Category Archives: Etología canina
Por ejemplo, si dices «Pipoca» justo antes de darle su ración de comida a tu perro, en poco tiempo asociará esa palabra con la comida. Entonces, la palabra «Pipoca» provocará emoción y salivación en tu perro, incluso si no hay comida presente.
El condicionamiento clásico te permite modificar la conducta controlando los estímulos que recibe tu perro. Es muy usado en el adiestramiento canino para solucionar algunos problemas de comportamiento. Comprenderás mucho mejor cómo funciona el condicionamiento clásico cuando hagas los primeros ejercicios de adiestramiento: cargar el clicker, entrenar una señal de liberación y enseñarle a tu perro a reconocer su nombre.
Condicionamiento operante
El condicionamiento operante es un tipo diferente de aprendizaje en el que las conductas se fortalecen o debilitan de acuerdo con sus consecuencias. Las conductas que tienen consecuencias agradables para el perro se fortalecen, mientras que las que tienen consecuencias desagradables se debilitan e incluso dejan de ocurrir.
Es el típico aprendizaje basado en premios y castigos, sólo que a los premios los vamos a llamar reforzadores porque es un término técnico más correcto. En otras palabras, reforzadores son las consecuencias que fortalecen la conducta, mientras que castigos son las consecuencias que debilitan la conducta.
Cuando apliques el condicionamiento operante (en casi todos los ejercicios de este curso), ten presente que el hecho de que una conducta sea reforzada o castigada depende del perro. Lo que puede ser un reforzador para un perro puede ser un castigo para otro.
Existen cinco posibles consecuencias de una conducta:
- Reforzamiento positivo (R+).
Cuando a consecuencia de la conducta ocurre algo agradable y eso fortalece la conducta. Por ejemplo, tu perro se sienta y tu le das un poco de comida. Después de unas cuantas veces que sucede eso, tu perro se sienta cada vez con más frecuencia. A lo largo del curso basarás el adiestramiento de tu perro principalmente en el reforzamiento positivo.
- Reforzamiento negativo (R-).
- Castigo positivo (C+).
Cuando a consecuencia de la conducta ocurre algo desagradable y eso debilita la conducta. Por ejemplo, tu perro se aleja y das un tirón de correa haciendo cerrar el collar de ahorque. Entonces tu perro aprende a no alejarse porque al hacerlo recibe un castigo físico. No usarás este tipo de castigo en el curso.
- Castigo negativo (C-).
Cuando a consecuencia de la conducta desaparece algo que es agradable y eso debilita la conducta. Por ejemplo, juegas con tu perro al tira y afloja con una toalla, hasta que tu perro en la emoción del juego te toca la mano con sus dientes. Inmediatamente terminas el juego. Después de algunas veces en que sucede esto, tu perro aprende a no acercar su boca a tu mano, ya que al hacerlo se termina el juego. Este es el tipo de castigo que vas a usar en el curso, pero solamente cuando sea necesario.
- Extinción de la conducta.
Cuando no existen consecuencias para una conducta aprendida, entonces esa conducta se debilita. Por ejemplo, le enseñaste a tu perro a acudir a tu llamado, pero después de un tiempo dejaste de reforzar esa conducta. Entonces, la conducta se va debilitando, hasta que tu perro deja de acudir cuando lo llamas. No vas a usar la extinción para entrenar a tu perro, pero es importante que la conozcas para evitarla durante el mantenimiento del adiestramiento.
ContingenciasLas contingencias son las relaciones temporales entre estímulos, conductas y consecuencias.Para que ocurra el condicionamiento clásico, el estímulo condicionado debe ocurrir inmediatamente antes que el estímulo incondicionado. Si ocurre mucho tiempo antes, si ocurre al mismo tiempo o si ocurre después, tu perro no podrá asociar los dos estímulos.En el condicionamiento operante existen dos contingencias: antecedentes – conducta y conducta – consecuencias. Los antecedentes deben ocurrir inmediatamente antes de la conducta para quedar asociados a ésta. Por ejemplo, cuando le enseñes a tu perro a sentarse a pedido, deberás decir «Sentado» justo antes de que se siente, no después que lo haga ni mucho tiempo antes.De la misma manera, las consecuencias deben ocurrir inmediatamente después de la conducta para que tengan un efecto sobre ésta. Si castigas a tu perro en la noche por haberse hecho pis en la alfombra durante la tarde, él no podrá asociar el castigo con esa conducta y lo asociará con alguna conducta más reciente. Tanto el castigo como el reforzamiento deben ocurrir inmediatamente después de la conducta que deseas castigar o reforzar.Reforzadores condicionadosUno de los ejercicios del curso consiste en enseñarle a tu perro a mirarte a los ojos. Para hacerlo, esperarás a que te mire a los ojos y reforzarás esa conducta con comida. El problema está en que en el momento en que le das la comida deja de mirarte a los ojos, por lo que terminas reforzando la conducta de mirar tu mano. Entonces, ¿cómo puedes hacer para indicarle a tu perro cuál es la conducta que quieres reforzar?Para eso existen los reforzadores condicionados o reforzadores secundarios. El sonido del clicker, un sonido particular hecho con la boca o una señal de liberación son reforzadores condicionados que marcan el momento en que empieza el reforzamiento. Entonces, tu perro puede asociar el reforzamiento con una conducta anterior.
Al entrenar a tu perro para que te mire a los ojos simplemente harás click (harás sonar el clicker o usarás la señal de liberación) en el instante en que él te mire a los ojos. Luego podrás darle la comida y él asociará eso con mirarte a los ojos, no con mirar tu mano.
Ten cuidado de no empezar a hacer click todavía. El clicker no es un instrumento mágico, sino que hay que condicionarlo para que funcione.
