Category Archives: Etología canina
La inteligencia de los perros
En nuestra vida cotidiana todos tenemos una idea de lo que es la inteligencia: si preguntamos a cualquier propietario de mascota si su animal es inteligente seguramente la mayoría responderá que si, pero si preguntamos porque piensa esto, después de un momento de incertidumbre, empezará a explicar las dotes de su mascota, que es capaz de aprender rápidamente o que sabe o percibe cosas antes que pasen o que reconoce situaciones y actúa en consecuencia.
¿Qué es la inteligencia?
La inteligencia es un concepto que estamos bien lejos de poder definir universalmente. Diferentes autores de varias disciplinas han intentado definir todos los aspectos que forman parte de la inteligencia pero una única respuesta todavía no se ha encontrado.
El filósofo Aristóteles fue el primero en ponerse el problema acerca de la inteligencia de los perros. Consideraba que estos animales se diferenciaban del hombre solo en la cantidad de inteligencia, pero no en la calidad, admitiendo de hecho que los perros son inteligentes.
Más tarde Charles Darwin en su obra “La descendencia del hombre”, compartía de hecho esta postura sosteniendo que “las distintas emociones y facultades -como el amor, la memoria, la atención, la curiosidad, la imitación, etcétera- de las que se jacta el hombre, se encuentran en condición incipiente y a veces bien desarrolladas en los animales inferiores».
Desde entonces muchos estudios se han llevado a cabo para intentar entender, explicar y definir los puntos clave de la inteligencia. Según algunos investigadores la inteligencia es una mezcla de habilidades mentales primarias que se deben considerar de forma aislada las unas de las otras. Howard Gardner, psicólogo de Harward habla de “inteligencias múltiples”, explicando de cada una la posibilidad de producir comportamientos lógicos como respuesta a problemas que propone el ambiente. Así podemos reconocer al menos siete tipos de inteligencia, algunos de los cuales también se reconocen en el perro.
Entre ellos recordamos:
– la inteligencia espacial: permite el perro entender la organización del espacio para encontrar objetos, por ejemplo la correa a la hora de salir, o reconocer las distancias.
– la inteligencia corporal-kinestésica: es la capacidad de llevar a cabo correctamente acciones y movimientos, mover el cuerpo de forma correcta en relación a lo que se requiere en una situación particular. Es por ejemplo lo que el animal hace en competiciones de agility, demostrando también inteligencia espacial.
– la inteligencia interpersonal: consiste en la capacidad de comunicación y liderazgo, establecer relaciones sociales con los demás, compreso el hombre. En este caso debemos considerar que la socialización no se realiza con los mismos significados que en el hombre: el hombre actúa como un ser conciente a un nivel superior.
Los demás tipos de inteligencia considerados por el profesor Gardner, no parecen tener correspondencia en los perros: la inteligencia musical, la lógico matemática, la intrapersonal y la lingüística no se pueden aplicar a estos animales, aunque en los últimos años la psicología cognitiva reconozca a los animales la posibilidad de una cierta inteligencia lógica en la resolución de problemas y de una cierta inteligencia lingüística considerando que los perros pueden entender un vocabulario limitado de palabras.
Como se puede observar en este tema todo está en discusión y hoy en día es objeto de muchos estudios, discusiones entre expertos y publicaciones oceánicas.
El profesor Stanley Coren de la facultad de psicología de la universidad canadiense de la British Columbia y famoso adiestrador, autor de numerosos libros y artículos sobre el tema, reconoce al perro tres tipos de inteligencia:
● Inteligencia instintiva.
● Inteligencia adaptativa.
● Inteligencia funcional o de obediencia.
La inteligencia instintiva es lo que un perro sabe hacer sin que nadie se lo haya enseñado, simplemente es una aptitud natural, como por ejemplo un perro de pastoreo que por instinto persigue y agrupa un rebaño de ovejas o un perro que punta una presa o que pasa el día husmeando el suelo.
La inteligencia adaptativa: se refiere a la capacidad del perro de solucionar problemas y aprender de las situaciones, reconociendo las relaciones causa-efecto y operando en consecuencia. Sería la capacidad cognitiva del perro, basada en la memoria, el aprendizaje y la capacidad de tomar decisiones en base a los eventos. Se ha demostrado que el perro es capaz de hacerse representaciones mentales de lo que aprende, que memoriza o que percibe con los sentidos. De esta forma puede utilizar esta información de forma flexible y adecuada al contexto, aunque esto sea diferente y presente modificaciones respeto a la situación en la cual se ha creado el aprendizaje.
