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¿Cuándo tengo que medir los niveles de progesterona?

El nivel deprogesterona en la sangre es particularmente útil para, precisamente, determinar el día de ovulación de las hembras de cría.

Sin embargo esta medida no es de utilidad para realizar un diagnóstico de la gestación. A veces, los veterinarios recomiendan medir regularmente estos niveles para diagnosticar una enfermedad llamada hipoluteinismo.

¿Cuál es la frecuencia del celo?

Tomando todas las razas en su conjunto, el celo ocurre, de promedio, cada seis meses.

Este intervalo puede variar debido a varios factores (raza, medioambiente, contacto social, tratamiento médico).

Lo que importa es la regularidad del celo. Si los celos de una hembra se producen cada vez con mayor o menor frecuencia, se deberá consultar inmediatamente a un veterinario.

Mi semental no permanece “enganchado” a la hembra – ¿Qué debo hacer?

Nadie sabe realmente por qué los perros tienen este extraño sistema de apareamiento, por el cual el macho y la hembra permanecen “enganchados” de 15 a 30 minutos.

Este comportamiento está asociado con la eyaculación del macho en tres fracciones distintas:

  1. Una primera secreción del fluidoprostático,
  2. Seguida de una fracción blanquecina, rica en esperma,
  3. Y por último, una gran cantidad de fluidoprostático, que ayuda a llevar el esperma del útero de la perra a los oviductos, donde se produce la fecundación.

Cuando los dos perros están “unidos”, y una vez el perro se gira, la fracción espermática de la eyaculación ya habrá sido enviada.

Si el apareamiento es interrumpido demasiado pronto, se reducen considerablemente las posibilidades de gestación, pero ello no implica necesariamente que la fecundación no se haya producido.

Si los perros intentan separarse el uno del otro, el criador puede, primero, intentar sujetar al macho en su sitio.

Si ya se han separado, deberá mantener a la perra con sus cuartos traseros elevados, y estimular el suelo vaginal con un dedo enguantado con el fin de provocar contracciones y estimular la migración del esperma.

¿El momento de apareamiento puede afectar al número de cachorros en la camada y en su sexo?

El momento más fértil de la perra es al tercer o cuarto día de la ovulación, por lo que es ahí cuando el apareamiento será más fructífero.

Tanto las perras que son apareadas antes como aquéllas que son apareadas después de ese momento tienen una mayor probabilidad de, o no quedarse preñadas o tener una camada más pequeña.

Sin embargo no existe relación alguna entre el momento de apareamiento y el sexo de los cachorros.

¿Las sesiones de apareamiento demasiado frecuentes pueden afectar a la calidad del semen?

Aparearse una o dos veces a la semana, con un intervalo mínimo de 3 o 4 días, ayuda a conservar la calidad del esperma.

Un apareamiento demasiado frecuente por un período de más de tres semanas causa una disminución del número de espermatozoides por eyaculación y un aumento de las formas anormales.

Debido a que los espermatozoides pasan menos tiempo en el epidídimo, se produce un aumento en el número de formas inmaduras, que se caracterizan por la presencia de una gota citoplasmática en el cuello o en la cola del espermatozoide.

Las sesiones de apareamiento demasiado frecuentes pueden, por tanto, causar un descenso temporal de la fertilidad por fatiga.

¿Cuándo tendrá mi perra su primer celo?

Por lo general, el primer celo llega cuando la hembra alcanza alrededor de dos tercios de su peso final adulto.

En las razas pequeñas (Yorkshire Terrier, Shih Tzu) el ciclo estral a menudo llega alrededor de los meses 6-8.

En algunas razas gigantes (Gran Danés) puede que no se observe hasta los mees comprendidos entre el mes doce al mes veinte (12-20).

En las razas medianas (Bretones, Beagles) ocurre algo intermedio (mes 8-12). No obstante, estos intervalos son promedios.

En las hembras es importante diferenciar entre pubertad (la capacidad de ovular) y nubilidad (la capacidad de llevar a término la gestación y parir) debido a que podría resultar peligroso para la hembra quedarse preñada durante su primer celo, ya que el canal del nacimiento no se ha desarrollado completamente.

La edad mínima será inferior en las razas pequeñas, ya que se desarrollan antes que las razas grandes.

Numerosos investigadores han demostrado que la fertilidad máxima no se alcanza hasta el segundo o, incluso, hasta el tercer o cuarto celo, esto es, hasta los tres años aproximadamente, independientemente de la raza.

En algunos países existen límites de edad mínima para la reproducción de la hembra, ya que estas han de estar previamente acreditadas.

Yorkshire: Apareamiento e Inseminación

La inseminación artificial (I.A.) con semen fresco implica la recogida de semen del macho en presencia de la hembra, la comprobación de su calidad y su inmediata inseminación.

Indicaciones para el uso de la I.A.

¿Para qué casos está indicada esta técnica?

La primera indicación, hoy en día, es proteger contra las enfermedades de transmisión sexual, las cuales son comunes en los criaderos.

El uso de I.A. se puede considerar en muchos otros casos como, por ejemplo, cuando el apareamiento no va según lo planeado, cuando el macho es novato, cuando hay una desproporción de tamaño entre los dos perros (el macho es demasiado grande o demasiado pequeño), cuando los dos perros no pueden aparearse de forma directa debido a un accidente, fractura, etc.

Resultados de la I.A.

Realizada en unas buenas condiciones sanitarias y técnicas, la inseminación artificial con semen fresco puede dar unosresultados excelentes, como mínimo, equiparables al apareamiento natural, o incluso mejores ya que uno puede estar seguro de que el semen es de buena calidad y de que este se depositó en la vagina correctamente. Los veterinarios, acostumbrados a realizarlas habitualmente, normalmente consiguen una tasa de éxito superior al 75 u 80%.

Aspectos prácticos

El macho y la hembra son colocados en la misma habitación. Con la mayoría de los perros, para la recogida del semen se requiere la presencia de una hembra en celo y normalmente es realizada de manera manual por el veterinario.

El semen ha de ser recogido separando las tres fracciones de la eyaculación, lo cual permite ajustar la cantidad de fluido prostático (tercera fase) y utilizar un volumen adecuado para el tamaño de la perra. Un volumen demasiado pequeño puede llevar al fracaso, mientras que un volumen demasiado grande diluye el esperma y existe el riesgo de que el semen vuelva a salir del tracto genital.

Tras comprobar la calidad del esperma, el veterinario normalmente insemina a la perra de manera intravaginal, utilizando un catéter flexible esterilizado, que no le causa traumatismo alguno a la perra. Algunos catéteres para inseminación llevan un globo hinchable que induce las contracciones vaginales asociadas con el pene del macho durante el apareamiento.

Muchos veterinarios utilizan catéteres sin globo, en cuyo caso, se han de provocar las contracciones de la hembra mediante un masaje vaginal con un dedo, protegido por un guante de látex.

Se han de mantener elevados los cuartos traseros de la perra durante cerca de diez minutos. Como con el apareamiento, es mejor evitar que la perra orine o se siente en los minutos posteriores.

El procedimiento habitual es inseminar dos veces en un período de 48 horas, excepto si el semen es de poca calidad, en cuyo caso se recomienda repetirlo cada día

El apareamiento es una importante fase para la cría, por lo que para garantizar que se produzca y evitar cualquier riesgo de lesión para la hembra y el macho, es necesario prestarle especial atención.

Preliminares

El apareamiento viene precedido de una fase de cortejo y juego, cuya duración depende de la raza o experiencia de ambos.

El semental normalmente juega un papel más activo que la hembra, si bien algunas perras estimulan o incluso provocan a su compañero si este no muestra suficiente interés.

Si la perra muestra una gran disposición y el macho tiene experiencia y es el más dominante de los dos, la penetración puede ocurrir de forma muy rápida (en menos de un minuto).

No obstante, si los dos son inexpertos, podrán producirse numerosos intentos infructuosos.

Es por ello por lo que es preferible evitar aparear a dos perros novatos.

No se trata de aparear a cualquier macho con cualquier hembra.

Sin llegar al extremo de hablar de preferencias, hay muchos factores en juego como, por ejemplo, la jerarquía – algunos machos, aún cuando sean campeones en exposiciones de belleza o en el campo de trabajo, no se aparearán con una hembra dominante si estos tienden a ser un poco sumisos.

La hembra, a veces, puede aceptar sus acercamientos pero puede alejarse en el último momento.

Por razones que superan al entendimiento humano, puede que los dos perros simplemente no se gusten el uno al otro…

Apareamiento

El semental monta a su compañera y la penetra mediante una serie de embestidas rápidas. Esto provoca a continuación un espasmo reflejo del esfínter vaginal de la perra que tiene el efecto de retener al macho hasta la consumación del acto – comúnmente se dice que los dos están “enganchados”.

El macho a menudo realiza un giro de 180 grados, quedando los dos perros con sus respectivos cuartos traseros unidos, cada uno mirando en la dirección opuesta. Esta extraña posición puede durar de 5 minutos a más de una hora, pero suele durar unos 15 minutos.

Es esencial no intentar separarlos, ya que se podría correr el riesgo de causarles serias heridas o hemorragias.

Especialmente si es su primera vez, es normal que la hembra gima lastimosamente o incluso aúlle en el momento en el que se siente aprisionada por la fuerza de sujeción que ejerce el macho incrementada por la dilatación que experimenta su tejido vaginal.

No hay razón por la que alarmarse ya que esto, normalmente, no tiene consecuencias en el resultado del apareamiento, ni en términos de impregnación, ni en el bienestar de los genitales de la hembra.

Esta “sujeción” es muy importante porque causa contracciones genitales en la perra que ayudan a que el esperma migre hacia el útero. Si el macho no permanece “enganchado” e inmediatamente la desmonta, existe el riesgo, o bien de que no todo el esperma se haya depositado en la vagina, o bien de que no consiga llegar suficiente semen al útero.

Después del apareamiento

Al finalizar el apareamiento, los espasmos vaginales disminuyen y los dos perros se sueltan.

Normalmente se recomienda evitar que la hembra orine en los 15 minutos posteriores, más o menos, para evitar que el semen salga del tracto genital.

El prepucio del macho debería volver rápidamente a su posición normal pero se recomienda comprobar que el pene se haya recogido correctamente dentro del prepucio a los 5 o 10 minutos – de hecho, si el glande permanece fuera por mucho tiempo, existe riesgo de lesión o ulceración.

Los criadores cuestionan, a veces, la utilidad de controlar de cerca el estro y determinar el momento óptimo para el apareamiento.

En la práctica, este control puede ayudar considerablemente a los criadores en su trabajo diario.

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«Controlar el estro» presenta numerosas ventajas

Si el apareamiento tiene lugar en el momento óptimo, la perra tendrá una mayor probabilidad de que se quede preñada (entre el 50 y el 80% de las perras que no se quedan preñadas tras el apareamiento se debe a que no fueron presentadas al macho en el momento oportuno).