Control de estímulos
El punto más alto del adiestramiento de cada ejercicio es cuando tu perro lo ejecuta en diferentes lugares, diferentes circunstancias, cuando se lo pides en cualquier tono de voz y no lo confunde con otros ejercicios. Esto es lo que se llama control de estímulos, ya que la conducta entrenada está bajo el control de un estímulo en particular.
Lo ideal es conseguir el control de estímulos para todos los ejercicios del curso, pero esto depende de tus necesidades e intereses. Si algún ejercicio en particular te resulta irrelevante, no es necesario que consigas el control de estímulos para ese ejercicio.
Curso de Adiestramiento Canino
El curso está dividido en tres niveles, Básico, Medio y Avanzado. Cada nivel aborda diferentes habilidades que tienes que aprender como entrenador y diferentes habilidades que tienes que enseñarle a tu perro.Sin embargo, no necesitas completar todos los niveles del curso. Dependiendo de cuáles sean tus necesidades, puedes completar solamente hasta el primer o segundo nivel si así lo deseas.Por otra parte, al completar el nivel avanzado habrás conseguido más de lo que consigue la mayoría de la gente al contratar un adiestrador profesional, pero todavía te quedará mucho por aprender en el mundo del adiestramiento canino. En ese nivel también encontrarás consejos y sugerencias para poder seguir entrenando ejercicios cada vez más complejos que no están cubiertos en el curso.Cada nivel toma en promedio entre dos y tres meses, por lo que completar todos probablemente te tomará entre seis y nueve meses. Obviamente, el tiempo que te tome dependerá de cuanta dedicación pongas al adiestramiento. Si no dispones de mucho tiempo para entrenar a tu perro y sólo lo haces ocasionalmente, es muy probable que cada nivel te tome más de tres meses.Los niveles están divididos en etapas. Dentro de cada etapa encontrarás diferentes ejercicios y cada ejercicio estará desglosado en uno o más criterios de adiestramiento. Cada criterio es un paso intermedio para conseguir el resultado final, y debes seguirlos de acuerdo con la secuencia indicada.Para identificar con facilidad cada criterio en particular, los encontrarás indicados con un código de letras y números, separados por puntos. La primera combinación indica el nivel, la segunda indica la etapa y la tercera indica el criterio. Así, Sentado nb.e1.c1 indica el primer criterio (c1) de la primera etapa (e1) para el nivel básico (nb) del ejercicio Sentado. En cambio, Sentado nm.e3.c5 hace referencia al quinto criterio (c5) de la tercera etapa (e3) del nivel medio (nm) del mismo ejercicio.Entrena en función a tu experienciaSi tienes experiencia en adiestramiento con clicker es posible que avances mucho más rápido que personas que nunca han entrenado con este sistema. En este caso, también puedes reorganizar los ejercicios de la manera que mejor te parezca.Si tienes experiencia con adiestramiento tradicional o con estilos similares (usando collares de ahorque o de púas), y quieres aprender sobre adiestramiento con clicker, por favor sigue todos los pasos tal como están indicados. No intentes avanzar más rápido basándote en tu experiencia porque los estilos son tan diferentes que vas a tener que “desaprender” lo que sabes de adiestramiento tradicional para aprender de adiestramiento con clicker.Si no tienes ninguna experiencia entrenando perros, simplemente sigue el curso tal cual.La importancia de la teoría
Muchos entrenadores desprecian las teorías del aprendizaje, ya que es posible entrenar un perro sin saber nada de teoría. Sin embargo, conocer los conceptos no sólo te hará un mejor entrenador, sino que te permitirá crear tus propios métodos para entrenar a tu perro, así que no pases por alto la introducción.
El entrenador y la entrenadora
A lo largo del curso me referiré a ti como “el entrenador”, aún si eres mujer, para evitar frases del tipo “El (la) entrenador(a) debe hacer…”. Por el mismo motivo, me referiré a tu perro como él, aunque tal vez sea una ella.
Las señales
Todos los ejercicios que le enseñarás a tu perro van asociados con alguna señal que puede ser visual (un gesto), verbal (una palabra) o ambiental (la presencia de algún elemento).
En el adiestramiento tradicional se llama órdenes o comandos a las señales visuales y verbales, y no se presta mucha atención a las señales ambientales. En este curso las vamos a llamar señales, porque cuando entrenamos en positivo, al perro no le ordenamos que haga una u otra cosa, sino que se lo pedimos. Curiosamente, estos pedidos tienen más poder de convicción que las órdenes secas y tajantes.
Diviértete entrenando
Entrenar a tu perro no tiene porqué ser una lucha de poderes en la que tienes que ser el dominante o el macho alfa. Aunque esa es una idea muy difundida, es errónea. Es mucho más fácil conseguir que tu perro te haga caso cuando eres su amigo que cuando quieres someterlo. Como dice el refrán, se atrapan más moscas con miel que con hiel.
Además de enseñarle ejercicios a tu perro, durante el adiestramiento tienes que crear una buena relación con él. Así que disfruta las sesiones, llévalas a cabo como juegos divertidos en los que aprendes a comprender a tu perro y él aprende a comprenderte a ti. Lleva a cabo las sesiones relajado y de buen humor y verás que tu perro aprende más rápido y responde mejor que cuando lo quieres dominar.