Inteligencia funcional o de obediencia: es el tipo de inteligencia más valorado por el hombre, considerando que representa la posib8ilidad del perro de aprender comportamientos que el hombre le enseña y le permite desarrollar tareas útiles. Tiene un componente de inteligencia adaptativa porque se basa en el aprendizaje y en la utilización de los comportamientos aprendido, pero el rasgo más importante de este tipo de inteligencia es la capacidad de colaborar con el hombre, la aptitud del perro a ser adiestrado.
Sobre este último punto es importante entender que inteligencia y obediencia o mejor dicho capacidad de aprendizaje y adiestrabilidad, son conceptos diferentes pero muy a menudo confundidos: un animal poco dispuesto a obedecer no necesariamente carece de inteligencia. Por ejemplo nadie pone en duda que el gato sea inteligente y posea elevadas capacidad de aprendizaje, pero sin duda carece de adiestrabilidad.
La capacidad de aprendizaje es la posibilidad del perro de aprender de las situaciones y sin duda refleja inteligencia. La velocidad de aprendizaje, en cambio, aunque sea un parámetro valorado por el hombre, no puede entrar en la definición porque influenciado de otros factores contingentes (el ambiente, la motivación, el adiestrador). Un factor determinante en el aprendizaje es la memoria. Estimulaciones precoces de los cachorros en su periodo sensible pueden ayudar a desarrollar capacidades mentales además de estabilidad emocional y formación de vínculos indisolubles con el hombre.
Por adiestrabilidad entendemos la capacidad del perro a ejecutar un comando. Depende de la dependencia afectiva con el propietario y de la sociabilidad.
Los perros de Moscú
Los animales son capaces de aprender sin que nadie le enseñe. A Moscú se ha estudiado el caso de perros que son capaces de desplazarse en metro hacia el centro de la ciudad en el cual hay más posibilidad de encontrar comida. Saben exactamente cuando subir al metro y a que parada bajar. Con el colapso de la Unión Soviética, los complejos industriales del centro de la ciudad fueron desplazados en la periferia. Los perros callejeros siguieron el mismo destino pero se encontraron en una zona con escasez de recursos alimentarios. Así que viajan de día, bajan a la misma parada y regresan a su hogar por la noche…exactamente como los humanos. Según los investigadores, los perros tienen un gran sentido del tiempo y pueden calcular su recorrido bajando a la parada correcta sin equivocarse.
Los perros son genéticamente predispuestos o no a colaborar con el hombre considerando la larga selección a la que han estado sometidos. .
¿Se puede medir la inteligencia del perro?
El profesor Coren ha sometido a test a 110 razas de perros y los ha clasificado según su inteligencia. Con la ayuda de 209 jueces ha considerado las pruebas de obediencia. Muchos autores y expertos de perro se han opuesto a esta visión tan simple de la inteligencia de los perros, considerando que no se puede medir solamente a través de la capacidad de los perros de obedecer órdenes. De hecho el mismo Coren admite que esta clasificación solo tiene en cuenta el tipo de inteligencia que él llama “funcional o de obediencia”.
El profesor Stanley Coren propone también una forma de medir la inteligencia del perro a través de unas pruebas a la que se someten los perros como si se tratara de un juego. Anotando la forma de actuar del animal se le da una puntuación y sumando todos los puntos se puede saber si nuestro perro es superdotado o en el peor de los casos necesita atención médica por falta de inteligencia.
Es indudable que los perros demuestran ciertas capacidades mentales que no se pueden explicar solo a través del instinto o respuestas instrumentales a una orden. De la misma forma es complicado poder evaluar la inteligencia “en pureza” considerando que cualquier forma de inteligencia o como la queremos llamar es el fruto de la herencia genética y también del aprendizaje y de los estímulos que recibe el animal. En este sentido la increíble presión genética a la que el hombre ha sometido a las diferentes razas de perro indudablemente juega un papel fundamental. Considerando este parámetro resulta del todo inútil comparar entre sí las diferentes razas de perro, sabiendo que cada una de ellas se ha seleccionado para desarrollar un trabajo específico: no todas las razas se escogen como perros guía, así como nunca pondríamos un Beagle como perro de guarda…
Podríamos adiestrar a este perro, pero nunca desempeñaría la función como un Rottweiler o un Pastor Alemán y la razón no sería su menor inteligencia, si no su predisposición genética. Sobre las características genéticas (lo que Coren llama “inteligencia instintiva”), poco podemos hacer porque se trata de un código escrito en el ADN. Podemos redirigir, reforzar o reducir algunos comportamientos, pero se quedarán latentes en el perro que los posee.
Otro factor a considerar es el ambiente: algunos perros son menos adaptados a vivir en ciudades, aceptan menos la correa y muestran mayor independencia. Es posible que estos perros que un propietario puede considerar “tonto” seguiría con vida si dejado en un ambiente natural mientras que uno que ha aprendido a bailar de pié sobre dos patas sucumbiría…
Probablemente lo mejor sería hablar de adiestrabilidad, docilidad, obediencia, velocidad, en definitiva características más tangibles y evitar referirse a la inteligencia en sentido general.