Si la perra se aparea en el momento óptimo tendrá muchas más probabilidades de gestar una camada grande (mayor prolificidad, esto es, mayor número de cachorros en la camada).

El apareamiento se suele producir cuando las condiciones conductuales son las favorables: dado que la hembra es más receptiva, el apareamiento es más fácil, reduciéndose, por tanto, el riesgo de lesiones y el tiempo requerido.

Si el apareamiento se produce lejos de casa, el viaje es más rentable (menor riesgo de fracaso) y no es necesario estar muchos días lejos de casa (menores gastos en comida y alojamiento…)

Si el macho es viejo o necesita conservar su energía, el número de intentos de apareamiento se puede reducir.

Es más fácil calcular el momento del parto (aproximadamente a los 61 días del momento de fertilidad óptimo, esto es, dos meses después del apareamiento). Por ejemplo, una hembra que se aparea el 26 de octubre – tras un seguimiento detenido del estro – es probable que vaya a parir el 26 de diciembre.

Yorkshire terrier: Ciclo Estral

En promedio, las hembras entran en celo dos veces al año, por un período relativamente breve, que puede durar entre diez días y tres o cuatro semanas.

La fase sexualmente inactiva es, por tanto, en comparación, mucho más larga.

Dos de los signos que indican que la perra está en celo son una pequeña hemorragia vaginal y el hecho de que empiezan a ser atractivas para los machos.

Este ciclo puede dividirse en cuatro fases:

Proestro

La duración de esta primera fase, durante la cual la perra está en celo pero todavía no quiere aparearse, puede ser desde tres o cuatro días hasta, en algunas ocasiones, casi las tres semanas.

Durante esta fase, la perra segrega mayores cantidades de estrógenos.

Estro

Cuando la secreción de estrógenos alcanza su punto máximo, la conducta de la perra cambia y comienza a ser receptiva a los machos.

Se inicia, pues, la fase de búsqueda de pareja (“estro” deriva del griego “oistros”, que significa frenesí).

Una vez más, la duración de esta fase puede variar de manera considerable – algunas perras sólo aceptarán a los machos durante unas horas mientras que otras lo harán durante más de una semana.

Diestro o Metaestro

Tras el celo, e independientemente de que haya habido apareamiento o no, todas las perras pasan por un período de dos meses durante el cual su funcionamiento hormonal es prácticamente idéntico.

Estas rechazan a los machos y segregan grandes cantidades de progesterona.

Este período se conoce como diestro, metaestro o fase lútea.

Este último término hace referencia a los folículos ováricos transformados en cuerpos lúteos – las estructuras ováricas que producen la progesterona.

Anoestro

Tras el celo, las perras permanecen sexualmente inactivas durante, al menos, dos o tres meses (a veces mucho más tiempo).

Celo y apareamiento

La pubertad se define como el inicio de la capacidad reproductiva, que se caracteriza por la entrada en celo de la perra por primera vez.

La pubertad se define como el inicio de la capacidad reproductiva, que se caracteriza por la entrada en celo de la perra por primera vez.

El primer celo está condicionado por la edad y por la raza de la perra

Por lo general, la perra entra en celo por vez primera cuando esta alcanza, aproximadamente, dos tercios de su peso final adulto.

Las razas pequeñas (Yorkshire Terrier, Shih-Tzu…) suelen tener el primer celo entre los seis y los ocho meses de edad.

En las razas grandes (como el Gran Danés, por ejemplo), puede no llegar hasta que la hembra no tiene entre 12 y 20 meses de edad.

En las razas medianas (Spaniel Bretón, Beagle…), se produce una situación intermedia (entre los 8 y los 12 meses de edad).

No obstante, estos intervalos no son exactos.

¿Es fácil reconocer el primer celo?

El primer celo es frecuentemente más breve que los demás.

A menudo, la perra muestra pocos signos clínicos (pequeña pérdida de sangre, poca atracción por los machos…), lo que a veces se conoce como un “celo silencioso”.

Debido a la inexactitud de este método, si una perra joven no parece entrar en celo, puede que lo haya hecho pero que haya pasado inadvertido.

Lo primero que el veterinario examinará es el tamaño de la vulva, ya que esta aumenta considerablemente de tamaño si la perra ha estado en celo.

«Falso» celo

Las perras jóvenes tienen una mayor probabilidad de mostrar “celos disociados” o “falsos celos” durante la pubertad.

Estas pueden, primero, entrar en celo, e incluso aceptar aparearse, pero el proceso es interrumpido de forma repentina, sin que se produzca, normalmente, la ovulación. A los pocos días o semanas, la perra entra en celo de nuevo pero esta vez, normalmente, sí se produce la ovulación.

Se creía que este fenómeno ponía en peligro el futuro reproductivo de la hembra pero, de hecho, este no tiene ninguna incidencia en su futura fertilidad.

¿Es aconsejable aparear a la hembra durante su primer celo?

Varios investigadores han descubierto que la fertilidad máxima no se alcanza hasta el segundo o, incluso, hasta el tercer o cuarto celo, es decir, hasta los tres años aproximadamente, independientemente de la raza.

En las hembras, es importante diferenciar entre pubertad (la capacidad de ovular) y nubilidad (la capacidad de llevar a término la gestación y parir) debido a que puede resultar peligroso para la hembra quedarse preñada durante su primer celo, ya que el canal de nacimiento aún no se ha desarrollado del todo.

La mayoría de países con intereses en la cría de perros exigen una edad mínima para que las perras con pedigrí tengan su primera camada.


Los mejores Yorkshire Terrier del mundoEl Yorkshire no es un juguete

Tenencia responsable

«El niño dice que quiere tener un perro»

Promete que lo cuidará y lo llevará a pasear. ¿Cómo no creerle a tu hijo y no ceder a lo que te pide? Lo que sigue son las promesas rotas. El niño no cuida del perro, no lo saca a pasear. De repente eres tú, la madre o el padre, quien termina con un perro. Debes saber que si tu hijo desea tener un perro, lo que importa es si tú estás preparado para ser un dueño. De no ser así, no adquieras un perro. Tu hijo sencillamente no puede ser dueño del perro.

Un niño no esta capacitado para cuidar de un perro 
Por muy inteligente o independiente que sea tu hijo, tenga tres, cuatro o 10 años, ningún niño está capacitado para ser dueño de un perro. Un perro necesita ser educado para vivir entre humanos y un niño no le puede dar ese nivel de educación, límites y reglas, ya que el niño en sí aún está aprendiendo a navegar en esta sociedad. Cuidar a otro ser es demasiada responsabilidad. 

Yorkshire, Tenencia responsable
Antes de adquirir un perro conviene plantearse lo que ello significa, tanto desde el punto de vista económico, como de la responsabilidad y las obligaciones que hay que asumir para proporcionarle una vida digna y adecuada. La convivencia con un perro exige tiempo, dinero y dedicación diaria durante al menos 12 años, que es la vida media de un perro.

Un perro no es un objeto de consumo,

Un perro es un ser vivo al que hay que educar, alimentar, cuidar, sacar de paseo y, también establecer un vínculo afectivo con él y acompañarlo. Además, condicionará nuestros movimientos en vacaciones y viajes, cambiará la relación con los vecinos, los amigos y la familia y nos obligará a conocer y acatar las normativas vigentes relativas a la tenencia de animales domésticos y de protección animal. Si después de hacer estas reflexiones estás dispuesto a asumir el compromiso… ¡Bienvenido al club!

Existe otro grado más de responsabilidad: el de la “paternidad responsable”. Los refugios acogen a muchos perros «huérfanos» por la desidia de algunos dueños a la hora de controlar la reproducción de sus mascotas que ante partos no deseados se deshacen de esta manera de los cachorros.

Si no nos vamos a dedicar a la cría deberemos tomar una decisión al respecto y, si no podemos controlar sus épocas de celo para evitar los apareamientos fortuitos y sus frutos, es preferible la castración o esterilización, sean machos o hembras.
Comprar o adoptar
La adopción es una alternativa que se extiende y un acto solidario, tanto si se hace directamente en un refugio como si es de la camada de algún amigo o conocido o de la propia calle. En este último caso lo primero es visitar al veterinario para que lo examine, desparasite y vacune; mientras que en los refugios suelen entregar a los animales ya tratados e incluso esterilizados.Si efectuamos su compra en un criadero o tienda especializada podremos elegir una mascota más acorde a nuestras posibilidades o deseos, en cuanto a sexo, edad y raza, así como exigir garantías, registros y certificados, conocer cómo se ha criado el cachorro, cuál ha sido su hábitat, quiénes son sus padres e incluso escogerlo de entre varios de una camada, según la afinidad, comportamiento, vivacidad o sociabilidad que observemos en él.


Cachorros Kirdalia Yorkshire TerrierEl Yorkshire no es un juguete

Tenencia responsable

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Promete que lo cuidará y lo llevará a pasear. ¿Cómo no creerle a tu hijo y no ceder a lo que te pide? Lo que sigue son las promesas rotas. El niño no cuida del perro, no lo saca a pasear. De repente eres tú, la madre o el padre, quien termina con un perro. Debes saber que si tu hijo desea tener un perro, lo que importa es si tú estás preparado para ser un dueño. De no ser así, no adquieras un perro. Tu hijo sencillamente no puede ser dueño del perro.

Un niño no esta capacitado para cuidar de un perro 
Por muy inteligente o independiente que sea tu hijo, tenga tres, cuatro o 10 años, ningún niño está capacitado para ser dueño de un perro. Un perro necesita ser educado para vivir entre humanos y un niño no le puede dar ese nivel de educación, límites y reglas, ya que el niño en sí aún está aprendiendo a navegar en esta sociedad. Cuidar a otro ser es demasiada responsabilidad. 

Yorkshire, Tenencia responsable
Antes de adquirir un perro conviene plantearse lo que ello significa, tanto desde el punto de vista económico, como de la responsabilidad y las obligaciones que hay que asumir para proporcionarle una vida digna y adecuada. La convivencia con un perro exige tiempo, dinero y dedicación diaria durante al menos 12 años, que es la vida media de un perro. Un perro no es un objeto de consumo, es un ser vivo al que hay que educar, alimentar, cuidar, sacar de paseo y, también establecer un vínculo afectivo con él y acompañarlo. Además, condicionará nuestros movimientos en vacaciones y viajes, cambiará la relación con los vecinos, los amigos y la familia y nos obligará a conocer y acatar las normativas vigentes relativas a la tenencia de animales domésticos y de protección animal. Si después de hacer estas reflexiones estás dispuesto a asumir el compromiso… ¡Bienvenido al club!