Curso de adiestramiento canino. En este curso aprenderás a entrenar ejercicios de obediencia canina que son útiles en la vida real.Las técnicas que aprenderás sirven para entrenar cachorros desde 2 meses de edad hasta perros adultos, así que no importa la edad de tu perro, siempre y cuando tenga buena salud. Por supuesto, si se trata de un cachorro muy pequeño, tendrás que ser más paciente y no exigirle demasiado, ya que todavía no tiene muy desarrolladas ni la concentración ni la coordinación.Además de los procedimientos estándar para entrenar perros adolescentes y adultos, cuando corresponda encontrarás recomendaciones para entrenar cachorros pequeños, es decir de 2 a 5 meses de edad.A lo largo del curso tu perro aprenderá a:
- Acudir al llamado.
- Caminar sin tirar de la correa.
- Echarse y quedarse echado cuando se lo pides.
- Entusiasmarse ante el sonido del clicker y la señal de liberación.
- Ignorar cosas cuando se lo pides.
- Jugar al tira y afloja cuando se lo pides y soltar el juguete también cuando se lo pides.
- Mirarte a los ojos cuando se lo pides.
- Mirarte con frecuencia cuando están fuera de casa.
- Reconocer su nombre.
- Saludar correctamente a las personas, sin saltar sobre ellas.
- Sentarse y quedarse sentado cuando se lo pides.
- Tocar cosas a pedido con su nariz y sus patas.
Consideraciones a tomar en cuenta
Si bien el curso de adiestramiento te permitirá entrenar perros de diferentes edades, tienes que tomar en cuenta que no es adecuado para todos los perros ni en todas las situaciones.
En primer lugar, tu perro tiene que estar en buenas condiciones de salud para seguir este curso. Un perro enfermo o herido debe ser tratado clínicamente antes de empezar su entrenamiento. Además, un perro con alguna condición particular puede presentar problemas con ciertos ejercicios. Por ejemplo, perros con displasia de cadera quizás sientan alguna molestia o dolor al sentarse. Así que asegúrate que tu perro está en buenas condiciones de salud antes de iniciar su adiestramiento. En caso de dudas, consulta con el veterinario.
Si tu perro es todavía un cachorro pequeño, es muy probable que no tenga todas sus vacunas. En ese caso, solamente debes entrenar dentro de casa, aún cuando los ejercicios indiquen entrenar en exteriores.
También tienes que saber que este curso no solucionará todos los problemas de comportamiento de tu perro. Los ejercicios de obediencia funcional que le enseñarás son una excelente base para solucionar muchos problemas, pero no son la solución a comportamientos conflictivos.
Si tu perro presenta problemas serios, como agresión o ansiedad por separación, tienes que buscar ayuda de un adiestrador o de otro profesional calificado que pueda trabajar personalmente contigo y tu perro. Es peligroso y suele ser contraproducente buscar la solución a esos problemas en Internet, así que si ese es tu caso, por favor busca apoyo profesional calificado.
Introducción al curso de adiestramiento canino
- Cómo seguir el curso
- Tu primer ejercicio: haz un etograma de tu perro
- Fundamentos de la modificación de conductas
- Equipo y ayudantes que necesitas para el curso
- Cómo llevar a cabo una sesión de adiestramiento
- Ocho criterios comunes en los ejercicios de obediencia canina
- Estrategias para conseguir que tu perro haga lo que quieres
- Cuando surgen problemas en el adiestramiento
Curso de adiestramiento Nivel Básico
- Primera etapa
- Segunda etapa
- Tercera etapa
- Cuarta etapa
- Quinta etapa
Curso de adiestramiento Nivel Medio
Curso de adiestramiento Nivel Avanzado
Fuente de información
Etología
Comunicación canina
La cola, la cabeza, las orejas hablan
Los perros tienen una excepcional capacidad de comunicación, tanto entre sus congéneres como con los humanos; la base de su expresividad se encuentra en el lenguaje de los lobos y, a pesar de tantos siglos de cría selectiva, aún siguen utilizando formas muy similares de comunicación.
Principalmente utilizan señales visuales, auditivas y olfativas directas, que en muchos casos son similares a las que nosotros mismos utilizamos. Son una excelente mascota ya que nos ven como si formásemos parte de su familia y son también grandes captadores de nuestros estados de ánimo, actitudes e intenciones.
Es por ello necesario conocer sus movimientos y gestos para llegar a comprender lo que siente y quiere nuestra mascota y para saber cómo decirle lo que nosotros esperamos de su comportamiento.
Señales Visuales
Las señales visuales son una de las principales formas de comunicación, el perro usa todo su cuerpo para comunicarse; manifestar su rango social, su personalidad y su estado emocional.
Lo hace básicamente a través de la cabeza, cuerpo, patas y cola, por eso cuando estos animales tienen recortadas las orejas y el rabo pueden sufrir dificultades de comunicación.
Nuestra mascota, y lo comprobamos día a día, tiene también expresiones faciales de tristeza o alegría, de entusiasmo o de miedo.
Pero utiliza además el movimiento y posición de sus orejas como fuente valiosa de información:
- si las levanta hacia adelante muestra gran atención e interés
- cuando las mantiene erguidas y ladea la cabeza manifiesta curiosidad.
- Fuera de estos contextos mantener las orejas levantadas es una señal de dominio
- y si además arruga el morro y enseña los dientes denota agresividad.
Cuando las echa hacia atrás significa que el perro siente temor o muestra sumisión. Como en el caso anterior, si además arruga el morro y muestra los dientes, se convierte en una muestra de agresividad.
Sus ojos nos dicen también muchas cosas, como los humanos:
- una mirada directa y fija refleja seguridad y autoridad, en muchos casos dominio entre la jauría.
- Una mirada baja o desviada manifiesta una actitud sumisa
- y si además tiene las orejas y las comisuras de la boca hacia atrás es una clara muestra de sumisión.
- Si abre mucho los ojos y tiene las pupilas dilatadas puede expresar temor o expectación.