No existe una única forma de definir la inteligencia: desde el punto de vista del hombre un perro es inteligente si es capaz de aprender, entender y obedecer órdenes, solucionar problemas, es dócil y educable. Diferente sería si este perro se encontrase libre en el medio natural.
El significado de la inteligencia canina por el hombre
Quizás la cosa más importante sea preguntarnos lo que realmente nos esperamos de nuestro perro e intentar desarrollar al máximo sus potencialidades respetando sus inclinaciones y su individualidad.
En el caso de un perro de trabajo también debemos escoger la raza que más se adapte al trabajo en cuestión.
Considerando el parámetro de la cooperación con el hombre, las razas de perro más inteligentes serían las que tradicionalmente se han seleccionado por esta función. Son animales que “saben que hacer” en determinadas situaciones, están pendientes de los requerimientos del hombre por su natural sensibilidad a los estímulos procedentes de él.
Estos perros aprenden fácilmente y fácilmente se adiestran. Son animales sociables, con una tendencia natural a empalizar con el hombre, menos reactivos a las constricciones que el adiestramiento requiere.
El papel del propietario y del instructor
Aunque tengamos de base un perro con buenas capacidades de aprendizaje y adiestrabilidad, no debemos olvidar la importancia de un buen adiestramiento. El instructor es una persona que sabe “sacar un diamante de la roca”, sabe sacar lo mejor de un perro, sobre todo a través del conocimiento del perro y de la raza, de las herramientas pedagógicas, la motivación y la estimulación de los vínculos con el hombre.
Agradecemos la colaboracion para la publicacion de este articulo a:
Medica Veterinaria M.V. Severina (Vera) Vicinanza. Formadora.
Especializada en etología y medicina del comportamiento.
Linkedin: http://es.linkedin.com/in/veravicinanza/
ISED: www.ised.es
Etolog, temas de etología veterinaria – http://veravicinanza.blogspot.com.es/
http://www.foyel.com/paginas/2013/03/1531/se_puede_medir_la_inteligencia_del_perro/#sthash.r1D2qxV3.dpuf
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Fobias a ruidos en perros
Por Rosana Álvarez Bueno
El miedo es un problema con una alta prevalencia en la especie canina, es decir, que se manifiesta muy frecuentemente. Aunque no todos los casos acuden al especialista. Muchas veces porque se piensa que tienen poca o nula solución.
Por supuesto, lo que deberíais hacer es acudir a un especialista veterinario en medicina del comportamiento, pero estos consejos os ayudarán mientras tanto.
El miedo es una reacción normal en cualquier especie. De esta manera nos garantizamos la supervivencia. SI nos enfrentáramos a todo podríamos morir en el intento. En el caso de la especie canina son muy frecuentes los miedos a los ruidos, a veces por falta de socialización con esos estímulos, otras por sensibilización (experiencia negativa con ellos) y otras por herencia (el miedo es una de las características de comportamiento que más heredabilidad tiene)
Pero la fobia es una reacción de miedo desproporcionada, es decir, la magnitud de la reacción no guarda relación con la intensidad del estímulo que la ha provocado. Son la mayoría de los perros que véis esconderse temblando, jadeando, que huyen despavoridos y sin control o se meten debajo de la cama o dentro de la bañera.
Aunque penséis que no, estos problemas tienen tratamiento. Para tratarlos hay que ponerse en contacto con un veterinario etólogo, pero podemos daros unos consejos para que en el momento en que sepáis que va a ocurrir uno de los acontecimientos mencionados (fiestas con fuegos artificiales, tormentas, zonas de tiro o partidos de fútbol) podáis ayudar a vuestro perro a no pasarlo tan mal.
En primer lugar debemos fabricar un sitio seguro para nuestro perro. Este sitio seguro puede ser donde ya se esconde (bañera, debajo de una mesa o cama) o uno nuevo. Sirven por ejemplo una caja de cartón grande, un transportín o jaula o una habitación aislada.
Hay que facilitar el acceso, es decir, el perro tiene que poder irse en cualquier momento al transportín, habitación, bañera, caja o cama.
Luego tenemos que hacer el lugar lo más silencioso posible: podemos bajar persianas y cerrar ventanas, apagar la luz, taparlo con mantas, poner música relajante. También es importante que sea confortable: introduciremos allí su camita preferida.
Colocaremos en este lugar un difusor de feromonas, que facilitará la disminución del estrés en el animal y su mejor recuperación.