Existe otro grado más de responsabilidad: el de la “paternidad responsable”. Los refugios acogen a muchos perros «huérfanos» por la desidia de algunos dueños a la hora de controlar la reproducción de sus mascotas que ante partos no deseados se deshacen de esta manera de los cachorros.

Si no nos vamos a dedicar a la cría deberemos tomar una decisión al respecto y, si no podemos controlar sus épocas de celo para evitar los apareamientos fortuitos y sus frutos, es preferible la castración o esterilización, sean machos o hembras.
Comprar o adoptar
La adopción es una alternativa que se extiende y un acto solidario, tanto si se hace directamente en un refugio como si es de la camada de algún amigo o conocido o de la propia calle. En este último caso lo primero es visitar al veterinario para que lo examine, desparasite y vacune; mientras que en los refugios suelen entregar a los animales ya tratados e incluso esterilizados.Si efectuamos su compra en un criadero o tienda especializada podremos elegir una mascota más acorde a nuestras posibilidades o deseos, en cuanto a sexo, edad y raza, así como exigir garantías, registros y certificados, conocer cómo se ha criado el cachorro, cuál ha sido su hábitat, quiénes son sus padres e incluso escogerlo de entre varios de una camada, según la afinidad, comportamiento, vivacidad o sociabilidad que observemos en él.


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Promete que lo cuidará y lo llevará a pasear. ¿Cómo no creerle a tu hijo y no ceder a lo que te pide? Lo que sigue son las promesas rotas. El niño no cuida del perro, no lo saca a pasear. De repente eres tú, la madre o el padre, quien termina con un perro. Debes saber que si tu hijo desea tener un perro, lo que importa es si tú estás preparado para ser un dueño. De no ser así, no adquieras un perro. Tu hijo sencillamente no puede ser dueño del perro.

Un niño no esta capacitado para cuidar de un perro 
Por muy inteligente o independiente que sea tu hijo, tenga tres, cuatro o 10 años, ningún niño está capacitado para ser dueño de un perro. Un perro necesita ser educado para vivir entre humanos y un niño no le puede dar ese nivel de educación, límites y reglas, ya que el niño en sí aún está aprendiendo a navegar en esta sociedad. Cuidar a otro ser es demasiada responsabilidad. 

Yorkshire, Tenencia responsable
Antes de adquirir un perro conviene plantearse lo que ello significa, tanto desde el punto de vista económico, como de la responsabilidad y las obligaciones que hay que asumir para proporcionarle una vida digna y adecuada. La convivencia con un perro exige tiempo, dinero y dedicación diaria durante al menos 12 años, que es la vida media de un perro. Un perro no es un objeto de consumo, es un ser vivo al que hay que educar, alimentar, cuidar, sacar de paseo y, también establecer un vínculo afectivo con él y acompañarlo. Además, condicionará nuestros movimientos en vacaciones y viajes, cambiará la relación con los vecinos, los amigos y la familia y nos obligará a conocer y acatar las normativas vigentes relativas a la tenencia de animales domésticos y de protección animal. Si después de hacer estas reflexiones estás dispuesto a asumir el compromiso… ¡Bienvenido al club!

Existe otro grado más de responsabilidad: el de la “paternidad responsable”. Los refugios acogen a muchos perros «huérfanos» por la desidia de algunos dueños a la hora de controlar la reproducción de sus mascotas que ante partos no deseados se deshacen de esta manera de los cachorros.

Si no nos vamos a dedicar a la cría deberemos tomar una decisión al respecto y, si no podemos controlar sus épocas de celo para evitar los apareamientos fortuitos y sus frutos, es preferible la castración o esterilización, sean machos o hembras.
Comprar o adoptar
La adopción es una alternativa que se extiende y un acto solidario, tanto si se hace directamente en un refugio como si es de la camada de algún amigo o conocido o de la propia calle. En este último caso lo primero es visitar al veterinario para que lo examine, desparasite y vacune; mientras que en los refugios suelen entregar a los animales ya tratados e incluso esterilizados.Si efectuamos su compra en un criadero o tienda especializada podremos elegir una mascota más acorde a nuestras posibilidades o deseos, en cuanto a sexo, edad y raza, así como exigir garantías, registros y certificados, conocer cómo se ha criado el cachorro, cuál ha sido su hábitat, quiénes son sus padres e incluso escogerlo de entre varios de una camada, según la afinidad, comportamiento, vivacidad o sociabilidad que observemos en él.


Kirdalia Yorkshire Terrier

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Venta de cachorros Yorkshire terrier. Tenencia responsable de un Cachorro.

Educación canina,

Como elegir a tu Cachorro.

Antes de adquirir un Cachorro conviene plantearse lo que ello significa, tanto desde el punto de vista económico, como de la responsabilidad y las obligaciones que hay que asumir para proporcionarle una vida digna y adecuada.

 

La convivencia

 

La convivencia con un perro exige tiempo, dinero y dedicación diaria durante al menos 12 años, que es la vida media de un perro.

Un perro no es un objeto de consumo, es un ser vivo al que hay que educar, alimentar, cuidar, sacar de paseo y, también establecer un vínculo afectivo con él y acompañarlo.

Además, condicionará nuestros movimientos en vacaciones y viajes, cambiará la relación con los vecinos, los amigos y la familia y nos obligará a conocer y acatar las normativas vigentes relativas a la tenencia de animales domésticos y de protección animal. Si después de hacer estas reflexiones estás dispuesto a asumir el compromiso…

 

La paternidad responsable

Existe otro grado más de responsabilidad: el de  “La paternidad responsable”. Los refugios acogen a muchos perros «huérfanos» por la desidia de algunos dueños a la hora de controlar la reproducción de sus mascotas que ante partos no deseados se deshacen de esta manera de los cachorros. Si no nos vamos a dedicar a la cría deberemos tomar una decisión al respecto y, si no podemos controlar sus épocas de celo para evitar los apareamientos fortuitos y sus frutos, es preferible la castración o esterilización, sean machos o hembras.

Comprar o adoptar

La adopción es una alternativa que se extiende y un acto solidario, tanto si se hace directamente en un refugio como si es de la camada de algún amigo o conocido o de la propia calle. En este último caso lo primero es visitar al veterinario para que lo examine, desparasite y vacune; mientras que en los refugios suelen entregar a los animales ya tratados e incluso esterilizados.

Si efectuamos su compra en un criadero o tienda especializada podremos elegir una mascota más acorde a nuestras posibilidades o deseos, en cuanto a sexo, edad y raza, así como exigir garantías, registros y certificados, conocer cómo se ha criado el cachorro, cuál ha sido su hábitat, quiénes son sus padres e incluso escogerlo de entre varios de una camada, según la afinidad, comportamiento, vivacidad o sociabilidad que observemos en él.

El Perro Adecuado

Signos de salud

A la hora de elegir nuestro perro, debemos asegurarnos que se encuentra en perfecto estado de salud.

Para ello, observaremos que tiene:

  • Ojos limpios, claros y brillantes.
  • Encías rosadas, sin mal aliento
  • Trufa húmeda y limpia.
  • Buen aspecto, limpio y bien alimentado
  • Actitud alegre y curiosa, no miedosa ni agresiva
  • Buena reacción frente al ruido.

 

¿Macho o hembra?

Esta es una cuestión de preferencias personales, aunque en general existe la tendencia a elegir machos. Sin embargo, las hembras suelen ser más cariñosas, obedientes y fieles. Presentan la incomodidad de sus épocas de celo, que se producen dos veces al año, duran unos 20 días y requieren un poco más de atención.

Los machos, por su parte, son más independientes y se excitan sexualmente siempre que en los alrededores hay una hembra en celo y, por lo mismo, pueden resultar más agresivos y propensos a las peleas y a las fugas; a su favor tienen el ser mejores guardianes que las hembras.

Si queremos dedicarnos a la cría, lo que es preferible dejar en manos de los profesionales, es aconsejable elegir un buen ejemplar de raza, sea macho o hembra, y escoger cuidadosamente la pareja cuando llegue el momento del apareamiento.  

¿Cachorro o adulto?

Hacerse con un cachorro de entre 8 y 10 semanas tiene sus ventajas, en cuanto a la fortaleza del vínculo que se establece con él y por la posibilidad de educarlo a nuestra medida; como contrapartida, los cachorros exigen mucha más atención, tiempo, paciencia y cuidados, sobre todo durante el primer año de vida, además de los pequeños destrozos que seguramente causarán en el hogar.

Un perro adulto o a partir de siete meses puede parecer a simple vista una opción más cómoda, puesto que ya estará educado en las cuestiones básicas, como hacer sus necesidades durante el paseo y obedecer algunas órdenes, también habrá superado las épocas de riesgo de enfermedades y generalmente contará con las debidas vacunas; aunque siempre existe el riesgo de que el animal tenga vicios de comportamiento difíciles de erradicar y nos cause algún quebradero de cabeza, sobre todo si ha crecido en un ambiente desfavorable.

Elegir la Raza Aspecto y carácter

Las modas marcan muchas veces las preferencias por una u otra raza de perro; sin embargo el carácter y la salud de un perro son más importantes que su aspecto. A partir de las ocho semanas de vida es posible vislumbrar su modo de ser e incluso existen test que facilitan la tarea.

Hay que tener en cuenta que cada raza tiene unas características propias e incluso propensión a determinados problemas de salud, como pueden ser los relativos a la estructura ósea o a problemas con los ojos. Cada perro, a su vez, tiene unas peculiaridades individuales de las que debemos informarnos, preguntando al propio criador que sabrá orientarnos sobre los cuidados especiales que requiere el nuestro. No conviene, en cualquier caso, hacer experimentos y anteponer nuestras preferencias a la realidad de la vida cotidiana y si nuestro sueño es tener un podenco o un perro nórdico, por ejemplo, antes habrá que pensar en el espacio para correr que necesita el primero o el clima que requiere el segundo. Existen más de 400 razas catalogadas de perros: pequeños, como el Yorkshire, uno de los más extendidos en su tamaño, vivaz, muy adaptable a la convivencia y paciente con los niños; grandes, como el clásico Pastor Alemán, buen guardián, valiente y sensible o medianos, como el Cócker, siempre de moda, cariñoso y alegre.Salvo excepciones, los perros de tamaño pequeño son más fáciles y baratos de mantener, viven más años que los grandes y no necesitan demasiado ejercicio diario. Por el contrario los perros grandes son más costosos,necesitan bastante ejercicio y pueden ser buenos guardianes y muy protectores con los niños. Como norma general se elegirá perro pequeño o mediano para vivir en la ciudad o en un piso y siempre perros cuyos cuidados estén en proporción al tiempo libre del que se dispone y de la experiencia en la tenencia de perros. Si se es principiante es mejor no elegir una raza cuya educación, por ejemplo, deba ser muy estricta, como en el caso de los considerados peligrosos o cuyo pelaje requiera constantes cuidados. Sólo informándonos concienzudamente de las características y necesidades de cada raza podremos acertar con el perro adecuado a nuestro estilo de vida.