La lengua y el hocico de nuestra mascota son muy importantes:
- cuando nos lamen (y a todos nos sucede a menudo) nos demuestran subordinación
- si lo hacen rápidamente nos saludan con alegría.
- Cuando se acercan y nos tocan con su hocico pretenden lograr nuestra atención.
- Cuando el perro se encuentra en un estado extremo, en el que tiene miedo y también demuestra agresividad, se crean expresiones intermedias de conflicto.
Suele darse una confusión comunicativa cuando el perro tiene mucho pelo o las orejas ciadas, ya que es difícil apreciar todas sus expresiones.
Con las patas, el torso y la cola demuestran su clara personalidad, se imponen o se subordinan, y se comunican con nosotros.
Los indicadores de sumisión generalmente son:
- Levantar una pata delantera
- Agacharse
- Mantener la cola baja e incluso entre las patas
- Acostarse sobre el lomo.
Para demostrar seguridad y dominio el perro puede:
- levantar la cabeza,
- Mantener el cuerpo erguido y tenso
- Elevar la cola y mantenerla en la vertical.
La excitación de nuestra mascota la reconocemos rápidamente por los movimientos en vaivén de su cola, que pueden variar en rapidez y amplitud según la causa que los provoque.
La agresividad, teniendo muy en cuenta el contexto en el que nuestro perro se comunique, la expresa de forma clara con el gruñido y los gestos faciales que hemos visto anteriormente. El pelo erizado, es también un signo de agresividad.
Cuando nos encontramos con un perro que tiene recortada la cola, moverá la totalidad de su parte posterior para comunicarse. Nuestros amigos utilizan la pata para marcar el territorio después de defecar, rascando el suelo. Al orinar cuanto más alzan la pata, más demuestran su seguridad y dominio.
Y nosotros… ¿Cómo hablamos con nuestra mascota?
- Para comunicarnos con nuestra mascota tenemos que estar atentos a lo que nos quiere decir y hacerle entender cómo queremos que se comporte. Por ejemplo, cuando un perro nos ve y nos saluda levantándose y apoyando sus patas delanteras en nuestros hombros quiere manifestar su yo, saludarnos dominando la situación.
- Cuando pone la cabeza bajo la mano de su propietario es para pedir caricias con sumisión. Es a través de este entendimiento inicial cuando podemos empezar a comunicarnos con nuestra mascota y tranquilizarle cuando esté nervioso o regañarle ante una actitud de desobediencia con tranquilidad, sin mimos, y con un “no” enérgico.
- No es conveniente comunicarse con él solo regañándolo o dándole caricias porque puedes crear una inestabilidad emocional en tu mascota o una conducta agresiva. También tienes que tener en cuenta que es un animal social, y que fuera de la jauría, necesita sentirse dentro de una familia o con un compañero.
- Jugar con él es una forma magnífica de comunicación que nos permitirá ir enseñándole las conductas más deseables, ayudándonos a prevenir así los problemas de conducta. Si tu perro mordisquea los objetos debes acostumbrarlo a que no lo haga y felicitarlo cuando solo muerda sus juguetes.
Si conseguimos entender a nuestra mascota nos será muy fácil hacernos entender y ofrecerle el cuidado, atención y cariño que sabemos que se merece.
Señales acústicas
Los perros se comunican con los de su especie de forma algo diferente a como lo hacen con los humanos.
Por ejemplo, depende del contexto en el que nuestro perro ladre de forma continuada, el significado de lo que nos quiere decir variará en matices. Somos nosotros quienes tenemos que tener el conocimiento suficiente de las bases de su comunicación y carácter, para así determinar sus necesidades.
Nuestra mascota usa de forma común varias señales acústicas para comunicarse con nosotros; el ladrido, el gruñido, el graznido y el aullido. Estos sonidos pueden alertarnos en muchas ocasiones y somos nosotros los que hemos de interpretarlos de la forma adecuada. Pueden avisarnos de peligro, del estado del animal, de una posible enfermedad e incluso de un comportamiento no adecuado que intentaremos modificar.
Es muy importante conocer a fondo estas señales desde que el perro es un cachorro, ya que así conseguiremos una buena comunicación y la posibilidad de un adiestramiento más efectivo.
La falta de comunicación con nuestra mascota podría acarrearle trastornos de conducta, ansiedad y convertir la convivencia en un problema.
Ladridos
Ha sido siempre, desde los orígenes lobeznos de esta especie, la forma de comunicación más usada de los perros. Su función era de la de poder alertar de algún peligro, ya que su sonoridad es muy alta y su uso como señal de alarma es muy efectivo. Pero en la comunicación animal con el hombre sirve para muchas más funciones; la de llamar la atención sobre algo, un síntoma de alegría o irritación, etc…
Muchos expertos aseguran que la variedad de ladridos constituye un pequeño lenguaje codificado entre los perros. Porsupuesto no todos los perros ladran de la misma forma; su sonido e intensidad depende de la raza, el tamaño, la edad y de las características físicas propias del individuo. Aún así los humanos podemos hacer una distinción significativa entre varios tipos.
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- Ladridos muy largos sin interrupción y con grandes espacios de tiempo; es un reclamo del animal para buscar la compañía de su dueño, o la atención sobre algún aspecto en particular; una pelota de juego o algún elemento de distracción. Muchas veces el significado también apunta a que el perro busca compañía o caricias.
- ·Ladridos continuos y rápidos: cuando la señal sea continua y rápida, con un tono medio, no excesivamente alto, significa que ha entrado algún desconocido en el territorio del perro y demuestra su nerviosismo.
- ·Ladridos continuos en tono bajo; significa que el perro está en guardia para defenderse de algún extraño.