Hay que trabajar este sitio como sitio preferido del perro haciendo cosas como poner allí su cama, darle allí la comida, jugar allí con él, cepillarlo allí si le gusta, dejarle chuches para que las encuentre, colocarle juguetes interactivos rellenos de comida, premiarlo cuando lo veamos allí… En definitiva, hacer todo lo que al perro le guste en ese lugar. De esta manera, cuando el perro quiera estar tranquilo y a gusto irá a su lugar seguro. bajo ningún concepto hay que molestarlo cuando se encuentre allí.
Es importante que sepáis que cuando un animal se esconde cuando tiene miedo, ese hecho le ayuda a pasar ese trance con mayor facilidad, y en situaciones similares le será más fácil recuperarse. Por ese motivo no se le debe impedir esconderse.
Si el sitio está suficientemente trabajado, el perro acudirá allí cuando ocurra el evento. No obstante, si sabemos que va a ocurrir, podemos llevarlo allí antes y colocarle algún juguete interactivo y jugar un rato con él.
En cuanto a si acariciarlo o no, es un tema controvertido en la comunidad científica. En un congreso reciente nos comunicaron que lo más recomendable es hacer lo se tiene acostumbrado al perro a hacer. Es decir, si está acostumbrado a que lo acaricies, hacerlo, y si no, pues no. De esta manera el animal no nota un cambio drástico en tu actitud.
De todas maneras, es preferible no darle demasiada importancia al estímulo negativo e intentar cambiar su emoción de la manera que al perro le guste y hayamos trabajado previamente. Y por supuesto ¡no castigar!
Espero haberos ayudado. Y recordad que cada problema es distinto y siempre hay que consultar con un especialista. No apliques lo que te ha dicho tu vecino, tu perro es único y sus problemas también. Esto que os he contado no es un tratamiento, sino una manera de que vuestro perro no lo pase tan mal cuando ocurra el evento.
¡Nos vemos en el próximo artículo!
Por Rosana Álvarez Bueno!
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No existe base científica para el tratamiento del autismo, otro tipo de discapacidad intelectual o enfermedades mentales.
El uso de mascotas como ayudantes de terapias convencionales se remonta a 1792 en Inglaterra, donde se trató enfermos mentales. Posteriormente, en 1867, los animales de compañía intervienen en el tratamiento de epilépticos en Bethel (Biefeld, Alemania). En 1944, la Cruz Roja Americana organiza, en el Centro para Convalecientes de la Fuerza Aérea de Nueva York, el primer programa terapéutico de rehabilitación de los aviadores.
Las especies más utilizadas son perros, gatos, caballos, aves, conejos y delfines. Estos últimos son mayormente requeridos para personas con Síndrome de Down, parálisis cerebral, autismo, entre otros padecimientos.
Objetivo
El objetivo de este contacto humano-animal es el de mejorar la calidad emocional y la seguridad en pacientes que han perdido la motivación ante las situaciones de la vida, debido a la depresión o a la falta de interacción con la sociedad por estar dentro de hospitales, clínicas o bajo la supervisión de profesionales que mantienen en control la salud del individuo, esto ya sea por enfermedades crónicas o terminales, trastornos permanentes o dolores físicos y/o emocionales.
Esto también es útil y efectivo para personas con problemas de atención y aprendizaje, sobre todo en los niños. De igual manera, muchos infantes no pueden controlar la ira y el miedo hacia algunas situaciones, es por ello que mediante juegos y actividades divertidas, recreativas y con enseñanza de valores, los pequeños aprenden a cambiar las actitudes negativas por unas ejemplares.
Comúnmente cuando una persona ve un animal suele automáticamente bajar los niveles de agresividad y realizar muestras de cariño y cobijo. El hablarle a los animales y observar la fidelidad que estos tienen hacia uno mismo, es motivador y alentador para el convaleciente. De igual forma sirve para que la comunicación entre médico y paciente se dé de mejor manera, con más confianza y menos temores, con la finalidad de que estos se conviertan en pensamientos positivos y traigan consigo el valor de la esperanza.
Beneficios
- Empatía: la relación con el animal favorece el hecho de ponerse en la situación de los demás.
- Enfoque exterior: los animales ayudan a las personas que tienen una enfermedad mental, que tienen baja autoestima, depresión, etc., a cambiar el enfoque de su ambiente, logrando que piensen y hablen de los animales, en vez de sus problemas.
- Relaciones: pueden abrir un cauce de comunicación emocionalmente seguro entre su terapeuta y el paciente.
- Aceptación: tienen una manera particular de aceptar a las personas sin calificarlas. No miran cómo luce o qué cosas dice.
- Entretenimiento: la presencia de un animal da diversión a las personas. Ideal para geriátricos.
