar en el momento óptimo, la perra tendrá una mayor probabilidad de que se quede preñada (entre el 50 y el 80% de las perras que no se quedan preñadas tras el apareamiento se debe a que no fueron presentadas al macho en el momento oportuno).
Si la perra se aparea en el momento óptimo tendrá muchas más probabilidades de gestar una camada grande (mayor prolificidad, esto es, mayor número de cachorros en la camada).
El apareamiento se suele producir cuando las condiciones conductuales son las favorables: dado que la hembra es más receptiva, el apareamiento es más fácil, reduciéndose, por tanto, el riesgo de lesiones y el tiempo requerido.
Si el apareamiento se produce lejos de casa, el viaje es más rentable (menor riesgo de fracaso) y no es necesario estar muchos días lejos de casa (menores gastos en comida y alojamiento…)
Si el macho es viejo o necesita conservar su energía, el número de intentos de apareamiento se puede reducir.
Es más fácil calcular el momento del parto (aproximadamente a los 61 días del momento de fertilidad óptimo, esto es, dos meses después del apareamiento). Por ejemplo, una hembra que se aparea el 26 de octubre – tras un seguimiento detenido del estro – es probable que vaya a parir el 26 de diciembre.
Yorkshire terrier: Ciclo Estral
En promedio, las hembras entran en celo dos veces al año, por un período relativamente breve, que puede durar entre diez días y tres o cuatro semanas.
La fase sexualmente inactiva es, por tanto, en comparación, mucho más larga.
Dos de los signos que indican que la perra está en celo son una pequeña hemorragia vaginal y el hecho de que empiezan a ser atractivas para los machos.
Este ciclo puede dividirse en cuatro fases:
Proestro
La duración de esta primera fase, durante la cual la perra está en celo pero todavía no quiere aparearse, puede ser desde tres o cuatro días hasta, en algunas ocasiones, casi las tres semanas.
Durante esta fase, la perra segrega mayores cantidades de estrógenos.
Estro
Cuando la secreción de estrógenos alcanza su punto máximo, la conducta de la perra cambia y comienza a ser receptiva a los machos.
Se inicia, pues, la fase de búsqueda de pareja (“estro” deriva del griego “oistros”, que significa frenesí).
Una vez más, la duración de esta fase puede variar de manera considerable – algunas perras sólo aceptarán a los machos durante unas horas mientras que otras lo harán durante más de una semana.
Diestro o Metaestro
Tras el celo, e independientemente de que haya habido apareamiento o no, todas las perras pasan por un período de dos meses durante el cual su funcionamiento hormonal es prácticamente idéntico.
Estas rechazan a los machos y segregan grandes cantidades de progesterona.
Este período se conoce como diestro, metaestro o fase lútea.
Este último término hace referencia a los folículos ováricos transformados en cuerpos lúteos – las estructuras ováricas que producen la progesterona.
Anoestro
Tras el celo, las perras permanecen sexualmente inactivas durante, al menos, dos o tres meses (a veces mucho más tiempo).
Celo y apareamiento
La pubertad se define como el inicio de la capacidad reproductiva, que se caracteriza por la entrada en celo de la perra por primera vez.
La pubertad se define como el inicio de la capacidad reproductiva, que se caracteriza por la entrada en celo de la perra por primera vez.
El primer celo está condicionado por la edad y por la raza de la perra
Por lo general, la perra entra en celo por vez primera cuando esta alcanza, aproximadamente, dos tercios de su peso final adulto.
Las razas pequeñas (Yorkshire Terrier, Shih-Tzu…) suelen tener el primer celo entre los seis y los ocho meses de edad.
En las razas grandes (como el Gran Danés, por ejemplo), puede no llegar hasta que la hembra no tiene entre 12 y 20 meses de edad.
En las razas medianas (Spaniel Bretón, Beagle…), se produce una situación intermedia (entre los 8 y los 12 meses de edad).
No obstante, estos intervalos no son exactos.
¿Es fácil reconocer el primer celo?
El primer celo es frecuentemente más breve que los demás.
A menudo, la perra muestra pocos signos clínicos (pequeña pérdida de sangre, poca atracción por los machos…), lo que a veces se conoce como un “celo silencioso”.