- ·Series de ladridos constantes y en tono alto sin mostrar agresividad demuestran un estado de infelicidad en nuestro perro y es su forma de pedirnos más atención. Pero cuidado, si prestamos atención mientras está ladrando, puede entender el ladrido como reclamo para nuestras caricias. Siempre es mucho mejor esperar a que se calme y después dedicarle todo tipo de mimos.
La forma de saludo acústica más común es la de emitir dos o tres ladridos agudos y cortos. Es su forma de bienvenida, que normalmente viene acompañada de un movimiento de cola muy rápido. Así el animal se muestra excitado y alegre.
Pero cuando emite un ladrido agudo, en tono bajo y corto normalmente significa una queja, es decir, que el perro se siente molesto ante alguna situación, cuando se siente alegre ante una circunstancia en concreto el ladrido será también corto, pero en tono muy alto.
Gruñidos, gemidos y aullidos
Son otros de los sonidos que pueden emitir; el aullido es la forma vocal de unión con sus raíces lobeznas; es un sonido continuo y de fuerte sonoridad, cuya duración es de uno a once segundos. Su significado original es el de una llamada a gran distancia. En el caso de nuestras mascotas, suelen aullar para llamarnos cuando se sienten solas.
En ocasiones, el aullido también puede aparecer como respuesta a ciertos ruidos del entorno, como pueden ser las sirenas de los vehículos de emergencia.
Los gemidos son muy comunes entre los cachorros, es su forma de pedir las cosas, mientras que si gimen en edad adulta suelen manifestar dolor, miedo o malestar. Siempre dependerá del resto de indicios corporales que se pongan en juego; ojos, orejas y cola tienen mucho que decir en la comunicación animal.
Los gruñidos son una de las señales de agresividad, excepto cuando se producen durante el juego, normalmente indican que el animal está muy nervioso y puede llegar a atacar. Con el gruñido nuestro perro nos comunica normalmente advertencia o amenaza, siempre que el resto del cuerpo esté tenso (ya que a veces no tiene porque resultar indicador claro de agresividad).
Es común también que gruña cuando alguna parte del cuerpo le duele y se la tocan, en esta circunstancia se utiliza también el gañido: una vocalización aguda que muestra igualmente un cambio emocional brusco (un susto de un cachorro o un fuerte disturbio emocional).
La mejor forma de poder conocer a nuestra mascota es observar sus reacciones ante los impulsos que recibe. Si le prestamos atención con cariño y le ofrecemos un cuidado continuo aprenderemos cuáles son sus particulares formas comunicativas de pedir, destacar, agradecer o recibir.
Señales olfativas y táctiles
- Señales olfativas
Uno de los sentidos más desarrollados en la especie canina es el del olfato. A través de él pueden reconocer el entorno y a los individuos que les rodean y claro está, reconocer a su dueño a través de su olor.
Su sentido del olfato, es mucho más desarrollado. Mientras que en los humanos el área de células olfativas es de 4 cm2, en un perro es de 150 cm2. También su densidad es mucho mayor, aproximadamente unas 40 veces.
Un perro puede captar el olor de una perra en celo a varios kilómetros, distinguir por el olor a hermanos gemelos y seguir el rastro de una persona.
Las señales olfativas se deben a secreciones odoríferas, en especial las llamadas feromonas, presentes en la orina, las glándulas anales, las glándulas sebáceas y las glándulas sudoríparas de las almohadillas plantales y los oídos.
Con ellas los perros pueden:
- Comunicar sus emociones:
Situaciones de estrés y miedo se transmiten por los olores. Por ejemplo, un perro atemorizado puede comprimir sus sacos anales enérgicamente produciendo un olor penetrante muy característico que alerta a sus congéneres.
Por otro lado, la orina de las perras en celo contiene sustancias químicas que anuncian su estado y alertan de su potencial receptividad a un macho.
·Identificarse entre sí:
Cuando dos perros se encuentran se olfatean mutuamente la zona anal, la genital y los oídos. De este modo se identifican y consiguen información sobre la situación de cada uno de ellos.
El olfato se relaciona directamente con el sentido del gusto, por lo que interviene directamente en la elección de la comida y las preferencias que un perro tiene a la hora de escoger entre un alimento u otro.
El hocico canino no solo se utiliza para oler, también forma parte importante en la comunicación táctil; una de las más importantes en los perros. El tacto, a diferencia de los otros tipos de comunicación, requiere el contacto físico entre dos individuos; por este motivo, por lo general es posterior a las señales visuales y olfativas.
Señales táctiles
Básicamente podemos distinguir dos tipos de señales táctiles. Aquellas destinadas a demostrar una jerarquía social elevada, utilizadas por los individuos dominantes y aquellas destinadas a demostrar un rango social bajo, utilizadas por los individuos jerárquicamente inferiores.
Entre las primeras, llamadas señales de dominancia, las más comunes entre los perros son:
·El apoyo del hocico de un perro sobre los hombros del otro como forma de demostrar su superioridad. Si ésta es aceptada, el individuo receptor del mensaje realizará gestos de sumisión para manifestar su respeto por el perro dominante. Si la señal de dominancia no es aceptada el riesgo de una pelea es inminente.
·La presión de un perro sobre el cuello de otro al rodearlo con la boca abierta. Esta señal está basada en el comportamiento que utilizan las madres para trasladar y dominar a sus cachorros.
·El apoyo de los miembros anteriores sobre otro individuo, ya sea otro perro o una persona. Es una de las señales táctiles más observadas en la interacción de un perro con su propietario.
·El rodeo del hocico de un subordinado con su boca abierta. Esta señal es utilizada en la jauría por el perro líder y tiene como función controlar el comportamiento de sus seguidores.