- Socialización: estudios han demostrado que las visitas que los animales hacen a las instituciones, ofrecen mayor socialización entre las personas del lugar. Se muestran más alegres, más sociables con los demás, disminuyen la ansiedad y estrés y mejora el estado de ánimo.
- Estímulo mental: ocurre porque se incrementa la comunicación con otras personas, ayudando a la evocación de recuerdos. En instituciones con pacientes con depresión, la presencia de un animal ayuda a aclarar la atmósfera, incrementando la distracción, alegría y el juego, que disminuyen sus sentimientos de aislamiento.
- Beneficios fisiológicos: muchas personas se sienten relajadas cuando los animales están presentes y se produce una disminución de la presión sanguínea; puede existir también un fortalecimiento de los músculos y una mejora en la recuperación de enfermedades del corazón.
Certificación de los animales
Existen instituciones con animales entrenados para visitar a los pacientes a hospitales, clínicas u hogares, sin embargo, una persona sana puede entrenar a su propia mascota como método preventivo, o bien, para que estos realicen voluntariados con otras personas. Para ello, es necesario cubrir una serie de etapas que le darán un certificado de aprobación a la mascota. Esto sin duda se da por medio de una selección, pues no todos los animales son aptos para adquirir estos aprendizajes. La certificación en animales para estos fines se avaló apenas en el año de 1990.
El primer paso es el de la obediencia. Primero que nada, es indispensable que el animal aprenda a obedecer a su entrenador. Para ello, tanto el dueño como la mascota deben asistir a clases prácticas donde poco a poco se vaya adquiriendo esta habilidad. Un perro, gato, etc., debe comportarse y obedecer por medio de la voz y sonidos a pesar de todas las distracciones y tentaciones que puedan presentarse a su alrededor.
Otro punto importante es el entrenamiento para las tareas que tendrá que hacer en los voluntariados y el comportamiento que deberá tener cuando se presente ante los pacientes.
Por último, las pruebas de temperamento y salud en general son indispensables para determinar si la mascota puede comenzar con el trabajo. Es necesario realizar revisiones médicas ya que todo animal que estará en contacto con personas delicadas y cuyas defensas en su organismo son bajas, debe estar completamente sano y libre de cualquier infección o parásito.
El temperamento también debe ser evaluado periódicamente para mantener el nivel de formación, pues a pesar de haber recibido clases y entrenamientos, no deja de ser un animal guiado por el instinto.
Diferencia entre las Actividades Asistidas con Animales (AAA), programas de visitas y las Terapias Asistidas con Animales (TAA)
Existe una diferencia entre estos tres términos que no deben confundirse. Las actividades asistidas con animales (AAA), son aquellas que se realizan entre varios participantes y uno o más animales entrenados. No se concentran en una persona en particular ni se establecen objetivos específicos de tratamiento, sino por medio de actividades divertidas se motiva a la participación colectiva, lo que genera agradables experiencias terapéuticas que benefician a nivel emocional, relacional y educativo.
Este tipo de actividades son ideales para personas con problemas de autoestima, seguridad y dependencia, pues el estímulo de la presencia animal, las muestras afectuosas y las acciones sinceras, leales y positivas que estos muestran, crean un ambiente sin tensiones y apto para comenzar a socializar con otros compañeros del grupo. Una conversación entre dos o varias personas puede iniciarse a partir de una gracia que haga el animal o alguna experiencia relacionada al tema que se venga a la mente y se desee compartir. Esto permite cambiar por completo la actitud y visión de las personas con este tipo de problemas emocionales, al mismo tiempo que aprenden valores que enriquecerán su vida a nivel personal y social.
Los programas de visitas por su parte, es cuando los propietarios van acompañados de sus animales para visitar a los pacientes con el objetivo de socializar y regalar un momento de tranquilidad y empatía.
Por otro lado y a diferencia de las actividades asistidas y visitas, las terapias, como se mencionó anteriormente, están más enfocadas a individuos con problemas específicos y más que actividades divertidas, son ejercicios terapéuticos aplicados en sesiones con el propósito de relajar y mantener positivos a los pacientes más delicados, lo que repercutirá de manera exitosa en su salud. Estos reciben un seguimiento y una programación en las sesiones con el fin de obtener un resultado curativo o el mejoramiento en la calidad de vida.
Función de los animales
El entrenamiento de los animales más las habilidades naturales que estos poseen, hacen que su presencia, más que amistosa y esperanzadora, sea útil para advertir sobre situaciones que pondrían en riesgo la salud de las personas. Increíblemente las especies animales contienen hasta 250 millones de receptores olfatorios que son capaces de detectar cambios importantes en los organismos del cuerpo humano sin que podamos percibirlo. Igualmente el uso de su vista y audición es muy agudo y desarrollado, por lo que también los utilizan para estudiar profundamente a la persona con tan sólo sentirla, olerla o mirarla a los ojos.