La llegada a casa El equipo necesario

Si se trata de un cachorro, lo ideal es que entre en casa con 8 o 10 semanas de vida y no antes. Para ese momento hay que tener preparado un equipo básico que consistirá en: cama, manta, comedero y bebedero (para comida y agua), collar y correa, cepillo o peine y juguetes adecuados.

Hay muchos tipos de collares y arneses, pero en cualquiera de los dos casos, deberá llevar una placa de identificación o cualquier otro accesorio con la dirección y el teléfono del dueño.

En cuanto a correas también las hay de distintos tipos, extensibles, regulables con mosquetón o sencillas correas fijas, la elección depende del tamaño del perro y de nuestro gusto, pero son de uso obligado en prácticamente todas las localidades.

Para la elección de la cama, lo importante es que lo proteja del frío del suelo y tenga las dimensiones suficientes como para que el perro se sienta cómodo en ella. Para los comederos y bebederos (comida y agua), es importante que sean de material pesado, acero ó acrílico por ejemplo, tengan una base antideslizante y tengan el suficiente tamaño para que el perro no derrame fuera el alimento.

Por último, cepillos o peines vendrán definidos por el tipo de pelaje, largo o corto, liso o duro, del perro. Además de los accesorios básicos, hay otros que son de máxima utilidad, como los que se utilizan en el coche, para que el perro viaje más cómodo y seguro, como redes protectoras, rejillas de aireación que se acoplan en las ventanillas o mantas especiales que transforman el asiento posterior en una especie de bañera que impide que ruede o caiga en caso de frenazo.

Principios de convivencia

Su nombre es el primer regalo que le hacemos a nuestro perro y a través del cual él va a reconocer su vínculo con nosotros. El nombre ideal es corto, y debe sonar claro, preferiblemente de dos sílabas y conteniendo las vocales más fuertes : a, o y u. La educación y el adiestramiento en los hábitos de aseo es lo primero que debemos enseñarle a un cachorro, lo que nos llevará alrededor de 6 semanas. Al principio se le sacará después de las comidas y en lo sucesivo, y como norma, deberá salir a la calle a pasear cuatro veces al día,independientemente de las salidas que pueda hacer al jardín, si lo hubiera y por muy espacioso que sea. También, y desde el primer momento de su llegada, el perro contará con un espacio propio para descansar y otro para comer y tendrá vetada la entrada a determinadas habitaciones para evitar destrozos durante el tiempo que permanezca solo en casa, que no debería ser superior a 8 horas. Con cariño, firmeza y constancia debemos aprovechar, desde los primeros meses de vida, su predisposición natural al aprendizaje y a la pertenencia a un grupo. De otro modo será un animal desorientado y problemático

. Instruir jugando

El juego no es algo que hayamos inventado ahora como un tipo de terapia para que el perro no rompa nuestras cosas. El juego responde a su naturaleza social y al instinto de caza. Así, el atrapar una pelota o juguete podría ser el igual a cazar una presa en estado salvaje. Un perro necesita jugar, ya sea con otros perros, con las personas o con objetos, gracias a los juegos se hacen más hábiles y se vuelven menos destructivos en casa porque gastan energías y se entretienen. Si el perro no juega, lo más probable es que termine con nuestro jardín. El juego es una forma eficaz de establecer los rangos en la casa y de ejercitar su organismo. Una vez que el perro ha aprendido ciertas normas básicas como el «quieto», el «sentado”, el «abajo», el «ven» o el «suelta», nuestro perro estará en condiciones de ser liberado de vez en cuando en un espacio abierto que sea lo suficientemente seguro. El perro agradecerá el poder gastar energías a su gusto con una carrera libre. Nuestra mascota se divertirá mucho con los paseos frecuentes en entornos naturales, lejos de automóviles o zonas que entrañen cierto peligro. Esta es una de las formas de entretenimiento más sanas. Si jugamos con el perro, por ejemplo tirando una pelota, estaremos reafirmando nuestra autoridad, ya que él sabe que depende de nosotros para que el juego sea entretenido. Si hacemos esta actividad algunos minutos durante el día el perro no necesitará de un paseo tan largo y por lo tanto estaremos ahorrando minutos de nuestro tiempo. Es necesario entregar un juguete en forma permanente al perro, de este modo, cuando nosotros no estemos con él, lo morderá para relajarse, evitando así daños lamentables en nuestros objetos, además de posibles daños a sus encías o muelas por comer cosas indebidas. El jugar con otros perros también es muy importante. Un perro necesita de la interacción con sus iguales, por eso el acostumbrarlo desde pequeño a ir a un parque a jugar es muy bueno. El perro se socializa, gasta energías y se siente más confiado. Si se tiene más de un perro en casa, puede ser buena idea entregarles juguetes comunes. Deberemos tener presente que en ocasiones puede surgir un conflicto serio por la posesión del juguete, en tal caso lo retiraremos para evitar peleas.

Los juguetes menos apropiados

Juguetes que puedan ser cortantes • Jamás entregar zapatos viejos como un juguete, ya que el perro no entiende si es viejo o no, sólo entiende que es algo de su amo, y a futuro podría hacer lo mismo con un zapato nuevo. • Objetos que puedan ser tragados, deben ser siempre más grandes que su hocico. Los juguetes son siempre aconsejables y es que las virtudes son varias: Evitan el uso de piedras que destrozan la dentadura o palos que se astillan con facilidad. Un perro acostumbrado a juguetes no buscará obsesivamente otros utensilios sucios o perjudiciales. El juego de tirar y traer es divertido para ambos y fomenta la obediencia y el vínculo afectivo. Pero atención, el amo siempre debe ser quien guíe el juego, y debe saber ponerle punto final, haciendo que el perro obedezca.

Aprende a decir que «No»

Cuando empezamos a educar a un cachorro una de las palabras más empleadas es “no” y muchas veces la utilizamos de manera incorrecta. Entre las normas básicas destaca la de separar el “no” del nombre del cachorro, ya que este debe quedar asociado siempre a cosas buenas, de tal manera que al oírlo ponga rápidamente su atención en nosotros. Es importante emplearla en el momento adecuado, dándole la entonación adecuada y para reprenderle. En caso contrario perderá toda su eficacia para educar a nuestro cachorro. Ha de decirse siempre en tono firme y serio. Muchas veces la forma de decirlo es más importante que la palabra empleada. Si lo reprendes con un tono dulce, con el mismo que empleas para darle mimos no entenderá nada. Tu perro quedará confundido. No hace falta que repitas varias veces la palabra «no», bastará con una sola vez pero de manera firme y enérgica, no dejes lugar a dudas. Úsalo en el momento adecuado: di «no» en el momento preciso en que está realizando la conducta que quieres reprimir, sino corres el riesgo de conseguir el efecto contrario. Tu perro no te querrá menos por regañarle cuando sea necesario. Todo lo contrario, es frecuente que adoren a aquel que sabe quererlos y reprenderlos cuando hace falta. Nunca se sentirá confuso con esa persona y sabrá distinguir las muestras de cariño y las reprimendas necesarias.

Reeducar a nuestra mascota: cómo corregirlo

Son muchas las personas que se encuentran con el mismo caso; no haber sabido orientar la educación de su mascota en los primeros meses o acoger al perro una vez que ya es mayor y ha pasado el periodo de socialización. Todas las malas costumbres son diferentes según la experiencia concreta del perro, pero en mayor o menor grado son siempre corregibles siguiendo un programa de reeducación. En estos casos es recomendable contar con la ayuda de un especialista que nos oriente sobre las pautas a seguir. Algunas recomendaciones generales serían: Procura que, aunque aprenda poco a poco, haga algo ordenado por ti. Puedes comenzar a enseñarle a sentarse o echarse, antes de recibir una recompensa verbal o de comida. Asegúrate que el perro está siempre bajo tu dominio, que te trata como el jefe en casa y en el exterior. Llévalo siempre con correa o una correa larga extensible hasta que exista la certeza de que obedece tus órdenes. Persevera en estos dos o tres comportamientos básicos, ya que las malas costumbres no se solucionan en dos días. El tiempo medio para aprenderlas es de varias semanas. En algunos casos el comportamiento del perro puede salir de lo aceptable y constituir un peligro para desconocidos, niños o para nosotros mismos. Si los daños son excesivos o la actitud del perro se vuelve agresiva es imprescindible consultar con un especialista en comportamiento. Él nos dará las soluciones más efectivas.

Conocer su Temperamento

Si escogemos a nuestro perro en una protectora, puede que tenga problemas de conducta debidos a la experiencia del abandono. Con un poco de dedicación la mayoría de estos problemas se pueden solucionar, lo que genera una profunda satisfacción al propietario así como un fuerte vínculo con su nuevo perro. Las devoluciones, provocadas por personas que eligen al perro por su aspecto y no por su temperamento, o que lo valoran como un juguete, afectan al animal en su comportamiento normal. Para estar seguros de cual es el perro ideal según nuestra forma de vida y nuestro propio temperamento es recomendable preguntar al especialista de la tienda o protectora donde lo vamos ha adquirir.


Cachorros kirdalia yorkshire terrier

Cachorros kirdalia yorkshire terrier

Educación canina,

Guía para la educación del cachorro

Su cachorro es un miembro más de su familia. Sin embargo, NO es un ser humano. Aprender a conocerlo es la mejor manera de respetarlo y de lograr una convivencia en armonía. 