·La demostración de la posición jerárquica a partir de montarse a otro perro, más allá de la actitud típica de apareamiento.
Entre las señales táctiles destinadas a demostrar nivel social bajo, llamadas señales de sumisión, las más comunes son:
El hociqueo, que consiste en dar pequeños golpecitos con el hocico y lamer ya sea el hocico de un congénere o la cara y las manos de una persona. Esta conducta es reflejo de aquella utilizada por los cachorros para solicitar comida a los congéneres adultos y se observa con mucha frecuencia en los lobos. Es importante tener en cuenta que en muchos casos este comportamiento se modela con el aprendizaje y es utilizado por muchos perros para captar la atención de sus dueños.
El cabeceo que realiza el animal cuando busca poner su cabeza bajo la mano de su propietario. Esta señal suele ser utilizada por los perros para pedir caricias desde una posición de sumisión.
Para las personas que interactúan con perros propios o ajenos es de vital importancia el conocimiento de estas señales, ya que sólo así es posible entender las actitudes de los perros y evitar situaciones de agresión como consecuencia de conductas humanas que no son comprendidas por los animales, o viceversa.
Como elegir tu mascota
Yorkshire, Adiestramiento básico canino
Tenencia responsable
Antes de adquirir un perro conviene plantearse lo que ello significa, tanto desde el punto de vista económico, como de la responsabilidad y las obligaciones que hay que asumir para proporcionarle una vida digna y adecuada. La convivencia con un perro exige tiempo, dinero y dedicación diaria durante al menos 12 años, que es la vida media de un perro. Un perro no es un objeto de consumo, es un ser vivo al que hay que educar, alimentar, cuidar, sacar de paseo y, también establecer un vínculo afectivo con él y acompañarlo. Además, condicionará nuestros movimientos en vacaciones y viajes, cambiará la relación con los vecinos, los amigos y la familia y nos obligará a conocer y acatar las normativas vigentes relativas a la tenencia de animales domésticos y de protección animal. Si después de hacer estas reflexiones estás dispuesto a asumir el compromiso… ¡Bienvenido al club!
Existe otro grado más de responsabilidad: el de la “paternidad responsable”. Los refugios acogen a muchos perros «huérfanos» por la desidia de algunos dueños a la hora de controlar la reproducción de sus mascotas que ante partos no deseados se deshacen de esta manera de los cachorros.
Si no nos vamos a dedicar a la cría deberemos tomar una decisión al respecto y, si no podemos controlar sus épocas de celo para evitar los apareamientos fortuitos y sus frutos, es preferible la castración o esterilización, sean machos o hembras.
Comprar o adoptar
La adopción es una alternativa que se extiende y un acto solidario, tanto si se hace directamente en un refugio como si es de la camada de algún amigo o conocido o de la propia calle. En este último caso lo primero es visitar al veterinario para que lo examine, desparasite y vacune; mientras que en los refugios suelen entregar a los animales ya tratados e incluso esterilizados.Si efectuamos su compra en un criadero o tienda especializada podremos elegir una mascota más acorde a nuestras posibilidades o deseos, en cuanto a sexo, edad y raza, así como exigir garantías, registros y certificados, conocer cómo se ha criado el cachorro, cuál ha sido su hábitat, quiénes son sus padres e incluso escogerlo de entre varios de una camada, según la afinidad, comportamiento, vivacidad o sociabilidad que observemos en él.
El Perro Adecuado
Signos de salud
A la hora de elegir nuestro perro, debemos asegurarnos que se encuentra en perfecto estado de salud. Para ello, observaremos que tiene:
– Ojos limpios, claros y brillantes.
– Encías rosadas, sin mal aliento y trufa húmeda y limpia.
– Buen aspecto, limpio y bien alimentado
– Actitud alegre y curiosa, no miedosa ni agresiva y buena reacción frente al ruido.
¿Macho o hembra?
Esta es una cuestión de preferencias personales, aunque en general existe la tendencia a elegir machos. Sin embargo, las hembras suelen ser más cariñosas, obedientes y fieles. Presentan la incomodidad de sus épocas de celo, que se producen dos veces al año, duran unos 20 días y requieren un poco más de atención. Los machos, por su parte, son más independientes y se excitan sexualmente siempre que en los alrededores hay una hembra en celo y, por lo mismo, pueden resultar más agresivos y propensos a las peleas y a las fugas; a su favor tienen el ser mejores guardianes que las hembras.Si queremos dedicarnos a la cría, lo que es preferible dejar en manos de los profesionales, es aconsejable elegir un buen ejemplar de raza, sea macho o hembra, y escoger cuidadosamente la pareja cuando llegue el momento del apareamiento.
¿Cachorro o adulto?
Hacerse con un cachorro de entre 8 y 10 semanas tiene sus ventajas, en cuanto a la fortaleza del vínculo que se establece con él y por la posibilidad de educarlo a nuestra medida; como contrapartida, los cachorros exigen mucha más atención, tiempo, paciencia y cuidados, sobre todo durante el primer año de vida, además de los pequeños destrozos que seguramente causarán en el hogar.Un perro adulto o a partir de siete meses puede parecer a simple vista una opción más cómoda, puesto que ya estará educado en las cuestiones básicas, como hacer sus necesidades durante el paseo y obedecer algunas órdenes, también habrá superado las épocas de riesgo de enfermedades y generalmente contará con las debidas vacunas; aunque siempre existe el riesgo de que el animal tenga vicios de comportamiento difíciles de erradicar y nos cause algún quebradero de cabeza, sobre todo si ha crecido en un ambiente desfavorable.