Por medio de ladridos, agitaciones o intentos de llamar la atención, un animal puede avisar a tiempo y antes de que ocurra una tragedia, una futura crisis en el paciente. Esto resulta muy valioso para todo el equipo médico que tiene la oportunidad de prevenir y salvar vidas humanas. Los infartos, ataques epilépticos, melanomas (cáncer), entre otras alteraciones, realmente pueden detectarse antes de que ocurran debido a que el cuerpo presenta cambios, sólo que no son visibles para los sentidos humanos, pero sí para las otras especies animales.
Las terapias asistidas son mayormente requeridas en hospitales, clínicas e instituciones mentales, sin embargo, en la actualidad son muy eficientes dentro de prisiones y asilos para ancianos.
Animales dentro de las prisiones y asilos para ancianos
Hoy en día, en distintas partes del mundo, perros y otros animales pequeños son llevados a cárceles tanto de mujeres como de hombres para erradicar las acciones y sentimientos violentos que estos puedan presentar. Esto no quiere decir que si el prisionero cambia de actitud tiene la oportunidad de recuperar su libertad, pero sí puede influir de manera significativa para su tiempo de condena gracias a una conducta ejemplar. Se ha demostrado que las peleas y los suicidios dentro de las penitenciarías reducen con este tipo de visitas animales.
Por otro lado, la presencia animal dentro de las estancias y asilos para personas de la tercera edad, es muy valiosa y agradecida, pues muchas de estas personas que lamentablemente no reciben visitas de sus familiares, se ven reconfortadas por el cariño y lealtad que estos pequeños seres vivos demuestran con sinceridad. La tristeza, la depresión, la ansiedad, entre otras manifestaciones comunes dentro de estos dos lugares, pueden ser tratados y equilibrados teniendo contacto con un perro, gato, conejo u otra especie entrenada.
Experiencias
El Dr. Boris M. Levinson (1960), en su libro «Psicoterapia Infantil Asistida Por Animales», relata las experiencias vividas junto a su perro y pacientes introvertidos que perdían todas sus inhibiciones y miedos gracias a la presencia del can en el consultorio, ya que éste favorecía la comunicación entre el psiquiatra y sus pacientes (Revista San Marcos al Día Nº 46 de la Universidad Nacional, 2002).
Un ejemplo de las virtudes de una terapia con mascotas es que desde 1984 la residencia Robert-Chiene para personas ancianas en Montreal tiene una pajarera en cada piso del establecimiento, entonces las personas de la tercera edad los visitan diariamente, les hablan y se ocupan de cuidarlo, siendo que muchos beneficiarios que nunca salían de sus cuartos al cuidar a sus pájaros tienen una razón para hacerlo (Chiene, 2002).
Bibliografía
- Andrés Sendra, Judith. Apoyo psicosocial, atención relacional y comunicativa en instituciones. Promoción del bienestar personal y social de las personas dependientes. 1ª edición. Ideas Propias Editorial, año 2009. Páginas 190-191.
- Chavez Aguiar, Hiran David. De la percepción a la razón, nociones de psiquiatría animal (Etología). Sociedad Venezolana de Médicos Veterinarios. Páginas 191- 193.
Desde los años sesenta la mayoría de los sistemas de adiestramiento se planificaban tomando en cuenta los procesos de condicionamiento o planteamientos de etologíaclásica, analizando las pautas sociales del lobo y trasladándolas directamente al perro.
Aunque estos planteamientos teóricos permiten adiestramientos eficaces en la mayoría de los casos, al aumentar progresivamente el nivel de exigencia de los adiestramientos más especializados empieza a ser insuficiente el desarrollo de técnicas basadas en estas premisas y se va haciendo patente la necesidad de un cambio de paradigma que incorpore los nuevos conceptos sobre conducta y aprendizaje que la etología, la psicología y la neurología han descubierto..
El precursor del adiestramiento cognitivo-emocional es el psicólogo y especialista en adiestramiento de perros-guía inglés Bruce Johnston, que publica los libros «The skilful mind of the guide dog» (Lennard 1990) y «Harnessing thought» (Lennard 1995), en los que plantea las mejoras que se pueden obtener en el perro-guía a través de un adiestramiento que, en lugar de basarse en condicionamiento, consiga que el perro genere esquemas de trabajo, consiguiendo así un aprendizaje comprensivo mucho más eficaz y fiable.