  • La comunicación no verbal, a través de gestos, actitudes y miradas es mucho más importante que la comunicación verbal. A su cachorro le importa mucho más lo que Ud. hace que lo que Ud. dice.
  • Su cachorro necesita un líder. El líder debe ser Ud.. Caso contrario es probable que él se transforme en el líder, es decir en el dueño de casa. Para evitar esto Ud. debe tratar que su cachorro se gane todo lo que se le da: las caricias, los paseos, los juegos y la comida. Si esto no sucede su cachorro probablemente será desobediente ya que sentirá que él vive bien sin trabajar (a diferencia de lo que le ocurre a Ud.). Esto a mediano plazo hace que muchos dueños apliquen equivocadamente y sin resultados el castigo físico con el propósito de corregir el problema. Las siguientes premisas son esenciales: COHERENCIA – FIRMEZA – PACIENCIA.
  • La educación debe comenzar desde el momento que su cachorro ingresa a su hogar. El aprendizaje de su cachorro es permanente, por lo tanto las normas de educación deben respetarse las 24 horas del día. La motivación es la base de este proceso, el castigo sólo un complemento. El manejo debe ser consistente: Ud. debe respetar los horarios de las comidas, los paseos y la cantidad de ejercicio. El propósito de la educación es lograr una convivencia en  armonía y debe apuntar a disminuir la ansiedad del cachorro.
  • La sociabilización de su cachorro es muy importante: Ud. debe exponerlo a todo tipo de estímulos de manera no traumática. El contacto con bebés, niños y con otros perros es imprescindible para lograr una buena relación con los mismos.
  • Ud. debe acostumbrar a su cachorro a quedarse solo tanto cuando Ud. esté en su casa como cuando salga de la misma.
  • El mensaje verbal debe ser de tres tipos: tono de orden, tono de premio, tono de reprimenda. Las caricias deben ser dadas como premio y deben ser de corta duración. El castigo, cuando esté indicado, debe estar directamente relacionado con el comportamiento en cuestión y aplicado en el preciso instante en que éste se produzca. Debe ser breve, efectivo y no exagerado, caso contrario no será eficaz y producirá efectos indeseables.
  • Para que su cachorro aprenda a orinar y defecar en un lugar adecuado, Ud. debe llevarlo a dicho lugar luego de que aquél se levante de dormir, luego de tomar agua, de comer y luego de jugar, permaneciendo junto a él sin molestarlo. Los lugares de alimentación y de descanso deben estar alejados de las áreas de eliminación.

Siga estos consejos y probablemente su vida junto al nuevo integrante de su familia será placentera tanto para Uds. como para su cachorro.

M.V. Claudio Gerzovich Lis
Comportamiento animal
Buenos Aires – Argentina. 

Como elegir a tu Cachorro.

Antes de adquirir un Cachorro conviene plantearse lo que ello significa, tanto desde el punto de vista económico, como de la responsabilidad y las obligaciones que hay que asumir para proporcionarle una vida digna y adecuada.

La convivencia

La convivencia con un perro exige tiempo, dinero y dedicación diaria durante al menos 12 años, que es la vida media de un perro.

Un perro no es un objeto de consumo, es un ser vivo al que hay que educar, alimentar, cuidar, sacar de paseo y, también establecer un vínculo afectivo con él y acompañarlo.

Además, condicionará nuestros movimientos en vacaciones y viajes, cambiará la relación con los vecinos, los amigos y la familia y nos obligará a conocer y acatar las normativas vigentes relativas a la tenencia de animales domésticos y de protección animal. Si después de hacer estas reflexiones estás dispuesto a asumir el compromiso…

La paternidad responsable

Existe otro grado más de responsabilidad: el de  “La paternidad responsable”. Los refugios acogen a muchos perros «huérfanos» por la desidia de algunos dueños a la hora de controlar la reproducción de sus mascotas que ante partos no deseados se deshacen de esta manera de los cachorros. Si no nos vamos a dedicar a la cría deberemos tomar una decisión al respecto y, si no podemos controlar sus épocas de celo para evitar los apareamientos fortuitos y sus frutos, es preferible la castración o esterilización, sean machos o hembras.

Comprar o adoptar

La adopción es una alternativa que se extiende y un acto solidario, tanto si se hace directamente en un refugio como si es de la camada de algún amigo o conocido o de la propia calle. En este último caso lo primero es visitar al veterinario para que lo examine, desparasite y vacune; mientras que en los refugios suelen entregar a los animales ya tratados e incluso esterilizados.

Si efectuamos su compra en un criadero o tienda especializada podremos elegir una mascota más acorde a nuestras posibilidades o deseos, en cuanto a sexo, edad y raza, así como exigir garantías, registros y certificados, conocer cómo se ha criado el cachorro, cuál ha sido su hábitat, quiénes son sus padres e incluso escogerlo de entre varios de una camada, según la afinidad, comportamiento, vivacidad o sociabilidad que observemos en él.

El Perro Adecuado

Signos de salud

A la hora de elegir nuestro perro, debemos asegurarnos que se encuentra en perfecto estado de salud.

Para ello, observaremos que tiene:

  • Ojos limpios, claros y brillantes.
  • Encías rosadas, sin mal aliento
  • Trufa húmeda y limpia.
  • Buen aspecto, limpio y bien alimentado
  • Actitud alegre y curiosa, no miedosa ni agresiva
  • Buena reacción frente al ruido.

¿Macho o hembra?

Esta es una cuestión de preferencias personales, aunque en general existe la tendencia a elegir machos. Sin embargo, las hembras suelen ser más cariñosas, obedientes y fieles. Presentan la incomodidad de sus épocas de celo, que se producen dos veces al año, duran unos 20 días y requieren un poco más de atención.

Los machos, por su parte, son más independientes y se excitan sexualmente siempre que en los alrededores hay una hembra en celo y, por lo mismo, pueden resultar más agresivos y propensos a las peleas y a las fugas; a su favor tienen el ser mejores guardianes que las hembras.

Si queremos dedicarnos a la cría, lo que es preferible dejar en manos de los profesionales, es aconsejable elegir un buen ejemplar de raza, sea macho o hembra, y escoger cuidadosamente la pareja cuando llegue el momento del apareamiento.  

¿Cachorro o adulto?

Hacerse con un cachorro de entre 8 y 10 semanas tiene sus ventajas, en cuanto a la fortaleza del vínculo que se establece con él y por la posibilidad de educarlo a nuestra medida; como contrapartida, los cachorros exigen mucha más atención, tiempo, paciencia y cuidados, sobre todo durante el primer año de vida, además de los pequeños destrozos que seguramente causarán en el hogar.

Un perro adulto o a partir de siete meses puede parecer a simple vista una opción más cómoda, puesto que ya estará educado en las cuestiones básicas, como hacer sus necesidades durante el paseo y obedecer algunas órdenes, también habrá superado las épocas de riesgo de enfermedades y generalmente contará con las debidas vacunas; aunque siempre existe el riesgo de que el animal tenga vicios de comportamiento difíciles de erradicar y nos cause algún quebradero de cabeza, sobre todo si ha crecido en un ambiente desfavorable.

Elegir la Raza Aspecto y carácter

Las modas marcan muchas veces las preferencias por una u otra raza de perro; sin embargo el carácter y la salud de un perro son más importantes que su aspecto. A partir de las ocho semanas de vida es posible vislumbrar su modo de ser e incluso existen test que facilitan la tarea.

Hay que tener en cuenta que cada raza tiene unas características propias e incluso propensión a determinados problemas de salud, como pueden ser los relativos a la estructura ósea o a problemas con los ojos. Cada perro, a su vez, tiene unas peculiaridades individuales de las que debemos informarnos, preguntando al propio criador que sabrá orientarnos sobre los cuidados especiales que requiere el nuestro. No conviene, en cualquier caso, hacer experimentos y anteponer nuestras preferencias a la realidad de la vida cotidiana y si nuestro sueño es tener un podenco o un perro nórdico, por ejemplo, antes habrá que pensar en el espacio para correr que necesita el primero o el clima que requiere el segundo. Existen más de 400 razas catalogadas de perros: pequeños, como el Yorkshire, uno de los más extendidos en su tamaño, vivaz, muy adaptable a la convivencia y paciente con los niños; grandes, como el clásico Pastor Alemán, buen guardián, valiente y sensible o medianos, como el Cócker, siempre de moda, cariñoso y alegre.Salvo excepciones, los perros de tamaño pequeño son más fáciles y baratos de mantener, viven más años que los grandes y no necesitan demasiado ejercicio diario. Por el contrario los perros grandes son más costosos,necesitan bastante ejercicio y pueden ser buenos guardianes y muy protectores con los niños. Como norma general se elegirá perro pequeño o mediano para vivir en la ciudad o en un piso y siempre perros cuyos cuidados estén en proporción al tiempo libre del que se dispone y de la experiencia en la tenencia de perros. Si se es principiante es mejor no elegir una raza cuya educación, por ejemplo, deba ser muy estricta, como en el caso de los considerados peligrosos o cuyo pelaje requiera constantes cuidados. Sólo informándonos concienzudamente de las características y necesidades de cada raza podremos acertar con el perro adecuado a nuestro estilo de vida.

La llegada a casa El equipo necesario

Si se trata de un cachorro, lo ideal es que entre en casa con 8 o 10 semanas de vida y no antes. Para ese momento hay que tener preparado un equipo básico que consistirá en: cama, manta, comedero y bebedero (para comida y agua), collar y correa, cepillo o peine y juguetes adecuados.

Hay muchos tipos de collares y arneses, pero en cualquiera de los dos casos, deberá llevar una placa de identificación o cualquier otro accesorio con la dirección y el teléfono del dueño.

En cuanto a correas también las hay de distintos tipos, extensibles, regulables con mosquetón o sencillas correas fijas, la elección depende del tamaño del perro y de nuestro gusto, pero son de uso obligado en prácticamente todas las localidades.

Para la elección de la cama, lo importante es que lo proteja del frío del suelo y tenga las dimensiones suficientes como para que el perro se sienta cómodo en ella. Para los comederos y bebederos (comida y agua), es importante que sean de material pesado, acero ó acrílico por ejemplo, tengan una base antideslizante y tengan el suficiente tamaño para que el perro no derrame fuera el alimento.

Por último, cepillos o peines vendrán definidos por el tipo de pelaje, largo o corto, liso o duro, del perro. Además de los accesorios básicos, hay otros que son de máxima utilidad, como los que se utilizan en el coche, para que el perro viaje más cómodo y seguro, como redes protectoras, rejillas de aireación que se acoplan en las ventanillas o mantas especiales que transforman el asiento posterior en una especie de bañera que impide que ruede o caiga en caso de frenazo.