Elegir la Raza
Aspecto y carácter
Las modas marcan muchas veces las preferencias por una u otra raza de perro; sin embargo el carácter y la salud de un perro son más importantes que su aspecto.
A partir de las ocho semanas de vida es posible vislumbrar su modo de ser e incluso existen test que facilitan la tarea. Hay que tener en cuenta que cada raza tiene unas características propias e incluso propensión a determinados problemas de salud, como pueden ser los relativos a la estructura ósea o a problemas con los ojos. Cada perro, a su vez, tiene unas peculiaridades individuales de las que debemos informarnos, preguntando al propio criador que sabrá orientarnos sobre los cuidados especiales que requiere el nuestro.
No conviene, en cualquier caso, hacer experimentos y anteponer nuestras preferencias a la realidad de la vida cotidiana y si nuestro sueño es tener un podenco o un perro nórdico, por ejemplo, antes habrá que pensar en el espacio para correr que necesita el primero o el clima que requiere el segundo.
Existen más de 400 razas catalogadas de perros: pequeños, como el Yorkshire, uno de los más extendidos en su tamaño, vivaz, muy adaptable a la convivencia y paciente con los niños; grandes, como el clásico Pastor Alemán, buen guardián, valiente y sensible o medianos, como el Cócker, siempre de moda, cariñoso y alegre.Salvo excepciones, los perros de tamaño pequeño son más fáciles y baratos de mantener, viven más años que los grandes y no necesitan demasiado ejercicio diario. Por el contrario los perros grandes son más costosos,necesitan bastante ejercicio y pueden ser buenos guardianes y muy protectores con los niños.Como norma general se elegirá perro pequeño o mediano para vivir en la ciudad o en un piso y siempre perros cuyos cuidados estén en proporción al tiempo libre del que se dispone y de la experiencia en la tenencia de perros. Si se es principiante es mejor no elegir una raza cuya educación, por ejemplo, deba ser muy estricta, como en el caso de los considerados peligrosos o cuyo pelaje requiera constantes cuidados.
Sólo informándonos concienzudamente de las características y necesidades de cada raza podremos acertar con el perro adecuado a nuestro estilo de vida.
La llegada a casa
El equipo necesario
Si se trata de un cachorro, lo ideal es que entre en casa con 8 o 10 semanas de vida y no antes. Para ese momento hay que tener preparado un equipo básico que consistirá en: cama, manta, comedero y bebedero (para comida y agua), collar y correa, cepillo o peine y juguetes adecuados.
Hay muchos tipos de collares y arneses, pero en cualquiera de los dos casos, deberá llevar una placa de identificación o cualquier otro accesorio con la dirección y el teléfono del dueño.
En cuanto a correas también las hay de distintos tipos, extensibles, regulables con mosquetón o sencillas correas fijas, la elección depende del tamaño del perro y de nuestro gusto, pero son de uso obligado en prácticamente todas las localidades.Para la elección de la cama, lo importante es que lo proteja del frío del suelo y tenga las dimensiones suficientes como para que el perro se sienta cómodo en ella. Para los comederos y bebederos (comida y agua), es importante que sean de material pesado, acero ó acrílico por ejemplo, tengan una base antideslizante y tengan el suficiente tamaño para que el perro no derrame fuera el alimento. Por último, cepillos o peines vendrán definidos por el tipo de pelaje, largo o corto, liso o duro, del perro.
Además de los accesorios básicos, hay otros que son de máxima utilidad, como los que se utilizan en el coche, para que el perro viaje más cómodo y seguro, como redes protectoras, rejillas de aireación que se acoplan en las ventanillas o mantas especiales que transforman el asiento posterior en una especie de bañera que impide que ruede o caiga en caso de frenazo.
Principios de convivencia
Su nombre es el primer regalo que le hacemos a nuestro perro y a través del cual él va a reconocer su vínculo con nosotros. El nombre ideal es corto, y debe sonar claro, preferiblemente de dos sílabas y conteniendo las vocales más fuertes : a, o y u. La educación y el adiestramiento en los hábitos de aseo es lo primero que debemos enseñarle a un cachorro, lo que nos llevará alrededor de 6 semanas. Al principio se le sacará después de las comidas y en lo sucesivo, y como norma, deberá salir a la calle a pasear cuatro veces al día,independientemente de las salidas que pueda hacer al jardín, si lo hubiera y por muy espacioso que sea. También, y desde el primer momento de su llegada, el perro contará con un espacio propio para descansar y otro para comer y tendrá vetada la entrada a determinadas habitaciones para evitar destrozos durante el tiempo que permanezca solo en casa, que no debería ser superior a 8 horas. Con cariño, firmeza y constancia debemos aprovechar, desde los primeros meses de vida, su predisposición natural al aprendizaje y a la pertenencia a un grupo. De otro modo será un animal desorientado y problemático.
Instruir jugando
El juego no es algo que hayamos inventado ahora como un tipo de terapia para que el perro no rompa nuestras cosas. El juego responde a su naturaleza social y al instinto de caza. Así, el atrapar una pelota o juguete podría ser el igual a cazar una presa en estado salvaje.
Un perro necesita jugar, ya sea con otros perros, con las personas o con objetos, gracias a los juegos se hacen más hábiles y se vuelven menos destructivos en casa porque gastan energías y se entretienen. Si el perro no juega, lo más probable es que termine con nuestro jardín. El juego es una forma eficaz de establecer los rangos en la casa y de ejercitar su organismo.Una vez que el perro ha aprendido ciertas normas básicas como el «quieto», el «sentado”, el «abajo», el «ven» o el «suelta», nuestro perro estará en condiciones de ser liberado de vez en cuando en un espacio abierto que sea lo suficientemente seguro. El perro agradecerá el poder gastar energías a su gusto con una carrera libre. Nuestra mascota se divertirá mucho con los paseos frecuentes en entornos naturales, lejos de automóviles o zonas que entrañen cierto peligro. Esta es una de las formas de entretenimiento más sanas.