En la mitad de los años noventa el adiestrador español Carlos Alfonso López forma un equipo multidisciplinar para encontrar aplicaciones prácticas de las actualizaciones teóricas de la psicología cognitiva y de los enfoques evolutivo, ecológico y cognitivo de la etología más avanzada de su momento. Tras diez años de estudio y trabajo de campo publican «Adiestramiento canino cognitivo-emocional» (Díaz de Santos 2005), donde se recogen las conclusiones y protocolos de adiestramiento que han desarrollado.
- Los perros aprenden y generan conducta mediante una amplia gama de procesos. Centrar las técnicas de trabajo en un subconjunto de estos es limitar las capacidades del perro y los resultados del adiestramiento.
- Debemos diferenciar y manejar según el momento: procesos de aprendizaje de nuevas conductas, gestión de la emoción y de la motivación, procesos de mantenimiento de conductas ya conocidas, modelado de pautas epigenéticas y procesos de aprendizaje experto.
- El perro es capaz de generar conducta mediante motores individuales (también llamados egoístas), que le aportan un beneficio directo como puedan ser los procesos de condicionamiento o los de solución de problemas, pero también pueden motorizar conducta por motivaciones sociales como puedan ser el afecto o la adopción de estrategias de equipo, que además del individual consiguen un beneficio para el grupo social y mejoran la integración armónica del individuo dentro de dicho grupo social, lo que debe ser aprovechado por un trabajo que busque aunar educación y adiestramiento.
Perros, Grado más bajo de inteligencia en trabajo y obediencia
Esta clasificación fue realizada por Stanley Coren después de analizar las respuestas de más de 200 jueces de trabajo del AKC (American Kennel Club) a un cuestionario sobre la inteligencia de las distintas razas de perros.
Comprenden nuevas órdenes entre 80 y 100 repeticiones.
Obedecen a la primera orden: 25% de las veces o más.
- Shih Tzu
- Basset Hound
- Mastiff
- Beagle
- Pekinés
- Bloodhound
- Borzoi
- Chow Chow
- Bulldog
- Basenji
- Lebrel afgano
Clasificacion de los perros segun su inteligencia
Es importante destacar que existe una relación muy fuerte entre el dueño el resultado y la actuación final del perro.
1. Border Collie
2. Caniche
3. Pastor Alemán
4. Golden Retriever
5. Doberman Pinscher
6. Shetland Sheepdog
7. Labrador Retriever
8. Papillon
9. Rottweiler
10. Australian Cattle Dog
11. Pembroke Welsh Corgi
12. Schnauzer miniatura
13. English Springer Spaniel
14. Tervuren Belga
15. Schipperke / Pastor Belga
16. Collie Keeshond
17. Pointer Alemán de pelo corto
18. Flat-coated Retriever / Cocker Spaniel Inglés / Schnauzer Mediano
19. Spaniel Breton
20. Cocker Spaniel
21. Weimaraner
22. Pastor Belga / Malinois / Bouvier de Berna
23. Pomerania
24. Spaniel Irlandés de Agua
25. Vizsla
26. Welsh Cardigan Corgi
- Chesapeake Bay Retriever / Puli / Yorkshire Terrier
- Schnauzer Gigante /Perro de Aguas Portugués
- Airedale / Bouvier de Flandes
- Border Terrier / Pastor de Brie
- Welsh Spinger Spaniel
- Manchester Terrier
- Samoyedo
- Field Spaniel / Newfoundland / Australian Terrier / American Staffordshire Terrier / Gordon Setter / Bearded Collie
- Cairn Terrier / Kerry Blue Terrier / Setter Irlandes
- Elkhound noruego
- Affenpinscher / Silky Terrier / Pinscher miniatura / Setter Inglés /
Pharaon Hound / Clumber Spaniels - Norwich Terrier
- Dálmata
-
Fox Terrier de pelo suave / Bedlington Terrier
- Curly-coated Retriever / Irish Wolfhound
- Kuvasz
- Saluki / Spitz Finlandés / Pointer
- Cavalier King Charles Spaniel / Pointer Alemán de pelo duro /
Black-and-tan Coonhound / Spaniel Americano de Agua - Husky Siberiano / Bichón Frisé / English Toy Spaniel
- Tibetan Spaniel / Foxhound Inglés / Foxhound Americano /
Otterhound / Greyhound / Grifón de muestra de pelo duro - West Highland white terrier / Deerhound Escocés
- Boxer / Dogo Alemán
- Dachshund o Teckel / Staffordshire Bull Terrier
- Malamute
- Whippet / Shar-Pei / Fox Terrier de pelo duro
- Rhodesian Ridgeback
- Podenco Ibicenco / Welsh Terrier / Irish Terrier
-
Boston Terrier /Akita Inu
-
Skye Terrier
- Norfolk Terrier / Sealhyam Terrier
- Pug
- Bulldog francés
- Grifón Belga / Terrier Maltés
- Piccolo Levriero Italiano
- Chinese Crested Dog
- Dandie Dinmont terrier /Vendeen / Tibetan Terrier /
Chino Japonés / Lakeland Terrier - Old English Sheepdog (Bobtail)
- Montaña de los Pirineos
- Scottish Terrier / San Bernardo
- Bullterrier
- Chihuahua
- Lhasa Apso
-
Bullmastiff
-
Shih Tzu
- Basset Hound
- Mastiff / Beagle
- Pequinés
- Bloodhound o San Humberto
- Borzoi
- Chow Chow
- Bulldog
- Basenji
- Afgan Hound
Interpretación de la clasificación:
De 1 a 10: Las 10 razas con la inteligencia funcional y de obediencia más alta. Menos de cinco ejercicios para entender ordenes nuevas. Capacidad de recordar sin necesidad de practicar las pruebas repetidamente. Responden a la primera orden el 95 % de las veces como mínimo. Tienen una rápida respuesta aunque sea a una cierta distancia. Aprenden correctamente siendo adiestrados por entrenadores relativamente inexpertos.