Principios de convivencia

Su nombre es el primer regalo que le hacemos a nuestro perro y a través del cual él va a reconocer su vínculo con nosotros. El nombre ideal es corto, y debe sonar claro, preferiblemente de dos sílabas y conteniendo las vocales más fuertes : a, o y u. La educación y el adiestramiento en los hábitos de aseo es lo primero que debemos enseñarle a un cachorro, lo que nos llevará alrededor de 6 semanas. Al principio se le sacará después de las comidas y en lo sucesivo, y como norma, deberá salir a la calle a pasear cuatro veces al día,independientemente de las salidas que pueda hacer al jardín, si lo hubiera y por muy espacioso que sea. También, y desde el primer momento de su llegada, el perro contará con un espacio propio para descansar y otro para comer y tendrá vetada la entrada a determinadas habitaciones para evitar destrozos durante el tiempo que permanezca solo en casa, que no debería ser superior a 8 horas. Con cariño, firmeza y constancia debemos aprovechar, desde los primeros meses de vida, su predisposición natural al aprendizaje y a la pertenencia a un grupo. De otro modo será un animal desorientado y problemático

. Instruir jugando

El juego no es algo que hayamos inventado ahora como un tipo de terapia para que el perro no rompa nuestras cosas. El juego responde a su naturaleza social y al instinto de caza. Así, el atrapar una pelota o juguete podría ser el igual a cazar una presa en estado salvaje. Un perro necesita jugar, ya sea con otros perros, con las personas o con objetos, gracias a los juegos se hacen más hábiles y se vuelven menos destructivos en casa porque gastan energías y se entretienen. Si el perro no juega, lo más probable es que termine con nuestro jardín. El juego es una forma eficaz de establecer los rangos en la casa y de ejercitar su organismo. Una vez que el perro ha aprendido ciertas normas básicas como el «quieto», el «sentado”, el «abajo», el «ven» o el «suelta», nuestro perro estará en condiciones de ser liberado de vez en cuando en un espacio abierto que sea lo suficientemente seguro. El perro agradecerá el poder gastar energías a su gusto con una carrera libre. Nuestra mascota se divertirá mucho con los paseos frecuentes en entornos naturales, lejos de automóviles o zonas que entrañen cierto peligro. Esta es una de las formas de entretenimiento más sanas. Si jugamos con el perro, por ejemplo tirando una pelota, estaremos reafirmando nuestra autoridad, ya que él sabe que depende de nosotros para que el juego sea entretenido. Si hacemos esta actividad algunos minutos durante el día el perro no necesitará de un paseo tan largo y por lo tanto estaremos ahorrando minutos de nuestro tiempo. Es necesario entregar un juguete en forma permanente al perro, de este modo, cuando nosotros no estemos con él, lo morderá para relajarse, evitando así daños lamentables en nuestros objetos, además de posibles daños a sus encías o muelas por comer cosas indebidas. El jugar con otros perros también es muy importante. Un perro necesita de la interacción con sus iguales, por eso el acostumbrarlo desde pequeño a ir a un parque a jugar es muy bueno. El perro se socializa, gasta energías y se siente más confiado. Si se tiene más de un perro en casa, puede ser buena idea entregarles juguetes comunes. Deberemos tener presente que en ocasiones puede surgir un conflicto serio por la posesión del juguete, en tal caso lo retiraremos para evitar peleas.

Los juguetes menos apropiados

Juguetes que puedan ser cortantes • Jamás entregar zapatos viejos como un juguete, ya que el perro no entiende si es viejo o no, sólo entiende que es algo de su amo, y a futuro podría hacer lo mismo con un zapato nuevo. • Objetos que puedan ser tragados, deben ser siempre más grandes que su hocico. Los juguetes son siempre aconsejables y es que las virtudes son varias: Evitan el uso de piedras que destrozan la dentadura o palos que se astillan con facilidad. Un perro acostumbrado a juguetes no buscará obsesivamente otros utensilios sucios o perjudiciales. El juego de tirar y traer es divertido para ambos y fomenta la obediencia y el vínculo afectivo. Pero atención, el amo siempre debe ser quien guíe el juego, y debe saber ponerle punto final, haciendo que el perro obedezca.

Aprende a decir que «No»

Cuando empezamos a educar a un cachorro una de las palabras más empleadas es “no” y muchas veces la utilizamos de manera incorrecta. Entre las normas básicas destaca la de separar el “no” del nombre del cachorro, ya que este debe quedar asociado siempre a cosas buenas, de tal manera que al oírlo ponga rápidamente su atención en nosotros. Es importante emplearla en el momento adecuado, dándole la entonación adecuada y para reprenderle. En caso contrario perderá toda su eficacia para educar a nuestro cachorro. Ha de decirse siempre en tono firme y serio. Muchas veces la forma de decirlo es más importante que la palabra empleada. Si lo reprendes con un tono dulce, con el mismo que empleas para darle mimos no entenderá nada. Tu perro quedará confundido. No hace falta que repitas varias veces la palabra «no», bastará con una sola vez pero de manera firme y enérgica, no dejes lugar a dudas. Úsalo en el momento adecuado: di «no» en el momento preciso en que está realizando la conducta que quieres reprimir, sino corres el riesgo de conseguir el efecto contrario. Tu perro no te querrá menos por regañarle cuando sea necesario. Todo lo contrario, es frecuente que adoren a aquel que sabe quererlos y reprenderlos cuando hace falta. Nunca se sentirá confuso con esa persona y sabrá distinguir las muestras de cariño y las reprimendas necesarias.

Reeducar a nuestra mascota: cómo corregirlo

Son muchas las personas que se encuentran con el mismo caso; no haber sabido orientar la educación de su mascota en los primeros meses o acoger al perro una vez que ya es mayor y ha pasado el periodo de socialización. Todas las malas costumbres son diferentes según la experiencia concreta del perro, pero en mayor o menor grado son siempre corregibles siguiendo un programa de reeducación. En estos casos es recomendable contar con la ayuda de un especialista que nos oriente sobre las pautas a seguir. Algunas recomendaciones generales serían: Procura que, aunque aprenda poco a poco, haga algo ordenado por ti. Puedes comenzar a enseñarle a sentarse o echarse, antes de recibir una recompensa verbal o de comida. Asegúrate que el perro está siempre bajo tu dominio, que te trata como el jefe en casa y en el exterior. Llévalo siempre con correa o una correa larga extensible hasta que exista la certeza de que obedece tus órdenes. Persevera en estos dos o tres comportamientos básicos, ya que las malas costumbres no se solucionan en dos días. El tiempo medio para aprenderlas es de varias semanas. En algunos casos el comportamiento del perro puede salir de lo aceptable y constituir un peligro para desconocidos, niños o para nosotros mismos. Si los daños son excesivos o la actitud del perro se vuelve agresiva es imprescindible consultar con un especialista en comportamiento. Él nos dará las soluciones más efectivas.

Conocer su Temperamento

Si escogemos a nuestro perro en una protectora, puede que tenga problemas de conducta debidos a la experiencia del abandono. Con un poco de dedicación la mayoría de estos problemas se pueden solucionar, lo que genera una profunda satisfacción al propietario así como un fuerte vínculo con su nuevo perro. Las devoluciones, provocadas por personas que eligen al perro por su aspecto y no por su temperamento, o que lo valoran como un juguete, afectan al animal en su comportamiento normal. Para estar seguros de cual es el perro ideal según nuestra forma de vida y nuestro propio temperamento es recomendable preguntar al especialista de la tienda o protectora donde lo vamos ha adquirir.

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Consejos para cuando muere nuestro perro. Cómo afrontar la pérdida.

Rosa Roldán, de Perrygatos, es técnico en comportamiento canino y felino y educadora canina. Ella ha tenido la amabilidad de compartir su experiencia para ofrecernos unos consejos sobre un tema tan difícil: una breve guía sobre qué hacer o más bien cómo afrontar la pérdida de un perro.

kirdalia Yorkshire TerrierMuchas personas se sorprenden ante las emociones que afloran tras la muerte de su compañero de cuatro patas, de su perro. Se llegan a sentir, incluso culpables, por la pena que sienten. En estos momentos vale la pena recordar que nuestro perro era parte de nuestra vida, de nuestra rutina y de nuestro hogar. Además del amor que llegamos a sentir por él, era familia, amigo y compañero.

A menudo, no somos conscientes de que, no sólo pasamos duelo por el animal al que tanto amamos, sino también lloramos la pérdida de esa época feliz de nuestra vida, por todo lo que nos ha dado durante ese tiempo y por los lazos que ayudó a crear con otras personas y animales, que se han convertido en importantes para nosotros.

Los más pequeños de la casa y las personas mayores que viven con la única compañía de su perro, son las personas más afectadas por esta pérdida. No debemos dejarlos solos y es nuestro deber estar atentos a su estado emocional.
Es importante cuidar de uno mismo durante este periodo tan difícil. No debemos avergonzarnos de sentir dolor y de llorar por un ser que nos ha acompañado tanto tiempo y a lo largo de su vida. Probablemente el perro ha vivido una gran parte de su vida con nosotros. Lo hemos visto crecer y hacerse adulto e incluso anciano. Es normal sentirse apático ante su marcha, sin ganas de ver a gente, sin ánimos de nada, incluso sin ganas de comer…

 

Seguro que habrá personas que no entiendan estos sentimientos ni sepan valorar la tristeza que provocan (sobre todo de aquellos que siempre han pensado aquello de que “no es más que un perro”). La compañía de otros amantes de los animales, puede resultar fundamentalEn estos momentos, es más importante que nunca tener a alguien con quien compartir sentimientos. Es preciso hacer el esfuerzo de hablar sobre la pérdida.

Tras la pérdida…. Las fases del duelo

Aquellas personas que han perdido un perro querido, me entenderán perfectamente al leer esto. Se hace necesario hablar de nuestro animal y de cómo nos sentimos por su ausencia con aquellos que sepan entendernos. Será precisamente durante estos días, especialmente duros, cuando cada uno debe afrontar, a su manera, la pérdida. Son días amargos pero que, a la larga, debemos atravesar pues se hace necesario asimilar la marcha de un ser querido como ha sido nuestro perro.

Llega el momento de superar las diferentes fases del duelo. En realidad, se trata de  un proceso de ajuste emocional, tras de la pérdida de un ser querido, durante el cual, diversas emociones compiten entre sí. Tiene diferentes etapas que pueden explicarse separadamente pero que, casi nunca se presentan de un modo ordenado. Pueden solaparse y mezclarse entre sí, pero, para completar el proceso de asimilación, hay que experimentarlas todas.

Seguramente habrá días mejores o peores, y, a veces, lo que se creía superado se vuelve a sentir. Hay muchas clasificaciones pero, me quedo con esta (basada en el modelo Kübler-Ross) que es con la que más me identifico

La Negación

La negación es la primera etapa de duelo, se produce cuando nos negamos rotundamente a aceptar la pérdida. No quieres creer lo que ha pasado. No crees que nunca volverá.

El Enfado

Con uno mismo o con los demás. Es la ira, rabia, cólera, furor y coraje que sentimos cuando sabemos que sí ha ocurrido, que sí es verdad,  que ha muerto nuestro ser querido.

La Negociación

La negociación es la etapa en que intentamos hacer algún tipo de trato, pacto o acuerdo de alguna manera. Después de la muerte, se va hacia atrás y se analiza la situación y el qué hubiera pasado si las circunstancias hubieran cambiado. Todas las personas nos preguntamos en estos momentos qué hubiera pasado de hacer esto o lo otro….

La Depresión

En esta etapa, las personas nos sentimos angustiadas, miedosas, afligidas, a menudo lloramos y, en cierta manera, nos sentimos culpables o arrepentidas. Empezamos a darnos cuenta de que la pérdida es irrevocable, y que debemos continuar viviendo, sin la presencia de algo tan importante en nuestras vidas.