Si jugamos con el perro, por ejemplo tirando una pelota, estaremos reafirmando nuestra autoridad, ya que él sabe que depende de nosotros para que el juego sea entretenido. Si hacemos esta actividad algunos minutos durante el día el perro no necesitará de un paseo tan largo y por lo tanto estaremos ahorrando minutos de nuestro tiempo. Es necesario entregar un juguete en forma permanente al perro, de este modo, cuando nosotros no estemos con él, lo morderá para relajarse, evitando así daños lamentables en nuestros objetos, además de posibles daños a sus encías o muelas por comer cosas indebidas.
El jugar con otros perros también es muy importante. Un perro necesita de la interacción con sus iguales, por eso el acostumbrarlo desde pequeño a ir a un parque a jugar es muy bueno. El perro se socializa, gasta energías y se siente más confiado. Si se tiene más de un perro en casa, puede ser buena idea entregarles juguetes comunes. Deberemos tener presente que en ocasiones puede surgir un conflicto serio por la posesión del juguete, en tal caso lo retiraremos para evitar peleas.
Los juguetes menos apropiados….
• Juguetes que puedan ser cortantes
• Jamás entregar zapatos viejos como un juguete, ya que el perro no entiende si es viejo o no, sólo entiende que es algo de su amo, y a futuro podría hacer lo mismo con un zapato nuevo.
• Objetos que puedan ser tragados, deben ser siempre más grandes que su hocico.
Los juguetes son siempre aconsejables y es que las virtudes son varias: Evitan el uso de piedras que destrozan la dentadura o palos que se astillan con facilidad. Un perro acostumbrado a juguetes no buscará obsesivamente otros utensilios sucios o perjudiciales. El juego de tirar y traer es divertido para ambos y fomenta la obediencia y el vínculo afectivo. Pero atención, el amo siempre debe ser quien guíe el juego, y debe saber ponerle punto final, haciendo que el perro obedezca.
Aprende a decir que «No»
Cuando empezamos a educar a un cachorro una de las palabras más empleadas es “no” y muchas veces la utilizamos de manera incorrecta. Entre las normas básicas destaca la de separar el “no” del nombre del cachorro, ya que este debe quedar asociado siempre a cosas buenas, de tal manera que al oírlo ponga rápidamente su atención en nosotros.
Es importante emplearla en el momento adecuado, dándole la entonación adecuada y para reprenderle. En caso contrario perderá toda su eficacia para educar a nuestro cachorro.
Ha de decirse siempre en tono firme y serio. Muchas veces la forma de decirlo es más importante que la palabra empleada. Si lo reprendes con un tono dulce, con el mismo que empleas para darle mimos no entenderá nada. Tu perro quedará confundido.
No hace falta que repitas varias veces la palabra «no», bastará con una sola vez pero de manera firme y enérgica, no dejes lugar a dudas.
Úsalo en el momento adecuado: di «no» en el momento preciso en que está realizando la conducta que quieres reprimir, sino corres el riesgo de conseguir el efecto contrario.
Tu perro no te querrá menos por regañarlo cuando sea necesario. Todo lo contrario, es frecuente que adoren a aquel que sabe quererlos y reprenderlos cuando hace falta. Nunca se sentirá confuso con esa persona y sabrá distinguir las muestras de cariño y las reprimendas necesarias.
Reeducar a nuestra mascota: cómo corregirlo
Son muchas las personas que se encuentran con el mismo caso; no haber sabido orientar la educación de su mascota en los primeros meses o acoger al perro una vez que ya es mayor y ha pasado el periodo de socialización.Todas las malas costumbres son diferentes según la experiencia concreta del perro, pero en mayor o menor grado son siempre corregibles siguiendo un programa de reeducación. En estos casos es recomendable contar con la ayuda de un especialista que nos oriente sobre las pautas a seguir. Algunas recomendaciones generales serían:
Procura que, aunque aprenda poco a poco, haga algo ordenado por ti. Puedes comenzar a enseñarle a sentarse o echarse, antes de recibir una recompensa verbal o de comida.
Asegúrate que el perro está siempre bajo tu dominio, que te trata como el jefe en casa y en el exterior. Llévalo siempre con correa o una correa larga extensible hasta que exista la certeza de que obedece tus órdenes.
Persevera en estos dos o tres comportamientos básicos, ya que las malas costumbres no se solucionan en dos días. El tiempo medio para aprenderlas es de varias semanas.
En algunos casos el comportamiento del perro puede salir de lo aceptable y constituir un peligro para desconocidos, niños o para nosotros mismos. Si los daños son excesivos o la actitud del perro se vuelve agresiva es imprescindible consultar con un especialista en comportamiento. Él nos dará las soluciones más efectivas.
Conocer su Temperamento
Si escogemos a nuestro perro en una protectora, puede que tenga problemas de conducta debidos a la experiencia del abandono. Con un poco de dedicación la mayoría de estos problemas se pueden solucionar, lo que genera una profunda satisfacción al propietario así como un fuerte vínculo con su nuevo perro. Las devoluciones, provocadas por personas que eligen al perro por su aspecto y no por su temperamento, o que lo valoran como un juguete, afectan al animal en su comportamiento normal. Para estar seguros de cual es el perro ideal según nuestra forma de vida y nuestro propio temperamento es recomendable preguntar al especialista de la tienda o protectora donde lo vamos ha adquirir.