Debido a la inexactitud de este método, si una perra joven no parece entrar en celo, puede que lo haya hecho pero que haya pasado inadvertido.
Lo primero que el veterinario examinará es el tamaño de la vulva, ya que esta aumenta considerablemente de tamaño si la perra ha estado en celo.
«Falso» celo
Las perras jóvenes tienen una mayor probabilidad de mostrar “celos disociados” o “falsos celos” durante la pubertad.
Estas pueden, primero, entrar en celo, e incluso aceptar aparearse, pero el proceso es interrumpido de forma repentina, sin que se produzca, normalmente, la ovulación. A los pocos días o semanas, la perra entra en celo de nuevo pero esta vez, normalmente, sí se produce la ovulación.
Se creía que este fenómeno ponía en peligro el futuro reproductivo de la hembra pero, de hecho, este no tiene ninguna incidencia en su futura fertilidad.
¿Es aconsejable aparear a la hembra durante su primer celo?
Varios investigadores han descubierto que la fertilidad máxima no se alcanza hasta el segundo o, incluso, hasta el tercer o cuarto celo, es decir, hasta los tres años aproximadamente, independientemente de la raza.
En las hembras, es importante diferenciar entre pubertad (la capacidad de ovular) y nubilidad (la capacidad de llevar a término la gestación y parir) debido a que puede resultar peligroso para la hembra quedarse preñada durante su primer celo, ya que el canal de nacimiento aún no se ha desarrollado del todo.
La mayoría de países con intereses en la cría de perros exigen una edad mínima para que las perras con pedigrí tengan su primera camada.
Cómo Educar a un Cachorro Yorkshire Terrier
El Cachorro Yorkshire Terrier tiene un carácter vivaz, alegre, mimoso, inteligente, perspicaz, observador, sensitivo y con fuerte personalidad, que además es muy protector, por lo que tiene un gran instinto natural como perro de aviso y de guardia desde pequeño, aprende muy rápido, aunque es fácil caer en sus encantos, pero hay que mantenerse firme los primeros meses durante su educación. Todo lo que aprendan durante el primer año, no se les olvidará durante el resto de su vida.
Mantenerse firme
Este pequeño se hace querer rápidamente. Es un perro muy inteligente y aprende rápido, tanto lo bueno como los puntos débiles del propietario. En el proceso de aprendizaje hay que mantenerse firme y seguro, sin dejarse envolver por su carácter embaucador. Las travesuras que hacen cuando son cachorros resultan divertidas, pero debemos evitar aquellas conductas que pudieran resultar molestas de adultos.
Cachorro Yorkshire Terrier educar en positivo
Con el Cachorro Yorkshire Terrier hay que practicar un adiestramiento en positivo, es decir, recurrir a la recompensa, sobre todo afectiva. Se ha de ser suave y dulce ya que pueden volverse asustadizos, aunque no hay que confundir suavidad con falta de disciplina. Todo lo contrario. Hay que mostrarse firme y no ceder a sus caprichos para evitar que se vuelva un compañero difícil.
Si a un Cachorro Yorkshire terrier se le educa de forma adecuada durante sus primeros meses, de adultos estaremos delante de un precioso ejemplar de Yorkshire Terrier educado, afectuoso, disciplinado e intuitivo capaz de entender rápidamente nuestras órdenes y llevar a cabo todo aquello que le sea encomendado de forma magistral.
El momento idóneo para comenzar con su educación es a partir de los tres meses. En este periodo, el cachorro interpreta y entiende las órdenes rápidamente por eso deben ser mensajes precisos y claros.
Cachorro Yorkshire Terrier, Enseñarle a controlar sus esfínteres
Debemos conseguir que el cachorro de Yorkshire haga sus necesidades de forma regular y en un sitio concreto, bien sea en la calle, en el baño, en la terraza o en el jardín, dependiendo de las posibilidades que se dispongan.
El Yorkshire Terrier es una raza muy inteligente a la que no le cuesta madurar en este y otros aspectos. Para conseguir un aprendizaje rápido y efectivo hay que escoger un sitio concreto y llevarlo en los momentos propicios para que haga sus necesidades, animarles a hacerlo y una vez conseguido felicitarles de forma efusiva e incluso exagerada mediante besos, caricias, aplausos o premio.