La Aceptación

La aceptación es cuando de nuevo nos sentimos preparados para aceptar el hecho de la muerte de nuestro amigo de cuatro patas. Somos conscientes de que nunca más volverá y retomamos nuevamente nuestras vidas de un modo más tranquilo. Esto no significa que dejemos de pensar en ellos (pues siempre nos acompañarán en nuestros pensamientos), sino que podemos seguir adelante aceptando el hecho de que nunca más estarán a nuestro lado.

Aprendiendo a superar la tristeza

En estos momentos, es necesario tener la oportunidad de estar triste y la libertad de manifestarlo con la familia y amigos de confianza. Este paso no es sencillo, pero es esencial para encarar la muerte del animal de la mejor forma posible.

La amargura no debería ser el único sentimiento ante el recuerdo de nuestro perro. En estos momentos tristes, es bueno recuperar los momentos compartidos con el can e intentar quedarnos con esa sensación agradable.

Algunos consejos sencillos que pueden ayudarnos a afrontar de la forma más positiva posible, la pérdida de nuestro perro son:

Siéntete libre para llorar

Las lágrimas expresan el dolor que sentimos y ayudan a liberar la angustia interior.  Es normal echar de menos al ser querido y admitirlo es el primer paso para afrontar la pérdida.

Nunca te culpes porque se haya ido

Es algo frecuente, sobre todo, ante situaciones de pérdidas traumáticas y repentinas como las sucedidas a consecuencia de un accidente o de una enfermedad relámpago.

Que afloren estos sentimientos es algo normal, puesto que nos sentimos responsables del bienestar de nuestro animal y no entendemos cómo ha podido suceder. En cualquiera de los casos, nuestro amigo se ha ido para siempre y no tiene sentido buscar culpables.

Cuando los buenos recuerdos ganan terreno al dolor

Los recuerdos agradables han sido muchos y los buenos momentos compartidos estarán ahí siempre. Con el tiempo, la sensación gris desaparece, dejando paso la calma que produce la memoria tranquila de nuestro amigo peludo.

Cosas que no debemos perder de vista

• El impacto que causa la muerte del compañero canino, puede llegar a ser tan intenso como el que sentimos cuando se pierde a un familiar querido.

• Es necesario tener la oportunidad de estar triste, incluso de llorar, si es preciso, y la confianza para manifestarlo ante la familia y los amigos.

• La sensación de culpa es normal y debemos asimilarla como parte del proceso de superación del fallecimiento del perro.

• La paciencia es una buena aliada: El tiempo y recuerdo de los buenos momentos compartidos con el perro, ayudan a asimilar la pérdida.

• El dolor que produce la muerte de un animal querido puede ser intenso y duradero pero, antes o después, remite.

Qué podemos hacer para superar el dolor..?

• Pon palabras a tu despedida.

Escribir una carta dedicada al perro perdido, ayuda a ordenar ideas y a expresar sentimientos. En unas cuantas palabras se puede recoger el laberinto de sentimientos que atravesamos y agradecer a nuestro can, el tiempo que nos ha dedicado y todo lo que ha aportado en nuestra vida.

• Preparar algo para recordarlo en el futuro, puede ser una buena forma de empezar a asumir la pérdida.

En función de nuestra ideología y presupuesto, podemos celebrar una pequeña ceremonia de despedida. Hay cementerios de animales que nos pueden ayudar con esta tarea e, incluso hay páginas web, para recordar a nuestro peludo por siempre. Esta acción tiene la triple función de calmar el dolor inicial, desahogarte ante la familia y amigos cercanos y despedirte de tu amigo, diciéndole de una forma especial lo que ha supuesto el tiempo que habéis compartido.

• Aprender a convivir con las rutinas:

El tiempo que habéis compartido estaba lleno de horarios y rutinas que ahora se pueden volver una pesada carga. Es recomendable conservar, al menos por un tiempo, esos hábitos. Sal y pasea; Sonríe a los que han sido compañeros de parque de tu perro y disfruta de los lugares que recorrías con él, mientras recuerdas todo lo que habéis compartido, el tiempo que pasasteis juntos, los juegos, las risas y los buenos momentos. Poco a poco, podrás ir sustituyendo rutinas por otras actividades que te resulten agradables porque es importante seguir adelante con la sensación de poder recordar a nuestro perro siempre que sintamos la necesidad, pero siempre con una sonrisa en los labios porque hemos sido capaces de aprender a vivir sin su presencia..

• Es insustituible.

Cada uno es único, con una personalidad diferente y una forma de comportarse particular. Tómate tu tiempo antes de dar el paso. Una vez hayas aceptado la muerte de tu perro, entonces estarás preparado para adoptar otro y darle todo ese cariño que sientes por estos animales.

La pérdida de nuestro perro es un momento difícil, sin duda, pero no debemos perder de vista que, con el paso del tiempo, los recuerdos se convierten en algo agradable y se disipa el dolor. El tiempo que nos ha regalado el animal es algo que valoraremos aún más y debemos tener presente que siempre ha sido y será un miembro querido y recordado de la familia. No hay un período establecido para que la pena remita, pero lo que es seguro es que lo hará.

 

 

Rosa Roldán – Perrygatos


Terapia asistida con animales (TAA), en inglés en:Animal-assisted therapy (AAT), es una actividad donde la misión es seleccionar, entrenar y certificar animales, que sean de apoyo en tratamientos y terapias para pacientes de todas las edades, con enfermedades que los debilitan y los afectan en el plano social, emocional y cognitivo.

No existe base científica para el tratamiento del autismo, otro tipo de discapacidad intelectual o enfermedades mentales.

El uso de mascotas como ayudantes de terapias convencionales se remonta a 1792 en Inglaterra, donde se trató enfermos mentales. Posteriormente, en 1867, los animales de compañía intervienen en el tratamiento de epilépticos en Bethel (Biefeld, Alemania). En 1944, la Cruz Roja Americana organiza, en el Centro para Convalecientes de la Fuerza Aérea de Nueva York, el primer programa terapéutico de rehabilitación de los aviadores.

Las especies más utilizadas son perros, gatos, caballos, aves, conejos y delfines. Estos últimos son mayormente requeridos para personas con Síndrome de Down, parálisis cerebral, autismo, entre otros padecimientos.

 Objetivo 

El objetivo de este contacto humano-animal es el de mejorar la calidad emocional y la seguridad en pacientes que han perdido la motivación ante las situaciones de la vida, debido a la depresión o a la falta de interacción con la sociedad por estar dentro de hospitales, clínicas o bajo la supervisión de profesionales que mantienen en control la salud del individuo, esto ya sea por enfermedades crónicas o terminales, trastornos permanentes o dolores físicos y/o emocionales.

Esto también es útil y efectivo para personas con problemas de atención y aprendizaje, sobre todo en los niños. De igual manera, muchos infantes no pueden controlar la ira y el miedo hacia algunas situaciones, es por ello que mediante juegos y actividades divertidas, recreativas y con enseñanza de valores, los pequeños aprenden a cambiar las actitudes negativas por unas ejemplares.

Comúnmente cuando una persona ve un animal suele automáticamente bajar los niveles de agresividad y realizar muestras de cariño y cobijo. El hablarle a los animales y observar la fidelidad que estos tienen hacia uno mismo, es motivador y alentador para el convaleciente. De igual forma sirve para que la comunicación entre médico y paciente se dé de mejor manera, con más confianza y menos temores, con la finalidad de que estos se conviertan en pensamientos positivos y traigan consigo el valor de la esperanza.

Beneficios

  • Empatía: la relación con el animal favorece el hecho de ponerse en la situación de los demás.
  • Enfoque exterior: los animales ayudan a las personas que tienen una enfermedad mental, que tienen baja autoestima, depresión, etc., a cambiar el enfoque de su ambiente, logrando que piensen y hablen de los animales, en vez de sus problemas.
  • Relaciones: pueden abrir un cauce de comunicación emocionalmente seguro entre su terapeuta y el paciente.
  • Aceptación: tienen una manera particular de aceptar a las personas sin calificarlas. No miran cómo luce o qué cosas dice.
  • Entretenimiento: la presencia de un animal da diversión a las personas. Ideal para geriátricos.
  • Socialización: estudios han demostrado que las visitas que los animales hacen a las instituciones, ofrecen mayor socialización entre las personas del lugar. Se muestran más alegres, más sociables con los demás, disminuyen la ansiedad y estrés y mejora el estado de ánimo.
  • Estímulo mental: ocurre porque se incrementa la comunicación con otras personas, ayudando a la evocación de recuerdos. En instituciones con pacientes con depresión, la presencia de un animal ayuda a aclarar la atmósfera, incrementando la distracción, alegría y el juego, que disminuyen sus sentimientos de aislamiento.
  • Beneficios fisiológicos: muchas personas se sienten relajadas cuando los animales están presentes y se produce una disminución de la presión sanguínea; puede existir también un fortalecimiento de los músculos y una mejora en la recuperación de enfermedades del corazón.

Certificación de los animales

Existen instituciones con animales entrenados para visitar a los pacientes a hospitales, clínicas u hogares, sin embargo, una persona sana puede entrenar a su propia mascota como método preventivo, o bien, para que estos realicen voluntariados con otras personas. Para ello, es necesario cubrir una serie de etapas que le darán un certificado de aprobación a la mascota. Esto sin duda se da por medio de una selección, pues no todos los animales son aptos para adquirir estos aprendizajes. La certificación en animales para estos fines se avaló apenas en el año de 1990.

El primer paso es el de la obediencia. Primero que nada, es indispensable que el animal aprenda a obedecer a su entrenador. Para ello, tanto el dueño como la mascota deben asistir a clases prácticas donde poco a poco se vaya adquiriendo esta habilidad. Un perro, gato, etc., debe comportarse y obedecer por medio de la voz y sonidos a pesar de todas las distracciones y tentaciones que puedan presentarse a su alrededor.

Otro punto importante es el entrenamiento para las tareas que tendrá que hacer en los voluntariados y el comportamiento que deberá tener cuando se presente ante los pacientes.

Por último, las pruebas de temperamento y salud en general son indispensables para determinar si la mascota puede comenzar con el trabajo. Es necesario realizar revisiones médicas ya que todo animal que estará en contacto con personas delicadas y cuyas defensas en su organismo son bajas, debe estar completamente sano y libre de cualquier infección o parásito.

El temperamento también debe ser evaluado periódicamente para mantener el nivel de formación, pues a pesar de haber recibido clases y entrenamientos, no deja de ser un animal guiado por el instinto.

Diferencia entre las Actividades Asistidas con Animales (AAA), programas de visitas y las Terapias Asistidas con Animales (TAA)

Existe una diferencia entre estos tres términos que no deben confundirse. Las actividades asistidas con animales (AAA), son aquellas que se realizan entre varios participantes y uno o más animales entrenados. No se concentran en una persona en particular ni se establecen objetivos específicos de tratamiento, sino por medio de actividades divertidas se motiva a la participación colectiva, lo que genera agradables experiencias terapéuticas que benefician a nivel emocional, relacional y educativo.