De 11 a 26: Perros de trabajo excelentes. Aprendizaje de ordenes sencillas entre 5 y 15 repeticiones del ejercicio. Recuerdan con facilidad pero mejoran con la práctica. Responden a la primera orden sobre el 85 % de las veces. Para ordenes más complejas necesitan más tiempo. Posiblemente a una cierta distancia del dueño tarden un poco en responder. Prácticamente todos los entrenadores podrán obtener buenos resultados de ellos.
De 27 a 39: Perros de trabajo con un nivel superior a la media. Necesitan entre 15 y 30 repeticiones para aprender un ejercicio. Practicas adicionales del ejercicio en las primeras fases del aprendizaje lo mejoraran. Una vez aprendida una orden normalmente la retienen. Suelen responder a la primera un 70 % de las veces o más. El comportamiento es parecido a los perros del grupo anterior pero con una cierta inseguridad y demora en la respuesta. Si el dueño está muy lejos, el perro no reaccionará a la orden. Un adiestramiento inconsecuente, de baja calidad o con demasiada severidad e impaciencia no logrará buenos resultados.
De 40 a 54: Corresponde a la puntuación media de inteligencia funcional y obediencia. Necesitan de 25 a 40 repeticiones para comprender bien un ejercicio. Las practicas adicionales les ayudarán en la fase inicial del aprendizaje. Si no repiten los ejercicios con frecuencia recordarán las ordenes con dificultad. Responden a la primera un 50 % de las veces y la efectividad depende mucho de las horas de práctica y repetición de los ejercicios. La rapidez de respuesta es más lenta. A mayor distancia la respuesta del perro será menos consistente y predecible. Necesitan de un adiestrador experto con mucha paciencia.
De 55 a 69: Nivel mínimo de inteligencia funcional. Necesitan de 40 a 80 repeticiones para obtener un rendimiento aceptable (A veces, hasta unas 25 repeticiones no muestran signos de comprensión). Necesitan muchas repeticiones para mantener un nivel aceptable. Responderán a la primera orden un 30 % de las veces. Trabajan mejor si el dueño está cerca de ellos. Estos perros parecen distraídos la mayor parte del tiempo y solo responden cuando les apetece. Si la distancia entre el perro y el dueño es grande no habrá respuesta. No son razas convenientes para dueños primerizos. Un entrenador con mucha experiencia, tiempo, firmeza y cariño puede lograr un buen rendimiento de ellos.
De 70 a 79: Son las razas con inteligencia funcional y obediencia más bajo. En el aprendizaje inicial necesitan unas 30 o 40 repeticiones para mostrar síntomas de entendimiento a la orden. Es frecuente que sean necesarias unas 100 repeticiones de un ejercicio antes de dar un resultado fiable. Su respuesta es lenta y desigual. Finalizado el aprendizaje se han de hacer repeticiones frecuentes si no los resultados serán imperceptibles como si jamás hubieran aprendido ningún ejercicio. Algunos califican a estas razas como «imposibles de adiestrar». La reacción a la primera orden es de menos del 25 % de las veces. A veces dan la espalda a sus dueños, ignorando sus ordenes o desafiando su autoridad. La respuesta a las ordenes suele ser insegura y lenta, a veces a disgusto. Pueden frustrar a más de un adiestrador medianamente experimentado y hacer dudar de sus aptitudes a uno de los más especializados.
Esta clasificación fue realizada por Stanley Coren después de analizar las respuestas de más de 200 jueces de trabajo del AKC (American Kennel Club) a un cuestionario sobre la inteligencia de las distintas razas de perros.
Fuente: «La inteligencia de los perros» , Stanley Coren, Ediciones B, 1995