Momentos en los que el Cachorro Yorkshire hace sus necesidades:
- Al levantarse.
- Antes y después de jugar.
- Después de las comidas.
- Al acostarse.
Hacer sus necesidades en la calle.
- A partir de los tres meses y una vez que este debidamente vacunado, ya se le puede sacar de paseo, lo que será una buena ocasión para establecer sus rutinas. Unos paseos cortos, entre dos y tres veces al día, le permitirán hacer sus necesidades fuera de casa. Al principio es posible que no haga nada, pero se debe insistir y mantener la constancia. Cuantas más veces le saquemos de paseo, más oportunidades tendrá nuestro cachorro de decidir hacer sus necesidades en el exterior. Con un perro tan juguetón, las rutinas le ayudarán a organizarse.
Hacer sus necesidades dentro de la vivienda.
- Si se le enseña a hacer sus necesidades dentro de la vivienda, escogeremos un lugar adecuado como puede ser un baño o terraza y colocaremos periódico o empapador en un rincón del mismo, de esta forma el cachorro aprenderá a hacer sus necesidades dentro del hogar de forma higiénica y sin ninguna molestia para él y el resto de la familia, lo que resultara muy útil a la hora de dejarlo solo un numero prolongado de horas, por ejemplo en nuestro horario laboral.
En cualquier caso y siguiendo los consejos tanto de su criador como de su veterinario, no debemos olvidar su correcta vacunación y desparasitación antes de comenzar con las salidas al exterior y el consiguiente contacto con otros animales.
Al Yorkshire terrier en todas las etapas de su vida, cachorro, joven, adulto y vejez, le gusta la compañía de sus dueños, así que en el periodo de cachorro durante el proceso de educación y adiestramiento nos resultará fácil y agradable educarlo correctamente.
Cuando evacue en cualquier parte de la casa inapropiado se le debe regañar y mostrarle nuestro enfado dejándolo solo en la habitación. Cuando lo hace bien hay que alabarlo y hacerle fiestas. Las golosinas también ayudarán en este proceso.
El baño y el cepillado
Su pelo largo y fino requiere un cepillado diario para evitar nudos. El proceso es usar primero un peine fino y a continuación, un cepillo que ahueque. Es habitual que se le peine con un moño en lo alto de la cabeza, que permite recoger el largo pelo que, suelto, le cae sobre la cara.
El tiempo de acicalarlo es largo y que hay que acostumbrarlo a él. Hay que vigilar las uñas, que se deben cortar con regularidad y no dejarlas demasiado largas, y eliminar el pelo que crecen en el interior de sus orejas y entre las almohadillas de sus patas. Además, cada 7 u 8 días hay que darles un baño con jabón embellecedor.
Su nombre es de las primeras cosas que debe aprender.
Después, hay tres órdenes básicas para una buena convivencia con él.
OBJETIVO ORDEN MÉTODO
Que se siente (Siéntate)
Mantenerlo tranquilo. Coger una galleta y alejarlo un poco. Pedirle que se acerque, cuando esté cerca enseñarle la comida encima de su cabeza. Cuando se comience a sentar para no perderla de vista darle la orden. Reforzar la orden colocándose delante y a un lado. Felicitarlo y darle su recompensa. Si no se sentase, indicárselo ayudando con la mano empujando hacia abajo con suavidad la base del lomo. Felicitar y recompensar.
Que esté quieto (Quieto)
Buscar un lugar tranquilo. Hacerlo sentar. Mostrar la palma de la mano, dejarlo lamerla, y darle la orden. Alejarse despacio. Si se mueve, volver a empezar. Repetir hasta que llegar al límite de la correa. Como es muy inquieto, es una de las órdenes que más cuesta que cumpla.
Que se tumbe (Túmbate)
Cuando ha aprendido a estar quieto. Sentarlo y arrodillarse a su lado. Cogerlo por el collar. Mostrarle en la otra mano una recompensa, acercársela al hocico y bajarla al tiempo que se estira hacia delante para obligar al perro a que también se estire. Cuando esté bajando, darle la orden. Acompañarlo hasta que esté tumbado por completo y recompensar.