Este tipo de actividades son ideales para personas con problemas de autoestima, seguridad y dependencia, pues el estímulo de la presencia animal, las muestras afectuosas y las acciones sinceras, leales y positivas que estos muestran, crean un ambiente sin tensiones y apto para comenzar a socializar con otros compañeros del grupo. Una conversación entre dos o varias personas puede iniciarse a partir de una gracia que haga el animal o alguna experiencia relacionada al tema que se venga a la mente y se desee compartir. Esto permite cambiar por completo la actitud y visión de las personas con este tipo de problemas emocionales, al mismo tiempo que aprenden valores que enriquecerán su vida a nivel personal y social.

Los programas de visitas por su parte, es cuando los propietarios van acompañados de sus animales para visitar a los pacientes con el objetivo de socializar y regalar un momento de tranquilidad y empatía.

Por otro lado y a diferencia de las actividades asistidas y visitas, las terapias, como se mencionó anteriormente, están más enfocadas a individuos con problemas específicos y más que actividades divertidas, son ejercicios terapéuticos aplicados en sesiones con el propósito de relajar y mantener positivos a los pacientes más delicados, lo que repercutirá de manera exitosa en su salud. Estos reciben un seguimiento y una programación en las sesiones con el fin de obtener un resultado curativo o el mejoramiento en la calidad de vida.

Función de los animales

El entrenamiento de los animales más las habilidades naturales que estos poseen, hacen que su presencia, más que amistosa y esperanzadora, sea útil para advertir sobre situaciones que pondrían en riesgo la salud de las personas. Increíblemente las especies animales contienen hasta 250 millones de receptores olfatorios que son capaces de detectar cambios importantes en los organismos del cuerpo humano sin que podamos percibirlo. Igualmente el uso de su vista y audición es muy agudo y desarrollado, por lo que también los utilizan para estudiar profundamente a la persona con tan sólo sentirla, olerla o mirarla a los ojos.

Por medio de ladridos, agitaciones o intentos de llamar la atención, un animal puede avisar a tiempo y antes de que ocurra una tragedia, una futura crisis en el paciente. Esto resulta muy valioso para todo el equipo médico que tiene la oportunidad de prevenir y salvar vidas humanas. Los infartos, ataques epilépticos, melanomas (cáncer), entre otras alteraciones, realmente pueden detectarse antes de que ocurran debido a que el cuerpo presenta cambios, sólo que no son visibles para los sentidos humanos, pero sí para las otras especies animales.

Las terapias asistidas son mayormente requeridas en hospitales, clínicas e instituciones mentales, sin embargo, en la actualidad son muy eficientes dentro de prisiones y asilos para ancianos.

Animales dentro de las prisiones y asilos para ancianos

Hoy en día, en distintas partes del mundo, perros y otros animales pequeños son llevados a cárceles tanto de mujeres como de hombres para erradicar las acciones y sentimientos violentos que estos puedan presentar. Esto no quiere decir que si el prisionero cambia de actitud tiene la oportunidad de recuperar su libertad, pero sí puede influir de manera significativa para su tiempo de condena gracias a una conducta ejemplar. Se ha demostrado que las peleas y los suicidios dentro de las penitenciarías reducen con este tipo de visitas animales.

Por otro lado, la presencia animal dentro de las estancias y asilos para personas de la tercera edad, es muy valiosa y agradecida, pues muchas de estas personas que lamentablemente no reciben visitas de sus familiares, se ven reconfortadas por el cariño y lealtad que estos pequeños seres vivos demuestran con sinceridad. La tristeza, la depresión, la ansiedad, entre otras manifestaciones comunes dentro de estos dos lugares, pueden ser tratados y equilibrados teniendo contacto con un perro, gato, conejo u otra especie entrenada.

Experiencias

El Dr. Boris M. Levinson (1960), en su libro «Psicoterapia Infantil Asistida Por Animales», relata las experiencias vividas junto a su perro y pacientes introvertidos que perdían todas sus inhibiciones y miedos gracias a la presencia del can en el consultorio, ya que éste favorecía la comunicación entre el psiquiatra y sus pacientes (Revista San Marcos al Día Nº 46 de la Universidad Nacional, 2002).

Un ejemplo de las virtudes de una terapia con mascotas es que desde 1984 la residencia Robert-Chiene para personas ancianas en Montreal tiene una pajarera en cada piso del establecimiento, entonces las personas de la tercera edad los visitan diariamente, les hablan y se ocupan de cuidarlo, siendo que muchos beneficiarios que nunca salían de sus cuartos al cuidar a sus pájaros tienen una razón para hacerlo (Chiene, 2002).

Bibliografía

  • Andrés Sendra, Judith. Apoyo psicosocial, atención relacional y comunicativa en instituciones. Promoción del bienestar personal y social de las personas dependientes. 1ª edición. Ideas Propias Editorial, año 2009. Páginas 190-191.
  • Chavez Aguiar, Hiran David. De la percepción a la razón, nociones de psiquiatría animal (Etología). Sociedad Venezolana de Médicos Veterinarios. Páginas 191- 193.

 


El perro señal o perro para personas sordas

El perro señal o perro para personas sordas es un tipo de perro de asistencia para personas con discapacidad auditiva. Está específicamente adiestrado para dar apoyo y avisar a las personas sordas de distintos sonidos cotidianos, indicándoles su procedencia con un gesto técnicamente aprendido y conduciéndoles a la fuente del sonido.

Estos sonidos se producen principalmente en el hogar, como timbres y aperturas de puertas, interfonos, teléfonos fijos y móviles, despertadoresalarmas de electrodomésticos, llantos de bebécampanas y cascabeles, el claxon de un vehículo y otros sonidos concretos en función de las necesidades de cada usuario. También en el caso de alarmas de humoincendios y evacuaciones para alejarse del lugar del posible peligro.

El perro señal se engloba dentro de los perros de asistencia al igual que los perros guía, perros de servicio, perros de terapia y perros para personas con trastornos del espectro autista. Está perfectamente socializado, adiestrado en obediencia y cumple altos requisitos de comportamiento, temperamento y habilidad específica para su labor, tras un periodo de socialización y adiestramiento hasta aproximadamente los 2 o 3 años de edad. Tiene derecho de acceso público junto con su usuario o adiestrador en territorios donde este derecho ya esté contemplado por la ley.

En el ámbito internacional está implantado en algunos países como Estados UnidosReino Unido o Australia donde miles de personas sordas cuentan cada año con la ayuda técnica de estos perros de asistencia. En España, hay una organización especializada en el entrenamiento de perros señal, que solo trabaja con perros rescatados de refugios de animales abandonados. El motivo es que no hay ninguna raza que haya sido específicamente seleccionada por su reactividad al sonido, mientras que muchos mestizos medianos muestran esta característica de forma innata, lo que facilita su adiestramiento y la calidad de su trabajo a largo plazo. De hecho, esta asociación debe su nombre al término filipino «Áskal», que quiere decir mestizo, perro sin raza.

 


Asociaciones de Usuarios de Perro-Guía

Las Asociaciones de Usuarios de Perro-Guía agrupan a usuarios de una misma Comunidad Autónoma con el fin de representar y defender los derechos e intereses de ese colectivo.

Desempeñan una inestimable labor, en la medida en que aglutinan las inquietudes de sus asociados, sirven de cauce de comunicación de su problemática específica, colaborando en su resolución tanto con las Administraciones Públicas como con entidades privadas, contribuyen a la difusión y reconocimiento social de la función del perro-guía y, en definitiva, complementan las funciones de la ONCE y de la FOPG aportando la perspectiva del colectivo de usuarios en aquellos asuntos que les afectan.Dado que agrupan a un importante sector de usuarios de una misma Comunidad, su representatividad hace que estén llamadas a desempeñar un papel relevante en la búsqueda de soluciones a los problemas que afectan a su colectivo.

Así, se han incorporado ya a grupos de trabajo preparatorios de reformas legislativas sobre el derecho de acceso con perros de asistencia.

Las Asociaciones de Usuarios organizan actividades para sus miembros, como charlas o coloquios sobre temas de interés, al tiempo que contribuyen a apoyar la presencia en los medios y en la sociedad en general de la figura del perro-guía.

En el momento actual existen las siguientes Asociaciones. Contacta con ellas en las direcciones:

  • Asociación de Usuarios de Perros Guía de Andalucía.

Presidente: Ildefonso Francisco Morales Torres.
Sede Social: C. Resolana, nº 30. 41009 Sevilla.
Teléfono: 627 91 87 47
Correo electrónico: info@perrosguiadeandalucia.org
Página web: http://www.perrosguiadeandalucia.es

  • Asociación de Usuarios de Perros Guía de Aragón.

Presidente: Ángel Calavia Contreras.
Teléfono: 667 145 460.
Correo electrónico: a_calavia@auna.com

  • Associació d’usuaris de Gossos Pigall de Catalunya.

Presidenta: Victoria Hernández Gazapo.
Horario de Despacho: De 17:00 a 20:00 horas, los martes, en la Delegación Territorial de la ONCE en Catalunya.
Teléfono: 93 238 11 11. Extensión: 23 26.
Correo electrónico: augpcat@gmail.com
Página web: http://www.perrosguiacatalunya.org
Facebook: www.facebook.com/gossospigall
Twitter: @AUPGCperroguia

  • Asociación de Usuarios y Amigos del Perro Guía de Madrid.

Presidente: Antonio Pereña Ríos.
Domicilio social: Prim 3. 3ª planta, despacho 320. 28004 Madrid.
Horario: Lunes: de 19:00 a 21:00 horas y Jueves de 18,00 a 20,00 horas.
Teléfono: 91 532 50 00. Extensión: 352.
Móvil: 686410434
Correo electrónico: junta.auapgm@gmail.com

  • Asociación de Usuarios de Perros Guía de Murcia.

Presidente: Mª Jesús Cascales Mayor.
Domicilio social: Plaza de San Agustín, nº 1. 30005 Murcia.
Teléfono: 968 28 08 90. Extensión: 2310.

  • Asociación de Usuarios de Perros Guía de Canarias.

Presidente: Silvia R. Monzón Viera.
Teléfono: 625 487 901.
Correo electrónico: aupcan@gmail.com
Página web: http://aupcan.blogspot.com

  • Asociación de Usuarios de Perros Guía de la Comunidad Valenciana.

Presidente: Vicente Galiana Sánchez.
Domicilio Social: C. Marqués de la Ensenada, 33. Castellón de la Plana
Teléfono: 653 97 00 85
Correo electrónico: info@aspeguicv.org
Facebook: http://www.facebook.com/groups/269735366455153/
Página web: http://www.aspeguicv.org

ONCE

 

 

 


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