Cómo limpiar correctamente los oídos del perro
Para mantener a nuestro perro sano y saludable, debemos mantener la limpieza e higiene de los oídos, con una frecuencia semanal coincidiendo con los baños periódicos de nuestro perro,
El oído del perro es el órgano responsable de su extraordinaria capacidad auditiva, pero también de su equilibrio, por ello debemos realizar la limpieza de forma correcta para no dañarlo.
Recurrimos a los consejos de D. Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada), que de una forma muy didáctica, nos explica correctamente cómo limpiar el oído del perro, así como las consecuencias de hacerlo de forma inadecuada.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de www.tuveterinario.info
Revisión antes de la limpieza del oído del perro
El aseo de los oídos del perro es un momento idóneo para revisar si existe alguna dolencia o infección en esta zona. La entrada del conducto auditivo debe presentar un color rosado pálido: es síntoma de buena salud. Un oído sano, además, no huele mal.
La presencia anómala de cera en esta zona del pabellón, por el contrario, puede estar avisando de que existe una dolencia. Un hedor desagradable e intenso procedente de la zona del oído del perro es un posible aviso de que existe una infección (otitis) . La inflamación auditiva suele ocasionar picor y molestia: el perro se rasca con insistencia y sacude sus orejas de un modo anormal.
Una pronta visita al veterinario es lo recomendable en este caso. Una vez descartadas posibles patologías, se puede proceder a la normal higiene de los oídos del perro.
La limpieza de los oídos del perro
Limpiar la parte externa, y generalmente peluda, de la oreja no entraña especial dificultad. Suele bastar una toalla humedecida con agua templada y el champú habitual de nuestra mascota. El producto se retira después con cuidado y se seca el manto humedecido, en su totalidad, con una toalla.
La parte rosada desnuda del pabellón auditivo y las porciones interiores de este extraordinario órgano, precisan algo más de atención. Una gasa limpia es el material adecuado para este aseo: se cubre nuestro dedo con la gasa y se introduce con extrema delicadeza el dedo en el interior del oído, cuidando de no tocar el fondo. El contacto de la gasa con las paredes limpia los restos de cera que se hayan podido acumular.
Existen productos específicos para ayudarnos en la higiene auditiva del animal. «Los llamados limpiadores auricular», explica la veterinaria María López, «ayudan a que los restos de cera se disuelvan en el producto». Este tipo de limpiadores suelen venderse con un aplicador, que ayuda a impregnar todas las zonas del oído interno, también las menos accesibles. Masajear la base del la oreja del perro favorece que el limpiador se reparta por todos los rincones.
La veterinaria advierte de que algunos productos que, a priori, pueden parecer inocuos, no son aconsejables cuando se trata de limpiar el oído de un perro. Es el caso del suero fisiológico. «El suero es perjudicial para el perro puesto que queda atrapado en el interior del oído. El líquido retenido se convierte en un caldo de cultivo ideal para las bacterias y otros microorganismos causantes de infecciones», explica López.
Una vez a la semana para los perros de orejas grandes
Los conductos internos del oído de un perro conforman un intrincado laberinto de canales que se retuercen. Este enredo explica que no siempre sea fácil para su mascota airear sus conductos. La tarea de limpieza se complica aún más para un perro con orejas grandes, ya que su pabellón colgante (oreja) funciona como barrera natural para la entrada del aire.
El dueño debe ayudar a su perro a cuidar de su higiene auditiva. «La limpieza de los oídos del perro debe hacerse al menos una vez cada quince días«, explica la veterinaria María López. No obstante, en el caso de los animales de grandes orejas, que airean peor sus conductos, la frecuencia debe duplicarse, «y proceder al aseo una vez a la semana». Ref.: http://www.consumer.es/
El oído de los perros
El campo de audibilidad de los perros es aproximadamente de 40 Hz a 60.000 Hz. Detectan sonidos tan graves como 16-20 Hz (en comparación con 20-70 Hz en los humanos) y también por encima de 45 kHz (en comparación con 13-20 kHz en los humanos), y además tienen un grado de movilidad de las orejas que les permite determinar rápidamente el origen exacto de un sonido. Dieciocho o más músculos pueden inclinar, rotar, levantar o bajar las orejas de un perro. Además, puede localizar el origen de un sonido mucho más rápido que un humano y detectar sonidos a una distancia hasta cuatro veces mayor que los humanos. Los perros con una forma de la oreja más natural, como las orejas de cánidos salvajes como el zorro, suelen oír mejor que los perros con las orejas más flexibles típicas de muchas razas domésticas.